Chanyeol tardó un tiempo en notar lo que ya no estaba en ese lugar familiar; las macetas, el fragante aroma de los narcisos y las rosas que le daban la bienvenida. Esa mancha colorida en el vecindario gris ya no estaba. La florería estaba cerrada con tablas viejas y cadenas que se balanceaban con el viento. Baekhyun observó a Chanyeol , sus labios formaban una delgada línea y lo evitaba con la mirada.
Los labios de Chanyeol se movieron de forma lenta mientras leía en su mente la palabra de tal signo que no le era familiar y luego lo leyó en voz alta. Le tomó un tiempo leer las letras rojas mostradas en la cerca que decían “VENDIDO” y le tomó aún más tiempo entender lo que significaba. Miró a Baekhyun confundido mientras preguntaba de manera silenciosa y rogaba por respuestas.
“Chanyeol… eso es…” suspiró y no fue capaz de tranquilizarlo porque él también estaba en shock. Después de la muerte de su abuela, su madre se había propuesto a conservar la tienda a pesar de los problemas financieros que tenían. Incluso aunque la deuda era realmente grande, su madre nunca había vendido la florería a ningún interesado en el terreno porque era lo único que tenían como herencia. La memoria del lugar era demasiado preciada para su familia y para Chanyeol.
Chanyeol observó la señal por un largo, largo tiempo y Baekhyun no tuvo corazón para moverlo de ahí hasta que el más alto se agachó para recoger algunas macetas rotas que estaban en el suelo. La mayoría de las flores habían sido tiradas a la basura, las marchitas estaban aplastadas sobre la tierra como si fuera algo de la naturaleza.
“Oye, no recojas eso”, Baekhyun le advirtió preocupado ya que Chanyeol podía cortarse los dedos con esos pedazos puntiagudos de alfarería y cerámica.
Había una cerca junto a la florería que era usada para almacenar toda la tierra reciclada de las macetas e incluso esa fue derribada. La vista de las perfectas cercas blancas estropeadas por las fibras era ahora una vista espantosa pero eso no detuvo a Chanyeol de entrar a lo que solía ser su refugio para empezar a recoger las flores destrozadas sin decir ninguna palabra.
Baekhyun lo siguió, matando a las moscas y sacando las telarañas que infectaban el área con sus propias manos. Él sabía que había una razón para evitar entrar al jardín trasero. “Chanyeol, está oscureciendo”, dijo, “deberíamos ir a casa antes de que…” se quedó mudo cuando el jardín trasero estaba a la vista. Era pequeño, cuadrado y con mucha tierra la última vez que lo vio pero ahora, estaba cubierto por, lo que parecían plumas, blancos Baby’s breath. Parecía como si hubiera nevado. Todos los arbustos habían sido podados de manera cuidadosa y ordenados perfectamente. Baekhyun casi podía escuchar a las flores riendo cuando él entró al jardín blanco.
Él nunca había visto tantos Baby’s Breath acumulados en un jardín especialmente sin ninguna rosa u otra flor en el centro.
A Chanyeol no le importó que Baekhyun hubiera descubierto su mundo maravilloso y se puso en cuclillas para luego empezar a excavar con sus propias manos. Con cuidado, colocó las flores marchitas que sostenía en sus brazos en el hoyo que no era muy profundo y luego las cubrió con más tierra.
Baekhyun sentía como si estuviera en un funeral formal porque nunca había visto a Chanyeol tan serio en su vida y le hizo sentir que necesitaba guardar respeto al funeral y apartarse.
“Las flores… también tienen sentimientos”, Chanyeol sonrió de manera suave y luego pausó y lamió sus labios mientras pensaba en lo que iba a decir, “las personas piensan que no lo tienen… porque no las escuchan”.
“¿En serio? ¿Qué están diciendo ahora?” Baekhyun rió entre dientes, decidió seguirle la corriente y el contrario arrancó un tallo de un grupo de blancos Baby’s breath para luego esconderlo detrás de la oreja de Baekhyun.
“Tú…eres muy inteligente, Baekhyun. Tú puedes hacerlo”, dijo algo tímido, “Eso…eso es lo que están diciendo”.
Cuando estaban de regreso a casa, había una cierta distancia entre ellos, no era como cuando caminaron después del partido de fútbol. Era un poco incómodo pero Baekhyun pensó que solo era cosa suya ya que Chanyeol estaba muy ocupado siendo distraído por los alhelíes y los perros del vecindario (Chanyeol les ladraba).
El sol había descendido hasta la línea del horizonte cuando estuvieron cerca de su pobre pero acogedora casa. Baekhyun se detuvo frente a la entrada cuando se dio cuento que las luces estaban prendidas lo que significaba que su madre había llegado temprano del trabajo. Alguien más estaba con ella pero Baekhyun no podía ver quien estaba al otro lado de la pared. Todo lo que supo fue que era un hombre debido a la voz que escuchó cuando entró por las cercas.
“Ellos llegarán en cualquier minuto. Chanyeol es un niño muy dulce, él nunca lastimaría a nadie…”, Baekhyun escuchó que eso era lo que le decía su madre a un extraño.
“Sí, entiendo Sra. Byun pero debido a las circunstancias me temo que no tenemos otra opción. Tendrá que irse en tres días. Un miembro del personal vendrá a recogerlo en la tarde así que por favor tenga todos los papeles listos para ese día”.
Baekhyun tragó saliva conteniendo las ganas de entrometerse y discutir con el hombre sobre todo lo que era necesario. En realidad, sabía que un berrinche no arreglaría nada especialmente cuando se trataba de estos tipos de situaciones difíciles en donde los “niños” no tenían ni voz ni voto. Odiaba la forma en la que su madre era tratada, no podía soportar la manera en la que hablaba el hombre sobre Chanyeol como si fuera una mascota que se pudiera llevar de un lado a otro como un paquete.
“Ven”, murmuró a Chanyeol cogiendo de su muñeca y alejándolo de la puerta. Ni siquiera se detuvo a dejar a un lado su bolsa de lona o a sacarse los zapatos de fútbol porque estaba demasiado abrumado con ira, egoísmo y despecho que no podía evitar pensar como un niño otra vez.
Chanyeol lo siguió sin decir palabra alguna incluso cuando terminaron caminando millas y millas hasta pasar por la estación de autobús y la del tren. Finalmente, Baekhyun decidió tomar el metro e hicieron fila detrás de un hombre que usaba una capa gruesa y pesada. Cuando les llegó el turno de comprar sus boletos, la ventanilla cerró.
“¡Oi-Oigan!, ¡Disculpen!”, gritó tratando de abrir la puerta de vidrio con sus manos, “¡Necesitamos dos boletos!”.
“Ya cerramos”, la mujer espetó.
“Los necesitamos, por favor”, dijo Baekhyun sacando los billetes que sumaban el costo exacto. Por suerte, la mujer aceptó el dinero y les otorgó dos boletos de ida.
“¿A dón... a dónde vamos?”, Chanyeol preguntó finalmente cuando estuvieron parados frente al ferrocarril, El zumbido mecánico de los trenes del subterráneo zumbaban de un lado a otro provocando un eco en la estación subterránea. En toda su vida, él jamás había tomado el metro ya que su padre siempre lo educó en casa y nunca tuvo la oportunidad de tomar uno por su cuenta. Él podría perderse o bajarse en la estación equivocada, o incluso no bajar nunca del metro.
“Todo está bien, iremos de paseo. ¿Nunca has salido de paseo?”, preguntó Baekhyun arqueando una ceja, “Ya sabes, como ir de pesca o un viaje familiar a las montañas”.
Chanyeol lo observó sin mostrar expresión alguna.
Baekhyun suspiró y volteó para mirar de frente al tren que se estacionaba delante de ellos. Tuvo que meter a Chanyeol adentro de manera rápida para poder conseguir buenos asientos cuando el tren estaba casi vacío debido a la hora. Habían algunos jóvenes que movían sus cabezas hacia adelante y atrás mientras escuchaban música a todo volumen con sus audífonos, un desamparado quien estaba recostado sobre 3 asientos, y una mujer mayor que sacaba todas sus provisiones del día al lado de la puerta. Baekhyun llevó a Chanyeol hacia dos asientos vacíos y luego colocó su pesada bolsa de lona en el suelo.
“Mi padre solía enseñarme a jugar fútbol”, dijo Baekhyun después de un largo tiempo sacudiendo sus pies y masajeando el moretón que era ahora una delgada mancha de color púrpura a un lado de su rótula, “él me compró mi primer par de zapatos de fútbol y me dijo que yo sería grande y que si me esforzaba bastante quizás podría jugar en el mundial. ¿Qué me dices de tu papá, Chanyeol?, ¿recuerdas algo de él?”.
Chanyeol sacudió su cabeza de forma lenta y sonrió de manera tonta.
“¿Y recuerdas algo de tu mamá?”.
“A ella…a ella le gustaban los Baby’s breath”, Chanyeol respondió de inmediato, “debido a que… ellos la hacían felíz… y también hacían felíz a Chanyeol…”.
¿Veo que extrañas mucho a tu mamá, no?
Chanyeol asintió.
Después de pasar la décima parada, el metro se detuvo y las puertas se abrieron de forma permanente para que todos los pasajeros se bajen de él. Al no tener idea de dónde estaban, Baekhyun y Chanyeol caminaron de nuevo y encontraron un punto de aperitivos en donde Baekhyun compró ramen para él y Kimbap para Chanyeol. La comida sabía como a miel después de un largo viaje.
Cuando terminaron de cenar, Baekhyun aún no sabía en donde estaban hasta que miraron el mapa que mostraban todas las estaciones del metro ordenadas por color en líneas para su lectura de conveniencia. Ellos estaban al menos a una hora de su casa aunque el tiempo no parecía haber sido mucho. Él sabía que no lo había planeado todo esto muy bien.
Baekhyun vio a un grupo de desamparados recostados contra la pared y no lucían muy amistosos así que dormir en el subterráneo no estaba entre sus opciones. La mayoría de servicios de transportes ya habían cerrado, excepto los taxis que costaban mucho más dinero de lo que tenía a la mano.
Su única opción era ir a uno de esos balnearios baratos que estaban abiertos las 24 horas al día y tenían descuentos para los clientes que pasaban la noche ahí. Era lo más cerca y seguro que tenían así que Baekhyun optó por esa opción.
Por suerte, ambos encontraron un balneario cerca y Baekhyun pagó con el único dinero que quedaba en sus bolsillos para un par de toallas y ropa. Ambos tomaron un baño para sacar toda la suciedad de sus cuerpos y Baekhyun se aseguró de limpiar a Chanyeol muy bien esta vez. Cuando lavó el cabello del contrario, sintió la delgada cicatriz y la masajeó con sus dedos de manera gentil , y cuidó que no entrara ninguna espuma de jabón a los ojos de Chanyeol.
“Chanyeol, quiero huevos”.
“Tú nombre es Chanyeol y el mío, Baekhyun”, Baekhyun balbuceó cuando usaba su toalla enrollada como almohada. El piso en el que estaban recostados era cálido y se sentía muy fresco luego de haber tomado un baño y haberse puesto ropa limpia lo cual hizo que se sintiera exhausto rápidamente.
“Baekhyun”, Chanyeol susurró detrás de él pero luego se quedó callado cuando no escuchó ninguna respuesta. Después de un tiempo, Chanyeol probablemente también se había quedado dormido ya que ambos se quedaron en silencio.
Luego de veinte minutos, Baekhyun aún estaba despierto pero tenía los ojos cerrados. Luego, sintió el cuerpo cálido de Chanyeol haciendo presión en su espalda y se puso tenso cuando un brazo se posicionó alrededor de su cintura. Sintió la tibia respiración de Chanyeol en su cuello. Él no estaba seguro de cómo describir esa sensación pero decidió que describirla sería aún más extraño. Finalmente se quedó dormido porque, por primera vez, se sintió lo bastante seguro para dejarlo ir pero muy egoísta para retenerlo.