Poseidón: Tragedia en el mar
Capítulo 2
Sasuke salió del baño con una toalla blanca amarrada en su cintura, dándole un aspecto sumamente sexy, el cual Naruto se permitió apreciar con detenimiento. Una sonrisa boba adornó sus labios y unas cuantas imágenes no muy éticas, pasaron fugazmente por su cabeza.
-Te empezaré a cobrar por mirarme, dobe- Jugó Sasuke mientras se acercaba hacia la cama en donde Naruto estaba acostado.
-Te harías rico- Respondió estirando los brazos llamándolo así a su novio. –Ven, quiero un abrazo- Sonrió.
-Hmp…-
Sasuke se acostó al lado de su novio, y lo abrazó colocando la rubia cabeza en su pecho, acunándolo, acariciando uno de sus brazos con lentitud y aspiró el olor de Naruto que tanto le embriagaba, que tanto lo calmaba y el que tanto amaba.
El rubio sonrió contento, y subió su vista hasta toparse con esos ojos negros tan profundos, que lo habían enamorado, hace tantos años. Se acercó a Sasuke y le besó dulcemente la nariz, para luego sonreír abiertamente como solo él podía hacer.
-Es la mejor luna de miel de todas.- Apuntó Naruto colocándose arriba de Sasuke completamente, mientras acariciaba su blanco rostro.
-Pues aprovecha, porque será la única que tendrás- Le respondió repitiendo el gesto.
Naruto rió por aquel comentario, allí estaba su novio posesivo que tanto le gustaba.
Se acercaron al mismo tiempo y juntaron sus labios en un tierno beso, uno sin apuros, ni sin ninguna intención aparte, sólo, un beso lleno de amor y cariño. Naruto puso sus manos en los cabellos azabaches acariciándolos. Y Sasuke puso una mano en la cintura del menor, y la otra en una de sus mejillas, delineando una de las marcas tan extrañas que poseía el rubio.
Cuando el oxígeno se les hizo carente, se separaron mirándose directamente a los ojos, tan diferentes, pero que se complementaban tan bien. Sin duda, habían elegido correctamente la persona con la cual, compartirían el resto de sus vidas.
-Te amo, teme- Le susurró en los labios.
-Y yo a ti, usuratonkachi- Sasuke sonrió. –Vamos, hay que bajar al salón y comer algo.-
-Siiiii ¡¡ramen!!- Festejó el rubio mientras corría desnudo a buscar su ropa interior.
-¡Que aquí no hay ramen! estamos en un crucero…-
-…. ¿Qué has dicho?- Preguntó Naruto observando a su novio con la cara desencajada.
-Que no hay ramen-
El rubio pestañó un par de veces confundido y enfadado. Apretó los puños con ira. Sus dientes rechinaron, y Sasuke pudo jurar que sus ojos por un instante su pusieron rojos.
-ES LA PEOR LUNA DE MIEL DEL MUNDOOOOOOOOO!-
*-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*
Hinata se encontraba apoyada en una de las paredes del gran salón observando todo a su alrededor.
Muchas mesas en el centro, con manteles impecables y centros de mesas, platos, cubiertos, vasos, todo perfecto, en el techo de éste, se encontraba un gran y precioso candelabro, era tan fino y seguramente lo más costoso del lugar, a la derecha una barra de tragos, en el cual tres hombres muy apuestos atendían a sus clientes, más atrás se encontraba la cocina separada por una puerta de metal. Al lado de ésta, había un escenario en el cual un grupo de jazz tocaba música de fondo, a la izquierda, habían unas cuantas personas jugando a las cartas, apostando y bebiendo algún licor, cerca de ellos había otro grupo de personas jugando muy concentrados al billar.
Luego estaban las escaleras que comunicaban al salón de fiestas, donde se hacían bailes para los jóvenes de su edad a partir de media noche. Sin duda asistiría a esos bailes, le encantaba bailar.
Iba a aprovechar sin duda aquel hermoso lugar, la piscina, los juegos, todo, estaba bastante contenta de poder divertirse por unos días, sin tener la obligación de ser la “niña buena” como debía serlo en su casa. Por una semana no tendría que ser perfecta en todo, ni callada, ni sumisa…
Se divertiría. Y nadie podría arruinarlo.
Miró a su costado y vio el perfil de su primo junto a ella.
Suspiró. Bueno, quizás no todo sería tan perfecto.
-Voy por un trago- Avisó la muchacha. Sin obtener respuesta de su acompañante.
“Cretino…” pensó mientras caminaba hacia la barra de tragos.
-Hola linda- Fue lo que le dijo uno de los muchachos que atendía, apoyándose sobre la mesada y acercándose mucho a ella. -¿Qué te apetece?- Preguntó mientras la observaba.
-Tequila- Respondió ignorándolo.
-Vaya elección… de inmediato señorita- Dijo sonriéndole. Mientras buscaba la bebida y se la preparaba con gracia y elegancia, tratando de dejarla sorprendida.
-Gracias- Agradeció sin más, mientras tomaba la copa con la bebida en ella. Dándose media vuelta y alejándose de allí.
El sujeto de la barra, sonrió, y observó a la muchacha alejándose, sus largos cabellos lacios, hasta que su vista bajó hasta lo más interesante, y con detenimiento lo evaluó.
Si, sin duda, una belleza.
Neji se encontraba con los ojos cerrados, maldiciendo la idea de mandarlos juntos, a él y a su tonta prima, a ese lugar. Su compromiso había sido dictado desde que supieron que le género de la primogénita del clan Hyuuga sería femenino.
Sin lugar a quejas ni a negaciones. Ambos supieron a corta edad que cuando cumplieran la suficiente edad se casarían, siguiendo así la tradición del apellido Hyuuga.
Si, antiguo y anticuado. Pero real e injusto.
Abrió sus ojos al sentir los pasos de su prima acercándose, y vio que detrás de ella un sujeto no le quitaba los ojos de encima… a su trasero…
Arrugó el entrecejo y frunció los labios.
-Ya te conseguiste a uno, eres más rápida de lo que pensé… Hinata- Le dijo con sorna cruzándose de brazos.
-¿De qué hablas?-
-Por favor, tu inocencia no me engaña-
-¿Inocencia? ¿Estás loco o qué?- Respondió ella indignada.
-Cállate- Gruñó y se fue de allí dejando a la ojos claros sola y muy enojada.
“Madre… ¿acaso casarte con papá fue tan horrible?...”
Pensó observando a su prometido alejándose.
*-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*
-¡Ahh! … S-Sai… hummmm aaaah ahh… ahhmm noo…-
-Shhh… Hiroki… te escuchará …- Le susurró al oído del pelirrojo. –Ahhm…Gaara, como aprietas….-
-C-Cálla…te… ¡Ah! ¡Ah! más lento … ugh! ¡Sai!… - Pidió el menor agarrándose fuertemente de la blanca espalda de su esposo, clavando un poco las uñas por el dolor.
-Lo siento… es que te … ahh…extrañaba…. ohhh ahh…- Le dijo jadeante mientras con una de sus manos le acariciaba el rostro sonrojado y sudoroso a su pareja. Mientras con la otra masturbaba a Gaara, siguiendo el ritmo de sus envestidas, las cuales eran cada vez más rápidas y profundas.
-Mmmh… si sigues así… me voy aaa…-
-Aguanta …ahh! …un poco ..más…ya casi…ahhh! ahh!-
Se escuchaba el rechinar de la cama, los jadeos sincronizados de ambos, sus gemidos, más audibles por parte del pelirrojo, y más leves por parte del pelinegro. No había día en que no hicieran el amor, sobretodo porque Sai era un depravado en ese tema.
-Sai… ya no…yaa aah ummm no… puedo más ¡ah! ¡AHH SAI!- Se vino manchando el vientre de ambos, mientras una sacudida de placer lo invadía.
Un par de envestidas más y el mayor se vino dentro de su pareja, quién gimió un poco por la sensación de que lo llenase de esa manera. Sai salió lentamente del interior de Gaara y se acostó a un lado de él. Atrayéndolo hacia su pecho mientras le acariciaba el cabello con cariño.
-Te amo amor…- Le susurró el mayor tomándolo del mentón, y besando sus labios con calma. El otro se sonrojó levemente por esas muestras de cariño que tan de repente su esposo le dedicaba.
-Sai… te amo- Le devolvió el beso mientras pasaba sus brazos por detrás de la ancha espalda del ojinegro. –Te…amo…demasiado…- Le decía entre beso y beso. Las caricias aparecieron, las cuales de a poco se convertían en más atrevidas.
Sai acariciaba el pecho de su novio y con la otra masajeaba su firme trasero, mientras que el pelirrojo jadeaba débilmente, y besaba sus labios con ansiedad.
-Listo para otra ronda?- Le preguntó colocándose otra vez sobre su esposo.
Gaara sonrió altanero. –Siempre lo estoy…-
Sai le devolvió juguetón la sonrisa, mientras comenzaba a masajearle el miembro semi despierto. Besaba su cuello dejando marcas a cada paso.
-PAPIIIIIIIIIISS! QUIERO IR A COMER!!-
Ambos adultos se detuvieron en seco al escuchar la aniñada voz de su pequeño hijo.
-Papi… ¿por qué aplastas a mami…?- Dijo inocente observando la escena.
Gaara se puso rojo y empujó a Sai fuertemente quitándoselo de encima. Lo cual provocó la caída al suelo del mayor y la risa del pequeño Hiroki.
*-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*
-¿Qué sucede?- Preguntó el hombre que llegó corriendo al ser llamado con urgencia.
-Capitán- Respondió el otro sujeto mientras observaba un radar en la pantalla.- Algo va mal…-
Continuará…