Capitulo: 7
Seth estaba feliz, quien diría que llevar al pecadillo a su cama le traería tanta satisfacción;
-3… 2… 1, contaba él ojiazul lentamente
-espera Seth quiero hablar contigo. él oji-azul estaba feliz sabía que su primo lo seguiría ..El moreno se voltio y miro al soberano; -desposare a yugi… tú puedes desposar a quien tú quieras, pero lo único que te voy a pedir es qué. No le hagas daño, algo dentro de mí me dice que ese chico es muy especial, Atem palpo el hombro de su primo y se marcho, pero antes que Seth dejara de ver a su primo dijo; -lo sé, los dioses lo crearon para mí.
La tierra era calentada por los rayos del amanecer que se hacía presente; joey salía al pozo por un poco de agua para su hermanita, él rubio tampoco había conciliado el sueño, unos ojos azules estaban presentes cada que serraba los ojos; -por qué…, por qué no dejo de pensar en ti, eres arrogante pero… tus ojos me dicen que estas sufriendo, que me necesitas pero tengo miedo, mucho miedo de que tú me quites mis alas. Él rubio observo el cielo azul y empezó a observar su entorno, joey amaba caminar por los prados llenos de flores, bañarse en el rio y de noche mirar las estrellas desde una colina alta, le gustaba su vida modesta y compartir alegrías con sus pocos amigos.
Después de recolectar el agua joey se dirigió a su casa, no estaba muy lejos pero si tenía que rodear una pequeña colina, la cual ocultaba su hogar del demás pueblo, al llegar a su morada él chico se llevo una sorpresa, todo el lugar se encontraba rodeado por guardias del faraón, él rubio empezó a temblar cuando miro a su madre y padre tendidos en el suelo con las manos atadas, este solo soltó el jaro que llevaba y corrió hacia los guardias.
-suelten a mis padres, ellos no han hecho nada, las palabras del chico estaban llenas de miedo y su temblorosa voz lo delataba
Pero uno de los guardias vio venir al rubio y con su lanza lo golpeo en el estomago.
-las órdenes del Visir. son traer a todos los extranjeros han te él, ya que se sospecha de brujería y de ayudar al demonio que anda suelto…
El pobre rubio se revolcaba de dolor, mientras poco a poco se desvanecía…
El rubio caminaba por las calles. En donde se había llevado a cabo, ciudad batalla. El chico llevaba consigo, su disco de duelho. Se sentía seguro y confiado, pues había quedado en tercer lugar, en ese tan importante torneo.
Ahora se sentía con fuerza en su interior, y estaba seguro, de poder recuperar, su carta.
-¡Yugi!... Hoy será el día, en el que, recupere mi dragón de ojos rojos
El pequeño, que se encontraba sentado, cerca de una fuente, sonrió y se ruborizaba, -Joey tu sabes que esto no es necesario. Simplemente tómala... yugi se lebanto y camino hasta su amigo, que sonreía con mucha vitalidad
-no... el honor de un hombre se mide, por lo dependiente que puede ser. Y si tú sigues cuidando de mí, jamás podre, ser fuerte.
El pequeño solo resoplo, moviendo así los mechones, de su rostro. –lo siento Joey, pero. Hoy no estoy de ánimo. Desde que terminó, ciudad batallas, me he sentido, muy extraño y fuera del lugar. Pues he tenido sueños extraños. Yo creo que estos sueños son, recuerdos del Faraón.
Joey, que miraba a su amigo de lejos, decidió acercarse, y una vez cerca lo abraso. –yo también he tenido sueños. Pero más que llamarlos sueños. Yo los llamo pesadillas; oribes y terroríficas pesadillas.
En donde tú y yo, somos perseguidos, por demonios de formes. Como si fueran mutaciones, o monstros, que salen en las películas de terror.
Yugi, que seguía abrasado a joei, se separó con brusquedad –es lo mismo que yo sueño, pero en mi sueño. Tu estas buscando a Kaiba, como si este nos fuera a salvar; y yo simplemente me siento celoso y rabiosa, porque yo, no soy lo suficientemente fuerte, como para protegerte. Por eso, cuando despierto y miro mi habitación, me siento feliz y fuerte. Porque en este mundo, si puedo cuidad de ti. Aunque, tu siempre buscas a Kaiba, en vez de a mí.
Joey solo miraba a Yugi... sabía a qué se refería, pero... el no pretendía dañar a su amigo, con negativas a su sentimientos...
-yugi! Si yo pudiera amarte a ti... yo lo haría, pero... mi alma y mi ser le pertenecen ah...
Cuando el rubio, estaba a punto de confesarse. El rompecabezas del milenio, comenzó a brillar.
¡Qué está pasando!, dijeron los dos al mismo tiempo... …………………………………………………………………. el sueño se había terminado. El sonido de las voces despertaba al hermoso rubio, los cuchicheos eran atosigan tés, tanto que él cachorro habría sus bellos ojos; colgaba sobre un camello y cuando su vista lo permitió empezó a buscar a sus padres. -mamá… fue lo primero que dijo, pero no la podía ver, desesperado trato de enderezarse, pero no tuvo excito, ya que se encontraba a marrado a la montura del animal
Joey era llevado a cuesta y esto le causaba curiosidad a un joven de cabellos blancos y de ojos color ámbar, ya que ningún extranjero se habían resistido al arrestó de los soldados
El joven se acercó hasta el camello y entre saltitos trato de hablar con él rubio; -los progenitores, fueron llevados al templo de Anubis, ellos han dicho que tienen otros planes para los lozanos (vírgenes); joey escuchaba con mucha atención la fina voz que trataba de consolarlo, hasta que pudo observar al bello chico
-ah… hola, mi nombre es joey y… el tú yo...
Él chico le regalo una zurrona sonrisa al rubio que se encontraba mas despistado que nada; -hola joey bueno yo me llamo Bakura y siempre he vivido en Egipto, él pequeño blanquito trataba de darle la mano a joey pero los grilletes pesaban demasiado y eso lo impedía, joey también trato de alcanzar las manos del otro pero sentía que se caía.
-hemos llegado, decía una voz gruesa que empezó a dirigir a los soldados, los dos chicos miraron a su alrededor, el lugar era real mente hermoso, como sacado de un cuento de habas, y eso era por que se encontraban en la entrada del palacio del mismísimo Seth… Los lozanos fueron separaros en dos grupos, Joey y Bakura fueron llevados a una explanada cerca de una enorme piscina, la cual era decorada por unos hermosos pilares en los cuales colgaban cortinas blancas de algodón que el viento movía sutilmente; estas eran piezas muy caras pero él Visir del faraón se podía dar ese lujo he incluso dejarlas a la intemperie.
-que piensas que nos harán, pregunto Joey al pequeño blanquito.
-ellos prometieron qué no nos dañarían, qué… acaso no te dijeron nada, él rubio alzo la mirada hacia el cielo, él no recordaba nada de eso, pero si recordaba a sus padres muy tranquilos, mientras estaban en el piso.
-creo que no espere a escuchar esa parte, yo estaba a terrado y me lance sobre un guardia que me golpeo.
Bakura abrió sus ojos en expresión de asombro; -vaya asi que por eso eras llevado a cuesta eh!... los dos chicos empezaron a reír y a bromear, eran los últimos en la fila asi que empezaron a platicar y a conocerse mientras los demás eran pasados uno a uno dentro del palacio; Joey y Bakura esperaban su turno paciente mente, ya qué ellos eran inocentes de las acusaciones, por lo tanto esperaban ser liberados pronto, pero… joey se percato de algo; que los jóvenes entraban pero no salían, esto empezó a preocupar al rubio ya que no faltaba mucho para su turno, siendo los últimos dos en la fila era claro que eso no tardaría; el chico observo a unos guardias que regresaban y fue entonces que empezó a preguntar por los demás; -oigan gorilas, donde están los demás, oigan, oigan, pero los gritos del chico fueron ignorados, mientas eran jaladas sus cadenas para que andarán, los guardias los llevaron cerca de unas escalera, y una vez más los hicieron esperar.
El guardia se dirijo hasta un chico de cabello morado; -señor Reht, aquí están dos chicos de piel blanca y ojos color miel, como ámbar. Pero no sabemos cuál es el que busca él amo.
Reht miro a los chicos y sonrió, buen trabajo no te preocupes, yo le dirá al señor Seth que su encargo esta aquí. Los gorilones se retiraron, pero él rubio seguía gritando; -donde están los demás…, oigan imbéciles, déjenos ir.
Una mujer de cabellera rubio no natural, ja… ja… ja…se acercó a los prisioneros, y con una risa del dijo; -esos ya están muertos, o que pensaban que el sacerdote los dejaría ir como si nada.
-quien eres tu pregunto el oji-miel con desafío.
Por un momento la mujer miro al rubio y con una sonrisa se acerco al muchacho y le susurro; -mi nombre es Mai, la mujer se voltio con brusquedad; -y soy la favorita del sumo sacerdote.
Joey se quedo paralizado no sabía que decir, porqué no entendía que era eso; -dime Bakura que es lo que significa ser la “favorita”
Bakura miro ingenuamente al chico y con pena contesto; -acaso no lo sabes. Joey ajito la cabeza con fuerza mientras era observado por la mujer.
El blanquito suspiro y con vergüenza contesto; -significa que él sumo tiene más sexo con ella que con alguien más.
Joey empezó a reírse con desesperación, las palabras de su nuevo amigo le causaban risa.
-De que te ríes pedazo de animal, -dijo la mujer enfurecida-, el chico dirigió su mirada a la chica y le contesto; -bueno si yo fuera tú, yo no gritaría a los cuatro vientos que soy la puta personal del tonto engreído.
La mujer estaba embravecida, ella no permitiría que un muerto de habré le hablara asi, la mujer sujeto de la ropa al chico, alzo su mano y cuando estaba a punto de zorrajarle una bofetada una voz la detuvo.
-ni… se… te…ocurra ponerle una mano en sima a mi futuro esposo…, la chica conocía esa voz a la perfección. La sangre de la mujer se helo, pero de inmediato la envidia cubrió su ser.
La mujer soltó al chico y rápidamente correo a los brazos de su protector; -lo siento yo no sabía que este niño seria tu esposo, la mujer sabía muy bien como fingir y su hipocresía era de primera pero esto no serbia ante los ojos del oji-azul, él hombre la aparto y se dirigió hasta él rubio que lo miraba incrédulo. La mujer se enfureció por el desharé del moreno y se marchó. Pero no antes, de prometerse, así misma venganza
Los ojos del ojimiel se clavaron en él hombre, sus palabras se habían clavado es su cabeza, palabras que le causaron miedo. Miedo en todo su cuerpo como en su ser, él oji-azul lo miraba con ferocidad… Deseaba a serlo suyo más que nada en este mundo, así qué, él moreno lo sujeto con fuerza y sin aviso previo sus labios se unieron con los del rubio.
El rubio trato de escapar al beso con desesperación, pero él moreno no lo permitió, al contrario lo sujeto contra su cuerpo. Con más fuerza. Lo que le saco unos cuantos gemidos al pequeño,
El moreno detuvo su ataque, aquellos gemidos le habían complacido, lo miro y con una mano acaricio su rostro.
-eres real mente hermoso, le dijo mientras él pobre rubio solo se sonrojaba, pero este rápidamente reacciono.
-suélteme…, qué no me está escuchando, decía el rubio mientras forcejeaba con él oji-azul.
Para él moreno esto era muy entretenido, le encantaba la sensación del chico, mientras se revolcaba en sus brazos, esto estaba causando una reacción entre sus piernas.
-ya basta pequeño…, solo estas consiguiendo que me ponga ansioso, las últimas palabras las susurro en el oído del hermoso chico
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