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Beasts and Demons por eunii

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Notas del capitulo:

A leer 

POV Chanyeol 
Ver como Baekhyun abrazaba y besaba a ese chico en la mejilla, hacía que mi instinto asesino actuara sin mi consentimiento. Frustrado tiré la comida sobre la mesa del comedor obteniendo una mirada de reproche por parte de Luhan y Fan. Me acomodé en la silla, de manera que pudiera observar todo lo que aquel intruso le hacía a mi hembra. Juro que si llega a besarlo, no respondo por mi instinto.
-Basta, deja de mirar al chico así Chanyeol- Bufé fastidiado ¿Por qué un profesor podía estar almorzando con nosotros? ¿Además que se metía? Eran mis problemas, que valla por ahí a buscar a su pareja.
Simplemente no entraba en mi cabeza ¿Le gustaba ese chico? ¿Ese era su tipo ideal? ¿Enano y de ojos saltones? ¿En serio? Chasquee la lengua decepcionado. -¿Por qué no comes?- preguntó Luhan con la boca llena de comida. A veces era tan asqueroso. Puse mi mano en su pera y la levanté fuerte haciendo que sus dientes chocaran. - Duele - Hizo un puchero mientras se sobaba la mejilla. Reí con ganas acompañado de Wu Fan. 
Sin darme cuenta había desviado la vista de Baekhyun. Gire rápidamente encontrándome con su mirada. Todavía no entiendo como puede ser tan hermoso, tan perfecto para mí. Le sonreí mientras inclinaba la cabeza a modo de saludo. Me devolvió la sonrisa con un tinte rosa en sus mejillas. Tan tierno. No quería separar la mirada de la suya.

- ¿Y JongIn? - La pregunta de Fan me obligó a cortar el contacto, levante los hombros - No se - dije algo perdido, cuando volví la vista el ya no estaba. Suspire fastidiado y me recosté en el respaldo de la silla, a comer.
-Hyung- era Jongin, su voz estaba tres tonos más baja y temblaba ¿Qué le sucedía? - ¿Estás bien? ¿Qué sucede? - Al instante todos estábamos arriba de él, tratando de averiguar que le pasaba, su cara estaba pálida se notaba muy débil. -Hyung… el o-olor, me está sofocando- Eso seguro quería decir que el chico estaba cerca. Pero ¿quién era? Sinceramente, desde que nos conocemos siempre tuve ganas de descubrir quién sería la pareja del moreno.
Supuestamente las parejas de los vampiros son lo contrario a ellos. Por ejemplo la pareja de Fan, blanco algo bajo, es toda paciencia y serenidad, su sonrisa desprende paz. Y el rubio es claramente todo lo contrario, impaciente, histérico, narcisista. Ni hablar de su sonrisa, da miedo.
Jongin es ciertamente hermoso, desprende una sensualidad que envidio secretamente, su color de piel es el de que cualquier hombre quisiera tener, entonces ¿Cómo sería su pareja? 
Mientras yo estaba enfrascado en mis pensamientos el moreno se recompuso, afirmando que olor ya no estaba presente y podía respirar con normalidad. Debo admitir que las razas de mis compañeros son muy sufridas, y agradezco ser un licántropo sin preocupaciones.
Caminaba por los pasillos, cuando lo vi metiendo algunos libros en su casillero. Me apoyé contra ellos, mi cara dando con la puerta abierta del suyo. El salto que pegó al verme allí, fue tan gracioso que no fui capaz de aguantar la risa. Lo vi sonrojarse y rascarse la nuca totalmente avergonzado. Tuve que reprimir las ganas de tomarlo allí mismo obligándome a mirar a otro lado controlándome.

-¿Cómo estás?- pregunte tratando de disipar el momento
- Bien, gracias- su voz se escuchaba muy baja, era casi un susurro. Asentí con la cabeza. -¿Qué vas a hacer ahora?- Pregunte 
-Ya terminó mi jornada, así que voy a casa - En ningún momento me miraba, y se distraía con cualquiera que pasara junto a nosotros.
- Te acompaño - Dije sin más, levantó la vista sorprendido y colorado - ¿En serio? - su expresión cambio a una de decepción -Lo siento Chanyeol, quizás otro día. Hoy voy con mi amigo - me paré derecho, la sangre calentándose, empecé a respirar más profundo, mataría al idiota de su “amigo” 
-¿No te enojas?- 
- No, hasta luego - sin darle ninguna mirada, me di vuelta y me aleje lo más posible, evitando volver a mirarlo. ¿Me había rechazado? ¡Había osado rechazarme! Corrí un poco y desaparecí en el bosque cerca del colegio. Necesitaba matar algo para amortiguar mi ira. Para Tres conejos y una liebre, no fue su día de suerte.

Llegué a casa, despelleje a los animales y los guarde en el congelador. Tenía que sacar la sangre de mi cuerpo así que tome un baño, también con la intención de que este me relajase pero no funciono. Me puse unos pantalones deportivos y Salí a correr, debía de hacer algo si no quería caer en la tentación.
Al final, el animal en mi fue más fuerte que yo y termine en su cuarto mientras lo observaba dormir. Me acerqué a su cama sentándome en ella. Un suspiro de placer salió de mí, sin que lo pudiera controlar, mientras acariciaba su cabello. Parecía como si mi toque lo hubiese despertado, entonces se dio vuelta, girando su cuerpo sobre el costado derecho, quedando frente a mí. Completamente dormido.
Su cara cuando dormía era tan relajada. Hacia resaltar más sus hermosas facciones, y no tenía ese horrible delineador en su rostro. No resistí, y mi mano como si tuviera vida propia, fue directo a su mejilla. Suave. La acariciaba una y otra vez. No podía apartarme de él.
Me acomodé un poco mejor en su cama, quedando el entre mi torso y mi brazo. Lo miraba mientras hacía unos soniditos dormido. Cada cosa que decía, cada acción que tenía me volvía más y más loco. De la nada su rostro se oscureció y sus cejas se juntaron ¿Qué estaría soñando? , empezó a murmuras incoherencias cada vez más fuertes -N..no.. No quiero- esta vez el que fruncía el ceño era yo. Pasé mi mano por su frente, corriendo su flequillo hacia un lado, mientras lentamente bajaba la cabeza hasta su piel. 
Su piel… estaba caliente cuando mis labios la rozaron, los oprimí un poco mientras cerraba los ojos, prologando más el contacto. No quería separarme de Baekhyun, pero sabía que si llegaba tarde a casa Fan me mataría.

POV Yixing

Protesté un poco cuando mamá intentaba abrazarme, por lo que tuve que contarle lo que había pasado hacia unos días cuando iba para el colegio. Se volvió loca y empezó a gritar, diciendo que tenía que ser hombre, defenderme. ¿Pero que podía hace yo? Eran tres contra mí, solo atiné a salir corriendo, tratando de sobrevivir. Sabía que mis padres estaban decepcionados de mí. 
Esperan que siga con el “negocio” de la familia, pero no quiero ser un vago que se gana la vida robando y vendiendo drogas. Sentía vergüenza de mi familia. Y eso puedo asegurar es el peor dolor del mundo. No veo la hora de cumplir la mayoría de edad para salir de este infierno. Quiero estudiar medicina, ayudar a las personas, no destruirlas como mi padre.

Solo me quedaba un mes allí. Solo un mes.

-¿Cómo está tu herida?- levanté la cabeza asustada ¿Dónde estaban todos? ¿Acaso había tocado el timbre? Rápidamente la bajé cuando mis ojos dieron con los del profesor. Últimamente me sentía extraño con Wu fan, cada vez que lo tenía cerca el corazón se me aceleraba. Me hacía acordar tanto al hombre que me salvó aquella vez de que me mataran.
O quizás latía así por miedo. No es que me haya hecho algo, todo la contrario se muestra muy atento conmigo, pero vamos ¿Ustedes lo vieron? Esa mirada no perdona a nadie, su voz no ayuda y su carácter a veces es extraño. Ni hablar de sus ojos… eran… raros. Cuando revisó mi herida, yo… quizás es que estoy loco o el momento me sobrepasaba, pero pude ver como cambiaban a un color miel claro, y que yo sepa tiene ojos oscuros. Pero como dije, debió haber sido la conmoción.

- Si, muchas gracias profesor- Suspiró y desvió la mirada. - ¿Te has estado haciendo las curaciones? - lo miré sorprendido y algo enojado. Era obvio que las había hecho, era mi cuerpo después de todo. - ¿Puedo verla? - su pregunta me agarró desprevenido y cuando quise darme cuenta ya había levantado mi camisa ¿Quién le daba derecho a hacer esas cosas? ¿Por qué carajo lo dejaba?
Las yemas de sus dedos se sentían cálidas en contraste con mi piel. Otra vez contornaban mi herida con mucho cuidado, y algo en el fondo de mí, deseó que no se separara nunca. Observé su rostro, algo pálido, se veía suave… ¿Lo seria? ¿Pero qué estoy pensando?

- Sunbae - la palma de su mano estaba sobre mi estómago, bastante lejos de donde estaba la herida en realidad. Alargué mi mano con la intención de tocarlo, pero me asuste cuando sus ojos cambiaron de color repentinamente - ¿Qué les pasa a sus ojos? - lo miré asustado. ¿Tendría alguna enfermedad? Todo fue tan rápido. Saco sus manos apurado, se giró tomo su maletín y salió prácticamente corriendo por la puerta, dejándome solo, confundido y con la camisa desarreglada. Cuando reaccioné Salí afuera pero no lo pude ver. ¿Qué había pasado?
Tomé mis cosas, no podría hacer nada hasta mañana. Mientras salía del colegio, lo vi hablar con un chico moreno, parecía un tema importante, o eso demostraban sus caras. Se subieron a un auto blanco y salieron rápidamente del estacionamiento. Cada vez me preocupaba más. Sacudí mi cabeza, sacando esas ideas locas de mi mente, ya tenía bastantes problemas, como para meterme en otros.

La jornada de trabajo paso normal, algunos clientes insatisfechos, otros maleducados, lo de siempre. Ya no me inmutaba por las reacciones de las personas. Tampoco podía esperar mucho de su labor en el bar, hombres borrachos y sucios por doquier, chicas medio desnudas proporcionándoles lo que ellos consideran “placer”. Es desagradable, pero es el único lugar en el que me aceptaron como empleado, no hace falta aclarar que de los demás fui rechazado por ser el hijo de la rata. Al principio dolía cuando trataban así a mi padre, e incluso tuve algunos enfrentamientos por su causa, pero luego conocí realmente lo que era, la decepción me inundó y todo lo que creí en mi infancia, se vino abajo. 

Hoy era el día de mi paga, así que cuando Salí del bar, fui al centro comercial, necesitaba ropa. La mía ya estaba muy gastada, e incluso ya estaba cansado de verla. No pienso usar nada de lo que mis padres me den, porque sé que no es algo que gane por mérito propio o el de mis progenitores, sino que es gracias a dinero que pertenecía a otras personas.

Entre a una tienda que tenía unas remeras bastante lindas y económicas, y empecé a espiar en los estantes. De repente me sentí observado, giré la cabeza pero la chica que atendía el local estaba hablando con otra sin prestarme mucha atención, y afuera no había nadie. Extraño.
No quería volver a casa todavía y opté por ir a tomar un café. Me senté en una mesa al fondo del café y saque los apuntes de historia para releerlos. Sabía que en casa no podría hacerlo, debido a las peleas y a los gritos. Otra vez esa extraña sensación me invadió, levante la cabeza y encontré a Wu fan Sunbae viniendo hacia mí y sentándose enfrente con un café en su mano. ¿Se sentaría conmigo?

- Yixing - Me saludó con la cabeza. Respondí algo atontado a su saludo - ¿Te molesta si me siento aquí? Todas las mesas están ocupadas - Rápidamente comprobé que en realidad era cierto y acepte que me hiciera compañía.
¿Debería preguntarle? Baje un poco el libro y lo observé, estaba con el ceño fruncido soplando en café, se lo llevo a la nariz, lo olio y después lo probo. Reí tapándome la cara con el dorso de mi mano, la expresión de asco que formó se me antojó irresistible. Subió su mirada arqueando una ceja. Negué con la cabeza ocultando mi risa.

- ¿Sunbae? - pregunte tímidamente - Mh - respuesta alentadora de su parte. 
- H-hoy cuando estábamos en el salón… yo - Suspiré mientras tomaba la taza entre mis manos, tratando que el calor del te me diera fuerzas. Alcé la vista tratando de encontrar sus ojos, que me miraban sin pestañear.
- Me asusto… ¿Qué fue eso…que paso...con- Me señalé los ojos, tratando de que captara la pregunta. Suspiró pesadamente y se dispuso hablar.
- Primero quiero darte una disculpa por haberte dejado allí - Asentí - Es algo difícil de explicar, no creo que sea el momento oportuno para decirlo tampoco, quizás alguna vez te explique bien de que va todo. Pero por ahora solo puedo pedir que mantengas este incidente en secreto ¿Podrás?- 
Esto cada vez era más raro, ¿Tan complicado podía ser lo que tenía? ¿O quizás no aceptara su enfermedad? Ideas locas cruzaban por mi cabeza mientras hacíamos contacto visual. No podía separa mi vista de la suya. Su cara se inclinó un poco hacia derecha y sus ojos me inspeccionaban. Sentí que el calor subía a mis mejillas, y me aparté avergonzado. Tosí y me acomode en el asiento. Definitivamente no podría seguir leyendo con él en frente.

-¿Qué lees?- 
- Su tarea- respondí sin levantar la mirada del libro. Se sentía raro estar con un profesor en el café del barrio. Pero de alguna manera no me incomodaba, y hasta incluso puedo llegar admitir que me gustaba la idea de pasar tiempo con él.
Estuvimos disfrutando de la compañía del otro un largo rato. El leía el diario y yo mis apuntes, de vez en cuando nuestras miradas se encontraban y yo la apartaba completamente sonrojado. Toda la atmósfera se perdió cuando mi padre llamo para obligarme a volver a casa. 
- Te acompaño - 
- No hace falta profesor yo…-
- Quiero saber dónde vives - Así de suelto lo decía. Negué con la cabeza, no quería que conociera el lugar donde vivía. Me daba vergüenza. Sentí una mano cálida sobre mi hombro, que me apretaba ligeramente dándome confianza - ¿Vamos? - ¿Por qué no podía simplemente negarme a lo que me pidiera? Pareciera que no pudiera decirle que no a nada.

Caminamos en silencio, uno al lado del otro. Metí las manos en los bolsillos de mi campera y accidentalmente rose su codo. Me separé algo avergonzado. La sensación de estupidez me invadía. Seguimos el camino y esta vez fue el quien rozo nuestros cuerpos a través de la ropa. Sonreí contra la bufanda que envolvía mi cuello. 
Cuando habíamos llegado a la esquina paré - Aquí está bien - dije parándome frente a él, alzando la vista, ya que era considerablemente más alto que yo. Lo vi mirar a todas las direcciones con el ceño en su frente - Vivo en esa casa de ahí - le señale avergonzado, bajando la mirada.

- Bueno, será hasta mañana Sunbae - Ese debía ser el saludo de despedida y yo debería estar dirigiéndome a mi casa. Pero allí estaba, quieto en el mismo lugar, perdido en sus ojos. Subí avergonzado la mano y con uno de mis dedos delinee muy superficialmente su mejilla, justo debajo de sus ojos. Sonrió por la caricia, y no pude hacer nada más que correspondérsela. La situación era impensada. ¿Qué tenía que me atraía tanto?
En un sutil movimiento sus manos tomaron las mías abrigándolas, lentamente y sin dejar de mirarme se las llevó a la boca y las besó. No sabía, o más bien no entendía cómo debía reaccionar ante su acción.
-¿Por qué no entras? Hace frio no quiero que enfermes- decía mientras las acariciaba. Asentí de manera ausente separándome solo un poco. - No vemos- 
Cuando llegué a la puerta, voltee a verlo pero ya no estaba, algo en mí no estaba bien ¿Por qué lo extrañaba?

POV Kyungsoo 

Estrés, estrés y más estrés. Odiaba el colegio, encima con estas estúpidas vacaciones me había atrasado un montón y ahora debería esforzarme el doble. Apartando esos problemas de mi mente, había otros. Como por ejemplo ¿Quién carajo había tocado mi cama? ¿Había entrado alguien? Lo consulté con mamá y me dijo que la única que tenía acceso a entrar era nuestra vecina, quien cuidaría de la casa en nuestra ausencia. Quizás haya olvidado tenderla, aunque todos sabemos que es poco probable. 
Bajé a la cocina a tomar una pastilla para el dolor de estómago, últimamente me dolía mucho. Pensé que había sido la extraña comida picante que habíamos probado en México, pero ya van cuatro días de la vuelta y el dolor no disminuye. El teléfono sonó en el living.
- Diga - atendí 
- Soo mis padres se fueron y no quiero estar solo ¿Quieres ir a correr?- Baekhyun hablaba del otro lado, con la voz suave tratando de convencerme.

-¿A correr?- dije algo dudoso - Me siento algo mal del estómago, si quieres podemos ir, pero a caminar- 
- Cualquier cosa para salir de aquí, dentro de un rato estoy por tu casa - sonreí mirando el tubo. Quizás la caminata ayude a despejarme y de paso, terminaría la charla que habíamos empezado en el almuerzo.
El timbre sonaba desaforado tratando de imitar la sinfonía de navidad, era claramente el castaño.

-¡Yah!- le grité cuando abrí la puerta - para con eso mis padres están en casa idiota- 
Se encogió de hombros y empezamos a caminar en dirección al poli deportivo, cerca de casa.
- Entonces, ¿Qué pasa con ese alto, el del tic en el ojo?- Le pregunté. Lo vi tensarse y ponerse colorado - ¿Qué pasa con él? - repetí ante su nula respuesta
- Es solo un conocido, nada más - dijo evitando mi mirada
-Mh, un conocido… ¿Y de dónde lo conoces?- Me gustaba ponerlo nervioso, era divertido.
-… Del colegio ¿Qué no es obvio?- Contestó lanzando una carcajada que me sonó a falsa. 
- Ya sabes que no me refiero a eso Bacon… noté como te miraba, bueno, Como SE miraban, tú no te quedabas atrás, ¿Eh galán?- lo empujé con el codo, molestándolo más. -¿O debería decir princesa? - Su cara se tiñó de rojo y me empujó con las dos manos, por los hombros. 
-¡Yah! No me gusta, en serio y además ¿A dónde me ves parecido a una chica?- levanté una ceja y lo mire de arriba abajo, pantalón deportivo blanco, remera crema, ojos perfectamente delineados… - No respondas, pregunta estúpida- dijo desacomodándose el pelo. 

- Hablando en serio ¿Qué tiene de malo que te guste?- le pregunté, desvió la mirada avergonzado. -No lo sé, es extraño ¿No te molesta que a tu amigo le… interesen l-los hombres?- largué una carcajada que atrajo más de una mirada
- ¿Cómo puedes decir eso?- dije mientras limpiaba las lágrimas imaginarias - Por dios ¿has visto a sehun?- Su ceño se esfumo dando paso a la contagiosa risa.
-No, de en serio- dije tratando de recomponerme 
-No me molestas que lo seas, te quiero así de estúpido no veo por qué valla a odiarte ahora- sonrió lanzándose a mí, tomando mi cuello entre su brazo derecho y presionando mientras me despeinaba. - Idiota-
- Entonces repasemos- dije - A ti te gusta Chancheol… que nombre horrible ¿no? Parece un trabalenguas- Me ligué un golpe en la cabeza - Es Chanyeol animal - forme una o con mi boca, daba igual sonaban parecido
- Si bueno, ese, y a sehun le gusta el que tiene cara de nena - Baek asintió 
- El alto rubio con aspecto de hombre rudo es el nuevo profesor de Historia - seguí llevando mi dedo índice a mis labios, - Me falta uno ¿No es cierto?- no recordaba quien era. 
- Te falta JongIn, el moreno - fruncí las cejas, no había visto ningún moreno en la escuela. - Ese día en el comedor no estaba por eso no lo viste - asentí sin darle mucha importancia y seguimos caminando un rato más.
A la mañana siguiente, fui al colegio más dormido que despierto, me lleve por delante bastante gente. De repente choqué contra un muro, levanté la vista y la seguí subiendo hasta donde estaban sus ojos, daba miedo - Ten más cuidado por favor - era el profesor Wu fan, - L-lo siento Sunbae, prometo ser más cuidadoso - Un escalofrió me recorrió, el tipo daba miedo.
Me aparte un poco dejándolo pasar. 
Entre al aula, mi mirada topo con la de simón, achique mis ojos amenazándolo con la mirada y corrió rápidamente la mirada, no se me escapaba la situación que había tenido con Baekhyun. Las horas pasaban excesivamente lentas, mi cabeza solo pensaba en una almohada y una manta para dormir. La hora del almuerzo por fin llego y nos sentamos en la mesa de siempre.
Mi mirada, dio con un moreno que entraba por la puerta del comedor, ese debía ser del que todas las chicas hablan, no le encontraba nada especial, excepto su piel claro. Se acercó a Wu fan y lo olio, fue algo extraño. No todos los días los alumnos huelen a los profesores, en realidad nunca había visto eso. Arrugó su nariz en señal de asco mientras hablaban entre ellos. De la nada cuatro pares de ojo me miraban ¿Tenía algo? Patee a Baek por debajo de la mesa atrayendo su atención. Me sentía intimidado.
El profesor, agarro al moreno del brazo y lo arrastro hacia afuera, mientras el otro me miraba amenazante ¿Qué carajo? Que yo sepa, nunca había tenido problemas con nadie, ni había ofendido, y a este ni lo conocía, ¿Por qué me miraba de esa manera?

Notas finales:

MUCHAS muchas gracias por sus reviews me hace muy feliz :)

Espero que les haya gustado el capitulo de hoy, poco a poco se van a ir dando las historias, espero que les siga interesando. Nos vemos en la siguiente parte!!


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