Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Insania de tí por farfalya

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ehh perdón por la tardanza, jejeje pero la amiga inspiración no me visitó muy seguido xD

Ya saben Gravitation no me pertenece. ;)

 

CAPITULO 2

 

 

La mullida  cama recibía el golpe violento de dos cuerpos que se exploraban  y tocaban entre sí como si  no hubiera mañana, la pasión que los envolvía hacia resonar los muelles de esta de una  manera considerablemente escandalosa  y que afortunadamente ningún vecino tendría que oír…..

FLASHBACK

-  ¿ Qué?... – Eiri no  todavía se lo creía y anonadado no sabía que responder ¿ Porqué le preguntaba eso? ¿Acaso ese mocoso era un  fulano que se ofrecía a cualquiera? Sabía perfectamente  que debía que decir  no, pero….¿ Como rechazar esa oferta? sobre todo si ésta era propuesta por alguien con apariencia de ángel mientras que  el era un simple mortal

Te digo que si quieres bañarte, te veo aquí contemplándome  y parece que te da envidia- respondía inocentemente el muchachito, “ Bueno quizás el único que tiene una mente pervertida soy yo”  reflexionó, después de todo ese muchacho de cabellos rosas no le estaba haciendo una proposición indecente. “ ¿ O si? Basta Eiri!!!! Ya bastante demostraste con dejar que te viera husmeando y de paso pareciendo un pervertido. Es un niño! Por el amor de Kami sama, además  ya no eres un adolescente así que contrólate” se regañó mentalmente

-  Bueno, entonces me meteré,¿Te incomoda si me desnudo como tu? No tengo ganas de volver a casa como un pato mojado

-  No , no me importa jejejejeje - reía risueño- después de todo somos hombres, conocemos nuestra fisionomía, así que no tienes por qué preocuparte.

“Tiene razón, entonces no tengo nada de qué preocuparme” podía por fin asegurar  Eiri , aunque en el fondo la propuesta siguiera pareciéndole bizarra.

 Acabándose de desnudar, notó que el chiquillo le estaba contemplando embobado, tal como el mismo había estado antes, y cuando Eiri se percató de ello, el muchacho se puso tan rojo como un tomate, como si quisiera ocultar su repentino comportamiento. “ Adorable, ¿ se puede ser más tierno?” opinaba Eiri ante  dicha reacción. 

Sumido en sus pensamientos, sin esperárselo, fue  jalado por una pequeña mano al agua.

 Ésta estaba tibia y agradable, el verano hacía maravillas.

Tomándole con la guardia baja, el muchachito empezó a salpicarle a modo de juego, Eiri no se iba a dejar ganar y empezó a hacer lo mismo, hacía tanto tiempo que no recordaba reír como un niño, su infancia volvía como flashbacks en ese momento y se sentía el superhombre que Nietzsche había nombrado en su filosofía.

-  Jajajajajaajajajajaja basta, detente jajajajaja- la risa del muchachito llenaba sus sentidos, era una risa tan melódica, que me mezclaba con el ruido de las pequeñas olas que producían éstos durante las salpicaduras.

-  Eso te pasa por molestarme , mocoso-  dicho esto,  volvió a salpicarle con otra ola más grande que hizo perder el equilibrio al muchacho.

- Jajaja oye, bastaaa!!!!-  Eiri paró, ya estaba bien, lo había “torturado” suficiente y el mocoso había recibido su castigo- pero promete que no volverás a intentar otra guerra salina .

-          Jajajaja lo prometo- dijo sonriendo con un saludo militar- y ahora…..- splaaaaash!!!!! Salpicó fuertemente a eiri quien casi terminó cayéndose-….. jajajajaja venganza….nunca te fíes de un mocoso extraño– concluyó sacándole la lengua.

-  Ahora verás  - Eiri cogió  al chico  por los hombros con el fin de hacerle una ahogadilla, después de todo Eiri Uesigui iba a ganar esta guerra de agua sea como sea; el muchacho no se dejaba de mover entre los brazos que le rodeaban , y a medida que se movía como una anguila entre el aprisionamiento de Eiri no paraba de emitir una fuerte risa por el  rozamiento que generaban sus cuerpos.

Estaban moviéndose tanto que Eiri no se dio cuenta que había quedado frente a frente con aquel ser que parecía hijo de Afrodita, el momento que lo sintió fue cuando sus miembros se rozaron, provocando un tipo de electricidad que sacudió ambos cuerpos dejándolos inmóviles y contemplándose uno a otro.

Como nadie rompía aquel hilo invisible, el chiquillo tuvo el arrebato, y pego sus labios a los de Eiri, obligándolo a abrir la boca para que las dos lenguas se entrelazaran.

Eiri reacciono de la mejor manera, aprisionando al niño  en sus brazos y apretándolo tan fuerte que ni el mismo se creía capaz de estar haciendo aquello, dejando su razón escondida en un rincón . Seguían besándose de una manera frenética, a la vez que movían sus manos tocándose sus mojados cuerpos

Era la primera vez que Eiri sentía ese fuego irrevocable que le impedía parar, el cuerpo del mocoso se adhería a el como una segunda piel que le costaría despegar, no iba a dejar esa oportunidad por nada del mundo.

 No tenía demasiada experiencia besando, pero su lengua se volvió experta en cuanto toco los labios de él , los cuales tenían  un sabor dulce a la cual de aditivo, incluso más que todos los pasteles de fresa. Siguiendo con el besuqueo, decidieron salir del agua, y se dieron cuenta que se encontraban bastante excitados,  acabando tumbados en la arena enroscándose y pegándoseles la arena al cuerpo. De repente,  oyó al chico entre gemidos suscitarle al oído:

-           … mngh….ahh … ahh……. – no podía hablar , el calor corporal hacia que las palabras no fluyeran de una manera adecuada- fo…mgh….mos  en tu casa…ahggh…  señor desconocido …mgh

Ese comentario había terminado de encender la llama que quemaba el interior de Eiri , ya no era una simple cerilla, era una hoguera donde ardería todo, incluyéndose a el mismo hasta consumirse en ceniza, pero eso ya no importaba, porque la lujuria como el alcohol se había apoderado de su raciocinio avasallando cualquier tipo de escapatoria.

FIN FLASHBACK

Despertó somnoliento, se sintió desnudo y se incorporó a la cama.

 Divisó su cabellera rosada expandida por la almohada, nada lo tapaba, su cuerpo dorado hacía un contraste inocente, casi infantil,  con la blancura de las sábanas.

Eiri se  volvió de lado para quedarse contemplando su desnudez, era casi perfecto, en aquel momento supuso que faltaba la voz aria del Kyrie que tantas veces le había llevado a un éxtasis espiritual.

  La noche había sido extrañamente placentera, nunca había tenido las agallas para permitir lo que había sucedido, se había acostado con un desconocido y le había gustado.

Por una vez, se había dejado llevar por su ser emocional, por el animal que pensó que había domado.

Eiri decidió dejarlo dormir algo más, no le importaba, tampoco le molestaba. Simplemente se sentía bien, como algo más vivo, más libre, sabía a qué se debía esa sensación. Soltar al “yo salvaje” le transportaba  como a otra dimensión, otra forma de ver las cosas. Seguramente si contaba esto a alguien, lo tomarían como loco.

Decidió preparar el desayuno, dejó unas cuantas tostadas sobre el panero, y la caja de leche por si el mocoso tenía ganas. Tuvo un mal sentimiento, ni siquiera le había preguntado su nombre, ni él le había dicho el suyo, hasta ahora para él era conocido como “Señor desconocido”.

Estaba tomando su café, y escuchó el chirrido de la cama “Se levantó” pensó. Vio unos pies acercándose , subiendo la mirada que pasaba cada parte de su anatomía se encontró con la del chiquillo, la única prenda que llevaba puesta eran sus calzoncillos de negro humo.

- Buenos días, ¿ dormiste bien? – preguntó Eiri a modo de educación, no tenía la certeza si  hablarían de lo ocurrido o actuarían como dos meros extraños.

El muchacho lo miró, no le respondió sino que sonrió y antes que Eiri pudiera decir algo, el chiquillo se acomodó en su regazo y le robó un beso suave en los labios.

- Buenos días, Señor Desconocido depravado- susurró a su oído , para terminar de incorporarse en el espacio que había entre su cabeza y su clavícula.

- Hasta ayer solo era “desconocido” ¿por qué me vas añadiendo calificativos, mocoso?

- Bueno- se incorporó para mirarle los ojos- de alguna manera te tendré que llamar ¿no crees?

- Bueno , entonces tendré que quedar como un tipo educado. Comencemos de nuevo ¿ de acuerdo?

- No- respondió firmemente, Eiri lo miró interrogativo , mandándole una clara indirecta para que le diera las razones de su negación- porque me gustó lo de anoche, simplemente: presentémonos.

Eiri suspiró a regañadientes:

- Está bien, está bien. Me llamo Eiri Uesugui, alias Yuki, ¿ contento?

- Jijijijijiji, si , muy contento. Ahora es mi turno, me llamo Shuichi Shindou, alias Shu.

- Eso no es un alias, mocoso , solo has acortado tu nombre

- Yo también quiero tener un apodo, así me llamas por él

- Te llamaré como te llamas y punto. Deberías desayunar e irte, tus padres estarán preocupados por ti.

Shuichi se levantó de su regazo para coger una  de las tostadas que Eiri tenía en la mano y empezar a mordisquearla:

- No vivo con mis padres.

Eiri se estaba molestando por la actitud de Shuichi, ¡ menudo gorrón estaba hecho!. Aún así, pensó que sería mejor interrogarlo un poco:

- Si, entonces como te ganas la vida por aquí? Eres por lo menos de aquí?

- Mmm….- seguía masticando- me mudé aquí hace 1 año aproximadamente y conseguí un trabajo en un restaurante a cambio de alojamiento y comida.

- Y no estará la casera preocupada?

- Hace dos semanas que no vivo ahí

- ¿Por qué?

-  La casera y dueña del restaurante enfermó y se mudó con su hijo que vive al norte del país

- Entonces ¿Cómo te ganas la vida desde entonces? – quería llegar al punto de descubrir si Shu había hecho lo mismo con otros que con él.

- Pues trabajos de limpieza por un día, con el dinero me pagaba la comida, y como ahora es verano eso me ayuda a que no tengo que buscar alojamiento.

- Y si algún pervertido te asalta? No deberías buscar un lugar donde dormir?

- Jajajajaj no creo, este pueblo se ve muy tranquilo para que esa clase de sucesos ocurran de un día para otro. Dime ¿ te estás preocupando por mi?- le preguntó con una sonrisa picarona.

- Já, más quisieras, lo que hagas no es mi punto de interés

-  ¿Y cual es tu “punto” de interés? – añadió Shuichi recalcando esa palabra en particular

-  Que regreses por donde has venido, eres un gorrón

-  Pero , pero , pero, soy un pobre gorroncillo abandonado – empezó a poner una voz melosa que alteraba nerviosamente a Eiri – no serías capaz de dejar a este lindo cachorrito en la calle no? – la voz melosa se había convertido en pucheros y ojitos llorosos.

- Que no!!! No molestes!!

- Venga, por favor !!! te lo juro, no molestaré , emmh…emh, solo será una semana!!!, te lo prometo!!

Eiri se tocó su sien a modo de cansancio, era débil ante sus suplicas y no entendía el porqué, solía ser inexorable ante ese tipo de peticiones, pero él tenía algo. “ Paparruchas !!! Quizás sea compatibilidad sexual, después de todo , lo de anoche no estuvo mal”

-  Bueno, bueno, pero solo una semana mocoso!!! Después no me importará de que estés vagando por ahí como un alma en pena, porque no te tendré lástima alguna.

- Jajajaja gracias Yuki – y volvió a abalanzarse a él para robarle un beso más profundo al que Eiri no opuso resistencia.

- Y para comenzar, se te debería quitar esta costumbre de estar besándome cada dos por tres – reclamó

- Pero a ti te gusta

- Tú no sabes lo que me gusta, además ¿ por qué siempre estas dándome respuestas a todo? mejor permanece calladito teniendo en cuenta que te tendré de okupa por aquí

-  Jajajaja mmmm – Shuichi puso cara de estar pensando mucho , como si la respuesta fuera la más complicada – supongo que porque es divertido.

- ¿ Te parece divertido estar vacilándome?

-  ¿Si?

-          Jaja eres un mocoso extraño – Eiri no pudo reprimir una ligera risa, Shuichi era de lo más bizarro que se había encontrado en su corta vida, no supuso que el cambio de aires incluyera a Shuichi entre ellos.

-Te lo juro por Plutón que te ayudaré en lo que pueda, Yuki – dijo Shuichi en un modo serio

- Pues para comenzar deberías recoger la mesa, que por algo preparé el desayuno

- Está bien, está bien, y supongo que tú debes ir a trabajar, o no?

- Punto uno: no soy un vago como cierta persona, punto dos: por si no te has percatado , es domingo – tras concluir con esto se quedaron como 15 minutos en silencio mientras Shuichi recogía los cacharros y los lavaba.

- Yuki …- rompió Shuichi.

- Dime , mocoso.

- ¿ Me acompañarías a recoger mis cosas en la casa donde las dejé?

- Mmmm tienes muchas valijas?

- Solo dos maletas

- ¿Por qué no vas tu solo?

- Porque quiero que me acompañes, no sé el camino de vuelta a tu casa, recuerda que anoche…. Ejeeem – empezó a toser de manera exagerada para evitar hablar del tema.

- Okey , okey  - dijo Eiri, ese momento no era el oportuno para conversar de todo lo que había sucedido.

 

 

Así,  Eiri acogió en su casa  a Shuichi, nunca pensó que el fuese tal torbellino, desde que había llegado parecía que las cosas en su casa estuviesen patas arriba, no por el desastre sino por la presencia que Shuichi representaba, era como un animalillo a domar pero estaba domado, era el niño que se dejaba llevar por sus pasiones y todo esto se presentaba en sus acciones : ponía música por doquier sin importarle la sobriedad del silencio, seguía con sus gestos afectuosos entre los que se incluían  besos, abrazo, incluso habían pasado más de una vez al otro plano que ya conocemos, hacía todo esto como si conociera a Eiri de toda la vida y tuviera la confianza absoluta para hacer lo que quisiera.

Incluso, el plazo de una semana se había pasado, cuando discutieron en aquella ocasión, Shuichi había salido ganando, porque parecía que durante ese corto período de tiempo que le había acogido  se había acostumbrado a su simple presencia.

En alguna ocasión que otra había pensado que no era más que un sinvergüenza, aprovechado, pero Shu aceptaba los retos de Eiri, hacía las cosas él que le mandaba sin poner pegas, le ayudaba en todo lo que podía ( aunque en la cocina fuese un completo desastre con patas), y le daba cariño aunque Eiri no lo buscara.

Y lo entendió: Shuichi quería ser querido,  y Eiri , aún sabiendo su escandaloso comportamiento lo terminó acogiendo como un compañero de casa y cama.

La relación que llevaban no podría considerarse sentimental, pues alguien no se enamora en 1 mes, ,  como ligera amistad que en momentos de lujuria se convertía en eso, simple y pura lujuria, después de todo los dos eran lo suficientemente atractivos para desearse físicamente.

La convivencia se hizo aceptable, la frescura y espontaneidad de Shuichi compaginaba con la seriedad y madurez de Yuki. El día a día se había convertido para Eiri más llevadero y ameno, aún le costaba acostumbrarse a convivir con alguien, siempre había estado solo en ese aspecto pero aún así lo reconoció, su presencia no le molestaba ; y eso representaba un paso.

 

Una tarde Eiri , regresó a casa  a la misma hora que siempre tras su jornada laboral , las 20:30. Cuando se detuvo a la puerta, oyó unos ruidos extraños, provenían del interior, como si estuvieran moviendo cosas; entró rápidamente para encontrarse a Shuichi revolviendo unas cajas con cuadernos.

- Yuki, bienvenido – dijo el pequeño levantándose para recibirlo.

-¿ Que hacías? – le preguntó algo asombrado

- Bueno, esto, no te molestes, yo estaba ordenando y encontré esta caja – dijo señalándola – y encontré unos cuadernos, y bueno, ya sabes … ehh… me picó la curiosidad y quise leerlos.

- Haz lo que quieras.

 

 

 

Y así hizo Shuichi, se sumergió en el mundo de aquellos manuscritos, se quedaba hasta altas horas de la madrugada leyendo, Yuki estaba algo extrañado, durante el tiempo que había conocido a Shu lo había tomado como un ignorante que solo se dejaba llevar por sus instintos, pero nunca pensó que éste se viera tan involucrado en lo que alguna vez su pasión.

 

Había devorado los 50 cuadernos en tan solo 1 semana , y parecía que se había quedado con ganas de más, no había dudado en interrogar a Eiri acerca de su origen:

- Yuki …- ronroneó el minino

- Mm..?

- Los cuadernos, eran tuyos , cierto?

- Si lo sabes para qué preguntas

- Jajajaja siempre tan simpático

-  …

- Yuki…

- Que! – Eiri se estaba impacientando otra vez, cuando Shu se ponía en plan de niño preguntón , le salía con preguntas como : ¿ porque las aves vuelan?

- Por qué lo dejaste?

- Eso no te incumbe

- Pero escribes muy bien, deberías…

- No te metas donde no te llaman – lo interrumpió

- ¿Por qué no quieres hablar del tema? ¿ Acaso alguien…?

- Cállate!! Te dije que no te interesa, además, esas obras son tan estúpidas como tú, por eso te gustaron

- Si, lo sé, soy idiota, pero … deberías intentarlo, nunca te lo dijeron?

- Déjame en paz – se estaba cansando, no le gustaba sacar el tema, había decidido olvidar un tiempo ese mundo, y el chiquillo insistía en remover la herida aunque fuese de manera inconsciente

- Pero Yuki ¡!!, si quieres te pue…- antes de que pudiera terminar la frase Eiri se había metido en la habitación dando un portazo con la esperanza de que con eso el tema se diera por acabado.

Si Eiri pensó que se había librado de sus fantasmas literarios, cuán equivocado estaba, con todo lo que pasó en los meses siguientes pudo incluir otro adjetivo a la lista que describían a Shuichi : terco. Si, el chiquillo era más terco que una mula, además esa testarudez se sumaba a lo molestoso que se ponía y a los interrogatorios que le intentaba someter para sonsacar información del porqué de su abandono de las letras.

A causa de ello, tuvieron más discusiones que horas del día, Shuichi intentaba convencerlo de que era buen escritor y que continuara adelante.

Al final, el chiquillo había desistido en descubrir las razones pero continuaba con la misma cantaleta de retomar el oficio una y otra vez. Aun así, Eiri parecía de piedra pues esa inseguridad en él actuaba como un velo que le impedía verlo, reconoció que era débil pero no lo iba a expresar delante de él.

Pero lo que Shu no sabía, es que en el fondo,  ese velo iba deshilachándose poco a poco, hilo por hilo iba cayendo, pero no los suficientes para todavía para ver la luz.

 

 

Trajo una botella de sake de la tienda, como regalo de Navidad, a Shuichi seguro que le gustaría , no había dinero para regalos pero  se lo pasarían bien en esa ocasión.

Llegó a casa para ser recibido por la calidez del minino, que había preparado una cena algo simple: ensalada con croquetas ( Eiri agradeció que no  haya quemado la cocina), algo no muy pesado para disfrutar del resto de la noche.

La cena se presentó tranquila, algo que no era muy normal, Shu no estaba insistiendo en el tema que ya conocían y que tantas discusiones les había hecho tener; pero ,ante tal actitud simplemente pensó que por fin se había dado por vencido.

Eiri sacó la botella de sake al terminar la cena y fregar los platos:

- Mira mocoso, traje un regalo de Navidad – le dijo con una sonrisa

- Pero no puedo beber – dijo como si de un niño bueno se tratara

- Puedes hacer una excepción – dijo susurrándole al oído – ¿ O lo que hacemos en la intimidad es un acto inocente?

Esto último hizo que Shuichi se sonrojara hasta las orejas, su actuación de niño ingenuo no le había valido para nada pues recordaba que lo que hacían en las noches no era precisamente dormir.

Se pusieron a beber sentados en el suelo delante de la chimenea con unas mantas alrededor suyas , Shuichi había adquirido un rosado en sus mejillas que había hecho que Eiri adoptara una mirada lujuriosa, el también estaba  algo afectado por el alcohol pero era consciente de lo que estaba pasando.

 Abrazó a Shuichi por detrás y empezó a mordisquear su cuello caliente a la vez que introducía sus manos por debajo del jersey para sentir su fuego cutáneo, empezó un recorrido por sus pezones hasta su ombligo delineando a la vez la curvatura de su cintura mientras seguía dando besos descendentes por sus vertebras cervicales e inhalando su fragancia capilar.

Lo obligó a girar la cabeza para toparse con su boca que tenía sabor sake y a él, saboreó cada uno de los rincones, los volvió a explorar como había hecho con anterioridad y al finalizar le susurró apartándose  solo 2 cm sus labios:

- Feliz Navidad, mocoso –

A Shuichi no le dio tiempo a hablar, Eiri se había apoderado otra vez de su boca mientras sus manos descendían en busca de la parte que más placer les daría a los dos esa noche.

Antes de que Eiri continuara con su regalo de Navidad, Shuichi se separó un poco para hablar mientras intentaba recuperar el aliento:

- Yuki, yo también tengo un regalo para ti, cierra los ojos

- ¿Qué..?

-  Por favor, Yuki, cierra los ojos, ahora  vuelvo – lo decía completamente abochornado, daría a Yuki su regalo, solo esperó que le gustara

Eiri resignado tapó sus ojos, oyó a Shuichi correr a  la habitación y cerrar la puerta “ ¿Que me habrá preparado ese mocoso? ¿ un libro? No, no creo, o si? Mmm , no se y si…?” , siguió con sus cavilaciones y deseaba que el chiquillo se apresurara pues el sake había hecho efecto en él y su cuerpo ardía, quería terminar lo que había comenzado, esa vez estaba siendo especial, estaba pasando la Navidad con alguien que no conocía de nada , pero lo reconoció : le gustaba, le hacía…

Click

La puerta se había abierto, quiso oír la voz de Shuichi, estaba nervioso, quería tomarlo de una vez, se estaba impacientando.

- Yuki – dijo con voz temblorosa – abre los ojos

Y los abrió, y agradeció que estos se abrieran, el calor le empezó a invadir de nuevo y se empezó a concentrar en una determinada zona.

Shuichi, descalzo, con una sábana  que le cubría de cintura para abajo  y unos guantes negros hasta los codos que se camuflaban en el espesor oscuro del fondo de la habitación, lucía mirándolo con los ojos brillantes de deseo mientras sus pómulos adquirían un color carmín.

Se acercó a Eiri, que todavía le miraba tembloroso de excitación, se sentó entre sus piernas abrazándose lo más fuerte a él , y lo que  murmulló desató la concupiscencia del ambiente:

- Yuki – decía  mientras se acercaba a sus labios-...hazme tu musa.  

 

Y así pasó: el velo fue arrancado, desgarrado en pedazos, dejando los hilos esparcidos y haciendo que la luz dilatara sus pupilas para un nuevo amanecer.

 

 

 

Notas finales:

La ultima escena les sonará de alguna película, es como si representara a la Venus de Milo

Agradecimientos a Melo ;)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).