*Matt povs*
¿Cómo podré salir de aquí? Rayos… Esto es malo… Parece que no es muy bonito cuando las niñas se enteran que te gusta tu mejor amigo, y menos cuando tú mismo te acabas de enterar de eso. Pero claro, no pueden guardar un miserable "secreto"…. Noooo, se lo tienen que decir a medio orfanato… Y es horrible, creo que hasta Mello ya lo sabe… No debí decírselo a Near si supiera que alguien iba a escuchar eso y terminaría así…
*Flash Back*
-¡Pero claro! – Di un brinco de mi cama, tenía que aprovechar que Mello había salido de la habitación porque Roger lo había llamado. Empecé a correr a toda velocidad, tenía que encontrar a Near.
Recorrí los pasillos lo más rápido que pude, hasta que me encontré con el pequeño de Near, tranquilo como siempre, sentado en el suelo armando un rompecabezas, en el lugar más apartado de la sala común.
-Hola Near, ¿Qué haces? –Pregunté tratando de parecer amable, para no ir directamente a lo que venía y parecer descortés.
-Hola, Matt. ¿Cuál es el problema con Mello esta vez? –Rayos, me descubrió. Este pequeño si que es listo…
-¿Cómo lo supiste? –Pregunté algo sorprendido, mientras me sentaba en el piso a un lado de Near.
-Es fácil darse cuenta, además se te hizo una costumbre contarme tus problemas con Mello y pedirme algún consejo. –Sonrío levemente, sin apartar la vista de su rompecabezas.
-Bueno… Ya que tú siempre me ayudas y me das consejos, puedes venir y contarme a mí también, tal vez no sea de mucha ayuda… Pero lo intentaré. –Sonreí.
Near dejó su rompecabezas de lado y fijó sus ojos grises hacia mí, mientras yo solo miraba atentamente.
-Dudo mucho que ese día llegue, pero aún así, supongo que gracias. ¿Y bien? ¿Qué es lo que pasa ahora? –Se enroscó un mechón de cabello en su dedo, mientras seguía observándome atentamente, esperando que yo dijera algo.
-Lo que pasa es qué… -Me sonrojé, yo mismo podía sentir que mis mejillas se tornaban de un color rojizo. -¿Recuerdas de lo que hablamos la última vez…? Ya me decidí, y pude llegar a la conclusión de que lo que dijiste… Es verdad. –Lo último lo dije con algo de dificultad, a decir verdad me encontraba algo nervioso.
-Bien… Lo supuse desde un principio, veamos cómo está la situación y tú dime si me equivoco en algo… Te diste cuenta que amas a Mello y ahora quieres confesárselo, pero no estás seguro si hacerlo o no porque no sabes cómo va a reaccionar. ¿Correcto? –Bajé la mirada, me sonrojé aún más y asentí levemente a lo que acababa de decir Near.
-Sabes, conociendo a Mello, tal vez al principio si se lo dices puede reaccionar de una manera algo… Tu sabes, así que lo único que te podría recomendar es que si estás seguro de decírselo, díselo con cuidado, en un momento en el que él esté relajado. –Suspiró y volvió a fijar su vista en su rompecabezas.
-Lo entiendo… Aún si no se lo toma bien, estoy completamente seguro que se lo quiero decir. –Dije con seguridad, alzando un poco la mirada.
-¿Por qué no lo vas a buscar ahora mismo? –Dijo Near.
-Tienes razón, eso es lo que haré… ¡Gracias de nuevo, Near! –Me levanté con seguridad y determinación de donde me encontraba y comencé a dirigirme a buscar a Mello, estaba completamente seguro que se lo diría apenas lo viera. Espero que ya haya llegado de la oficina de Roger…
Comencé a buscarlo por cada rincón que conocía de Wammy's House, pero por más que buscaba no lograba encontrarlo. Ni siquiera estaba en nuestra habitación, y que yo sepa Mello no acostumbra a salir de ahí muy seguido.
Buscarlo comenzó a hacerse cansado, en especial porque cada vez que yo pasaba cerca de un grupo de chicos o de chicas, empezaban a susurrar cosas que apenas me acercaba.
Me dirigí hacía el único lugar que no había buscado: en la terraza. Estaba prohibido ir a ese lugar, sin embargo algunas veces Mello iba ahí de todas formas.
Lo extraño para mí fue que justo antes de llegar a las escaleras que dirigían a la terraza, había un grupo de chicos mayores, al parecer con no muy buenas intenciones.
-Miren, ahí está ese chico marica al que le gusta la niñita rubia… ¿Qué les parece si le dejamos en claro que en este orfanato no habrá ningún chico al que le gusten otros chicos? –Mierda esto es malo… Un momento… ¿¡Cómo se enteraron!?
-Exacto… Algunas veces las mocosas como Linda son de mucha utilidad… Ella y sus amigas son las que nos avisaron de esto… -Malditas… ¡Siempre tienen que decir todo lo que escuchan!
Me tomaron de los brazos levantándome del suelo, mientras yo forcejeaba para que me soltaran, pero no daba resultado. Me llevaron hasta un pequeño cuarto donde guardan los utensilios de limpieza, abrieron la puerta y me lanzaron dentro del cuarto. El mas alto de todos me tomó de la camiseta y me dio varios golpes. Yo solo me dejé, no hice nada por tratar de liberarme, solo me quedé ahí, hasta que se cansó de golpearme y salió del pequeño cuarto, dejándome encerrado, con la nariz y la boca sangrándome, además de varios moretones.
-¡MALDITOS! -Fue lo que grité desde adentro, aunque creo que no me escucharo.
*Fin del flash back*
Y aquí me encuentro… Ya han pasado como 2 horas desde que esos tipos me encerraron aquí… No hay ni señales de que alguien vaya a sacarme… Me pregunto donde estará Mello…
Después de algunos minutos me quedé dormido sin darme cuenta.
-Matt… Matt… Matt… ¡MATT, DESPIERTA, CARAJO! -Me removí un poco de donde me encontraba dormido en el suelo, y me percaté que era Mello, al parecer había encontrado la forma de abrir la puerta.
-¿Qué? ¿Qué hora es? ¿Hace cuanto que estoy aquí? -Me levanté del piso con pereza y miré a Mello.
-Son las 8 p.m estúpido… Estuve… -Mello puso cara de haber visto un fantasma. -¿Qué es eso? ¿Qué tienes en la cara? ¿QUIÉN TE LO HIZO? -Dijo, con lo que pude decifrar era enojo.
-No es nada… Fueron unos chicos mayores que me golpearon solo un poco… -Dije con tranquilidad, percatándome que aún traía sangre en la nariz y en la boca.
-¿¡Acaso estás ciego!? -Me tomó de la muñeca y comenzó a dirigirse hacia nuestra habitación.
Durante el camino, cada persona que nos encontrábamos se nos quedaba viendo de forma extraña, y al igual que cuando estaba buscando a Mello, comenzaban a susurrar cosas. Pero aún así Mello no me soltó en ningún momento, lo único que hacía era lanzarle a todo el que nos viera de forma extraña, un. De sus famosas miradas de "Vete al diablo y deja de joder".
Una vez llegamos, me hizo una seña con su mano indicándome que me sentara sobre mi cama, a lo cuál yo obedecí sin dudarlo. Mello sacó el botiquín de emergencias de uno de los cajones y se sentó en la cama junto a mi.
-¿En qué clase lío te metiste? -Dijo suspirando, mientras iba sacando algones y alcohol de el botiquín.
-Es que… Estaba buscándote para… Para… -Me quedé callado por un momento mientras sentía que mis mejillas ardían. -Olvida eso… E-el caso es que me encontré con unos chicos en el camino y… Empezaron a decir e cosas sobre un rumor que escucharon… -La voz de Mello me interrumpió.
-¿Te refieres al rumor tuyo del que está hablando todo el orfanato? Me lo contó Linda, llegó de la nada gritando y diciendo con su voz chillona "¡Mello adivina qué! ¡Le gustas a Matt, le gustas a Matt!" -Le puso algo de alcohol al algodón y comenzó a limpiar la sangre de las heridas.
-Ah… Si… Al parecer si escucharon eso porque… Bueno… -No sabía que decir, estaba paralizado, no quería que Mello se enterara de esa manera.
-Matt. -Dijo con voz firme, mirándome directamente a los ojos, mientras yo trataba de desviar la mirada. - ¿Ese rumor es verdad o es mentira? -Preguntó, justo lo que no quería que preguntara.
-Pues… Es que… -Traté de alzar un poco la mirada, y me encontré con los ojos celestes de Mello mirándome, mientras seguía limpiándome con cuidado las heridas. Mello suspiró, y me miró a los ojos, como esperando a que respondiera. -Bueno yo… Si… es verdad… -Dije lo último casi en un susurro, mientras bajaba la mirada y sentía mi cara arder. Seguramente estoy completamente rojo… Mierda…
-¿Por qué no lo dijiste antes? Perro estúpido… -Dejó el algodón sobre la cama, y me tomó la cara con ambas manos, para después besarme en los labios.
Un momento… ¿Me estaba besando? ¿¡Mello me estaba besando!? Debo estar loco o soñando… No importa, debo disfrutar el momento.
Cerré los ojos y me dejé llevar, tratando de guardar en mi mente el recuerdo de aquel beso, nuestro primer beso, así como el aroma a chocolate… Era puro, cálido e inocente… Una muestra de sentimientos que ambos habíamos ocultado hasta entonces. Ahí es cuando me di cuenta que mis sentimientos eran correspondidos.
Nos fuimos separando poco a poco, mientras aún sentía que mi cara estaba roja.
-Matt, te amo. -Esas eran las benditas palabras que deseaba escuchar… Por tanto tiempo… Al fin había escuchado a Mello prununciar eso…
-Yo también. -Sonreí y me acerqué de nuevo a Mello, para robarle otro beso que segundos después él correspondió, abrazándome por la cintura y juntándome más a él.
Mello comenzó a meter sus manos dentro de mi camisa, acariciando con la yema de sus dedos mi abdomen.
Ese contacto era genial, me hacía sentir escalofríos y que mi corazón se acelerara… Un efecto que solo él puede lograr en mí. Su cuerpo cálido, y su respiración agitada por el beso rozando mi oreja… Todo era perfecto…
-¡HABRAN LA PUERTA! ¿DÓNDE SE ESCONDIERON LOS NOVIOS? -Escuché a uno de los odiosos tipos golpear la puerta, arruinando el momento. Gritando cosas junto con sus amigos de manera burlona.
Mello se separó de mí, al parecer enojado por la aparición de esos tipos. Se dirigió hacia la puerta y la abrió de golpe, yo solo lo seguí.
-¿Cuál es tu maldito problema, Ryan? -Dijo Mello con enojo, saliendo de la habitación hacia el pasillo, donde se encontraba "Ryan" con sus amigos.
-Ohhh… Así que ahora defiendes a ese pelirrojo porque son novios… Supongo que quieres que toda la escuela se entere de eso ¿O no? ¡ESCUCHEN TODOS, MELLY Y MATTY ESTÁN DE NOVIOS, HAY QUE DAR APLAUSOS PARA LA NUEVA PAREJA! -Dijo gritando, haciendo que Mello y yo nos sonrojaramos al instante.
Algunos niños, niñas, chicos y chicas comenzaron a salir de sus habitaciones, y nos rodearon por completo a Ryan, Mello y yo, como esperando una pelea o algo parecido.
-¡DEJA DE MOLESTAR, RYAN! -Mello estaba realmente enojado… Y eso no es bueno… Apretó sus dientes y le dio un golpe en la cara a Ryan.
-¡Mello! ¡No hagas eso, te puede lastimar! -Fue lo único que se me ocurrió decir en ese momento.
-Uhhh… ¿El niño pelirrojo quiere defender a su novia? ¡Pero que valiente es al hacer eso! ¡Deberían casarse! -Ryan ignoró por completo el golpe de Mello, y siguió burlándose mientras sus amigos reían.
-¡CÁLLATE! -Gritó Mello.
-¿Por qué no quieres que todos se enteren que tú y Matt son pareja…~? ¡Vamos, es más que obvio! -Si bien Ryan lo decía con el solo propósito de molestar, no sabía que de alguna forma, lo que dijo tiene algo de verdad.
Mello miró con rabia a todos los presentes, en especial a Ryan. Se acercó a donde yo estaba, me tomó por la camiseta y me… ¿Besó? ¿MELLO ME BESÓ ENFRENTE DE MEDIO ORFANATO? Pude ver la mirada perpleja de todos los presentes, y a Ryan con la boca abierta. Cerré mis ojos y una vez más me dejé llevar por el contacto, olvidándome que medio orfanato se encontraba mirándonos. Pude escuchar que los murmullos que antes se oían callaron, pero no le di importancia a eso, tan solo disfruté una vez más ese cálido contacto y el sabor a chocolate. Mello fue soltando mi camisa poco a poco, y rodeó con sus manos mi cintura.
-¿Pero que está pasando aquí? ¿Por qué tando escánda… - Al parecer Roger apareció, y… Nos vio… Ya me imagino la cara de ese viejo director observando la escena… Me da risa de imaginarlo.
Mello se fue separando de mi poco a poco, mientras ambos ibamos abriendo nuestros ojos.
-Ya, ¿ALGUIÉN TIENE ALGO QUE DECIR SOBRE ESTO? -Dijo con voz firme, mientras todos seguían atónitos.
Nadie dijo nada, todos se quedaron completamente callados, mientras que Roger… ¿Se desmayó…? Oh vaya… Al parecer no soportó la sorpresa, y menos si no se lo esperaba.
-¿NADIE? Entonces vámonos, Matt. -Mello me tomó de la mano y me jaló hacia nuestra habitación, mientras yo solo lo seguía sonrojado.
Una vez llegamos, me recosté sobre mi cama y Mello sobre la suya, mientras suspiraba.
-¿Por qué hiciste eso enfrente de todos? -Me atreví a preguntar, pues enrealidad me moría de curiosidad.
-¿Te molestó? -Preguntó.
-No, solo tengo curiosidad... -Dije, esperando que no me malentendiera.
-Me molestaban las burlas de esos tipos, además quería que todo el orfanato supiera que tu eres solo MÍO, ¿Entiendes? -Mello estaba esbozando una sonrisa levemente, que apenas y se alcanzaba a notar por la oscuridad en la que nos encontrábamos.
-Eh… Claro… Completamente tuyo… -Dije torpemente, mientras sentía mi cara arder.
Después de esa pequeña charla que aclaraba bastantes cosas, ambos nos quedamos dormido, pues la verdad había sido un día pesado… Pero que ambos recordaríamos perfectamente.