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Tú eres mío. por Love of L

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Notas del capitulo:

Sí, sé que es difícil de creer, pero hoy he estudiado y actualizado dos veces. xD

Corto y rápido, pero a mí me gusta. Espero que a vosotras también!

Near despertó entre los brazos de Mello.

-Me... mello... Tenemos que levantarnos. Ya es de día.- El pequeño no sabía muy bien cómo actuar.

-¿Huh...? Ah. Buenos días, blanquito.- Se colocó bien los pantalones y buscó su camiseta.

Near se puso la parte de abajo de su pijama, sin abrocharse la camisa.

Ambos se encontraban sorprendentemente bien, ni un solo músculo les dolía.

El albino se fue al baño, y mirándose al espejo suspiró.

"Ah, Mello... ¿qué has hecho conmigo? Yo no era así."

Se lavó la cara y al volver a mirarse, vio el reflejo de Mello detrás de él.

El rubio lo abrazó por detrás con fuerza, llevó una mano a su miembro y otra a un pezón, y comenzó a morderle el cuello.

-¡Mello! ¡¿Qué haces?!- Los gemidos empezaban a salir del pequeño. Se iba sonrojando.

-No hagas eso... ¡me excitaré!- Near intentaba escaparse sin éxito.

-Eso es lo que intento.- Y le dedicó una mirada desafiante frente al espejo.

-Pe... pero... ¿otra vez?- El pequeño parpadeaba, atónito.

-Si no quieres pararé.- Le decía el rubio mientras estimulaba su pezón efusivamente.

"No quieres que pare, Near, así que, no te esfuerces." Sonreía para sus adentros.

Al ver que el albino no decía nada, Mello metió su mano por debajo del pantalón del pijama y empezó a acariciar el miembro desnudo.

Pasó su lengua por la parte trasera de la oreja del pequeño.

-Me... Mello... Esto no está bien.- Decía entre suspiros Near.

-Tu cuerpo no parece decir eso, blanquito.

Mello sabía cómo avergonzarlo.

-No puedo evitar sentirlo...- Near intentó ponerse frío. -Pero no significa que quiera sentirlo.

El rubio paró de repente. -Está bien, Near, como quieras.- Y salió del baño.

Near suspiró aliviado y se metió en la ducha.

Mello había conseguido excitarle muy rápido, pero había conseguido controlarse.

Cerró los ojos y se mojó el pelo. Al abrirlos, su corazón se paró por unos segundos.

-¡Mello! ¿Qué estás haciendo?- El rubio estaba desnudo, en la ducha, frente a él.

-¿Tú qué crees?

-Te dije que no quería.- El albino señaló hacia fuera.

Mello se acercó un poco. -Pero eso no es verdad. ¿O no recuerdas cómo me suplicabas ayer? Cómo me decías que "querías que te tocase" y cómo te meneabas a cuatro patas pidiendo que entrara en ti. ¿No lo recuerdas, Near?- El rubio sabía que ese era un golpe bajo, muy bajo.

Near se puso rojísimo recordando su comportamiento del día anterior.

-¡ESO ES TU CULPA! ¡ES CULPA TUYA TODO ESTO!- Se acercó a Mello como queriendo atacarlo.

El mayor sujetó su brazo y tiró de él para acercarlo a su cuerpo.

-Por supuesto que es mi culpa, porque te provoco demasiado, ¿no?- Mello le susurraba de forma seductora. -Es culpa mía que ahora desees que te pegue a la pared de la ducha, bajo el chorro y te penetre mientras te obligo a que me mires a los ojos, ¿verdad? -

Y el rubio lo llevó hasta la pared.

-Soy el único culpable de que te mueras por que te muerda los pezones- le agarró uno -y te diga que eres solo mío, ¿no es así?

Near estaba alucinando con todo aquello que estaba diciendo el rubio.

Ver la esbelta figura de Mello, tan delgado pero tan fuerte, y ese abdomen tan marcado, empapado... Near se había excitado mucho.

Era un niño y su compañero lo volvía loco. Es no estaba bien. Pero no podía evitarlo.

Mello era extremadamente sexy.

Near abrió la boca, intentando replicar algo, pero Mello se coló en su interior jugando con su lengua de una forma muy pasional.

Durante el beso, Mello acercó su miembro a la entrada de Near, que hizo un leve movimiento, dándole permiso.

Mello fue entrando en su interior poco a poco.

-Dime, Near... ¿no es cierto que quieres todas esas cosas de las que soy culpable?- Y entró de golpe para que el grito de Near fuese la respuesta.

Mello elevó el mentón del albino para que le sostuviese la mirada y siguió embistiéndole.

La boca del mayor bajó hasta los rosados pezones de Near y comenzó a morderlos.

Mordía, lamía, volvía a morder y tiraba. Luego succionaba. Era la serie perfecta para volver más loco al pequeño.

Dejando descansar el pecho de Near, llevó la boca hasta su cuello y chupó hasta dejar otra marca. Subió de nuevo al oído del pequeño y susurró: Eres solo mío, Near. Solo yo puedo hacerte esto. Me perteneces.

Unas pocas penetraciones más bastaron para que el albino se viniera sobre el abdomen del rubio.

-Near... mira lo que has hecho.

Near se agachó un poco, ya que no necesitaba mucho, pues llegaba al mayor por el pecho, y frotó con una esponja su torso hasta dejarlo limpio.

Bajó un poco más y succionó el miembro de Mello y lamió toda la sustancia que salió.

Cuando el pequeño terminó de hacer eso, el rubio volvió a atacarle: -Estás hecho un vicioso, Near. Quién lo diría con ese aspecto tan inocente.

Near lo ignoró y lo abrazó bajo el agua hasta que quedaron limpios.

Al salir, el albino se vistió y Mello se quedó con una sola toalla que cubría lo justo.

El mayor decidió provocarlo de forma sutil. Se colocó estirado sobre la cama, luciendo sus marcados abdominales, que sabía que el pequeño adoraba, y empezó a comer una tableta de chocolate de forma sensual.

Near lo miraba a unos metros con los ojos muy abiertos.

-Vamos, blanquito. Hay trabajo que hacer.- Y siguió seduciéndolo sin permitirle hacer nada.

"Mello... esta tortura... no te la perdonaré."

Notas finales:

¿Os ha gustado? Espero que sí, a mí me parece una situación muy sexy...

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