Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Indecisión ( fic conjunto con Fedesita) por gen_sagitagemini

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aquí la segunda parte, solo queda un capi mas para finalazar la historia. 

El ariano empezó a tener visiones extrañas… voces sensuales que en el sueño le sugerían cosas que aún a su edad no comprendía del todo. Cuerpos desnudos, manos que acariciaban su pecho, labios deslizándose por su espalda y una extraña sensación que jalaba su parte abdominal baja. Entre abrió sus ojos sin comprender, pero no le dio mayor importancia y siguió durmiendo.


Finalmente la noche había llegado a su fin y un radiante sol apareció por los rocosos acantilados que rodeaban al santuario. Los pájaros cantaban y los destellos del astro rey se filtraban por la ventana en donde la joven pareja estaba.


-. Buenos días dormilón.- exclamó el sagitariano.


-. Buenos días… ¿Qué hora es?- preguntó Shion, sonrojado por haberse pasado de largo esa mañana.


-. No te preocupes, es temprano aún, deben ser más de las 8.-


El ariano se mostró más tímido que la noche anterior, no comprendía por qué de todos los amigos que tenía en el Santuario, sentía esa extraña atracción hacia él, el sagitariano de cabellos castaños.


¿Será porque este siempre lo defendía? Recordaba aquella vez hace un par de días, cuando el santo de cáncer le llamo “nena” y comenzó a ridiculizarlo… ¿Quién detuvo las burlas con un repentino y gracioso balde de agua fría? El, Sisifo, con la misma sonrisa que estaba ofreciéndole ahora.


-. ¿Shion?... ¿Estás ahí?


-. ¿Eh? Perdona… ¿Me hablabas?


-. Jajajajajajaja, estoy preguntándote si quieres desayunar, al parecer estás dormido todavía.


-. Lo siento.- dijo tímidamente. -. Pero no quiero causarte molestias.


-. No es ninguna molestia amigo.- dijo con un toque de ternura, retirándose hacia la cocina.


El lemuriano se levanto pensando en esa palabra… “amigo”. ¿Sería que solo para Sisifo el solo era un amigo? ¿Sería que se estaba, sin quererlo, enamorándose de este amable amigo?


Se sintió un poco culpable por este cuestionamiento y se levanto. Camino hasta el baño y se quito la ligera ropa que había usado para dormir. Las tibias gotas de agua de la ducha se deslizaban por su cuerpo produciendo un agradable vapor, el cual le despejó la mente, entonces pudo recordar con más claridad aquel sueño… Se veía a sí mismo sin más ropa que una clara y transparente sabana, tendido encima de su estimado “amigo” quien no traía mas ropa que él. Sentía la humedad de sus labios recorriendo su cuello y sus fuertes manos de arquero jugando con su larga cabellera verdosa.


Luego se veía uniendo sus labios a los de Sisifo, gimiendo y sintiendo extrañas y relajantes contracciones en la parte baja de su ombligo. 


El lemuriano saltó de la impresión, ahora si intuía que podía significar aquel sueño y más aun, la gravedad de haber soñado algo así, un acto que estaba más que prohibido para todos los santos de Atenea. Se volvió a sonrojar, sin estar en presencia de nadie. Cubrió con sus brazos su cuerpo desnudo bajo la ducha y quiso salir de ahí, quiso escapar ante esa extraña visión, ante ese deseo prohibido.


-. “Tal vez si invento que debo entrenar o que el patriarca quiere encomendarme una misión, puedo excusarme y retirarme”.- pensó. -. “O tal vez solo puedo tele transportarme y ya”.


Pero luego se reprochó a sí mismo, no podía hacerle ese desprecio a Sisifo, había pasado la noche en su cama y cálidamente lo acogió entre sus brazos y ahora, estaba en la cocina, preparando con dedicación algo para él.


Su cuerpo ahora temblaba, por temor y un poco de vergüenza, salió de la ducha y se seco, vistió la  misma ropa del día anterior y decidió ir a la cocina, donde el arquero le aguardaba.  


Mientras en la cocina el santo de sagitario prepara un sencillo pero agradable desayuno, por alguna razón la presencia de shion lo alegraba, llenándolo de energías, no era que no tuviera fuerzas siempre pero digamos que eran sobrecargadas con la sola figura del ariano, y como no hacerlo si siempre en su presencia le ofrecía un gesto de desmedida alegría, mostrando la mas arrolladora de las sonrisas que harían caer a cualquiera, el menor poseía tantas virtudes que lo clasificaría como erudito en la tierra.


Sin planteárselo el recordar esos momentos de efusividad del peliverde hacían que  sus mejillas se tornaran camines y pusiera en sus labios un gesto algo tonto pero enamoradizo, hasta que una voz lo sacó de sus pensamientos.


-. Sisifo quieres que te ayude en la cocina?


-. No, tu siéntate que yo enseguida salgo, eres además mi invitado jamás te dejaría, el que debe de atenderte soy yo.


Como si se tratase de una orden acotó la acción, el lemuriano cohibido y aun perturbado por el sueño y las imágenes se sentía sumamente turbado y el enrojecimiento de sus pómulos no ayudaba mucho que digamos, estaba sentado en la silla de comedor con las manos metidas entre sus piernas con la cabeza gacha, repitiendo mentalmente “que eso no es posible” pues sale de todos los criterios del código de la orden, o al menos eso era lo que “supuestamente” le enseñaron.


El desayuno transcurrió con normalidad ninguno sin decir nada tan solo disfrutando de los alimentos, el silencio no era incomodo ni siquiera lo notaron por andar pensado de mas, terminaron y se encaminaron hacia la primera casa.


Una vez dentro  el sagitario se dispuso a despedirse besando la frente del menor, un extraño, conocido y temido arremolimiento se hizo presente en el menor, vertiendo nuevamente los acontecimientos mentales, la forma en cómo gemía entre los poderosos brazos morenos, en un mero instinto su deseo se apoderó y beso los labios del mayor, fueron solo unos instantes que al segundo recapacito sin saber que pasó, avergonzado y sin que el otro acertara a hacer algo se adentro al templo corriendo y al a vez temblando con el corazón latiendo a una velocidad que ciertamente no pareciera que pudiese latir de ese modo.


El sagitario se quedó allí como estatua aun con los parpados cerrados y lamiendo sus labios como tratando de conservar aun ese peculiar sabor de los labios del otro, esbozando un gesto pro demás divertido, se dio la media vuelta y volvió a su templo con el mejor humor del mundo.


Pasaron los días y las noches después del suceso, los involucrados de los hechos se veían y sonreían, pero ya no habían mas visitas al noveno templo, desanimando así a su guardián, pero entendía los motivos y no lo juzgaba, por alguna razón que no se lograba explicar su palpitante órgano le indicaba que pronto estaría en su compañerismo, y ciertamente esa intuición jamás se equivoca.


En un día caluroso y soleado algunos de los caballeros se dispusieron a ir a la arena a entrenar.


En los entrenamientos Shion andaba por demás distraído y eso lo notaba uno de sus más allegados le caballero de libra.


-. Hey!! Hey!! HEY SHION!!.- mientras el de libra sangoloteaba al lemuriano tratando de captar su atención.-


-. Ah? Que decías Dohko?.- dijo completamente absorto


-. Ay amigo no se qué andas pensando últimamente, pero andas por demás alejado, ese no eres tú, presentas más seriedad que la acostumbrada. ¿Te sucede algo?


-. No, pero dime qué era lo que me mencionabas.- dijo tratando de cortar el tema, Dohko era su mejor amigo pero aun así no se sentía lo sufientemente abierto para decirle su tormentoso sueño, que de tormentoso no tenía nada pues si somos honestos le gustaba esa sensación.


-. Que si no se te hacia extraño el comportamiento de nuestro camaradas


-. Por qué tu pregunta?


-. No lo has notado últimamente al que le llaman “el escudo del santuario” anda extraño, muy callado, serio y distante, más que el propio Degel


-. No, y no creo que debamos inmiscuirnos


-. Si te lo menciono es porque he visto que pasas tiempo con él, y creí que tu sabrías algo.- Shion le miro de una manera extraña como queriéndole coser la boca.- no me mires así por favor, no me lo tomes a mal es solo que me preocupo por los del santuario aunque no todos seamos muy allegados.


-. No creo que sea cosa grave, y no creas cosas que no son, es verdad que platicado en estos últimos meses con él y todo eso pero nada más, a mi no me gusta inmiscuirme en asuntos ajenos.- dijo el de Aries mientras le daba la espalda, el de libra no se entero del leve enrojecimiento de su amigo, pues tan rápido como sintió subir la temperatura en su cara se volteó para que no lo notaran..- además tiene ya unos días que no charlamos por la falta del tiempo


-. Sí, creo que tienes razón.- dijo mientras expulsaba un poco de aire, los ojos del peli rojo se desviaron a la figura del noveno guardián y después al a figura de Shion.- además  donde que El Cid últimamente se mantiene muy pegado a él no le deja ni a sol a sombra, es mas mira hablando del rey roma ahí viene para llevarse a Sisifo


El solo nombrar al español producía en él unos malestares que no sabe cómo clasificar, si bien tenía conocimiento de lo unidos de ese par se mostraba fastidiado en cada mención que hacia le mayor o cualquiera refriéndose al Sagitario-Capricornio.


Ladeo su cabeza y allí los vio a los juntos conversando e interrumpiendo el entrenamiento de Sisifo, ¡ah! pero como le purgaba ver que el español interrumpiera los entrenamientos del santo del noveno templo, era una ira infundada, pero él se preguntaba a menudo “como se atreve a irrumpir de esa manera, por mas amigo cercano que fura no tiene derecho, ni yo lo hago”(aunque la verdad siempre tuvo ganas de ir y sacarlo del ejercicio para pasar más tiempo a su lado).


Prácticamente el peli verde lo asesinaba con la mirada y su enojo fue mayor al ver como el otro tomaba del brazo a SU SISIFO  y el otro gratamente (y con una sonrisa bella) se marchaba junto a él apartándolo del campo del entrenamiento y de su visión, “pero como era posible si no tenía más que 30 minutos de haber empezado “se decía…


Aquel amargo día había terminado al fin. El ariano descargaba su impotencia pateando unas piedras y de vez en cuando dándoles golpeteos a los pequeños insectos nocturnos que volaban cerca de él. Casi podría pensar en voz alta de la rabia que tenía…


-. ¡Cómo pude ser tan ingenuo!.- refunfuñaba en voz baja y apretando los dientes…


El camino a su templo de le había hecho extrañamente más corto, entre rocas, golpes y cólera, estaba ya en las puertas de su morada. Tampoco se había percatado de que una extraña silueta le seguía con una pequeña lámpara en su mano…  


-. Luces bastante molesto Shion, casi escupes fuego por la boca.- dijo el extraño.


-. ¿Eh Albafika? ¿Eres tú?


-. Así es, te seguí desde la arena, ya casi es de noche y para ser franco, no sé cómo has podido llegar hasta aquí, casi a oscuras y sin quebrarte una pierna, quise ofrecerte algo de luz, pero te vi agrediendo a cuanta piedra te topabas…


-. Lo siento… creo que he tenido un muy buen día, perdóname si te asuste, no tengo nada en contra de ti o de alguien…


-. ¿Por qué deberías tenerlo?.- pregunto el pisciniano con una mirada sospechosa.


Shion por su parte se puso pálido, sin querer se le había salido algo de su oculto malestar.


-. Shion… ¿Hay algo de lo que podamos hablar? Quizás tienes problemas y necesitas tratarlos con alguien… no lo sé… es solo mi idea… - y sonrió. – Además una taza de té caliente no me vendría mal…


Y ambos rieron. Shion invitó a su templo a su compañero de armas, se dirigió a la cocina y en un instante preparó la bebida caliente para su amigo. Extrañamente esa noche estaba más fría de lo habitual, tanto así que ambos caballeros debieron abrigarse con unas rusticas mantas, dentro de ese blanquecino edificio de piedra.


Albafika no menciono nada, solo se dispuso a beber ese revitalizante té y solo espero a que Shion pronunciara la primera palabra.


-. ¿Te ha pasado a ti también? – preguntó Shion.


-. ¿Qué cosa?


-. Ya sabes… Sentirte extraño, sentir cosas que no debes sentir….-


-. ¿A qué te refieres? ¿Quieres escapar del santuario? ¿Quieres huir y no ser caballero?


-. ¡Por supuesto que no! – dijo algo exaltado.


-. Entonces no sé a qué te refieres… - y bebió un sorbo de té.


Shion respiro hondo, estaba a punto de decir sus primeras palabras, pero luego se arrepintió.


-. No es nada… Creo que a veces pienso demasiado y tiendo a creer en cosas que no son más que ilusiones.  


-. ¿Sabes amigo? Creo que estas algo deprimido y estresado, debes tener mucha responsabilidad sobre ti, te comprendo, todo el mundo espera grandes cosas de nosotros los caballeros, esperan que nunca fallemos, que seamos entes casi sin sentimientos y que seamos cómo maquinas, pero solo somos jóvenes aspirantes a caballeros, aun no hemos alcanzado la total madurez. – y dejo la taza casi vacía en una pequeña mesita de centro. – Mañana tendremos un día de descanso, no sé si sabias, pero nuestro entrenador fue enviado a una misión al norte de África, al parecer fue algo de suma urgencia y no volverá hasta una semana o tal vez más.


-. Vaya, eso no lo sabía…


-. Intuía que no, todos nos hemos dado cuenta de que últimamente andas por las nubes, por eso te decía, creo que tienes mucha responsabilidad sobre ti y seria buena idea que aprovecharas estos días en descansar y venir con nosotros mañana por la tarde… Kardia propuso pasar unos días  en el bosque… Será divertido y podrás relajarte, tenderte en el césped y mirar las estrellas… ya sabes… Además hay una pequeña laguna, nunca he ido, pero me parece que será una buena experiencia.  


-. Nadar siempre será buena idea para un pez.- dijo Shion, sin darse cuenta de que había hecho una broma.


-. Jajajajaja tienes toda la razón. – y bebió lo último que le quedaba.


El ariano sonrió… al parecer aun le quedaba algo de su activo y viejo buen humor.


-. Piénsalo amigo, estas invitado… Bueno, es tarde, supongo que ya debo irme… a subir esos peldaños imposibles hasta llegar a mi morada final…


-. Yo puedo llevarte, es lo menos que puedo hacer por ti, después de venir aquí y hacerme compañía…


-. Muchas gracias… eso sería un gran alivio.


Entonces el ariano se levantó, tomo del brazo suavemente a su compañero piscis y cerró los ojos, aumentando su cálido y brillante cosmos... el tiempo se detuvo por unos segundos y Albafika sintió una presión en su cuerpo por una fracción de segundos, a tal punto que cerró los ojos, aunque tuvo miedo por unos instantes, el aroma de las rosas le indicó que ya estaba en casa. La tele transportación nunca fallaba.


Al poco tiempo de haber llegado a su templo Shion se marcho al suyo, no sin antes que Albafica se preguntara algo para sí mismo, aunque realmente esas palabras fueran para su amigo.


-. Espero que de verdad soluciones tus problemas, porque puedo sentir que hay algo muy profundo que no te deja tranquilo.


En el primer templo en las cámaras privadas el lemuriano solo dejo caer su bello cuerpo en la cama e instantáneamente se quedo dormido, ya no quería pensar más en EL CID y su constante acercamiento al del noveno templo.


Llego el día tan esperado para los santos de salir del santuario para relajarse, la proposición de Kardia de salir al bosque a acampar fue lo mejor para alejar por unos momentos la angustia de lo representaría la guerra santa.


Hicieron 4 grupos uno de 3 integrantes y otro de 4 integrantes: Asmita, Hasgard, Dohko fueron unos, Degel, Kardia y Albafica los segundos, Manigoldo, Shion y Deuteros fueron los terceros, y los últimos Aspros, Sisifo, Regulus y El Cid. De esa manera era como irían a dormir en sus respectivas tiendas.


El de la primera casa que hasta entonces se encontraba sereno nuevamente esa punsadita que representaba los celos lo invadía al saber que el de sagitario dormiría en la misma tienda y junto al de capricornio.


Por fortuna o desgracia el destino jugó una pasada, Aspros le pidió a shion si podían cambiar de lugares, ya que él quería mantenerse junto a su gemelo, el de aries accedió desconociendo que se encontraría y dormiría en la misma que el de sagitario.


En la tarde todos disfrutaron de la naturaleza, del aire puro y del aroma silvestre que desprendían las flores y plantas de los alrededores dándole un aire especial y apacible.


Unos santos empezaron a jugar como cual niños en el agua lanzándola, nadando haciendo clavados que para disgusto de algunos les llegó a salpicar y enfadar momentáneamente, entre los revoltosos del desorden se encontraban: Manigoldo, Kardia, Regulus, Shion, Dohko e incluso Deuteros, quien se esperaban fuera calmado y tranquilo debido a su aislamiento, pero no resulto ser lo contrario.


Los calmados se encontraban sentados bajo la sombra resguardadora de los enormes y frondosos árboles viendo lo animados que estaban sus compañeros Sisifo, El Cid, Albafica, Degel, Aspros y Hasgard comentaron entre ellos.


-. Parecen unos críos y no santos de la orden.


-. No podemos culparlos perdimos nuestra infancia al ingresar a la orden, no seas duro con ellos El Cid.-. Intervino Hasgard


-. Lo puedo creer de Regulus pues pese a que ya es un dorado es un niño y necesita de diversiones de vez en cuando, pero Kardia ya es mayor como para dejarse llevar por infantilismos.-. Menciona Degel leyendo un libro como siempre.


-. Y qué me dices de Manigoldo ya es algo grande siempre es altanero e incluso irrespetuoso, pero ahora se muestra como un chiquillo.- una sonrisa imperceptible se formo en sus hermosos labios de Albafica, pues le gustaba la forma de ser su amigo mostrando semblantes opuestos.


Aspros y Sisifo intercambiaron miradas pues ya sabían lo que pensaban aunque casi no se vieran juntos eran buenos amigos compartieron infancia solo que ahora ambos disponían de responsabilidades diferentes.


-. Pues a mí me da mucho gusto que disfruten, que se tomen su tiempo para hacer menos tedioso el ser responsable de una armadura y de lo que conlleva.-. Dijo sagitario


-. Concuerdo contigo Sisifo, pero mi hermano Deuteros es mayor que ellos y debería tener un proceder más maduro, estamos cerca de la guerra.-


-. Aspros en ocasiones eres tan aprensivo, venimos para relajarnos de todo y tu mencionas la guerra, deja eso de lado solo por estos días amigo.- paso su brazo alrededor de la espalda del peli azul, incomodando al de capricornio miraba de reojo recelosamente.-  mira además tu hermano lo está disfrutando creo que no recuerdo cuando lo vi así de libre de contento, .- dijo con una sonrisa que extraño a algunos (alba, degel, cid).-lo que debemos hacer nosotros es hacer lo mismo.


El castaño de la cinta roja se levanto ofreciendo una mano al de géminis y la otra al de capricornio para que le acompañaran, ambos se la aceptaron y caminaron rumbo al agua.


El Aries andaba tan entusiasmado que cuando visualizo al castaño no dudo en ir por él para que se divertieran afortunadamente andaba tan de buen humor que ni se percató de la presencia del de cabello negro que lo escrutaba con la mirada.


-. Sisifo ven vamos a divertirnos.-.  Con sus dos manos agarro las del castaño jalándolo a el agua con mucha euforia, sus rasgos faciales eran exorbitantes, el contacto con el sagitario y mas ver su disposición a su ofrecimiento lo ameritaba, sin explicación alguna el castaño se sintió contagiado por el menor siempre tenía ese efecto él y últimamente lo observaba distante y perdido pero hoy, en este día era como lo conoció alegre.


Una calidez invadió impetuosamente el corazón de ambos jóvenes el sentir sus pieles atreves de tan simple toque, originando sentimientos que no eran incómodos pero que por inhibición no se sentían libres de expresar.


Los demás que se encontraban sentados se les unieron pasando una bella tarde, jugaron, bromearon y demás.


Shion y Sisifo no se separaron ni un solo momento disfrutaron mucho de la compañía del uno del otro solo cuando ocasionalmente el mayor se dirigía a su aprendiz para ver que anduviese bien, en cambio El Cid por más que quiso no pudo estar cerca de su amado amigo. Los jóvenes por medio de miradas se dijeron muchas cosas entre ellas lo mucho que se extrañaban el compartir momentos donde solo ellos dos eran los protagonistas. El mayor pensó el decirle a Shion lo mucho que extrañaba las tardes en su templo y las noches en que llegaron a dormir inclementemente juntos, pero prefirió decirlo por la noche, considerando que fuera lo más adecuado y saber el motivo por el cual se alejo repentinamente de él (ya se encontraba algo desesperado por su compañía).


El menor de cabello verde escondía su escozor bajo su cabello, sentir los brazos alrededor de su cintura, hombros o espalda mientras se divertían le provocaba ciertos espasmos confortantes que no mentalmente no pensaba admitir poniendo una escusa de antemano, pero cierto era que disfrutaba en exceso de cada roce, movimiento, expresión o caricia que le daba solo a él ya que un aire triunfador se apodero de su ser el saberse el provocante de cada una de esas atenciones especiales, y más gusto ver que en ese momento solo eran ellos dos como hace un tiempo ya no eran y anhelaba que lo fuesen otra vez. Sus miradas chocaban intensas, Shion siempre supo lo que le decía el de la cinta roja con cada una, poniéndolo rojizo de sus pómulos y poseedor de una risa algo boba de enamorado, pero que le importaba mas fue su satisfacción como El Cid era ignorado por prestarle atención a él.

Notas finales:

Agradesco a los lectores que dejaron sus comentarios, ya estamos cerca del final chicas !! n.n


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).