Capitulo: 9
Joey y Bakura, ya tenían un buen rato caminando. El sol los quemaba, y la agonía era eterna...
-falta mucho.. pregunto el rubio con un tono de pereza.
El aprendiz de sacerdote, lo miro y solo sonrió. –pues si falta algo. Pero cuando lleguemos; podremos tomar toda el agua, que quedáramos.
Joey quedo cabizbajo... tenía calor ¡y mucho!. Como era posible, que Bakura y el otro estuvieran como si nada.
Sin esperarlo, Joey escucho un ruido. Bakura se había desmayado. Y era algo normal, ya que había caminado demasiado. Y no solo para salir del palacio de Seth... sino desde que los habían capturado; hasta la espera, en las escaleras...
El rubio corío y coloco a Bakura en sus piernas. –Bakura!... dijo el joven, moviéndolo suavemente.
El otro chico, también se acercó –Creo que tu amigo está muy cansado. Dale un poco de agua.. Reht, extendió una bolsilla de piel. Claro está que contenía agua.
-¡Gracias!... pero creo, que también necesita un poco de sombra.
Con los ojos Joey busco un lugar. Dando así con una entraba. – ¡mira! Ahí hay un lugar.
Con rapidez Joey cargo a su nuevo amigo. Y al llegar al lugar. Reht noto algo extraño.
El lugar olía a podrido; como a sangre y arena. Pero el lugar era fresco, y perfecto, para el chico de cabello blanco.
-¡oye creo, que deberíamos irnos lo más pronto posible! Este lugar emana vibras muy extrañas...
Joey apoyo a Bakura, en una pared. No habían entrado del todo al lugar, pero en la entrada, podían tener un poco de sombra.
-¡qué raro!... yo no siento nada. De hecho creo que deberíamos inspeccionar.
Joey era como un perrito curioso, quería morder y lamerlo todo. Pero Reht lo detuvo del brazo.
-¡No!... Te digo que este lugar emana algo, y no puedo dejarte solo. Tal vez tú no sientas nada, y eso es porque eres un extranjero, por lo cual, no sientes los peligros de este lugar.
Con sus grandes ojos, Joey miro al sujeto –y no me pongas esa cara; porque no te funcionara.
Joey hacia lindos gestos, y Reht se sentía indefenso –vamos anda, no quieres ver, que haya dentro.
Cansado Reht soltó a Joey. Vete, hazlo que quieras. Pero de una vez te advierto. No iré por ti...
Joey solo rio –ja.. jajaja No te preocupes, solo daré una mirada y regresare. Y así se introdujo, a la tumba...
Yugi había llegado a las puertas, de los aposentos de sus padres. Sin miedo, entro al lugar pero lo que vio lo dejo sin palabras.
-¡madre!.. dijo, mientras observaba con cuidado, todo el lugar. El cual estaba en penumbras y era iluminado, con velas de color negro.
Varios sacerdotes, se encontraban en el lugar. Cantando una alabanza, de despedida, mientras su madre tapaba un cuerpo, con una fina manta.
Lagrimas comenzaron a escurrí, por su ojos –¡no!.. -fue lo que grito, mientras corría a tirarse, sobre el cuerpo momificado- pues vasijas de oro, rodeaban todo el lugar, con órganos a dentro.
-¡mi niño!... por favor no llores, tu amado padre, ya está con Ra; o es posible, que su alma ya haya rencarnado. No llores.
Tea sujeto, al pequeño contra su pecho, tratando así de consolarlo. Pero Yugi solo quería abrazar al cuerpo de su padre. Quería hablarle, y decirle que lo amaba.
-¡suéltame por favor!... quiero... quiero, estar con él.
Los ojos de la mujer también escurrían, por la per dida se su amado. Y así madre e hijo, se abrazaron y consolaron.
-¡yo también quiero estar con él!... exclamo la mujer, que soltaba al pequeño, y se aventuraba, al cuerpo de su amado.
Pero en eso una mano la detuvo del brazo. –¡hermana espera! –Atem, con cariño abrazo a su amorosa hermana-
-Recuerda, que no puedes perder la compostura. Tu hijo te necesita.
Con los ojos más que abiertos, Yugi vio a su tío. El cual amorosamente, consolaba a su madre.
El abrazo se le hizo eterno al mayo, pero el dolor de su hermana, lo ameritaba. Después de unas cuantas palabras, Atem, miro a Yugi.
El pequeño se veía inconsolable, así que decido, darle el pésame. Con cuidado y tranquilamente, se acercó.
-¡Lo lamento!.. dijo con la voz baja y desanimadamente
Mas el pequeño, no dijo nada. Este mantenía la mirada baja y sepulcro silencio.
-¡Yugi!.. Atem, se preocupó. Y con desesperación, sujeto al pequeño, de un brazo.
Así Atem, logro ver los ojos del pequeño, que parecían aguaceros; pero ni un sonido salía de sus labios.
El pequeño lloraba en silencio; -no tienes que aguantar el llanto. Llora, como debe ser.
Atem, abrazo a Yugi, con todas sus fuerzas. Quería demostrarle todo el amor que sentía por él. Quería decirle, que él, siempre estaría con él; y que la muerte no los separaría...
-Yugi, yo te a... m.. El soberano estaba a punto de confesar su amor. Pero velos mente y fugas. Una voz lo detuvo. Esta era su conciencia, como su sentido común... Era mejor, no perturbar más, el pequeño corazón de su pecadillo
Aclaro la garganta y continuo, aun sujetando al niño. –Yugi, yo te am.. amparare siempre; no importa lo que venga. Pues yo siempre te cuidare.
Seth... había recibido un papiro, diciendo, que pospusiera los eventos planeados. La muerte rondada el palacio del faraón; y los egipcios, muy supersticiosos. Creían en los funerales largos, o momentáneas, dependiendo de la situación; o al muerto.
Pero esta noticia, no complacía nada al Visir. –maldición, esto era lo último que nos faltaba.
Seth... ya se encontraba en la sinagoga de los 7 sacerdotes, más importantes; sin contarlo a él. Todos vestían, finas batas, cosida con hilos dorados, y con los símbolos de sus dioses, representados. Las joyas, como brazaletes, en esta ocasión, eran de plata azul.
Los pergaminos, con cantos mágicos, se encontraban listos, en orden de recitación. Copas de vino y sangre, se mesclaban, con el agua del Nilo. Animales blancos, se encontraban listos, para ser ahogados en leche de cabra.
Los fénix, revoloteaban de dolor, pues un hechizo, no los dejaba, convertirse en cenizas, para renacer...
Todo, estaba más que listo. Pero al estúpido, cuñado, del faraón. Se le ocurría morirse, en ese preciso momento.
Y más cuando todo el reino, comenzaba a correr más riesgo. Pues si el ejército del BAKU, seguía creciendo. Nada ni nadie, podría detenerlo.
-¡que suceded sumo sacerdote!.. -pregunto Duke, que sostenía una daga de oro negro, contra su pecho-
Seth, que comenzaba a quitarse las ropas finas; miro a los otros y gruño. –ya no habrá sacrificio. Al parecer, tendremos un funeral en su lugar.
Que sus guardias, se mantengan a alerta. Es posible que los demonios, nos vuelvan a atacar, esta noche.
Pues ayer el Faraón y yo, les arruinamos sus planes. Creo que no esperan, que estuviéramos cerca
Por cierto –dijo ya para finalizar- Que los niños de muestro reino; sean llevados, a la pirámide de Horus. Tal vez, el grandísimo dios pájaro, proteja a nuestros pequeños, con sus alas
Seth... era todo un líder, en breves segundos, ya había armado un plan y había organizado todo. Todo Egipto, sabía que el Visir, lo era todo. Su proveedor, su protector, su guía militar, como espiritual.
Y esto también los sabia cierto demonio, que descansaba, para a tacar; por la noche.
-Seth.. -dijo en voz alta el sacerdote de Anubis- -Que aremos con los vírgenes. ¿Los dejamos ir?...
El ojiazul. Que prácticamente ya estaba cambiado, miro al otro. Y con tono de sarcasmo dijo: -¡Clara... por qué no!. Y Luego, invitamos al BAKU, para que tomemos él té con nosotros. Y por qué no luego le ofrecemos, comerse la cabeza de nuestro amo.
Era obvio, que la pregunta de Duke, ni al caso. Pero el joven de cabello negro, deseaba, con toda el alma, no tener que matarlos.
Pero seth... también tenía su punto de vista. Él también estaba dispuesto a todo, por su pueblo. Su convicción, era fuerte; muchas vidas dependían de él.
-¡su divinidad!.. -dijo un sacerdote gordo- A donde se dirige, si se puede saber.
El moreno, que dejaba el lugar, simplemente dijo: -al palacio de mi primo... ¡ah! y Duke, tu vienes con migo; mi primo quiere, que seas tú el sacerdote, que oficie la ceremonia.
No lejos de ese lugar. Joey seguía con su exploración. El chico, no había encontrado, nada fuera de lo común. Momias, oro y esfinges de los muertos...
-ah... –exhalo el rubio, con pesadez- Nada interesante –cuchicheo, en modo de decepción- y cuando estaba a punto de irse, noto algo extraño. Lo cual era un pasaje secreto.
El muchacho, puso su mano en la pared; que tenía un pliegue. En forma de cabeza de gato.
Con lentitud, la pared desapareció hacia abajo. Dejando ver así una cahmara más grande y misteriosa.
-oye tú! ..Escucho el rubio, en el momento que miraba, hacia dentro.
-como te atreves a dejarme solo. Si los dos se iban a explorar, me hubieran avisado
Reht, estaba furioso, cuando se descuidó, el chico de cabello blanco, había desaparecido. Así que pensó, que este se había ido, con el rubio.
Joey miro al aprendiz y lo ignoro, pues primero quería echar un vistazo. Pero la obscuridad de la cahmara era muy espesa, y no lo dejo ver nada.
-¡oye mocoso, a mí no me vas a ignorar¡
Reht, sujeto a Joey por el cuello y lo jalo, unos centímetros, lejos de la entraba. Pero si este no lo hubiera hecho, el muchacho habría descubierto; a una manada de BAKUS. Los cuales dormían, por un hechizo que Tristan, les había puesto.
-¡suéltame!... no puedo respirar