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Intento de conquista por BlackHime13

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Notas del capitulo:

Muajajajaja por fin lo terminé. Entre que empezé las clases y ya estoy con exámenes y trabajos me costó más de lo que pensé en terminarlo.

¡¡¡PERO POR FIN PUDE ACTUALIZAR!!! Espero que no me odiés por tardar tanto jejeejje.

ADVERTENCIA:

HAY ALGO DE OoC EN LOS PERSONAJES DE SASUKE Y NARUTO.

 

Bueno espero que os guste y nos vemos en las notas finales ¿si? (=^w^=)

Capitulo 11

 

Un rubio estaba sentado en el suelo apoyado en la pared junto a la puerta. Su cabeza estaba gacha con su mirada fija en el suelo. Aquel día había comenzado tan divertido que no sabía como había terminado todo de aquella manera. Se sentía realmente mal, las lágrimas que había estado conteniendo hasta ahora estaban saliendo de sus hermosos ojos zafiro para deslizarse por su delicada piel y precipitarse hacia el suelo. Apretó el agarre de sus brazos sobre sus piernas y el llanto aumentó de intensidad.

 

Se estaba muriendo en vida y no había nadie que pudiese ayudarle en aquel instante. Sus hermanos seguían donde los había dejado, Mikoto-san junto a su marido habían salido a una cena de negocios y sus padres... sus padres no eran opción puesto que estaban fuera del país.

 

Todo era su culpa. Si no se hubiesen ido por negocios ellos no habrían tenido que convivir con los Uchiha y entonces él no habría conocido a ese, ese... ¡desgraciado! Que lo único que le importaba era su estúpido orgullo, que no había echo nada más que jugar con él y, que... era como todos los ricos mimados que no valían la pena. Y pensar que él había creído que era diferente, que podrían haber tenido algo serio, que podría... haber sido su persona especial. Pero se había equivocado completamente y... lo había averiguado de la peor manera.

 

 

/////////////////////////////////////////////////////// Unas horas antes ///////////////////////////////////////////////////////////

 

 

Después de las declaraciones de los tres Uchiha. Todo había sido muy rápido. La señora Uchiha se había marchado pero no conforme con dejarlos allí solos, les había advertido a sus hijos que más les valía no dejarlos solos. El ambiente era silencioso, nadie se atrevía a decir nada. Por parte de los morenos ya habían dicho todo lo que les atormentaba mientras que los Namikaze estaban pensando muy bien como deberían de actuar a continuación y como aclararles las cosas a ese trío de bobos.

 

Esta situación se prolongó durante unos minutos más hasta que un grupo de hombres se acercó a ellos y sin la más mínima delicadeza se sentaron al lado de las “chicas”.

 

-Oye preciosas. ¿Por qué no dejáis a estos sosos y os venís con nosotros a pasarlo bien?-preguntó uno de ellos. Los morenos fruncieron el ceño al oír cómo les habían llamado.

 

-Claro por qué no.-contestó la rubia con sarcasmo.

 

-Vamos a dejar a unos chicos muy amables por unos cretinos que acabamos de conocer.- habló ahora la pelirroja.

 

-¿Qué clase de putas pensáis que somos?-dijo ahora la pelinegra enojada. (N/A: Recordad que Naru lleva una peluca negra y roja.)

 

-Hmp. Pues solo mirad como vais vestidas.-respondió con sorna uno de los chicos. Ante esa respuesta las “chicas” se enojaron aún más y estaban por responderles de la peor forma cuando intervinieron los morenos.

 

-Hmp. Entonces, siguiendo esa lógica vosotros no sois más que monos por esa cara tan fea que tenéis.-habló el azabache cruelmente.

 

-Vamos otouto no te pases.-dijo ahora con gracia en la voz el mayor de ellos.

 

-Cierto... eso sería insultar a los monos.-se dejó oír el de sonrisa falsa mientras sonreía divertido.

 

-Hmp. Tienes razón.-sonrió con sorna el azabache al decir aquello mientras miraba a los tipos de quienes hablaban.

 

Al oír lo que decían de ellos se enojaron y se levantaron con la intención de golpear a los morenos pero las “chicas” no se quedarían atrás y no dejarían que les hiciesen nada.

 

Gaara le puso la zancadilla a uno que cayó de boca al suelo. Deidara le dio una patada a la silla de la que se estaba levantando el que estaba a su lado y este cayó hacia delante y se dio contra la mesa. Por su parte el ojiazul decidió que sería más fácil si hacia que les echaran

 

-¡Kyaaa! ¡Quiere pegar a mi novio!-gritó la pelinegra mientras lágrimas falsas surcaban su cara. Al oír el grito los empleados del lugar decidieron sacar a la fuerza a esos tipos.

 

-Sentimos mucho lo que ha pasado.-se disculparon con el ojiazul para que dejase de “llorar”.

 

-Muchas gracias. No sé que habría echo si le llega a pasar algo por mi culpa.-respondió poniendo una dulce carita a los empleados, los cuales se sonrojaron y después de hacer una reverencia se marcharon de allí.

 

Sus hermanos sonrieron por la buena actuación del ojiazul mientras que los Uchiha estaban algo sorprendidos.

 

-Gomen. No debería de haber dicho que eras mi novio.-se disculpó al ver la expresión de sorpresa de los dos hermanos y primo.

 

-No pasa nada.-respondió al procesar del todo, lo que había sucedido.

 

-Bueno... ¿y si nos vamos?-preguntó la rubia.

 

-Claro. Voy a pagar primero.-dijo el moreno pelilargo.

 

-Yo necesito ir al baño.-comentó la morena mientras se levantaba.

 

-Vale. Te esperamos fuera.-dijo ahora la pelirroja.

 

Sin más el ojiazul asintió y se acercó a la zona de los sanitarios pero, una vez llegó, se dio cuenta de que no podía entrar en el de hombres por la ropa que llevaba pero en el de mujeres tampoco puesto que realmente no era mujer. Estaba pensando en qué debería de hacer cuando alguien le tocó el hombro y él volteó para ver quien era.

 

-¿Quién te has creído que eres?-le preguntó una pelirroja con lentes mientras le miraba enojada.

 

-¿Disculpa?-dijo el rubio en respuesta. No entendía qué le podría haber echo a esa chica para que se enojase con él.

 

-¿Por qué has dicho que eras su novia? ¡Yo soy su novia! Llevamos medio año saliendo. ¿Pero quién te has creído?-le gritó en respuesta. El rubio no entendía nada hasta que recordó lo que había sucedido hace unos momentos.

 

-Te refieres a lo que dije antes...-murmuró para sí.- Pues para que sepas la situación me obligó a decir eso pero... que yo sepa Sasuke-kun no tiene novia así que no he hecho nada malo.-le dijo claramente para que lo entendiese.

 

-¿Qué no tiene? ¿Qué tan idiota puedes llegar a ser? Solo está jugando contigo por eso no te ha dicho que sale conmigo.-habló orgullosa la de lentes.

 

-Pues si ese fuese el caso. Si realmente fueses su novia, debes de tener muy poco orgullo como para ver que tu novio está con otra y que te está engañando y no hacer nada.-comentó con sorna el rubio.

 

-¿¡Cómo has dicho!?-le gritó ofendida.

 

-Lo que has oído. Yo al menos si que tengo orgullo como para no seguir con un tío que me los pone con otra y, encima, delante de mis narices.-respondió sin dejar la burla.

 

-¿Tú orgullo? Con solo ver como vas vestida es evidente que de eso no tienes.-comentó ahora con burla la pelirroja. El rubio arrugó el ceño y la miró de arriba a bajo, la chica llevaba un top que a penas y le tapaba el sujetador junto con unos pantalones que parecían más bien un tanga pero tejano, para luego sonreír divertido.

 

-Yo por lo menos llevo ropa, no como otras. Nos vemos.-respondió con burla para luego encaminarse a la salida. La pelirroja siguió mirando en la dirección por la que se había marchado incluso después de que ya no se le viese. Entonces gritó con frustración al sentirse humillada.

 

Por otra parte en la salida de la cafetería se encontraban tanto azabache como moreno y el pelirrojo. Los tres estaban en silencio pero el moreno no dejaba de mirar de reojo a la “chica”. Poco después se les unió los dos mayores y un rato más tarde salió el menor de todos. Sin más comenzaron a caminar por todo el lugar, sin saber realmente hacia donde dirigirse.

 

Sin saber como, pasó el resto de la tarde y los seis terminaron en una discoteca de moda, puesto que el guardia de la puerta al ver a las chicas prácticamente las arrastró hacia dentro del local asegurando que llamarían mucho la atención de todos los hombres. Por otra parte los Uchiha se enojaron por ser ignorados de aquella manera y no tuvieron más remedio que entrar también ya que no les habían dejado otra opción.

 

-Siento el que hayáis tenido que entrar por nuestra culpa.-dijo el ojiazul cuando estaban sentados ya en una mesa.

 

-No pasa nada. Tampoco os dejaron opción.-respondió el pelilargo.

 

-¿Qué hacemos?-preguntó ahora la rubia.

 

-¿Deberíamos irnos?-preguntó ahora la pelirroja.

 

-Ya que estamos aquí. Vamos a quedarnos un rato.-respondió el moreno. Los otros dos asintieron y pidieron algo de beber para los seis.

 

Estuvieron un rato hablando y bebiendo hasta que el azabache se levantó de sus sitio y dijo que iría un momento al baño. 5, 10, 15, 20 minutos y no había señales del azabache por lo que el rubio preocupado se levantó y con la excusa de ir a por aire fresco se encaminó en busca del ojinegro. Cual fue su sorpresa al encontrarlo tan tranquilo apoyado en la pared besando a una chica, y no a cualquiera, sino a la pelirroja que había conocido aquella tarde.

 

Su cuerpo se quedó en shock, paralizado sin poder moverse. Simplemente no quería responder a sus órdenes de dar media vuelta y salir de allí. Entonces pudo notar como la de lentes abría los ojos y le miraba de reojo para luego separarse levemente del azabache y sonreír con sorna.

 

-Te lo dije.-murmuró apenas moviendo los labios. El azabache pareció sorprendido al notar la presencia del ojiazul, mientras que este le miró dolido y le dijo unas simples palabras al ojinegro.

 

-Si esta es tu forma de querer a alguien... me alegro de no haber ido más lejos contigo.-dijo con su voz normal haciendo que los ojos del contrario se abrieran de sorpresa.

 

-Naruto...-susurró para sí. El rubio solo se mordió los labios al oírle susurrar su nombre, se dio media vuelta y se marchó a paso lento, intentando contener las ganas de llorar.

 

Para cuando el azabache reaccionó el rubio ya no estaba a la vista y entonces giró a ver a la pelirroja que tenía al lado.

 

-¿Se puede saber qué te pasa?-le preguntó enojado.

 

-Solo le dije que no se metiera con mi novio pero como no me hizo caso tuve que enseñarle una lección.-respondió ella orgullosa de si misma sin notar la mirada de odio que le dirigía el chico.

 

-Tú no eres nada mío. Nunca hemos salido juntos y nunca lo haremos, y si.... por tu culpa no me vuelve a hablar y comienza a odiarme... te torturaré de tal forma que te arrepentirás de haberme conocido.-le dijo con la voz más gélida y terrorífica que tenía mientras que sus ojos se tornaron de un rojo sangre al mirarla. Ella solo se quedó petrificada para poco después comenzar a temblar de miedo y caer al suelo de rodillas. El azabache simplemente salió corriendo del lugar para alcanzar al rubio pero al salir del local no encontró ni rastro de él, por lo que con decisión le mandó un mensaje a su hermano diciéndole que ya se marchaba a casa pero antes acompañaría a la "chica" a la suya.

 

Después simplemente cogió el primer taxi que pudo y le dijo que condujese tan rápido como pudiese.

 

Por otra parte el ojiazul ya había llegado a la mansión Uchiha y se había encerrado en su habitación para quitarse toda esa ropa, tirarla al suelo, romper algún que otro mueble y después apoyarse en la pared al lado de la puerta de espaldas y dejarse caer al suelo mientras lloraba.

 

El silencio reinaba por toda la estancia, lo único que rompía esa situación eran los sollozos del menor. Desde hacía un buen rato que no se había movido de su posición. Ni siquiera recordaba hace cuanto que había llegado a la casa, simplemente estaba tan desilusionado, triste, destrozado que lo único que quería era llegar a su habitación para encerrarse y no salir en mucho tiempo, el suficiente como para haberse olvidado del azabache. Entonces decidió levantar la vista y posarla en el pequeño reloj de mesa que había al lado de su cama. Se sorprendió al ver la hora y darse cuenta de que eran las doce pasadas. Tenía la intención de levantarse para tumbarse en la cama cuando oyó que tocaban a la puerta de su lado desesperadamente.

 

-¡Naruto! ¡Abre! ¡Necesito hablar contigo!-oyó la voz del azabache que le gritaba desde el otro lado.

 

-¡Lárgate! ¡No quiero hablar contigo ni verte!-le gritó de vuelta con la voz entrecortada por el llanto que volvía a comenzar.

 

-¡Naruto! ¡POR FAVOR!-le suplicó el mayor al oír la voz del rubio. Sabía que estaba llorando y no soportaba que fuese por su culpa.

 

-¡No quiero!-le volvió a gritar mientras volvía a bajar la cabeza hasta apoyarla sobre sus piernas y abrazarse a estas.

 

-¡Quiero explicarte lo que viste antes!-volvió a oír la voz del otro.

 

-¡No hace falta! ¡Lárgate con tu novia!-le gritó en respuesta. Entonces hubo un silencio del otro lado que le hizo pensar que el azabache se había marchado por lo que levantó la mirada a la puerta.

 

-Por favor... aunque no quieras verme.... escúchame.-se oyó la voz del ojinegro en una suave súplica, pero al no recibir respuesta del rubio siguió hablando.- Yo no tengo nada con ella.-volvió a susurrar. Hubo unos minutos de silencio hasta que se oyó la voz del rubio.

 

-Se estaban besando.-susurró ahora el ojiazul.

 

-Lo sé pero es porque me tomó por sorpresa. Estaba algo mareado por lo que fui al baño y después de mojarme la cara con agua salí para volver. Pero en el camino me volví a marear un poco y me apoyé en la pared. Ella apareció de la nada y me preguntó si estaba bien, cuando iba a responder me besó de improvisto y no reaccioné hasta que ella se separó y te vi a ti allí.-le explicó apoyado él también en la pared, pero del otro lado, donde sabía que estaba el rubio. Esperó una respuesta por parte del menor y se desesperó al ver que pasaban los minutos y este no daba signos de querer decir nada.

 

-Na-...

 

-No te creo.-le interrumpió en un leve susurro. El azabache suspiró y pensó en una forma para que le creyese.

 

-¿Recuerdas lo que dije antes en el café? Viste como se sorprendió mi madre e incluso Itachi y Sai. No suelo hablar de mis sentimientos pero es que realmente, nunca había sentido algo tan fuerte como lo que siento por ti. ¿Realmente... te pareció que yo mentía en ese momento?-le preguntó tristemente y agachando la cabeza, escondiendo sus ojos ónix con su flequillo.

 

Esperó una respuesta, una que no llegó por mucho que espero por ella. Hasta que la puerta se abrió y el rubio salió gateando y se paró a su lado.

 

-No lo creía...-susurró delante suyo, también con la mirada gacha. Al oír esa respuesta el azabache se tensó y pensó que ahora le diría que le odiaba.- Sé que no mentías, como ahora sé que tampoco lo haces.-volvió a hablar haciendo que el ojinegro levantara la mirada sorprendido para encontrarse con una dulce y tímida sonrisa de parte del menor. Él también sonrió y levantó una mano para posarla sobre la mejilla contraria y limpiar los leves rastros de lágrimas que allí quedaban.

 

-Nunca me perdonaré por hacerte llorar.-susurró para sí el azabache.

 

-Idiota...-susurró en respuesta el ojiazul para luego acercarse al mayor y besarle dulcemente en los labios. Al separarse se miraron a los ojos y el rubio sonrió al ver el brillo que se había instalado en las orbes contrarias. Sin esperar más tiempo el azabache se levantó y cogió en brazos al rubio haciendo que se ruborizara en el acto.

 

-¿Sasuke?-le preguntó extrañado el rubio al ver que se adentraban en su habitación.

 

-Solo quiero dormir contigo. ¿Puedo?-le preguntó en un susurro una vez dejó al menor sobre la gran cama de matrimonio. El rubio solo asintió levemente mientras miraba hacia otro lado avergonzado, puesto que recordaba que al llegar se había quitado casi toda la ropa y ahora solo llevaba puesta la interior, cosa que al mayor no pareció importarle en absoluto, más bien no había dejado de observarle fijamente con sus penetrantes ojos negros, lo cuales reflejaban cierto tono de lujuria en ellos.

 

-De-deja de mirarme así.-comentó nervioso el menor todavía sintiendo esa mirada que le provocaba que escalofríos le recorrieran por todo el cuerpo.

 

-Lo siento es que... eres perfecto. Es como si tuviera a un ángel a mi lado.-le susurró al oído mientras se recostaba en la cama al lado del rubio y le abrazaba por la cadera para verle cara a cara, y quedó maravillado cuando observó como el ojiazul se sonrojaba por sus palabras, haciéndole ver todavía más lindo, inocente y violable. En ese momento el azabache pensó en que le iba a costar dormir con el rubio sin meterle mano en el proceso, por lo que decidió cambiar de tema, antes de sucumbir a sus bajos instintos y devorarse a ese lindo ser.

 

-Por cierto...-comentó llamando la atención del otro que giró para verle.

 

-¿Si?-preguntó curioso mirándole a los ojos.

 

-¿Por qué ibais vestidos de mujer?-preguntó curioso el azabache.

 

-Ah eso... fue Mikoto-san. Dijo que quería que la acompañásemos al centro comercial y cuando nos dimos cuenta nos estábamos probando ropa.-comentó divertido el rubio.

 

-Como no lo pensé antes. Mi madre siempre ha querido tener hijas o hijos lindos para poder escogerles la ropa. Dice que nosotros no valemos para ello.-dijo ahora el azabache para después suspirar por la madre que tenía.

 

-Jejeje yo creo que Mikoto-san tiene muy buen gusto. El conjunto que escogió antes de hacernos vestir lo que viste era realmente bueno. Los pantalones de cuero le quedaban muy bien a Dei-nii.-comentó el ojiazul contento.

 

-¿Pantalones de cuero? De seguro que eso le hubiese gustado mucho a mi hermano.-dijo ahora el mayor.

 

-Mmm... probablemente si. Aunque podría verlo, puesto que también compró ese conjunto con muchos más que según dijo nos hacían ver entre sexys y adorables.-dijo más para sí que para el mayor.- ¿Cómo se puede ser las dos cosas a la vez?-se quejó el menor mientras hacia un tierno y lindo puchero.

 

-Hmp. Pues ahora mismo tú lo estás siendo.-comentó el mayor mientras le miraba con una sonrisa de lado.

 

-¿Por qué?-le preguntó sin entender el menor, mientras le miraba curioso con sus grandes zafiros.

 

-Pues... tenerte en la cama solo con la ropa interior te hace ver sexy, mientras que cuando me miras con esos grandes y hermosos ojos que tienes mientras haces un puchero te hace ver adorable. Así que el conjunto es adorablemente sexy.-le respondió mientras afianzaba el agarre que tenía en la cintura del menor y lo acercaba lo más posible a su persona. Este solo se sonrojó de sobremanera por lo dicho por parte del azbache.

 

-Idiota...-susurró para después esconder la cabeza en el pecho ajeno. El azabache estaba recostado en el colchón con el rubio levemente encima suyo. Estuvieron un rato en silencio hasta que la voz del ojiazul se hizo oír otra vez.

 

-Nee Sasuke...-murmuró mientras acariciaba levemente el pecho del mayor con timidez.

 

-Dime.-susurró este mientras acariciaba con dulzura las hebras rubias del otro.

 

-¿Ahora qué somos?-le preguntó tímidamente.

 

-Pues... solo lo sabré de una manera.-le respondió el otro.

 

-¿Cómo?-preguntó confundido el ojiazul mientras levantaba la cabeza para verle a los ojos.

 

-Hmp. Si respondes a esta pregunta.-dijo divertido el mayor.- ¿Quieres ser mi novio, Naruto?-le preguntó con una sonrisa sincera, completamente distinta a sus usuales sonrisas de lado.

 

-Claro que quiero.-respondió mientras sonreía brillantemente en respuesta y le daba un dulce beso al de orbes negras.

 

Una vez se separaron volvieron a sonreírse para que, seguidamente el rubio volviera a apoyar la cabeza en el pecho ajeno, sin dejar de sonreír.

 

Estuvieron en un agradable silencio, el azabache respiraba el dulce aroma que desprendían las hebras rubias y el ojiazul escuchaba los latidos del contrario.

 

-Ahora que lo pienso... me fui sin avisar a Dei-nii y Gaara-nii.-dijo preocupado el menor mientras intentaba levantarse pero el azabache no le dejó, apretando el agarre en la cintura ajena, obligándole a permanecer en la posición en la que se encontraban.

 

-Tranquilo... yo le envié un mensaje a Itachi antes de venir aquí.-le dijo para que no se preocupara.

 

-Ya veo...-comentó para volver a relajarse escuchando los latidos del corazón del azabache.- ¿Qué crees que haya pasado con ellos?-preguntó con curiosidad el menor.

 

-Mmm... quien sabe. No creo ni que se hayan dado cuenta de que erais vosotros.-comentó el mayor.

 

-Te equivocas. Sai-sempai se dio cuenta de que “Kaara” era en realidad Gaara-nii.-dijo el rubio.- Realmente no se la da bien esto.- añadió divertido el menor.

 

-¿Por qué piensas eso?-le preguntó curioso por la seguridad con la que hablaba.

 

-Pues... por la mirada que le dirigió cuando nos íbamos de la cafetería. Al volver del baño me di cuenta de que estaba observando fijamente a Gaara-nii, con un brillo de malicia.-respondió mientras le dedicaba una linda sonrisa al mayor.

 

-Ya veo... Anda será mejor dormir que ya es muy tarde. Mañana nos enteraremos de todo.-dijo para seguidamente darle un tierno beso en la frente al rubio.

 

-Está bien.-accedió el menor acomodándose mejor en el pecho ajeno. Poco después se quedó dormido al igual que el azabache, ambos, con una sonrisa en el rostro.

 

 

......Continuará......

Notas finales:

Bueno... ¿qué os pareció? Por fin ya son NOVIOS muajajajaja. Espero que podáis responder a las siguientes preguntas.

1_¿Qué creeis que habrá pasado entre Gaara y Sai e Ita y Dei?

2_¿Os ha parecido muy exagerada la reacción de Naru?

3_¿Demasiada miel en el ambiente?

4_¿Queréis matarme por tardar tanto XD?

5_Supongo que sabéis quien ha sido la chica (Karin ¬¬) así que... ¿Merece un castigo por intentar separar a Sasu y Naru?

6_¿Queréis que aparezcan los padres de Naru, Dei y Gaara?

Espero que queráis responder jejeje. Espero vuestro review con ansias y me encantaría que nos viésemos en el siguiente cap. (=^w^=)

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