Baekhyun abrió su boca para decir algo pero las palabras se escaparon de su mente, algo así como cuando las personas olvidan eventualmente partes o piezas de sus discursos durante una presentación oral. Su mente era ahora una pizarra blanca que tenía pequeños fragmentos de memorias. Tenía que decirle a Chanyeol algo que valiera la pena.
Miró a su costado y vio a su hermano inclinado hacia las flores prestándole cero atención, como siempre. Había una ternura en su tacto que también calmaba a Baekhyun como si esas flores fueran él, y Chanyeol estuviera asegurándose de que cada hoja y pétalo esté en su lugar. Incluso había traído una regadera para que pueda mimar a las flores que habían tenido un largo viaje desde la parte trasera de la florería donde los rayos solares casi ni llegaban hasta su casa. Baekhyun sonrió y Chanyeol también.
“Chanyeol”, llamó nuevamente a su hermano esperando que la atención del contrario no se dirija hacia otra cosa en segundos.
“Gracias”, dijo después de una breve pausa, “la verdad no sé qué más decirte, pero gracias. Siento como si… todo ya se hubiera dicho sin siquiera darme cuenta… además, hemos pasado por muchas cosas. Tú siempre has estado a mi lado, siempre. Supongo que a veces sentí que no estaba haciendo lo suficiente por ti porque tú siempre me has apoyado en todo sin importar nada. Yo…”, volteó para ver a Chanyeol y suspiró dramáticamente cuando lo vio parado sobre el lodo separando las pequeñas piedras.
No estaba escuchándolo.
“¡Chanyeol!”, gritó, “estoy expresando todos mis sentimientos y ¡tú ni siquiera estás escuchando!”.
Chanyeol sonrió como una forma de disculparse y se paró al lado de Baekhyun de nuevo. Su mirada estaba fija en su hermanastro quien de pronto se arrepintió de haber dicho eso. Quizás todo era mejor cuando Chanyeol no escuchaba porque la presión era peor cuando su mirada estaba literalmente fija en él.
Baekhyun aclaró su garganta y pensó en qué más decir. Algo menos cursi. “Ya sabes… yo también, lo siento. Siento haberte llamado estúpido todo el tiempo y también lamento…”, observó a Chanyeol y vio mostraba una gran sonrisa. No podía simplemente señalar que era un retrasado en frente suyo así que se tragó sus palabras y se dio cuenta que Chanyeol sabía lo que estaba insinuando. “Lamento haberte lastimado”. Definitivamente eso sonó menos amable pero más apropiado.
“Está bien”, Chanyeol sonrió, “estoy feliz porque estoy contigo”.
Baekhyun pensó en cuán extraño era que aquellas palabras tengan el poder para hacer que su corazón lata más fuerte y no estaba seguro de por qué. Volteó la cabeza para ocultar sus mejillas sonrojadas y asintió un par de veces. “Dijiste ‘estoy’ “, rió, “tú siempre te refieres a ti mismo en tercera persona, ¿y ahora eres tu propia persona?”
“¡Soy la persona de Baekhyun!”, dijo Chanyeol con una brillante sonrisa que podría iluminar miles de ciudades.
Incluso después de que sus amigos se fueran diciéndole que lo verían en la escuela otra vez, Baekhyun siguió pasando el tiempo con Chanyeol como si estuvieran recuperando el tiempo. Desafortunadamente, no habían muchas cosas por hacer cuando él estaba en silla de ruedas, así que permaneció en la sala con Chanyeol mientras que el más alto miraba las caricaturas de las tardes. Eventualmente, ambos se aburrieron y Baekhyun cambió al canal de deportes.
Suspiró cuando lo primero que vio fueron las repeticiones del partido.
Chanyeol pareció haber notado su incomodidad así que se levantó de repente y señaló hacia afuera. “¡Salgamos afuera, Baekhyun!”, gritó y era obvio que no aceptaba un “no” como respuesta.
Lo gracioso fue que Chanyeol fue el que le puso los zapatos de fútbol y aunque su madre les había pedido que no salgan a la calle, Chanyeol empujó la silla de ruedas del más pequeño hacia la puerta principal. Todo se veía diferente desde la vista de un discapacitado. La angustia de no poder caminar por su propia cuenta era dolorosa, por supuesto, pero nada se acercaba a la seguridad de tener a Chanyeol empujándolo desde atrás.
Al salir, la silla de ruedas chocó contra el umbral, pero lograron manejar eso y Chanyeol se aseguró de apegarse hacia un lado de la pista lejos de los carros y motocicletas. Él probablemente sabía mejor que nadie cuán peligroso podría ser un accidente.
Baekhyun tuvo la oportunidad de ver el pintoresco vecindario que le mostraba colores vivos. Cada una de las vistas se le hacía nueva a pesar de haber tomado la misma ruta muchas veces anteriormente. Chanyeol se detenía cuando él quería que lo hiciera e iba a donde quiera que él le dijera. Después de unos minutos llegaron a un campo verde que la mayoría de los chicos de su edad usarían como campo de fútbol. El piso estaba un poco lodoso debido a la lluvia que se había producido; sin embargo, el campo estaba casi vacío a pesar de algunos niños que jugaban rugby en una distancia lejana.
Los observó por un tiempo y se preguntó cómo sería poder correr otra vez, y trató que la decepción no se expresara en su rostro.
Desafortunadamente, Chanyeol lo notó a tiempo.
“Ven, te ayudaré”, Chanyeol sonrió extendiéndole la mano a Baekhyun.
“¿Estás loco? Si me caigo probablemente me partiré las piernas en 4”.
“¡No permitiré que te caigas!”, le prometió y se acercó para coger de la mano del contrario cuidadosamente. Ahora tomándolo de ambas manos, hizo que se levantara de su silla de ruedas con gentileza.
Por sorpresa, el dolor no era tan malo cuando estaba parado ya que su balance estaba distribuido en las manos de Chanyeol, pero aún se sentía débil. Estaba perdiendo el balance debido a que sus piernas ya no podían soportar el peso de su cuerpo pero Chanyeol lo ayudaba cuando se balanceaba hacia atrás. Cuando Chanyeol daba un paso hacia atrás, Baekhyun daba un paso hacia adelante como si fuera un bebé aprendiendo a caminar. “¡No me dejes caer o te mato, Park Chanyeol!”, gimoteó cogiendo fuerte las manos del contrario y caminando hacia adelante torpemente. No era como si no supiera cómo caminar, era solo que sus piernas no sabían cómo funcionar.
“¡No lo haré!”, sonrió Chanyeol, “¡Estás caminando! ¡Estás caminando!”.
“¡No me sueltes!”, gritó Baekhyun, “¡Si lo haces, te mato! ¡Lo juro!”.
Incluso aunque Chanyeol trataba de apartar sus manos, Baekhyun las apretaba y se rehusaba a soltar a su hermanastro. Después de haber dado unos pasos, Baekhyun empezó a perder la fuerza en sus piernas y cayó hacia adelante, directo a los brazos de Chanyeol.
Chanyeol sonrió a pesar del oscuro rubor que mostraban las mejillas del más pequeño y lo sujetó con fuerza. “¿Ves? ¡Te dije que no te dejaría caer, Baekhyun!”, dijo y luego lo erguió para que no estuviera recostado sobre él de una forma tan rara y angular.
La “práctica” tuvo éxito y Baekhyun logró caminar unos pasos por su propia cuenta antes de colapsar sobre los brazos de Chanyeol. Pasó el día y Baekhyun se sentía, extrañamente, orgulloso de él después de escuchar a Chanyeol halagándolo por hacer algo tan simple. Quizás se le había subido a la cabeza ya que estaba de muy buen humor y se ofreció a comprar panqueques, aquellos que vendían en la calle, para celebrar su pequeño logro.
Oscureció rápido pero para ese momento ya habían llegado al tranquilo vecindario, los postes de luz eran lo único que iluminaban el camino aparte de los foros con los que se cruzaban ocasionalmente.
“Deberíamos ir mañana a la sala de juegos, será divertido. Aún te ganaré estando en silla de ruedas”, bromeó Baekhyun quien ya estaba ansioso con tan solo pensar en ir hacia allá.
Chanyeol asintió y sonrió observando que el poste que estaba frente a su casa no estaba prendido, lo que hacía que su casa luciera espeluznante y como si fuera parte de las sombras. Tuvo que toquetear la pared para encontrar la puerta que abrió con cuidado para luego empujar la silla de rueda de Baekhyun sobre el irritante bulto del suelo.
“Esa luz ha estado apagada desde que te fuiste. Sigo tropezándome, la última vez terminé con un gran rasguño en mi rodilla derecha al golpearme con la estúpida puerta”, Baekhyun se rió entre dientes.
Cuando ambos estuvieron dentro, Chanyeol ayudó a Baekhyun a ir al baño para que se alistaran para ir a dormir, y antes de que Chanyeol pudiera traer su pijama a la cama, Baekhyun ya se había quedado dormido, cansado después de las series de eventos del día. La vista era tan adorable que Chanyeol lo admiró por un tiempo y luego jaló las sábanas hasta los hombros de Baekhyun para que no tuviera frío. Después de todo, había visto a la mamá de Baekhyun hacer eso muchas veces cuando Baekhyun se quedaba hasta muy tarde estudiando. Ella siempre acariciaba su cabeza y besaba su frente, lo cual Chanyeol también hizo (dejando algunos pedazos de panqueques como un bonus).
El mundo estaba extrañamente silencioso sin Baekhyun así que Chanyeol trató de distraerse repiqueteando sus dientes y tarareando en un tono desafinado para acabar con el silencio.
Recordó algo y escarbó en los cajones de Baekhyun para buscar una pequeña caja de herramientas, y luego lo cogió bajo su brazo cuando se dirigía a la puerta delantera. El poste de luz que tenía el foco malogrado estaba a su alcance así que, con cuidado, desenroscó el foco y sacó uno nuevo de la caja de herramientas, después entrecerró los ojos cuando trató de colocar el foco en su lugar. Hubo un discreto golpe y tarareo antes de que el poste de luz brillara intensamente al tener el foco en el medio iluminando las calles oscuras y el rostro de Chanyeol.
“Ahora Baekhyun no se caerá”, pensó y luego volteó la mirada para que no tuviera que mirar directamente hacia la luz. Complacido, regresó adentro con la caja de herramientas bajo su brazo. Su hogar brilló más que cualquier otra en el vecindario esa noche.
Se apresuró en ingresar a la casa antes de que el viento entumeciera sus talones tiritando cuando cerró la puerta detrás de él. Cuando entró a la habitación de nuevo, Baekhyun seguía justo como lo había dejado, durmiendo con una placentera sonrisa dibujada en los labios. Esa vista hizo que Chanyeol también sonriera y sus hombros se empezaron a caer un poco.
Con cuidado, colocó la caja de herramientas en el suelo y luego se subió a la cama al lado de Baekhyun asegurándose de no hacer ningún ruido mientras se acostaba a su lado. Colocó su mano bajo la almohada y sus dedos chocaron contra algo duro. Despacio, sacó lo que parecía ser una libreta, el mismo cuaderno que le dio a Baekhyun cuando se lo llevaron al hospital psiquiátrico meses antes.
Las páginas estaban usadas y los bordes, un poco doblados, probablemente debido a que Baekhyun lo había abierto muchas veces para leerlo anteriormente. Chanyeol se recostó sobre su espalda y sostuvo el cuaderno en alto para que así pudiera tratar de leer lo que estaba escrito que ya era más nítido debido a que sus ojos ya se habían ajustado a la oscuridad.
Todo estaba intacto, solo que las líneas del lápiz estaban un poco manchadas y las páginas estaban un poco empapadas. Casi al final del cuaderno, vio una página que estaba más limpia que el resto, una página en donde había un poema copiado de manera impecable del folleto del hospital. Lo leyó en voz baja, las palabras se procesaban de manera más rápida en su cabeza cuando había una voz que sonaba en sus oídos.
Se trabó un poco con las palabras pero era más o menos un poema que reconocía y había memorizado así que no era tan malo.
Cuando llegó al final del cuaderno, vio que la mayoría de las páginas habían sido llenadas pero habían algunas palabras en la última hoja que no recordaba haber escrito. Era la letra de Baekhyun, estaba escrito en pequeña letra imprenta:
“En la próxima vida, reencarnemos como hermanos.
Reencarnemos como amigos.
Reencarnemos como amantes.
Reencarnemos como flores.
Reencarnemos juntos”.