POV Kyungsoo
-Jongin…- Le reté. Estaba terminado de sacar la mesa, con el moreno atrás mío siguiéndome los talones. Ya me lo había chocado tres veces.
Pero ni caso me hacía, y ahí estábamos los dos en la cocina, Jongin me abrazaba por la cintura mientras yo lavaba los platos sucios. Con su nariz acariciaba mi cuello, dejando besitos cada tanto. Una de sus manos se había metido bajo la remera, acariciando mi estómago suavemente.
- Me gusta estar así- Decía después de besar detrás mi oreja, haciéndome estremecer. Sonreí mordiendo mi labio inferior, ya era la cuarta vez que lo decía.
- …. Yo amo estar así- Susurré. Pude sentir su sonrisa sobre mi cuello.
Con cuidado, me giré sobre mi cuerpo quedando frente él.
-Jongin….- Pasé mis manos alrededor de su cuerpo, abrazándome a su cintura y apretando mis dedos contra su espalda - …Te quiero-
Era lo primera vez que lo decía, pero no que lo sentía. Hacía más de tres semanas que estaba tentando de confesarlo, pero sentía que ningún momento era bueno.
Tomó mi cara entre sus manos, y antes de besarme susurró “Yo te quiero mucho más… Hyung”. Nuestras bocas empezaron a chocar, y nuestras lenguas no descansaban.
- Qué asco, quiero vomitar - Me separé, mirando desaprobatoriamente a Sehun.
-Cuando tú lo haces con Luhan, yo no digo nada, así que calla- Le reproché.
-Pero… Hyung es diferente. ¡Eres mi hyung! ¡Como mi madre! ¡Es horrible ver a tus padres besándose… así!- Negué con la cabeza derrotado, el menor era un caso perdido.
Estaba recostado en la cama, leyendo una novela que Xing me había pasado, mientras Jongin de bañaba. El moreno salió del baño con solo un short cubriendo su cuerpo.
Aparté la vista, avergonzado. ¿Tenía que salir así?
-Ay qué lindo, estás todo colorado - Se burló, acostándose junto a mí en la cama. Lo ignoré y seguí aparentando concentrarme en el libro. Jongin se había puesto de costado, apoyándose sobre su codo. Una de sus manos acariciaba mi estómago sobre la ropa.
Decidí molestarlo un poco, y seguir ignorándolo. Pasé de página, mirándolo fugazmente por el rabillo del ojo, estaba con el ceño fruncido, y haciendo puchero.
Intentó acariciarme debajo de la remera, sin lograr ninguna emoción en mí, por lo menos externa porque internamente, explotaban mariposas.
-Soo…- Lloriqueó, Decidí dejar de molestarlo. Dejé el libro sobre la mesita de luz, girándome hacia él, y empujándolo por el pecho para recostarlo sobre la cama.
Con toda la vergüenza del mundo, pasé una de mis piernas sobre su cintura, sentándome en su abdomen.
-Soo…- susurró coquetamente - ¿Qué estás haciendo?- Me preguntaba, mientras subía las manos sobre mis muslos, dejándolas reposar ahí. Me incliné sobre su cuerpo, apoyando las manos a cada costado de su cabeza.
Su mirada estaba fija en mis labios, apenas si se movía. Había parado centímetros cerca de su boca y repasaba sus facciones. Amaba su nariz respingona y preciosa. Podía sentir como sus manos, subían y bajaban sobre mis muslos, haciéndome sonreír.
Besé su nariz, haciendo que Jongin cerrara los ojos graciosamente. Nuestras miradas se cruzaron, haciéndome estremecer, le dediqué una sonrisa antes de seguir bajando y alcanzar sus labios, finalmente.
Frotaba nuestras bocas, muy superficialmente. Me encantaba hacer eso. Sus manos, habían ascendido, y ahora estaban sobre mi cintura, bajo la fina tela del pijama. Apreté nuestras bocas cerradas, para después delinear con la lengua sus gruesos labios.
Me dediqué a succionar su labio superior un buen rato, pero pasados los minutos, necesitaba más contacto. Su lengua pedía permiso para entrar, y la acepté gustosamente, dando comienzo a la batalla.
En un rápido movimiento, ya me tenía debajo de él mientras atacaba sin piedad mis labios. Se pegó un poco más a mi cuerpo, haciendo que nuestras zonas se rozaran. No pude evitar lanzar un suspiro de placer sobre su boca.
Jongin se separó un poco, y tomando mi remera de los bordes empezó a subirla. Su mirada se dirigió a la mía pidiendo permiso, asentí algo sonrosado. ¿Iba a pasar? ¿Finalmente lo íbamos a hacer?
Él también se había sacado la remera, pegando su pecho caliente contra el mío. Dejaba suaves besos sobre mi cuello, mientras acariciaba mis costados.
-Kyungsoo… ¿estás seguro…?- Preguntaba dudoso, sentía que se me subían todos los colores. Que me mirara de esa forma me ponía nervioso y excitado. Asentí muriéndome de la vergüenza. Le eché un rápido vistazo a su cara, dándome cuenta de que estaba ligeramente sonrosado y sonreía complacido.
Acaricié su pecho, bajando por su abdomen hasta llegar a elástico del pantalón, Jongin estaba enfrascado besándome, dejándome sin aire y aproveché para intentar algo. Bajé más mi mano, apretándole… ahí. Interrumpió el beso, con un ronco gemido. Con miedo alejé la mano de su zona.
-Soo… nunca pensé que harías algo así - Decía contra mi oído, besé su cuello escondiendo la sonrisa que se formaba inconscientemente en mi boca.
Jongin empezó a frotarse contra mí, haciéndome lanzar suspiros de placer. Pero aquél contacto indirecto era insuficiente. Necesitaba sentirlo directamente contra mí.
Abrazándome a su espalda, bajé mis manos hasta su cintura, y con excitación, empecé a bajar su pantalón. Jongin lazó un grito ahogado del susto, para después empezar a reírse. -Dios… Kyungsoo, estás terrible-
Sin mi ayuda, se sacó los pantalones junto con la ropa interior, e hizo lo mismo conmigo.
Ahí estábamos, los dos desnudos frente al otro. Intentaba evitar mirarle esa zona que tanto llamaba mi atención, pero era inevitable.
Volvió a frotase contra mí, pera esta vez era mucho mejor. ¡Sí que lo era! Estaba por explotar de la excitación que tenía. Podía escuchar sus graves gemidos contra mi oído, volviéndome loco.
Lancé una exclamación al sentir que se separaba para buscar el lubricante. Bañó uno de sus dedos con ese líquido, y me miró.
-Avísame si te duele…- Asentí desviando la mirada, todavía quedaban rastros de vergüenza. Con besos y caricias, me ayudaba a disipar el dolor. Porque dolía como la mierda.
Besó cada uno de mis ojos fuertemente cerrados, estuvo susurrándome palabras al oído, besando mi cuello, los labios, la nariz. Después de unos minutos el dolor se había vuelto soportable.
-Jongin…- Susurré, se separó un poco de mí, metiéndose entre mis piernas. Podía sentir la presión de su miembro contra mi entrada.
Despacio, comenzó a entrar. Apenas si yo podía respirar, se sentía realmente… horrible. Pero ya sabía que costaba las primeras veces.
Cuando finalmente estuvo completamente dentro mí, se quedó quieto esperando a que me acostumbrara. - Estas todo rosadito Soo- Decía besando mis labios, Lo abracé por la espalda, clavándole las uñas. - Te quiero…Jongin, te quiero - Dije sobre sus labios, mi estómago se estrujaba con cada beso que me daba. De repente comenzó a moverse, haciéndome apretar más las uñas contra su espalda.
Entraba y salía despacio, ya no dolía, pero era incómodo. - Mierda… - susurró bajito contra mi cuello. Se debía de estar conteniendo. Mordí mi labio inferior, evitando lanzar suspiros, que quizás lo excitarían más.
-Soo, no hagas eso, me gusta escuchar como gimes-
-¡Jongin! ¡No lo digas así!- Sentí mi cara arder, no tenía por qué decirlo de esa manera tan… directa. Me miró divertido, dejando besos sobre mi cuello. No sé en qué me momento me había dejado de incomodar, y ahora sentía que necesitaba más.
-Jongin- Supliqué cerrando los ojos, empezó a embestir más fuerte, haciéndome lanzar suspiros, uno detrás de otro, que se complementaban con sus gemido roncos. Me sentía morir del placer, arañaba su espalda tratando de descargarme contra su cuerpo.
Podía sentir, pequeñas gotas de sudor, formándose sobre mi frente. Sentía que en cualquier momento explotaría. Su… su mano comenzó a tocarme, con movimientos suaves al principió que comenzaron a acelerar con los segundos.
Sus caricias sobre mi miembro, me hicieron llegar a la cúspide del placer, terminando sobre su abdomen, y sintiéndolo acabar dentro de mí. Nuestros pechos chocaban uno contra otro, por las respiraciones aceleradas.
Se salió de mi cuerpo, acostándose a mi lado. En la habitación, solo se podían escuchar nuestras respiraciones aceleradas. Sin decir ni una sola palabra, se levantó, tomándome de la mano y llevándome con el dentro de la ducha.
Pasaba el jabón por mis hombros, y cuello. Haciéndome suspirar complacido. Sus manos, se metieron debajo de mis brazos, y ahora llenaba mi abdomen de jabón. Me apoyé contra su pecho, sintiendo su corazón latir tranquilamente.
Giré entre sus brazos, tomando el jabón. -Me toca - Dije juguetonamente. Lo abracé pegándome contra su pecho y poniéndome de puntitas para alcanzar sus labios. Había empezado a enjabonarle la espalda cuando soltó un jadeo.
Lo hice girar para ver qué había pasado.
Tenía toda la espalda roja, y magullada. Lo había rasguñado inconscientemente.
- No sabía que serias tan pasional - Lo golpeé en el hombro. Mientras él se reía con ganas. Acaricié las marcas rojas en su espalda con cuidado.
- Prometo ser más cuidadoso la próxima vez -
-…. Mh… próxima vez. Eso me gusta- Dijo abrazándome.
POV Yixing
Wu Fan seguía enojado. Aunque me lo negara, me daba cuenta.
Había sido un idiota, si tan solo no hubiese escuchado su charla con JongDae, para después encontrarlo reunido con JunMyeon en aquél bar y escuchar su conversación… otra vez.
-Xing... ¿Qué pasa?- Luhan me hablaba desde el sofá. Estábamos mirando una película, matando el tiempo de laguna manera. Porque mañana debíamos ingresar a Luhan al hospital.
Negué con la cabeza, restándole importancia.
Fan llegó un rato después, me sonrió acercándose a mí, haciéndome levantar del sillón y sentándome sobre sus rodillas. Junté mis manos sobre mi regazo, mientras me abrazaba por la cintura. Acomodé mi cabeza en su cuello sintiendo su perfume.
Besó mi frente, acariciando mi pelo dulcemente. Suspiré complacido con sus mimos, secretamente adoraba que me mimara de esa manera, me encantaba.
Con Fan me sentía protegido. Luhan a nuestro lado, tenía cara de fastidio. -Me voy a buscar a Sehun- Dijo haciendo puchero el rubio, perdiéndose en la entrada del living.
Aproveché para acomodarme mejor entre sus piernas, pero antes que hacer cualquier movimiento, me tomó de la cintura, haciéndome pasar una pierna sobre su cuerpo, quedando sentado en su abdomen.
Pasé los brazos alrededor de su cuello, mirándolo a los ojos. Sus manos acariciaban debajo de la remera, mi estómago y cintura, haciendo reír por las cosquillas.
Se acercó a mi boca, dejando un suave beso sobre mis labios y alejándose rápidamente. Obligándome a seguirlo con la cabeza hasta que nuestras bocas chocaron otra vez. Exprimía su labio superior entre los míos, sintiendo su sabor. Las manos de Wu Fan se movían inquietas por todo mi cuerpo.
Me abracé más fuerte a su cuello - Lo siento…- Volví a repetir.
-¡Por dios Yixing! ¿Cuántas veces tengo que decirte que está bien?- Su voz sonaba cansada contra mi oído. Me separé despacio, desviando la mirada avergonzado.
Tomó mi cara entre sus manos, - No te pongas mal, ya está - Negué con la cabeza en desacuerdo.
-Sé que estás enojado porque lo hice a espaldas tuyas… -
-… Admito que me enojé al principio, sí. Habías mirado en mi teléfono y hablaste con mis amigos sin tener idea de la situación -Asentí de manera ausente. Había sido un inconsciente.
- Wu Fan, necesito unos datos de Luhan para decir en el hospital - JongDae entró por la puerta sonriendo, con cuidado salí de arriba de su cuerpo, dejándolos solos.
Estaba apoyado encima de la cama, abrazando mis rodillas y pensando en lo que había ocurrido. Nunca iba a ser bueno en nada, no había sido lo que mis padres esperaban, había perdido el año escolar, estaba pasando por el momento más extraño de mi vida.
Sin darme cuenta, alguna lágrimas se escapaban de mis ojos, ¿y si Wu Fan ya no me quería? ¿Y si se daba cuenta de lo olvidadizo que era? ¿Si no soy lo que él esperaba? Sentía una angustia horrible en el pecho.
Escuché la puerta de la habitación abrirse y rápidamente, como pude, me sequé las lágrimas acomodándome en el la cama y haciéndome el dormido.
Fan entró y se sentó en el borde de la cama. Podía sentir como su mano acariciaba mi cintura sobre la ropa. -Yixing…- Me llamó dudoso, probando si estaba dormido. No respondí, no quería hablar con él, ni con nadie. Quería estar solo.
Sentí como se levantaba de mi lado, y cerré fuertemente los ojos. Tenía la esperanza que se quedara conmigo. Pero como siempre, me apresuré en sacar conclusiones y cuando quise darme cuenta de la situación, Wu Fan ya me tenía entre sus brazos.
Suspiré sobre su pecho, pasando mi brazo por su cintura y abrazándolo fuerte. -¿Qué pasa? No me digas que nada Yixing, porque sé que me mientes -
Estuve un rato en silencio, acariciando su espalda con mis dedos, dibujando figuras abstractas. -Fan… Yo…- Me costaba hablar, tenía miedo de decir algo estúpido, que arruinara más las cosas.
- ¿Me quieres? - Después de decir aquello, dejé de respirar. Definitivamente, había sido una pregunta estúpida.
- Yixing… ¿Qué has estado pensando últimamente? - Respondió, solamente me dijo eso. ¿Qué carajo significaban sus palabras?
- Quizás… Yo no sea lo que esperabas. Soy torpe, lento. Todo lo que hago me sale mal. Y tú… eres tan perfecto que no sé…-
-¡Por dios Yixing! ¿Qué tipo de planteo estúpido y sin sentido es este?- Tragué duro, intentando calmar las lágrimas que estaban por salir, Wu Fan se había separado de nuestro abrazo y ahora me miraba sentando en la cama, con una expresión indescifrable.
-Deja de decir tonterías, ¡eres mi pareja! ¿Cómo no te voy a querer? - Cuando decía “pareja” sonaba tan despectivo, como si fuera una obligación el estar conmigo.
Acomodándose en la cama, me llevó con él, obligándome a ponerme entre sus piernas y a sentir su pecho contra mi espalda. Me picaban los ojos, y no podía evitar rascarme fuertemente tratando por todas las maneras posibles, no llorar.
Sus brazos envolvieron mi cintura pegándome a su cuerpo, podía sentir su cálido aliento chocar contra mi cuello, haciéndome estremecer.
- Eres precioso Yixing, todo lo que busqué en este tiempo lo tienes tú. Me vuelves loco, me haces poner celoso…-
-¿Celoso? Pero si yo nunc…- Le interrumpí resoplando, traté de darme vuelta, pero me atrapo más contra su cuerpo, metiendo una de sus manos frías por debajo de la remera. Haciéndome lanzar un jadeo.
- Tú nunca, pero yo analizo todos los que te rodea. Puedo ver en sus caras el deseo que te tienen, ni hablar de sus sucios y asquerosos pensamientos- Dejó un suave beso sobre mi cuello, mientras con la punta de sus dedos, acariciaba mi estómago.
- Te amo - Cerré los ojos fuerte, ¿había escuchado bien? ¿Había dicho esa frase? Con impacienta, saque sus manos, girándome en el lugar y abrazándolo por los hombros. No quise esperar más, necesitaba sentirlo contra mí.
Me abalancé contra su boca, succionando sus labios y derritiéndome con su sabor. Wu Fan me tomó de la cintura, empujándome contra la cama, y haciéndome caer contra el colchón, con el encima.
Poco me importó, su boca bajo por mi cuello, besando sin parar, y pasando la lengua por toda la carne expuesta. Me dediqué a lanzar suspiros de placer y a arañar su espalda. Los segundos pasaban pero no se despegaba del sitio. Ya no mordía ni chupaba, solo respiraba suavemente contra mi cuello.
-Wu Fan…- Le llamé temeroso. ¿Había llegado ya ese momento? Por repuesta, su respiración agitada.
-Fan…- Dije tomando su cara, obligándolo a que me mirara. Tenía los ojos fuertemente cerrados y una expresión de dolor en el rostro.
Acerqué su cara a mi boca, y dejé un suave beso en cada uno de sus ojos, haciéndole relajar la expresión. Besé sus labios una vez, suavemente, separándome para susurrar un te amo, sobre sus labios rojos.
Abrió los ojos fuertemente, mostrándome los ojos claros, que tanto me gustaban. Se acercó a mí, besando la punta de mi nariz, bajando por la mejilla, volviendo a mi cuello.
- Puedes hacerlo Fan... - dije suavemente, los dos estábamos esperándome este momento. Ambos estábamos fuertemente excitados por lo que vendría a continuación. Una de sus manos tomó mi mandíbula, llevándola hacia un costado, dejando expuesto mi cuello, la otra estaba entrelazando mis dedos con los suyos.
Su lengua, húmeda y caliente recorría todos los rincones. Obligándome a cerrar los ojos y emitir sonidos indescifrables. Sentía toda la adrenalina y el miedo correr mi cuerpo. Sus caricias se pararon, haciéndome lanzar un bufido de desaprobación.
Sentí como los colores subían por mi cuello, haciéndome ver colorado y avergonzado, seguramente. La punta de su lengua, estaba apoyada allí donde se podía sentir la sangre correr.
-Fan…- supliqué.
Dos agujas se estaban clavando en mi carne, dolía, dolía mucho. Cerré los ojos con fuerza, no pudiendo evitar lanzar un jadeo de dolor. Se hundió un poco más, y apreté con fuerza su mano, sintiendo como me devolvía el gesto. Me costaba respirar, con cada inhalación sentía que la herida se desgarraría.
Sentí un tirón, luego otro. Era como si estuvieran sacando hilos de mi cuerpo, como esos que te ponen cuando te abres una herida. Pero de repente, todo se volvió negro. Ya no dolía… Por lo menos no el cuello.
Tenía un grave problema en mis pantalones. No podía evitar el calor ahí abajo, fuera de mí, empecé a frotarme contra Wu Fan, no entendía que estaba haciendo, por qué me sentía de esa manera.
Desperté exaltado. Mirando a mí alrededor, al parecer era de tarde. Estaba en la cama solo tapado con las sábanas y… desnudo. Con toda la vergüenza del mundo, tiré de la sabana tapándome completamente de la cabeza a los pies.
Nunca hubiera imaginado que el succionar sangre fuera tan… excitante.