Capítulo Dos: “Dentro de mí”
Habíamos llegado al hotel donde nos quedaríamos por un tiempo, Gaara calculó que pasarían unas 2 semanas antes de encontrar una casa que pudiéramos arrendar. Definimos las piezas, eso nos tomo media hora, porque eran dos habitaciones, al final quedaron Sai y Gaara en la más grande, y yo solo… solo…solo, siempre me sentía así, S-O-L-O, era una bonita palabra según yo.
Después de almorzar, Gaara y Sai decidieron ir a visitar a sus familiares, sus padres y amigos de la infancia, yo me quede, ¿A quién iba a saludar? ¿A mi madre?, no, ella estaba muerta, no me gusta ir a los cementerio, ni a los parques del recuerdo, son tétricos, sin embargo no tenía que ir a esos lugares para verla, ella se suicidó, después de enterarse de la muerte de Itachi y negándose de que su primogénito pudiese ser un pedófilo quemó la casa, nuestra casa, donde viví los mejores años de mi vida, ese lugar, se reducía a un puñado de cenizas que el viento, la lluvia y el tiempo se encargó de esparcir en todas partes, no asistí a su funeral, desde ahí comenzó mi carrera como escritor, soy un “Filósofo” es decir una persona que piensa mucho, según la gente, pero la verdad es que los filósofos andamos buscando la verdad, el por qué de las cosas, nos gusta racionalizar todo, somos críticos y sistemáticos, cuando escribí mi primer libro, no pensé que eso era filosofía, “Las 109 formas de ver el mundo”, la verdad yo no estaba escribiendo un libro, solo escribía lo que pensaba y sentía en hojas sueltas, cuando mi profesor de literatura las vio de casualidad, me dijo que terminara de escribir y que el mismo se encargaría de publicar mi libro, el mismo le puso el título, todos trataban de ver porque el 109, algunos decían que era porque 1+9=10, y ese número tenía un significado especial, y estupideces como esas, la verdad es que le puse 109, porque la habitación de mi hotel era la 109, pero nunca se lo he confesado a nadie, quiero que perdure el misterio respecto al título, ese fue mi primer libro, fue un Best-seller, no me dieron un Nobel por el libro, pero muchos me consideraron como el futuro gran pensador del Siglo XXI, después estudié Filosofía en Noruega, en la Universidad de Oslo, he sacado dos libros más, y ahora mi gran amigo Gaara me mete en este lío de hacer clases… ¿Cómo se supone que yo haré clases?, nunca me han gustado las masas de gente, y pararme adelante, mientras cientos de ojos siguen cada uno de mis movimientos, creo que es demasiada presión para alguien como yo, pero ya estoy aquí, y tengo que hacerlo, no he dejado nada inconcluso en mi vida, no veo oportuno romper mi ley de vida, porque yo amo las leyes mas que a nada en el mundo, uno no podría vivir sin leyes, creo yo.
Hace poco hablé con mi padre, el fue un buen padre, un poco frío, nunca hablaba mucho, pero cada vez que hablaba decía lo justo y necesario, no se explayaba, le gustaba dejar a las personas pensando, por eso fue él, el primero en felicitarme por mi libro, dijo que me extrañaba, algo inusual en él, así que sospeché que no se hallaba bien de salud, sin embargo grande fue mi sorpresa al ver que se casaría por segunda vez, digo, el tiene el derecho a rehacer su vida como cualquier otra persona, se casará en 3 meses más con una señora llamada Konan, Yutka Konan, quién soy yo para decirle que no es correcto, nunca me he enamorado, supongo que debe sentirse bien, Sai y yo pasábamos horas leyendo acerca del amor en la biblioteca cuando teníamos 16 años, era extraño, luego hablábamos de lo que leíamos y siempre llegábamos a la conclusión de que ninguno de los dos había sentido nada igual antes, curioso, porque un año después Sai me confesaría que gustaba de Gaara, Gaara, la persona más fría, insípida y poco tolerante para cualquiera, sin embargo para mi, alguien explosivo, estoy seguro que tiene una bomba de sentimientos en su pecho respecto a Sai, sólo que es muy cuidadoso y no la deja explotar fácilmente, Gaara es cálido, cuando éramos pequeños, Sai y yo dormíamos abrazados a Gaara, el era cómodo, era nuestro osito de peluche, pero el no era del tipo enamoradizo y Casanova, no él, era todo lo contrario, reservado pero explosivo, de carácter frío y calculador, pero cálido y amable, no sonreía, pero su presencia te hacía feliz, a mí, el me hacía feliz.
Sai había estado conmigo desde que tengo memoria, era algo así como un primo lejano mío, su padre Danzo, un empresario medio loco según yo, usaba parches y vendas en casi todo el cuerpo, siempre trato como un soldado a Sai, ni una pizca de amor recibió, Gaara por su parte no conoció a su padre, su madre lo llevó lejos de él, nunca se preguntó porque su madre lo aparte de él, porque su madre se encargo de cuidarlo muy bien, para que no notara la ausencia de éste, y yo vivía en Japón con Sai y Gaara, a quién conocimos en un parque de cerezos, por eso a veces le llamo así, porque a mi y Sai. nos pareció que era una enorme cereza caída, por su brillante pelo rojo, recibimos un golpe de parte de él, y así nos hicimos amigos.
Cuando teníamos ocho años, algo terrible sucedió, Itachi mi hermano mayor, comenzó a desarrollar una especie de atracción-obsesión hacia Gaara, pues su anterior novio(Sasori), había muerto en un accidente de tránsito, Itachi nunca pudo superar esto, y creyó que Gaara era la reencarnación de Sasori, Gaara era cálido y amable con él, y se ponía rojo cada vez que el estaba cerca, le daba vergüenza estar junto a personas mayores que él, pero Itachi no lo sabía, seguía alimentando su obsesión hacia Gaara, un día de Mayo, el cual no quiero recordar Sai y yo jugábamos Béisbol, Sai era el bateador, y yo recogía la pelota, pero el inepto de Sai la golpeó tan fuerte que salió disparada hacia mi casa, le grité que era un imbécil y que la fuera a buscar él, hasta el día de hoy bendigo la brutalidad de Sai, corrió a buscar la pelota, pero escuchó los gritos de Gaara dentro de la casa, pensó que alguien le quería pegar a su fosforito como Itachi le había puesto a Gaara; entró y jamás espero encontrar a Gaara tirado en una cama semidesnudo y con un Itachi encima de él, gritándole que le decía fosforito por que era un caliente, que se excitaba cada vez que Gaara se ponía rojo, en su delirio no notó cuando Sai entró a la habitación, Sai podía ser de todo, un inepto, bruto, un animal salvaje con apariencia de humano, pero no era cobarde, era lo más valiente que pisaba el planeta, sostuvo el bate con ambas manos y golpeó la nuca de Itachi, quién quedó tirado en el piso, Sai nunca supo que con ese certero golpe ya lo había matado, siguió golpeando el cuerpo de Itachi hasta que entre a ver por qué se tardaba tanto, jamás podré decir si fue lo correcto o no, cuando vi a mi hermano tirado en el piso y a Sai golpeándolo, no entendí que pasaba, pero al ver a Gaara en estado de shock sobre la cama, pude comprender que Itachi había llegado demasiado lejos con su obsesión, calme a Sai, llamé a una ambulancia y a la policía, no llamé a nadie más, no supe que hacer con Gaara, solo lo tome en mis brazos y lo abrace, hasta el día de hoy no recuerda mayores detalles del asunto, su cerebro debió bloquear cualquier tipo de recuerdo sobre Itachi, por que si no fuera por algunas fotos que tengo de él, Gaara no recordaría ni su cara.
Acaban de llegar Gaara y Sai, así que iré a cenar.