Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Doncel fallido por pri_sasukelove20

[Reviews - 109]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

 

¡Y aquí la continuación!

Gracias a las seis personitas que comentaron :) disfruten.

Advertencia: Escenas leves de violación (creo), aunque no es la gran cosa no se alarmen.

(Los personajes pertenecen a Masashi)

 

 

—Pero mira nomas, que culito tan rico tienes.

—Quédate calladito y no te haremos daño, niño.

—¿Qué… que quieren de mi?-tartamudeo asustado. Esos hombres lo estaban acorralando en un callejón sin salida.

—Sssh, no te asustes, lo pasaremos bien, ya verás-le tomó de la muñeca izquierda, otro hombre le tomó de la otra muñeca y los otros tres se le pusieron adelante. Le observaron con una mirada llena de lujuria, se relamieron los labios y uno de ellos comenzó a desprenderle los pantalones.

El blondo comenzó a temblar y sus ojos se humedecieron.

—No, no, por favor. No me hagan nada. Déjenme ir… por favor…-aterrado sabiendo lo que harían con su cuerpo inexperto, no sabía cómo defenderse de tantas personas y se veían muy fuertes.

—Te dijimos que te calmes. Vas a disfrutar tú también-le bajaron los pantalones dejando ver su bóxer.-¿Quién será el primero?

—¿Qué tal un juego? El que saca primero, toma su virginidad. Se nota que es virgen.

—Uno de nosotros tendrá mucha suerte de tomar a este niño, se ve muy tierno. Bien, no lo suelten, vamos a empezar…

Después de unos tres minutos, entre risas y sonrisas de deseo, uno de ellos se bajó los pantalones y puso su miembro frente al rostro del rubio.

—Mételo en tu boquita, ¿sí?

—No, no,-negó con la cabeza y llorando amargamente.

—¡Hazlo, estúpido doncel! No tenemos mucho tiempo, hazlo o te matamos-le tomó la nuca y lo condujo al órgano sexual.

La respiración se puso irregular, su frente sudaba exageradamente, sus manos presionaban la sabana que lo cobijaba. Entonces, sus ojos se abrieron de golpe y levantando medio de su cuerpo…

—¡Aaaaaaahhhhhh!

Gritó lleno de dolor y miedo. Con sus ojos azules llenos de llanto comenzó a mecerse de atrás hacia adelante aferrándose a sus piernas.

—¡Déjenme! ¡No me toquen…! ¡No me toquen! ¡No me toquen! ¡Aléjense de mí! ¡NO ME TOQUEN! ¡NO ME TOQUEN!

—¡Naruto!

Tsunade, su abuela y directora de la escuela “El sol naciente”, irrumpió a su habitación y se acercó a abrazar a su nieto que había entrado nuevamente en shock. Como tantas noches había ocurrido.

—¡Naruto, cálmate! Fue una pesadilla, solo una pesadilla, mi niño. No llores, respira tranquilo.

—Diles, abuela. Diles que dejen de tocarme, que no me toquen… me duele mucho sentirlos, no quiero más… no quiero…-lloraba desconsoladamente.

—Todo estará bien, ellos no vendrán. Estás conmigo, yo te protegeré. No permitiré que nada te pase-sollozó la rubia de ojos miel-Nadie volverá a tocarte.

Un nuevo día de clases en el instituto. Entró a paso normal recorriendo los pasillos y viendo si encontraba a Gaara. Sus ojeras eran notorias debajo de sus ojos y tenía una mirada desolada. Ignoró a los de su entorno y los susurros que hacían al oído de su deprimente apariencia. Estaba más despeinado de lo normal y se veía pálido, como era de esperarse, su abuela no quería que concurriera al colegio. Y él no faltaría por algo tan patético, estaba bien, lo repetía constantes veces. No quería estar encerrado en casa. Necesitaba distracción, necesitaba estar con su amigo y velar por la seguridad de sus compañeros donceles.

De noche era un hombre completamente diferente, alguien que sufría y que mostraba abiertamente sus sentimientos. De día era el chico frio y carente de todo aquello que lo hiciera ver débil. Pocos conocían su pasado y tenían estrictamente hablar de ello a pedido de la directora, ¿Qué porque lo conocían? Tuvo un novio, le dejó en cuento supo lo sucedido. Le asqueó saber que lo habían tomado a la fuerza y ya no era nada especial en su vida. Contó a uno de sus amigos lo que le pasó y este esparció el rumor como si nada, pronto las miradas se posaron en él, algunos con lastima otros burlándose de su mala suerte. Y fue inicio de su odio, el odio más profundo que pudiera tener.

—¡Naruto!-escuchó a sus espaldas alguien corriendo a su lado, era Gaara.

—Hola-saludó, dándose la vuelta.

—Te ves horrible, amigo.-murmuró preocupado.

—Lo sé, ya me miré al espejo.-intentó reír, pero no salía nada de sus labios.—Tks… no me sale.

—No hace falta que lo hagas. No te obligues a ser feliz, vamos al aula, odio el cómo te miran.

—Sí…

—¡Oye, tú! ¿Es cierto que fuiste un doncel antes? Me lo he estado preguntando mucho tiempo, y mi curiosidad pudo más. ¿Si es así, quiere decir que eres anormal?-preguntó un chico cortando su camino al aula, de inmediato ante sus palabras, nadie pudo quitar la vista del rubio.

—¡Metete en tus asuntos!-gritó furioso el pelirrojo interponiéndose entre él y Naruto.

—A ti no te hablo, idiota. Le hablo al anormal, ¿Cómo es eso que ahora eres hombre?

—Mierda. No estudié nada para el examen de historia-se quejó, Suigetsu ingresando al establecimiento junto a su amigo moreno.

—Deberías haber dejado de jugar toda la noche, ¿no te parece?

—Por favor, Sasuke, tienes que ayudarme. Deja que te copie-le miró con demasiada lastima.

—Tienes que ser responsable de tus actos. No voy a darte nada fácil, tendrás que aprender-suspiró.

—¡Que malo eres! ¿Qué les diré a mis padres?

—A ti no te hablo, idiota. Le hablo al anormal, ¿Cómo es eso que ahora eres hombre?

—Hay mucha gente adelante, ¿se va a pelear alguien?-preguntó curioso.

—Pues vayamos a ver-murmuró el azabache empujando al resto y yendo al frente del espectáculo.

Sasuke observó en una esquina a Naruto y un pelirrojo, del otro extremo, un chico de otro salón le estaba haciendo, al parecer, preguntas muy personales con respecto a su vida privada. Suigetsu logró llegar hasta él y acomodarse a su lado.

—Es el chico rubio.

—¡¿A quién le dices, idiota?! ¡No te incumbe nada respecto a él!-defendió al blondo, quien se mantenía indiferente a la conversación.

—Tal vez no, pero algunos tenemos cierta curiosidad, ¿sabes? ¿Eres hombre o eres doncel?-miró a su alrededor-¿Quién de aquí se ha estado preguntando por su persona? ¿No quieren saber la verdad?

—¡Sí!

—¡Queremos saber la verdad!-todo el mundo apoyó al chico, Sasuke guardó silencio observando como los otros levantaban las manos.

Gaara no lo entendía. ¿Qué ganaban con saberlo? Naruto no diría nada de aquel espanto.

—¿Por qué quieren saber tanto de mí?-preguntó finalmente el rubio, haciendo a un lado a su compañero, quien hacía de su escudo-Ahora, que veo más detenidamente, te golpeé la semana pasada ¿no?-preguntó frio.

El chico le miró con mucho enojo y apretaba sus puños intentando no descontrolarse. Faltaban minutos para que tocara el inicio a clases, lejos de los adultos quienes se encontraban al fondo. Sería una perfecta oportunidad para tomar venganza, pero si salía perdiendo nuevamente, sufriría la humillación más grande de su vida delante de todo el colegio.

—¡Te odiamos, imbécil! ¿Te crees lo más genial de esta escuela, verdad? Solo porque eres el nieto de la directora piensas que nadie te pondrá las manos encima. Hazle saber a todo el mundo que eres un anormal, los rumores han prevalecido durante cuatro años y nadie se ha animado a preguntarte por temor a tu abuela. ¿Qué escondes? Solo dilo y todo solucionado-sonrió-Y no tienes ningún derecho a golpearnos.

—¡En eso te equivocas! ¡Cualquiera que dañe a alguien de este instituto, que se aproveche de su debilidad, conocerá mis puños!-levantó la voz, con mirada fiera-¡¿Quieres saberlo?! ¡¿Quieren saberlo todos?!-miró a su alrededor.

—Naruto, no lo digas-posó su mano en su hombro.

—No pasará nada, Gaara, me tienen hartos.-susurró.

—Va a decirlo, Sasuke. Ahora veras que yo no digo tonterías.

—¡Yo, Naruto Namikaze, fui un doncel!

Un incomodo silencio reinó los pasillos, y muchas miradas no pudieron evitar sorprenderse, entre ellos donceles que él mismo había protegido. Se sintieron orgullosos de tener a alguien tan fuerte a su lado, los hombres y mujeres no podían digerirlo tan rápido.

—De verdad tú…-habló aturdido el que le acusaba.

—Ahora…-respiró hondo-¡¡Déjenme en paz!!-rugió furioso alertando que todos se alejaran.

El camino le fue despejado y acompañado de Gaara, reanudó hasta su curso. Justo en ese instante, el timbre sonó anunciando la hora de clases y comenzaron a dispersarse e ir a sus lugares entre murmullos.

—¿Por qué lo dijiste?-preguntó tras un tiempo.

—Porque no quiero… que me llamen anormal-susurró sentándose en su sitio.

Después de tres horas seguidas de arte, era hora de tomar aire. Sin embargo, Gaara tuvo que dejarle ir solo ya que tenía que terminar antes que el profesor abandonara el salón. El dibujo llevaba nota. Con un “no te preocupes” por parte del de ojos azules, decidió ir a un lugar donde nadie podría juzgarlo con sus miradas. La azotea.

Se aferró al barandal que lo separaba de una posible caída y observó hacia abajo a todos reunirse y merendar. A los vehículos circular y el aire acariciando su rostro bajo ese inmenso sol de primavera. Cerró sus ojos y se dejó llevar por la agradable sensación de estar volando libremente, podría estar así todo un día. Los minutos iban trascurriendo y pronto tendría que volver. Se apartó del fierro y se dio la vuelta hasta llegar a la puerta, pero esta se abrió repentinamente, y por ella entró un chico. Un chico que él le había puesto el ojo hace mucho tiempo.

—Todavía faltan cinco minutos. Quédate un poco más, Naruto.

—¿Qué quieres?-preguntó molesto.

—¿No me conoces, verdad?-preguntó sonriendo de medio lado, acercándose.

—Sasuke Uchiha, diecisiete años. Todo un mujeriego, aunque también vas por los donceles. Sales con ellos como su novio un día y los dejas al día siguiente-comentó mordaz.

—Me siento halagado-sonrió.—¿Entonces sabrás porque estoy aquí?

Naruto frunció el seño.

—¡Oh, vamos! ¡Lo sabes! ¿No quieres saber lo que se siente estar conmigo un día?

—Jodete, Uchiha. Estaba pesando en algo para castigarte, por romper tantas ilusiones a esos pobres que cayeron bajo tus encantos. Es una buena oportunidad para cumplir mi tarea.-crujió sus dedos y sacudió sus hombros-Pelea conmigo.

—¿Qué? Oye, no quiero pelear, quiero conquistarte.

—¡He dicho que pelees!-se abalanzó con sus puños.

Sasuke esquivó cada movimiento, al igual que el rubio, tenía mucha experiencia en enfrentamientos como este. Observó cada detalle que mostraba por dejarle una marca en su perfecto rostro, no había conocido a nadie así y si era antes un doncel, esto era digno de admirar. En poco tiempo, descubrió la mayoría de sus errores, hallando la forma de imposibilitarlo fácilmente. Naruto se vio empujado contra la pared todavía no asimilando lo que había hecho su contrincante, se había movido muy rápido y lo tenía de espaldas a lado de la puerta. Le presionó las muñecas en lo alto de la cabeza y estando a una distancia realmente cerca al punto de mezclar sus respiraciones agitadas.

—Peleas bien, pero tienes algunos puntos débiles. Deberás mejorar si quieres la revancha-sonrió.

—Morirás-crujió sus dientes intentando zafarse, Sasuke puso más fuerza.

—Tú quisiste llegar a esto, no yo. Solo quiero hablar.

—¡Soy un hombre ahora! ¡Y no permitiré que juegues con todos a tu antojo! ¿Te crees superior, verdad? Con chasquear tus dedos, tendrás a todo el mundo besándote los pies. Pero no será así nunca más, me encargaré de ello personalmente.

—Eso me gustaría verlo-se acercó peligrosamente a su labios.

No, ahora no. Esta sensación.

Naruto comenzó a hiperventilar. Acorralado y con un chico queriendo apoderarse de sus labios. Rememoró la escena de hace cuatro años, y pareció costarle respirar.

—¡Oye, tranquilízate! ¿Qué te sucede?-comenzó a aflojar el agarre, ese fue el peor error para Sasuke.

Los ojos azules y vacios contemplaron al moreno caer al piso agarrándose el abdomen. En la mano, sujetaba una navaja con restos de sangre del propio Uchiha. En ese pequeño descuido logró soltarse con facilidad, meter su mano en el bolsillo trasero y encajarle la navaja en el estómago sin piedad.

—Naruto…-gimió, Sasuke retorciéndose de dolor, se había quitado el saco con anterioridad. Y pudo verse claramente como la camisa blanca se teñía de carmín debajo de su pecho-Aaahh…

—Nadie me toca-susurró perdido en sus pensamientos-No debiste tocarme… no debiste.

(Continuará)

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).