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Flores de Invierno por byCalyxto

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Notas del fanfic:

Esta es una reedición de un fic que había escrito hace años, me encanta esta historia y decidí arreglarla y volver a publicarla. Para los que hayan leído esta historia les aviso que cambie muchas cosas, si bien la estructura es la misma, cambie algunos sucesos y profundice otros. Y para los que no lo leyeron nunca, espero que lo disfruten.

Notas del capitulo:

Kamui es un niño rico que odia su vida como tal, y decide tener una vida normal yendo al colegio como cualquier otro chico. En secundaria conoce a Marcos, un joven profesor sustituto del cual se enamora, pero cree que es un amor imposible, no solo porque él es un chico, sino por su frágil apariencia, de estatura baja, delgado, muy rubio, y de enormes ojos celestes, se siente como un niño, frente al atlético, y atractivo profesor.

 

Flores de Invierno

By Calyxto Capitulo I

 

“”Familia””

š¯›

 

─ Kamui ─

 

A mis catorce años, me había vuelto a enamorar, y otra vez de la persona incorrecta, sabía que sufriría nuevamente un amor imposible, y terminara retorciéndome por dentro al ver a esa persona con alguien más, sin tener la más leve esperanza.

 

Estaba cursando segundo año de la secundaria; una de las profesoras había tomado licencia por maternidad después del primer trimestre de clases, y en su remplazó vino un joven profesor de veintitrés años, su nombre era Marcos Aguirre, era alto, atlético, de tez morena y cabello corto y negro. Al poco de haber llegado estaba organizando partidos de fútbol, entre los cursos, y hasta con otros profesores y preceptores, era muy simpático y divertido y era el consejero de todos, y por supuesto yo estaba perdidamente enamorado de él.

 

Había noches en las que lloraba en mi habitación por horas, deseando que la profesora volviera para no verlo y sufrir su cercanía, me ponía nervioso cuando me hablaba y tartamudeaba o olvidaba las respuestas, por lo que mis compañeros se burlaban de mi, y otros días en los que llegaba incluso más temprano que los demás a clases, para verlo antes que nadie.

 

Finalmente decidí que era imposible poder tener algo con aquel hombre, faltaba poco para que el año terminara e hice lo posible para arrancarlo de mi corazón, pero no era algo fácil de hacer. En el colegio intente tener el menor trato posible con él, y en las vacaciones trate de olvidarlo, confiando que nuestra titular se reincorporaría, y no lo volvería a ver jamás.

 

Cuando comenzaron las clases de tercer año, como supuse Marcos ya no estaba de sustituto, sino que ahora era nuestro profesor titular y también nuestro consejero, no sabia si reír de felicidad o llora de desesperación por volverlo a ver, ya que lo había echado de menos más de lo que hubiera querido.

 

A media que pasaron los meses fui tomando más confianza en mi mismo, había crecido un poco y ya no parecía un niño de primaria. Media un metro sesenta, y tenia más apariencia de un chico de secundaria, de a poco fui charlando cada vez más a menudo con él, sin ponerme tan nervioso, con el tiempo pude llegar a tener largas charlas con él de diversos temas, él estaba sorprendido que yo no estuviera un año o dos más adelantado, por la edad que tenia tendría que estar en cuarto año, y por mis conocimientos académicos, en la universidad, pero le había dicho que había sido Reiko, mi hermana y tutora, quien me había hecho entender que era muy importante de que yo tuviera una experiencia escolar normal, y eso incluía ser el centro de las burlas de mis compañeros, aunque aquello no quitaba que en casa tuviera tutores, que me preparaban para afrontar los negocios familiares cuando llegara el momento, que si fuera por mi seria nunca.

 

Marco se sintió impresionado por mi estilo de vida, y en cada ocasión que tenia libre me preguntaba cosas sobre mi, o mi familia, o sobre diversos temas que yo había estudiado en casa, estaba extasiado al saber que le llamaba tanto la atención, aunque fuera solo por curiosidad, supongo que no era común encontrarse un niño rico en una escuela así.    

 

 

 

Sabia que no debía ir de campamento con los chicos del colegio, pasar tres días a la intemperie con mi tendencia a enfermarme por cualquier cosa, y la manía de mis compañeros de ridiculizarme siempre que podían, no eran ningún buen augurio para ese viaje, pero Marcos me había convencido para que fuera, no podía decirle que no a él, por más que supiera que luego iba a arrepentirme.

 

El primer día lo pase bien sin ningún inconveniente, arme la carpa, comimos, observe como jugaron varios partidos, sin participar, odiaba el fútbol, al anochecer hicimos una fogata, los coordinadotes contaron historias de terror, bastante aburridas y estúpidas, y como Marco estaba ocupado, me fui a dormir antes que los mosquitos me desangrara. El segundo día las cosas no fueron tan bien nos separaron es grupos, por sorteo y nos mandaron a explorar distintas zonas a cada grupo con alguna estupida misión.

 

El grupo que me toco era el peor, y no hubo excusa que pudiera convencer a los profesores de quedarme en el campamento o al menos cambiarme de grupo. Ellos eran los que más saña tenias contra mi por mi apariencia física, todos ellos eran altos y atléticos, en cambio yo era de estatura baja, delgado, tez clara, mis cabellos finos y sedoso de un rubio intenso, y mi rostro era muy andrógino, temía los ojos grandes de un color celeste claro, y mis labios y mejilla siempre se teñían de carmesí al más leve rubor. No habíamos hecho ni medio camino cuando empezaron a molestarme.

 

─ Porque rayo no nos toco alguna de las chicas.

 

─ Supongo que contaron a Kamui como una.

 

─ Ja ja ja... Seguro, te digo que con un día más aquí, en medio de la nada, sin chicas, ni pornografía, le pondría un vestido y una peluca y me lo voltaria sin pensarlo dos veces. 

 

─ Ja ja ja... A puesto que con una peluca se ve igual que una chica.

 

─ Si, yo creo que se vería mejor que cualquiera de nuestras compañeras, si se viste de mujer.

 

─ Ja ja ja... Oigan y si lo vestimos de mujer, las chicas trajeron bastante ropa, podríamos volver ahora al campamento ahora debe estar vació y podríamos divertirnos más que en esta estúpida caminata.

 

─ Si!!!…. Que te parece Kamui, y si te portas bien y eres lindo, hasta te haríamos el favorcito.

 

─ Váyanse al diablo, Idiotas!!

 

─ Sabes que te ves más lindo cuando te enojas.

 

─ Ja ja ja ja....

 

Eran unos idiotas, estaba arto de todo eso, siempre era lo mismo, quería volver al campamento, pero temí que si no hubiera nadie estos idiotas hicieran lo que decían, así que seguí caminado, pero al pasar cerca de ellos, me tocar el trasero, y se rieron.

 

─ Tienes un buen culo q...

 

No termino la frase porque me voltee y le di una bofetada. Todos rieron, salvo el que golpee que me tomo del brazo y acorralo contra un árbol.

 

─ Porque no te dejas de hacerte la arisca, si todos sabemos como meneas el culo cada vez que el profe se te acerca, crees que un tipo como él te va hacer caso, con las mujeres que debe tener, porque no nos das una buena mamada a nosotros, y te sacas las ganas de chupar una grande, y si eres bueno podemos tratarte muy bien.

 

─ MUERETE IMBÉCIL!!!

 

─ Ja ja ja...

 

─ Suéltame!!

 

─ Crees que tus lagrimas me van a conmover niñita... ja ja ja

 

─ Si no me sueltas te juro que voy a...

 

─ Vas a que…!?... nos vas a acusar con tu querido profesor... ja ja ja...

 

─ No, le diré a mi hermana que intentaron abusar de mí, y veremos a quienes les van a partir el culo.

 

Me sentí un cobarde excusándome detrás de mi hermana, pero sabia que eso funcionaria, enseguida me soltó y vi que se había puesto pálido y los otros ya no reían, y se miraron unos a otros, yo no soporte más aquella humillación y aproveche la distracción y huí internándome en el bosque lo mas lejos que pude del camino y el campamento, no pensé en nada, no me importo nada, solo quería desaparecer, y que todo de acabara para siempre, corrí hasta que me que sin fuerzas. Encontré un tronco caído, bastante grande, me encarame a él, y me recosté, llore allí hasta quedarme dormido.

 

Cuando desperté, pensé que ya era muy tarde porque estaba todo oscuro, pero no eran más de la cinco de la tarde, en el celu tenia como 50 llamadas perdidas y otro tantos mensajes pero me había quedado sin batería.  Soplo de pronto una terrible ventisca fría, me di cuenta que se estaba levantando una tormenta, pero de puro testarudo, no me moví del lugar, y apagué el celular, hasta que el frió y la lluvia me calo hasta la medula.

 

No se como encontré el camino y volví, en medio de la lluvia y con lo oscuro que estaba. Confiaba que todos ya se hubieran ido al campamento por la tormenta. Solo quería llegar a la cabaña de los profesores y decirles que llamaran a mi hermana, y  para que me venga a buscar y si volvía a casa con suerte tendría una pulmonía que me dejaría al menos un mes sin volver al colegio.

 

Encontré la cabaña de los profesores y entre en ella, tenía mucho frío y mi cuerpo estaba empapado, los rayos caían uno tras otro, y el viento era cada vez peor, la lluvia se había vuelto una pared impenetrable que rugía ensordeciéndome, por suerte aun había luz, y no estaba ninguno de los profesores, de seguro estaban en las cabañas de los chicos cuidándolos por la tormenta. Busque aunque sea una manta para ponerme encima, no podía ni tomar el teléfono de cómo temblaba, pero de golpe se abrió la puerta y me lleve un susto tremendo cuando alguien entro cubierto con un horrible piloto amarillo.

 

El me miro y se arranco el piloto, era Marcos, a pesar de estar cubierto su ropa estaba empapa y cabello goteaba.

 

─ Kamui, por dios!, vaya susto que nos diste, donde rayos te habías metido, niño.

 

─ Lo siento.

 

─ Esta bien, lo importante es que estas bien, ahora que se calme un poco te llevare a tu cabaña con los demás y te cambiaras de ropa. Pero espera que te dé unas toallas para que te seques al menos.

 

─ No iré a la cabaña, me quiero ir a mi casa.

 

─ Ya hable con ellos Kamui, no te volverán a molestar.

 

─ No voy a volver.

 

─ Ok... esta bien, lo bueno es que ya estas aquí y estas bien… no sabes el susto que me diste, al encargado casi le dio un infarto, cuando no apareciste y le comunico la noticia a tu hermana, ella amenazo con demandar y destruir el colegio y la vida de cada uno de nosotros si algo te pasaba, y nos dio dos horas antes con llamar a la fuerza armada para que venga a buscarte.

 

─ Lo siento, ahora la llamo. 

 

Reiko era una exagerada, pero era muy capaz de hacer lo que dijo. Marcos me dio unas toallas y una manta para cubrirme, tome el y llame a Reiko, y le hable en vos baja, dándole la espalda a Marcos para que él no me escuchara. Una vez hube calmado a Reiko, me di la vuelta para hablar con Marcos, pero este se había quitado la ropa, y estaba en boxer vistiéndose, era la primera vez que veía su cuerpo casi desnudo, sus músculos marcados su piel morena, las piernas apenas me sostenían y el corazón estaba por salir de mi pecho. Me quede mirándolo embobado, y un calor recorrió todo mi cuerpo, y mi excitación presionaba dolorosamente contra mi pantalón. De pronto el me miro aun con la ropa en la mano, y se sonrojo.

 

─ Lo siento, tenia la ropa aquí y estaba empapado.

 

Yo desvíe la vista avergonzado.

 

─ Esta bien, profesor … es mejor que se cambie, si no va  a enfermarse.

 

Tuve que hacer el acopio de toda mis fuerzas para hablar normal y aun así me temblaba la voz, yo esperaba que el creyera que era por el frío y no por lo que él me hacia sentir.

 

─ Será mejor que tú también te quites esa ropa y te pongas algo seco, mi ropa te quedara algo grande pero al menos esta seca.

 

 Así estoy bien profesor.

 

 Estas empapado Kamui, y tu salud es delicada, si te enfermas tu hermana va a matarme.

 

Yo no quería quitarme la ropa por mas que muriera de frío para que no notara lo excitado que estaba, por mas que se hubiera vestido, la imagen de su cuerpo no se borraba de mi cabeza.

 

─ Aunque sea solo cámbiate la camiseta para que no se te enfríe más el pecho.

 

Marco tomo una de sus camisetas y se me acerco, yo tenia clavada la vista en el suelo, tratando de no mirarlo y calmarme, para poder vestirme.

 

 Vamos Kamui vas a enfermarte, mira como tiemblas…

 

Marcos me quito la manta de los hombros, yo no podía levantar la vista, tenia usar todo mi autocontrol para poder solamente permanecer de pie tan cerca de ese hombre. Luego sentí sus manos sobre mi cuerpo quitándome la camiseta mojada. Trato de ponerme la ropa seca pero por alguna razón sentí que sus manos temblaban y no podía ni pasarme la ropa por la cabeza.

 

Me la quite de encima, para ponérmela yo solo, pero cuando ya la camiseta no estaba en medio vi el rostro de Marcos, estaba muy colorado y tenia la mirada fija en el suelo.

 

 Le sucede algo profesor.

 

El levanto la vista y me miro a los ojos, al cruzar la vista con él todo mi cuerpo tembló, y los colores me subieron, quise huir de allí por la vergüenza, pero él me sujeto con ambas manos de la cintura, y se arrodillo frente a mi apoyando su cabeza sobre mi pecho, sentía que sus manos también temblaban. 

 

 Ya deja de temblar Kamui… por dios!… esto es una tortura…

 

Dijo seriamente y con voz gruesa, no sabia que hacer, me quería morir, se había dado cuenta de lo que yo sentía por él, y ahora me odiaba, de  seguro le daba asco. Caí de arrodillas sin poder contenerme más, lloraba desconsoladamente en el suelo, desarmado por la vergüenza y la certeza de saber que el hombre al que amaba, me despreciaba.

 

─ Hay Dios!!... NO!!! ... No Kamui... No llores así, por favor, no llores,... no quise decírtelo de esa manera... vamos niño deja de llorar... Kamui, por favor ya no llores, debes ser más fuerte y aceptar lo que sientes, tienes que aprender a controlarlo, sino no podrás vivir tranquilo... por favor... no me hagas esto... Kamui... 

 

Me sentía muy mal, quería morirme en ese momento, no quiera escucharlo, no quería su lastima, estaba desesperado, de seguro él me detestaba por ser un gay, por ser un marica como todos decían en el colegio, quería que se fuera, que me dejara morir allí solo, donde estaba, mi cuerpo se convulsionaba por los sollozos, y sentía como la fiebre se adueñaba de mi cuerpo, y las fuerzas me abandonaban, quería que la tierra me tragara lo antes posible.

El también estaba de rodillas frente a mí, sentía como sus manos acarician mis cabellos y sus fuertes brazos me envolvían, acurrucándome contra su pecho, quería deshacerme de su contacto pero mi cuerpo templaba tanto que no podía hacer nada.

 

─ Por favor Kamui, no llores más, eres un muchacho realmente bello y dulce, y me rompe el corazón verte llorar de esa manera... Kamui… yo siento lo mismo que tu, mi cuerpo reacciona igual que el tuyo, mis manos tiemblan como las tuyas al estar tan cerca el uno del otro, tu me gustas mucho… pero eres solo un niño, y no puedo, no debo, sentir esto por ti entiendes… soy tu profesor … lo entiendes …

 

En ese momento creo que las lagrimas dejaron de botar de mis ojos por la impresión; que había dicho?, no, no podía ser, habría escuchado mal, de seguro estaba soñando, mi cabeza estaba inventado cosas, esto no era real, no quite las manos de mi rostro pero tenia los ojos tan abierto bajo ellas que me dolían, pensé que había escuchado mal, por volví a escuchar su voz, fuerte y clara.

 

─ Kamui aun eres muy joven y debes estar confundido con lo que sientes ahora… y aun sabiendo eso yo no puedo evitar quedarme cerca de ti... todo esto es mi culpa... cuando estuve de suplente el año pasado quede fascinado al conocerte, tu dulzura, tu belleza, tu vida, tu madurez... pero eras solo un niño, y lo que yo sentía por ti estaba mal, no debía ni siquiera pensar en ti de esa manera... tendría que haberme alejado en el momento en que empecé a sentirme atraído por ti… no debí volver una vez que termino mi suplencia, ... pero cuando me di cuenta de tus sentimientos, perdí el control... y acepte la titularidad de este colegio solo para poder seguir viéndote, yo... yo... no debí haber aceptado...

 

Definitivamente lo que estaba pasando no era real, no podía creer que Marcos, mi profesor, del que estaba perdidamente enamorado, me estuviera diciendo que yo le gustaba, que se quedo en el colegió solo por verme...  por suerte ya estaba sentado, baje las manos de mi rostro y levante la cabeza para mirarlo a la cara, para ver que lo que escuchaba era real.

 

─ ... Kamui, soy nueve años mayor que tú, y soy tu profesor, además tu solo tienes quince años… podría ir preso incluso por lo que estoy diciéndote ahora, por estar así tan cerca de ti,  por solo pensar en ti de la manera en que lo estoy haciendo… entiendes,... No entiendes ni una palabra de lo que digo verdad. Creo que todo lo que estoy diciendo es solo para convénceme a mi mismo de que por fin me he vuelto completamente loco.

 

─ Si, entiendo.

 

Dije, esto era real, él me miraba fijamente se veía preocupado pero a pesar de ello me sonrió, y yo relajándome por fin le sonreí dulcemente y con cariño, en mis mejillas aun estaban las huellas de las lagrimas pero el color que las caracterizaba había vuelto.

 

─ Hay Dios!, es menor, es menor, es menor, y tengo que salir de aquí, o terminare loco o preso.

 

─ ja ja ja... si, ya pareces un poco loco, y ya se que soy menor, pero a mi eso no me importa.

 

Después de la tensión que había pasado, no pude evitar reírme aunque fuera suavemente, era muy gracioso, él me miraba con una ternura que me derretía, y yo no podía hacer más que sonreír. Pero de pronto él se acerco a mi y me beso suavemente los labios, yo al sentir su contacto cerré los ojos y me sentí desvanecer, al abrirlos, vi a Marcos sonriéndome, todo dentro de mi vibro, eche mis brazos alrededor de su cuello y lo bese, uniendo mi boca con la suya con fuerza, pegando mi cuerpo contra el de él. El me rodeo la cintura y respondió a mis besos, y luego me alejo soltando mis brazos, dulcemente.   

 

─ Sabes que puedo perder mi matricula e ir preso por eso chiquillo.

 

─ No dejare que eso pase.

 

─ Si algún otro profesor o alumno nos ve… me denunciaran…

 

─ Te quiero.

 

─ Si, y yo a ti, y no sabes cuanto, pero aun eres muy joven, no te estoy rechazando, pero tampoco podemos hacer esto, debemos tener mucho cuidado Kamui, seria mejor que sigamos como estábamos, al menos hasta que termines el año.

 

─ Porque?

 

─ Primero porque aun eres solo un mocoso, y quisiera que supieras bien lo que estas haciendo, lo que va a pasar entre nosotros, y lo que sientes, y Segundo porque soy tu profesor. Para mi tampoco me será fácil, todo lo contrario, pero no quiero confundirte, ni perjudicarte, entiendes.

 

─ Si claro, yo no quisiera que por mi culpa tuvieras problemas.

 

Le dije seriamente, realmente me asustaba eso de que pudiera ir preso por mi causa. El me miro y se acerco a mi, uniendo sus labios con los míos, esta vez el beso fue más intenso, más apasionado. Todo me daba vueltas, sentí un cosquilleo en el estomago que me hacia estremecer, Marcos sujeto mi rostro con una mano, y yo volví a estirar los brazos alrededor de su cuello, el estomago me daba vueltas vertiginosas y un calor me inundo desde adentro. Luego él volvió a intentar separarse de mi, pero esta vez mis brazos se negaron a dejarlo ir. Y mis labios a alejarse de los suyos…

 

La puerta se abrió y uno de los profesores entro, Marcos se levanto de golpe, pero mis piernas no reaccionan.

 

 Aguire!!! … que es esto… llamare…

 

 Espere… Kamui no tiene nada que ver… no lo involucre…

 

 Creo que eso es lo que menos debe preocuparle…

 

 Le daré medio millón si mantiene la boca cerrada y se larga.

 

Ambos se voltearon a verme, me levante, tome el teléfono y llame a Gôro, le dije que deposite medio millón a la cuenta que le iban a pasar, y le pase el teléfono al profesor que había entrado, era un profesor de otro curso pero el conocía a mi familia, el tomo el teléfono le paso su numero de cuenta, colgó, me miro e hizo una reverencia con la cabeza y se marcho sin siquiera volver a mirar a Marcos.

 

Marcos vio como el tipo se iba, y me quedo mirando.

 

 Que rayos fue eso?!

 

 Soy un niño muy rico, y no dejare que nadie te perjudique, aunque deba comprar el colegio entero.

     

 No Kamui!… eso no esta bien… hay niño… eso que hiciste no es bueno… jamás serás feliz si no aprendes que la gente no se debe comprar…

 

 Lo sé… yo no soy así… lo hice por ti…

 

Me dijo que lo mejor era que nos fuéramos de allí, y hablaros mejor las cosas en otro momento, que trataríamos de controlarnos y hacer bien las cosas. En contra de mi voluntad, me vestí, lo único agradable era el saber que esa era su ropa. El llamo avisando que me llevaría a casa en su auto, y por más berrinche que hice él no detuvo la marcha hasta llegar a mi casa.

 

Al llegar a la mansión, vi a Reiko esperándome en el portal de la casa junto con Miwa. Adoraba a Miwa el era mi sobrino, pero yo cuidaba mas de él que su propia madre. Miwa  se acerco corriendo al auto bajo la lluvia y se abrazo a mi cintura con fuerza. Reiko me recibió con un fuerte abrazo y un coscorrón, y me cubrió con el paraguas.

 

─ Hola Miwa, me extrañaste mucho... pero que haces te vas a mojarte todo así.

 

─ No me importa, donde estabas?... Nos asustamos porque no venias.

 

─ Miwa deja en paz a Kamui... Profesor Aguirre, gracias por traerlo, pase a la casa por favor.

 

─ No es nada soy su tutor, y era mi responsabilidad tráelo.

 

─ Pero pase por favor.

 

─ No gracias, estoy todo mojado, y no quisiera causarle molestias.

 

─ No es molestia, por favor pase, o nos quedaremos todos mojándonos aquí afuera.

 

Dijo mi hermana Reiko con un tono que parecía más una orden que una invitación, por lo que me di cuenta que  Marcos prefirió no contradecirla; por lo que todos entramos en la casa.

 

─ Preparare algo caliente, quiere un café Profesor Aguirre.

 

─ Si gracias, pero por favor llámame Marcos tenemos casi la misma edad, supongo.

 

─ Esta bien, Marcos, pasa y acomódate como si esta fuera tu casa.

 

─ Y porque tanta confianza con este tipo.

 

─ Porque es un invitado, Miwa, y hay que ser amable con el, el me hizo el favor de traerme a casa.

 

─ ...Esta bien Kamui... Bienvenido a casa Marcos, quieres un Wiski o algo más fuerte.

 

─ No gracias. Miwa, no Bebo, y un niño de tu edad no debería andar ofreciendo ese tipo de bebidas.

 

─ Y un tipo de tu edad no debería andar jugando a las escondidas con sus alumnos.

 

─ MIWA!!!, que te dije.

 

─ Acaso le falte el respeto Profesor Aguirre, o no era que no encostraban a Kamui.

 

─ Ya basta Miwa!.

 

─ Pero Kamui no dije nada malo.

 

─ Bueno... esta bien, estoy cansado Miwa, por favor compórtate quieres.

 

─ Bueno.

 

─ Esta bien, Kamui, por mi no te preocupes, estoy acostumbrado a los crios malcriados, es un chico con bastante carácter no?.

 

─ Con un carácter de mierda, dirás. Es una digna cría de víbora, con una boca ponzoñosa y venenosa, heredo mi carácter, el pendejo de mierda.

 

─ Reiko!.

 

─ Que?! Kamui por dios, no seas tan mojigato, Marcos es profesor de secundaria, y creo que esta bastante acostumbrado a escuchar groserías y malas palabra, ahora ve a cambiarte antes de que te enfermes, Miwa ve a pedirle a Rita que prepare Café, Té, y bocadillos.

 

─ Por que no vas tú.

 

─ Te dije que vayas.

 

─ RITAAAAAA!!

 

─ NO GRITES!!!!! Ve a decirle a la cocina!.

 

─ No grites?! si tu gritas más que yo, no quieres que grite, pero tu te la pasas gritando, que clase de ejemplo me das con eso, porque no contratas mejor servidumbre, si hay que ir a buscarla cada vez ...

 

─ Kamui porque no llevas a Marcos arriba y le das algo de ropa, creo que la ropa de Gôro le quedara bien.

 

─ No… gracias así estoy bien.

 

─ Por favor Marcos, si no es ninguna molestia. Ve Kamui porque no lo ayudas a cambiarse... Hemmm digo a buscar algo para cambiarse.

 

─ Reiko! por favor, porque no vas tu, la ropa es de tu marido.

 

─ Pero es tu profesor.

 

─ ...Esta bien, pero deja de avergonzarme, quieres.

 

─ Lo intentare.

 

─ Yo los acompaño.

 

─ No, tu no Miwa, tu ven a preparar el té conmigo.

 

─ Preparar el té contigo?!! Si en tu puta vida has preparado el té ni una sola vez...

 

Los gritos de Miwa y Reiko se escuchaban hasta arriba, estaba acostumbrado a ello, pero en frente de alguien más, en especia de Marcos, estaba terriblemente avergonzado. Además me sentía muy nervioso mientras subíamos las escaleras que conducían a las habitaciones, me sentía muy extraño con Marcos caminando a mi lado, además tenia miedo de que mi hermana saliera con cualquier estupidez, la amaba mucho pero era un mujer muy desenfrenada.

 

─ Es realmente una casa impresionante,  sabia que pertenecías a una familia distinguida, pero no me imaginaba que vivieras en una casa así.

 

Dijo Marcos cortando el tenso silencio que se había generado.

 

─ Adinerada dirás, de distinguida no tiene nada, ya has visto a mi hermana y a Miwa, pero a mi me da igual, yo pretendo estudiar medicina y largarme de aquí, pienso mantenerme por mi mismo, no quiero heredar nada.

 

─ Renunciaras a tu herencia.

 

─ Si, se la dejaré a Miwa.

 

─ A la cría de víbora esa.

 

─ Profesor Aguirre!! no le diga así a Miwa.

 

─ Es tu sobrino?.

 

─ Sí.

 

─ Se ve que lo quieres mucho.

 

─ Si lo adoro, a él y a mi hermana, ellos son la única familia que tengo.

 

─ Tu hermana, es muy simpática.

 

─ Lo siento es una desvergonzada, y se va demasiado de tema.

 

─ Esta bien.

 

Al llegar al habitación de Reiko, entramos y le señale donde estaban las cosas.

 

─ Ese es el closet de Gôro ponte lo que quieras.

 

─ No habrá problemas.

 

─ No, y si tiene algún problema, que se muera.

 

─ Parece que tu cuñado no te cae muy bien.

 

─ No, lo odio.

 

─ Que sinceró, con este conjunto deportivo estará bien.

 

─ Bien, ahí esta el baño, allí tienes las toallas, puedes darte una ducha aquí si quieres, no hay problema, cuando termines baja.

 

─ Seguro que no hay problema, y si viene el marido de tu hermana.

 

─ Dile que eres su nuevo amante.

 

─ Si, supongo que eso sonara mejor de lo que piensa tu hermana de mi.

 

─ Lo siento.

 

─ No, esta bien, ella me agrada mucho, es muy simpática y bella, como tú.

 

─ Me voy a cambiar.

 

─ Si será mejor que vayas antes de que te enfermes.

 

 

 

Habían pasado veinte minutos, cuando escuche los pasos de Reiko, dirigiéndose a su cuarto, me asome por la puerta de mi habitación para espiarla, temía lo peor, pero al menos ella golpeó la puerta de la habitación.

 

─ Estas vestido Marcos.

 

─ Si, pasa.

 

─ Ohhh que lastima.

 

─ Lo siento, si quieres vuelvo a desvestirme.

 

─ Deberás! ....., no, no, no viene para eso, es por otra cosa... hablando enserio Marcos, quería darte las gracias por traer a Kamui.

 

─ Ya dije que no fue nada, además tú amenazaste con destruir nuestras vidas, si no lo traíamos sano y salvo.

 

Ella entro riendo y cerro la puerta, yo me acerque y me apoye en ella para escuchar mejor de que hablaban.

 

─ Eres un buen profesor, quieres mucho a tus alumnos verdad.

 

─ Si.

 

─ Y a Kamui también verdad.

 

─ Si también.

 

─ Que tanto lo quieres.

 

─ Bastante para saber que todavía es un niño.

 

─ Si, aun es joven, pero los chicos crecen muy rápido...

 

─ Me vas a decir, pedir o amenazar… para no me vuelva a acercar a el?.

 

─ ja ja ja ja ja… Nooo!!... yo a su edad ya tenía muchos amantes, está bien si tú le gustas que se divierta. Solo quería pedirte que lo cuides, y no lo lastimes porque si no si te mato.

 

─ El es mi alumno no puedo involucrarme con el, además aun es muy joven.

 

─ No me jodas con esa mierda, la verdad ya pensaba que Kamui era un mojigato reprimido, siempre suspirando por los rincones… pero cuando me entere que soborno a un profesor porque los encontró haciendo chanchadas…  le tome nuevo respeto al mocoso… no se anda por las ramas detrás de estúpidos adolescentes, sino que eligió a un muy atractivo y sexy profesor, supongo que somos hermanos después de todo… la verdad que eres todo un bombón…  

 

Iba a matar a mi hermana, apenas lograra rescatar a Marcos de sus garras

 

─ Gracias supongo... no se bien como tratar contigo, me asustas sinceramente… pero veo que eres una hermana muy comprensiva, al respecto… yo me fui de mi casa a los dieciocho años para que nadie se diera cuenta que era gay, no creo que mi familia lo hubiese aceptado tan bien.

 

─ Kamui y Miwa son la única familia que tengo y no voy a perderlos por una tontería así, no me importa la pareja que elijan, en esta casa la moral es lo de menos, pero Kamui es distinto, es frágil y complicado, pero es realmente encantador.

 

─ Hemm... sigues asustándome, pero creo que tú también eres encantadora, y una buena hermana.

 

─ Te equivocas, no soy una buena persona, y creo que mi niño tampoco lo es, salió a mí sabes, pero amamos mucho a Kamui, y él es todo para nosotros.

 

─ Eres una madre muy joven verdad.

 

─ Más de lo que crees, Kamui es como un hijo para mí, así que será mejor que tengas cuidado con lo que haces porque té estaré vigilando, y si lo lastimas te mato.

 

─ No te preocupes voy a tocarlo.

 

─ No me refiero a eso idiota, puedes revolcarte con él todo lo que quieras si eso es lo que a él le gusta y quiere, a lo que me refiero es que no lo uses por su dinero, ni lastimes sus sentimientos, si ya no lo quieres díselo claramente, y si lo que quieres es dinero, la que lo maneja soy yo, y no me vendría mal un amante como tu.

 

─ Gracias, pero no estoy interesado ni tu dinero, ni en el de Kamui, el muchacho realmente me gusta, y yo si tengo moral, por lo que pienso cuidarlo, así que si es por eso no te preocupes, ya que pretendo tener una relación seria con tu hermano, y se que no debo opinar sobre tu vida pero debería ocúpate de cuidar también de tu hijo.

 

─ Algo serio que aburrido… pero bueno... si es lo que Kamui quiere, y lo de mi hijo tienes razón debes opinar… Ese mocoso sabe bien como cuidarse solo… en serio no te gustan las mujeres?

 

─ No… no me gustan las mujeres Reiko, pero tu en especial me aterras... y creo que me prometiste un café no?.

 

─ Si… ven al comedor… ya tienes cara de salir corriendo.

 

Casi me mato tratando de que no me vieran salir corriendo de detrás de la puerta, por suerte todo termino bien, tómanos un café, y Marcos huyo lo más rápido que pudo de las garras de mi hermana, cuando logre distráela lo suficiente, si él volvía a dirigirme la palabra después de haber conocido a Reiko iba a ser un milagro, discutí hasta casi entrada la medianoche con ella, hasta que me empezó a dar consejos sexuales terriblemente pervertidos, por lo que escape a mi cuarto y me encerré allí.

Notas finales:

Espero que les haya gustado, y les advierto desde ahora, cuidado con el próximo capitulo que tiene algo de lemon. Espero sus comentarios y opiniones.


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