Baekhyun nunca había visto tanto blanco en su vida. Las sábanas y paredes blancas, los pálidos uniformes del personal médico que corría hacia chanyeol con una camilla, la ambulancia, etc. No pudo imaginar cuán aterrador lucía todo para Chanyeol ya que él lo veía desde la perspectiva de un niño. “Necesito estar con él”, dijo Baekhyun al personal, “está muy asustado”.
Y también lo estaba él. Subió al vehículo y cogió la mano de Chanyeol entrelazándola con la suya. Todos los vecinos salieron a las calles y murmuraban que Chanyeol había pasado a la otra vida o que se había vuelto loco.
Baekhyun observó cómo los paramédicos hacían todo lo posible para que su hermanastro estuviera cómodo mientras colocaban primero la máscara de oxígeno en la boca de este. Se sentía más inútil que el que estaba en la camilla al no poder hacer nada más que observar como su hermanastro se desvanecía, y todo era culpa suya.
“Es sólo una gripe”.
Baekhyun miró al médico que esbozaba una tierna y cálida sonrisa (nunca pensó que un doctor podría mostrar tal gesto) y luego dio un suspiro de alivio. Apartó sus manos cuando se dio cuenta que había estado raspando la piel muerta de sus cutículas debido al gran nerviosismo que sentía. “Entonces, ¿está bien?”, preguntó aún preocupado.
“Estará bien en unos días. Reposará por un día o quizás dos y luego estará listo para regresar a casa”, explicó el doctor, “el hogar es el mejor lugar para recuperarte cuando estás enfermo. No el hospital”.
Los dos rieron aunque Baekhyun aún lucía preocupado después de agradecerle al mayor. “Disculpe, señor…”, murmuró con duda, “¿existe alguna posibilidad de que…Chanyeol… quizás…se mejore?”
“¿Se mejore?”, el doctor cogió el final de su estetoscopio y lo colocó dentro del bolsillo que tenía por el pecho en donde Baekhyun observó una pulcra etiqueta negra en la que estaba escrito “Kim Joonmyeon”. El médico lucía amable e incluso su voz lo era más lo que le hizo pensar a Baekhyun que Chanyeol estaba en buenas manos.
“Mi hermanastro es algo… especial”, dijo, “él tuvo un accidente hace muchos años y no piensa como los otros chicos de su edad. Me preguntaba si es que… él realmente se esfuerza… ¿Puede volver a ser normal?”.
Joonmyeon llevó a Baekhyun a los asientos que estaban en la sala de espera y luego tomó asiento y suspiró. “Un retraso mental es muy diferente a una enfermedad mental. Por lo usual, un retraso mental es genético y el 90% de estos casos…son permanentes”. Hizo una pausa y observó a Baekhyun quien estaba cabizbajo mirando hacia sus piernas como si hubiera cometido un crimen. “Sin embargo, los pacientes que tienen enfermedades mentales pueden curarse con terapia y asesoramiento”.
“No podemos pagarlo…quiero decir, no tenemos dinero para pedir la ayuda de un psicólogo”.
“¿Y quién dice que necesitan un psicólogo?”Joonmyeon rió apuntando de manera gentil el pecho de Baekhyun, “la mejor terapia es aquella que cura el corazón”, levantó las cejas cuando Baekhyun alzó la mirada con una expresión vacía en su rostro, “el amor”, enfatizó, “yo recetaría amor; una sobredosis no estaría mal”.
Con esa lección incrustada en el corazón de Baekhyun, Joonmyeon se retiró de la sala de espera dejando a Baekhyun con la duda de si el médico había contestado su pregunta o le había hecho otra que tenía que resolver por su propia cuenta.
“Hey…¿Cómo estás?”, preguntó calmado a Chanyeol quien estaba sentado en la cama aún con la cara pálida pero mucho menos de como lo había visto antes. Él se sintió aliviado al saber que sólo era fiebre y no algo realmente fatal o drástico. Pensó que Chanyeol había tenido un ataque o alguna recaída pero felizmente había sido tan sólo una fuerte gripe. Baekhyun tomó asiento en el borde del colchón y tiró del final de un extremo del cabello de Chanyeol. “Debiste decirme que te sentías mal”.
Recordó que no había visto a Chanyeol en la escuela en casi todo el día y tampoco se había tomado la molestia de preguntar por su paradero para saber cómo estaba.
“Yo estaba…”, hizo una pausa en la mitad de la frase mientras observaba el techo moviendo sus manos como si estuviera pensando seriamente en lo que iba a decir. Era obvio que las palabras no se trasladaban de manera rápida hasta su boca. “Estaba en el baño”, dijo después de unos segundos, “no me sentía bien, así que decidí salir de allí y… la puerta estaba cerrada”.
“¿La puerta estaba cerrada?”
Chanyeol asintió con la cabeza. “Yo gritaba: ¡Ayuda!, ¡Ayuda!”, exclamó fuerte y Baekhyun tuvo que colocar una mano sobre la boca de Chanyeol para que se callara y no asustara a los demás pacientes. Chanyeol susurró “Luego el amable conserje… el amable conserje… el amable conserje retiró la silla de la puerta”.
“¿Una silla?”, Baekhyun suspiró. Chanyeol no lo había cerrado por dentro; algunos muchachos que pensaron que molestar al chico nuevo sería divertido, habían colocado una silla que estaba apoyada en la parte delantera de la puerta del baño y la habían dejado ahí. Ese pensamiento pasó de frustración a enojo. No importaba cuántas ganas tenía de gritar a Chanyeol por ser siempre tan estúpidamente estúpido, no tenía corazón para llamarle la atención a un inocente que no se daba cuenta del abuso que habían cometido hacia él. Esta vez él sólo estaba molesto consigo mismo por no tener el valor suficiente de salir a defender a Chanyeol cuando era lo menos que podía hacer.
“Mira, Chanyeol, el doctor dice que debes quedarte aquí por un día o dos para que te recuperes”, trató de convencerlo como si fuera un niño llorón, “te darán mucha comida y…”
“¿Baekhyun se quedará aquí?”
Baekhhyun negó con la cabeza lentamente. “Tengo práctica de fútbol. Vendré cuando haya terminado”. Observó los alrededores en busca de algo que pueda entretener a Chanyeol y por suerte encontró un cuaderno y lapiceros al costado del florero. Si había algo que podía mantener ocupado a Chanyeol durante un día entero, era un cuaderno abierto. También había un libro delgado debajo de la Biblia. Abrió el libro, eligió una página al azar y colocó el libro sobre las sábanas de Chanyeol, “Escribamos algo”.
Cogió el libro nuevamente y lo colocó en una mesa plegable que estaba frente a ellos para que les resultara más fácil escribir en él y luego envolvió la mano de Chanyeol con la suya. Sorprendentemente, la mano de Chanyeol era áspera e insensible al tacto, no suave y pequeña como Baekhyun se lo imaginaba. Tuvo que recordárselo a sí mismo que Chanyeol era un chico de su edad y no un niño de 7 años.
De manera lenta, guió la mano del contrario que sostenía un lápiz hacia la página blanca del libro. “Byun… Baek…hyun”, pronunció clara y lentamente trazando la última línea y apoyando una parte de su cabeza en el pecho de Chanyeol debido a que estaba inclinado hacia su lado.
“Byun…Baekhyun”, Chanyeol leyó las palabras escritas de manera muy lenta.
“Muy bien”, Baekhyun lo halagó, lucía un poco cansado por el día agitado que había tenido. “Eres muy bueno leyendo pero no escribiendo, ¿verdad?”. Apuntó hacia una imagen que contenía el libro en una de sus páginas. La imagen estaba en blanco y negro y era de un aburrido paisaje en el que abajo había un poema. “Leeré esto para ti”, dijo.
En la próxima vida,
si tuvieras que reencarnar en una hermosa persona,
me gustaría reencarnar en un ángel.
Aunque sea invisible
y tú ames a alguien más,
me gustaría reencarnar en un ángel
para protegerte.
La grave y potente voz de Chanyeol se hizo notar cuando empezó a leer lo siguiente, lo que llamó la atención de Baekhyun al ver cómo el contrario se esforzaba tanto para leer algo que no entendía con exactitud.
En la pró-xi-ma…v-vida,
Si tú… tuvieras que… re-reencarnar en un hermoso p-pájaro,
me… gustaría… reencarnar en un magnífico árbol.
Aun-aunque tenga que esperar… por ti,
En un…lugar,
me gustaría…. reencarnar…en un…ár-árbol,
donde tú… puedas… descansar cu-cuando tus alas… estén… cansadas.
“Muy bien”, Baekhyun sonrió observando cómo los ojos de Chanyeol parpadeaban rápido como si no tuviera la menor idea de lo que significaba lo que acababa de leer. Era probable que no lo entendiera. El poema hablaba de sentimientos que incluso para Baekhyun resultaba misterioso.
Chanyeol no cerró el libro durante un tiempo.
“I’m bringin’ sexy Baek!”, Jongin lo fastidió colocando su brazo alrededor de los hombros de Baekhyun como si no lo hubiera visto en años. Estaban pegados cadera con cadera en la cancha de fútbol y sudaban tanto que Baekhyun podía sentir cómo la transpiración de Jongin se filtraba en su propia ropa.
Baekhyun había estado evitando a propósito a todos sus compañeros la mañana siguiente durante la práctica. Él tan sólo no los podía mirar a los ojos ya que era probable que cualquiera de ellos hubiera encerrado a Chanyeol en el baño como si no importara que él fuera uno de sus parientes. Pero, ¿a quién engañaba? Él no podía culparlos a todos, especialmente cuando no había nadie que les haga recordar que lo que hacían era considerado acoso y bullying.
“¿Tú no encerraste a Chanyeol en el baño ayer, verdad?”, susurró despacio mientras caminaban.
“¿Qué?”
“Nada”.
El campeonato era en una semana y extrañamente, Baekhyun ni siquiera tenía ganas de correr.