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Café por Daymin VIP

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Notas del capitulo:

¡Hola! Ya estoy de regreso, perdón por la demora pero estos días han sido de lo peor paar mi, a pesar de estar de vacaciones.

No se a ustedes pero en las vacaciones me vuelvo la sirvienta de mi casa xD

En fin. ¡muchas gracias por sus bonitos comentarios!

Sin más, les dejo el capitulo, espero y les guste.

Ese GD es todo un loquito :3

Enfoqué mi total atención en el libro que tenía entre las manos, había comenzado a leer más últimamente, dicen que te relaja y te ayuda a pensar…pero lo que yo buscaba era dejar mis pensamientos por completo.


Una vez más un ruido molesto me interrumpió, resoplé con impaciencia, sabía perfectamente que era.


Desde hace ya un mes todas las tardes, exactamente a la misma hora, un pájaro se detenía a descansar en uno de los barandales del balcón y se ponía a picotear el cristal de la puerta.


“Frustrante”


 


—Lo odio. —Murmuré poniéndome de pie, soltando el libro en algún lugar del sofá. Caminé hacía el balcón y abrí la puerta deslizante de cristal con fuerza — ¿A qué vienes otra ves?... ¿te divierte verme?... ¿eh? —Parecía loco hablándole a un animal que en cualquier momento si se asustaba se marcharía sin más. —Largo —Murmuré con voz seca, me comencé a frustrar.


El animal extendió sus alas y voló, pero en la dirección incorrecta terminando dentro de mi apartamento.


 


—Lo que me faltaba. —Murmuré con desesperación. El pájaro se detuvo sobre uno de los muebles  muy tranquilo.


Era mi oportunidad pero…Pero ¿Qué debía hacer?... ¿matarlo?


“No matare un pájaro”


 


Resoplé con frustración y rodé los ojos hacía cualquier dirección de la habitación. Poco después mi vista regreso al ave que brincaba de un lado a otro.


 


—Tienes hambre ¿cierto? —Murmuré con irritación. Miré el comedor y vi un pedazo de pan, mismo que tomé y se lo di al ave.


El timbre del apartamento sonó un par de veces, la cabeza comenzó a dolerme.


 


— ¿Qué diablos quieren ahora? —Gruñí para mí, caminando hacía la puerta. Tomé el picaporte y tiré de él con fuerza.


Abrí la puerta…y ahí vi de pie frente a mí a la persona menos esperada…


 


—Te eche de menos, TOP. —Su voz era grave y amigable.


Ha pasado un tiempo…un largo tiempo desde que alguien me dijo TOP


Y esa persona que tenía en frente era la única que lo decía.


Me quedé ahí, sin decir ni hacer nada.


El tiempo pareció detenerse a mí alrededor y una serie de recuerdos me embargaron, esos mismos recuerdos que intente alejar de mí a toda costa.


Sus brazos me rodearon con fuerza y palmeó mi espalda, fue ahí cuando volví a reaccionar y pude respirar.


 


—T-Taeyang —Tartamudeé en un intento de salir del shock. — ¿Cómo es que…?...Tú…Yo…Lo siento. —Mis pensamientos estaban confusos, eran toda una mezcla del presente y el pasado.


 


—Volví, TOP, todo está bien, no tienes porqué disculparte. —Taeyang se separó de mí y me miró.


Lucia feliz y sonriente. Parecía que decía todo aquello en serio.


 


—Ya no te odio, Seung. —Murmuró sonriendo, sus ojos brillaban.


“Tanto tiempo”


Taeyang entró con una maleta en sus manos y se sentó en el sofá.


Me quedé de frente a la puerta…él…de verdad ¿había regresado?


Me gire a prisa hacía él y le miré horrorizado, había tantas cosas por las cuales disculparme.


 


—Bae…yo…—La voz comenzó a temblarme.


 


—Tranquilo, Seung…lo sé, lo sé todo. —Murmuró mirándome con preocupación. —Yo estoy bien, si, desaparecí… por ella, pero tú te quedaste aquí. Te consumió su presencia, quien me preocupa eres tú. —Dijo con sinceridad. —Sé que ella se fue y con toda sinceridad espero que no regrese. —Murmuró mirando hacía el balcón abierto. Su mirada se perdió entre la claridad del sol.


“Sol”


 


— ¡Bae, idiota! ¿Acaso no pensabas ayudarme? —Un estruendoso ruido golpeó la puerta del apartamento haciendo que ambos volteáramos sorprendidos.


Ahí en la entra estaba un chico, se veía bastante joven, quizá un par de años menor que yo. Llevaba consigo un par de maletas enormes, bolsas de tiendas reconocidas y un gesto molesto.


El chico percató mi mirada y al instante me miró fijamente.


 


—Tú debes ser TOP. —Me sorprendí y enarque una ceja. Creí que Bae era el único que conocía ese apodo de mí. —Mucho gusto, soy…


 


—Él es Seung Ri, mi sirviente. —Le interrumpió Taeyang con voz autoritaria.


 


— ¡Ja! Por favor, Bae, no me hagas reír. —Dijo el chico notablemente molesto, soltando el mar de maletas que cargaba y entrando al apartamento. —Mi nombre es Lee Seung Hyun, un placer conocerlo. —Se presentó haciendo una reverencia. — Y no soy ningún sirviente. Soy el socio de ese idiota. —Dijo cruzándose de brazos refiriéndose a Taeyang.


 


—El gusto es mío. —Murmuré aun desorientado… ¿en qué momento mi departamento se había llenado de personas y la paz se había ido? — Soy Choi Seung Hyun. —Dije dudoso.


 


—Seung Ri, mete las maletas a nuestro nuevo hogar. —Ordenó Taeyang.


Nuevo…hogar. Suyo…mi hogar.


 


— ¿De qué rayos hablas Tae? —Pregunté ya colmado de no saber nada.


 


—Vale, creo que debo explicarte…


“Cree”


 



 


—Me estás diciendo… ¿Qué vivirás conmigo? —Pregunté agarrándome del sofá.


 


—Viviremos contigo, para ser claros. —Agregó Seung Ri, sonriéndome.


 


—Así es, TOP, ahora soy el gerente de esa cafetería y tengo que hacerme cargo. Seung Ri está dispuesto a ayudarme, es por eso que es mi socio y digo…tú me lo debes. — Con cada palabra que decía Taeyang, sólo me queda más claro que mi vida tranquila y a solas se había ido por el balcón.


Pensé en muchas cosas que decir u oponerme pero…


“es verdad, se lo debo”


 


—De acuerdo…bienvenidos. —Murmuré aun con duda ¿de verdad era lo mejor?


Los dos chicos estallaron en risas de felicidad.


 


—Desempaca, Seung Ri. —Ordenó Taeyang.


 


— ¡Deja de tratarme como un esclavo, Tae! —Se quejó el chico, mientras cargaba las maletas y hacía justamente lo que Taeyang le había dicho.


 


“Espero no arrepentirme”


 



 


Una semana había pasado desde que esos dos habían llegado a mi apartamento como nuevos inquilinos y…ya no los soportaba.


Todo el día había “peleas” entre ellos, sólo porque Bae se empeñaba en molestar al otro con sus aires de jefe.


Pero siendo sincero, había echado de menos a Taeyang…


 


—Acelera, TOP. Llegaremos tarde. —Dijo Taeyang, quien iba en el asiento del copiloto.


 


—Yo no manejo más rápido, puede ser peligroso. Además si llegamos tarde será por la culpa de Seung Ri, se despertó media hora tarde. —Comenté irritado, ellos me irritaban fácilmente.


Ahora nos encontrábamos a la mitad de nuestro camino hacía la cafetería, intentando pasar a algunos autos.


Seung Ri resopló y se recargó en el respaldo de los asientos traseros, era evidente que lo que dije era verdad.


Pasaron los minutos, afortunadamente rápidos y en silencio, hasta que llegamos a nuestro destino.


 


—Hacía la derecha, TOP. —Me indicó Taeyang. —Justo aquí. —dijo. Detuve el auto por completo.


Miré la cafetería, había bastante gente.


Sentí una punzada… ¿Cómo pude olvidarlo?


Era el mismo café de hace tres meses…el mismo café en donde ella me dejo plantado y me abandono por completo.


“Aléjate”


La voz de mi conciencia habló.


 


—Vamos, Seung, bájate —Me apresuró Seung Ri.


Ellos ya estaban fuera del vehículo, pero yo seguía en el asiento aferrado al volante.


 


—Yo…creo que…me quedaré aquí. —Murmuré parpadeando un par de veces.


El olor del café se hacía presente.


 


—No seas ridículo, baja ahora. — Dijo Taeyang, abriendo la puerta del auto y jalándome hacia afuera.


Me sentía confundido, era obvio que ya no estaba en mis cinco sentidos, estaba perturbado. Así que fue fácil sacarme del vehículo.


Escuchaba voces, pero nunca preste atención. Sólo podía percibir el olor del café intensificarse.


 


— ¡Seung Hyun, te estoy hablando! —Reaccione y mi alrededor se llenó de ruidos cotidianos…y el asqueroso olor a café.


Miré a mí alrededor, Taeyang me miraba preocupado y Seung Ri un tanto molesto. Me sorprendí al ver que ya estábamos dentro de la cafetería. Al parecer había caminado sin darme cuenta.


 


—Así que usted es el nuevo gerente. —Dijo un señor posándose delante de nosotros, lucía de más de cincuenta años, pero fuerte, usaba gafas y el uniforme de la cafetería, el señor Yeon.


Taeyang y Seung Ri comenzaron a explicar la situación, yo estaba ahí, aun lado de ellos pero a la vez era como si no lo estuviera.


“Odio el café”


Era verdad, desde niño me disgustaba y con el tiempo llegué a la conclusión de que le odiaba. No era tanto el sabor, sino el olor intenso que soltaba.


 


— ¡Chicos vengan acá! —Gritó el señor Yeon, haciéndome mirarle.


Después de unos minutos aparecieron dos chicos con el mismo uniforme.


 


—Muchachos, él es el señor Dong Young Bae, el nuevo gerente del “Bigbang coffee” y él es su socio Lee Seung Hyun. —Después de un par de formalidades y saludos me comencé a sentir incomodo, y no por el hecho de que yo sobraba ahí, no, sino por la mirada perspicaz de uno de los empleados, del más pequeño y delgado de todos.


 


— ¿Ocurre algo GD? —Pregunto el empleado de nombre Daesung, bueno, al menos ese era su nombre como empleado de la cafetería. En ese café se acostumbraba a poner un sobrenombre para hacer más estrecha la convivencia con los clientes o algo así había dicho el señor Yeon.


 


El susodicho no dijo nada y me siguió mirando.


Me sentí más incómodo, sus ojos me seguían atentos e interesados.


Incluso cuando nos sentamos en una de las mesas para conversas no dejo de mirarme.


 


—Entonces le veremos seguido por aquí, señor Dong. —Menciono Daesung muy amablemente.


 


—Por favor, llámenme Taeyang, según tengo entendido aquí todos tienen un sobrenombre ¿no es así? —Dijo Bae, siendo más amable, entre sonrisas.


La conversación siguió. Intenté relajarme y prestar atención a lo que decía Seung Ri en ese momento pero ese chiquillo molesto no me quitaba la vista de encima.


Resoplé frustrado y le miré directamente, tenía entendido que mi mirada no era precisamente suave.


 


— ¡ommo! ¡Ya sé quién es usted! —Gritó el chico, poniéndose de pie al instante. Sus gritos llamaron la atención de más de uno, incluso de su jefe, el señor Yeon quien le miró asustado por debajo de sus anteojos.


 


— ¿Qué pasa, G-dragon? —Preguntó Daesung.


 


“G-dragon…”


Ahora quien parecía recordar algo era yo.


 


—Sí, si…usted…—Dijo G-dragon mirándome con una sonrisa. —Usted vino aquí…hace como tres meses, es el señor que casi se desmaya, el extraño señor que me dio dinero sin comprar nada…—Hablaba tan rápido que me comenzó a irritar.


Yo recordé todo pero los demás me miraban sorprendidos.


 


—Aunque en aquel entonces su cabello era negro. El azul le queda bien, se ve erótico. —Daesung, el señor Yeon y Seung Ri escupieron lo que bebían y yo sólo me sobresalté asustado, sinceramente.


 


— ¡Ji Yong! —Le regañó el señor Yeon. —siéntate ahora mismo. —Le ordenó, el chico obedeció. Los clientes parecían interesados e incluso varios se veían divertidos.


 


—Pero es la verdad…luce bien así. —Dijo el chico entre un puchero mirándome nuevamente, pero con gentileza.


En ese momento me percate de algo…yo estaba sonriendo.


“Sonriendo…?”


 


—GD…por favor, guarda silencio. —Pidió muy apenado Daesung, tomando el hombro de su compañero.


 


G-dragon me miró tomando seriedad y habló.


 


—De acuerdo, lo siento, señor. —Me dijo disculpándose un poco apenado.


 


—No te preocupes…—Dije pensando en que más decir…pero nada se me ocurrió, no había mucho que decir después de que alguien te llama “erótico” y más si es un chico.


Todos rieron divertidos


 


— ¡Ah! Pero de verdad es exótico su cabello, señor. —Volvió a gritar G-dragon, abriendo muy bien sus ojos frente a mí, se veía frustrado y emocionado a la vez, como todo un niño pequeño.


 


— ¡Ji Yong! —Gritaron al unísono Daesung y el señor Yeon.


G-dragon en cambio sólo me sonrió con un gesto de disculpa.

Notas finales:

:3...¿Qué les pareció? Digo...espero que les gustara aunque sea un poquito u.u

Me esfuerzo jeje, a demás es el principio y mi mente no deja de pensar "Gtop, Gtop" jeje lo que les espera en los demás caps. 

Apreciaria sus comentarios, gracias.

Bye bye!


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