PENSAMIENTO
-Perdona Sasha… no recordaba.
-No te preocupes Albafika, te noto algo extraño.
-No es nada que te interese… -Albafika rodo los ojos, había cosas que odiaba tratar con las demás personas del mundo.
-De verdad… no quiero molestarte, pero si necesitas hablar de algo puedes hacerlo conmigo, te prometo no le diré a nadie.
-No quiero hablarlo, es todo, así que por favor deja el tema…
-Está bien Alba, no te angusties, espero que si tienes algún problema pronto lo soluciones.
-Bueno… -Albafika dudo un poco pero después se quedo pensativo. –Es que… yo…
-Sí, dime qué pasa.
-¿Podría hacerte una pregunta?
-Claro, te responderé en la medida que pueda.
-Me siento un poco extraño… cada vez que… -Sasha no necesito que completara su frase, Albafika era muy claro al ponerse de esa forma, no sabe expresar lo que siente, y Sasha siempre noto lo que ahora Alba le estaba intentando decir. –Olvídalo…
-Solo se sincero, es la única salida.
-…
-Albafika se que no me puedes entender a veces, pero sabes que hay secreto que no se pueden esconder, puedo verlo en tu cara… -Albafika se toco las mejillas cuando ella dijo eso. –No de esa forma, te explicare, hay sentimientos que aunque no lo queramos se ven, en la sonrisa, en el brillo de los ojos.
-Pero… -Sasha sabía que se acerco demasiado cuando le toco la mejilla, pero era necesario.
-Alba, se sincero, dilo cuando tú te sientas seguro, pero dilo.
Solo ellos dos sabían que fue lo que charlaron con exactitud ese día, y así se quedaría entre ambos mientras Albafika así lo quisiera. En casa Albafika estaba ensimismado en sus pensamientos, no prestaba atención a nada, hasta que la vos de Manigoldo lo saco de ahí, después de unos minutos.
-Albafika.
-Manigoldo hola.
-Quería hablarte de algo, tú me pediste ver a Kardia y Degel hace unos días.
-Sí, quisiera verlos.
-La última es que los vimos fue hace dos años, por lo que los llame y si aceptas podemos ir el fin de semana.
-Claro.
Hacía mucho que no los veían debido al trabajo de Manigoldo que le exigía mucha atención asía los pacientes, pero tenía un hueco por completo libre, así que Alba podría disfrutarlo yendo a ver a Degel y Kardia, y después pasar un día los dos juntos. Albafika estaba en el jardín trasero de la casa, la luna ya había salido y lo observaba con su moribunda luz, estaba revisando sus plantas y regándolas ya que era una buena hora.
-Alba-Chan ya es tarde entra.
-b34; Un momento, aun no termino.
-Alba ya está haciendo fresco y si te enfermas no iremos a ningún lado.
-b34;… -Lo molesto al decir eso.
-Vamos adentro.
Albafika se desvistió sin temor alguno frente a Manigoldo, que solo miro para otro lado, Albafika tenía mucha confianza, no le parecía nada malo. Se puso el pijama y después se recostó en la cama, Manigoldo rio al ver que los botones estaban mal abrochados, por lo que se acerco y lo acomodo.
-Buenas noches Albafika.
-…
-Albafika…
-Buenas noches… te quedas hasta que me dé sueño.
-Muy bien, aquí estoy.
Se sentó en el borde de la cama, Albafika cerró los ojos despacio viendo a Manigoldo, Manigoldo le quito algunos mechones de cabello del rostro y le acaricio la mejilla, Alba se acomodo un poco y después se acostó de lado. Manigoldo le dejo un beso en la frente y salió de la habitación.
Albafika despertó a media noche y miro el cuarto sabiendo estaba solo; se levanto y tomo su cobija dirigiéndose al pasillo. Abrió la habitación de Manigoldo y se acostó a un lado, Manigoldo entre abrió los ojos y vio el fino cuerpo a su lado dormido, le cobijo y dejo tranquilo, ya era una costumbre reciente que hiciera eso.
-Albafika… -Le dio un beso asiéndolo abrir los ojos despacio.
-no me beses que asco… -Y le saco la lengua, casi no le gustaban los besos.
-Levántate que ya es tarde, te quedaste dormido.
-Ya voy…
Albafika bajo cambiado, de nueva cuenta los botones, estaba intentando acomodarlos solo, y tampoco se había abrochado las cintas, por ello pensaba en comprarle unos tenis que no necesitaran de cintas.
-Mmm…
-Te ayudare… -Después de unos minutos término, con los botones y cintas. –Listo
-No quiero seguir así, quiero aprender.
-Te falta un poco para aprender, pero pronto podrás, siempre practicas y ya casi lo consigues.
-Manigoldo yo no podre aprender eso, mientes. –Lo molesto con esa mentirilla.
-No es mentira ya puedes abrochar la mitad sin fallar.
-Vámonos a trabajar.
-¿Y tu herida como esta?
-Ya vámonos. –Lo jalo del brazo para ver como estaba, Albafika se cortó con un cuchillo intentando ayudarle en la cocina ya que se resbalo. –Está bien Manigoldo ya vámonos.
-Ya cicatrizo, no te quedo una marca muy visible.
Albafika estaba pensativo, aun así hacia su trabajo, nadie jamás notaba cuando se ponía a pensar y pensar en sus cosas, era su secreto, ya que Alba para todos siempre estaba en la luna. Sus compañeros decían que soñaba despierto, y algunos hasta envidia le tenían por ello, porque para él el mundo era muy diferente, simple y complejo a la vez.
-Albafika no te dio algo de miedo hablarle como le hablaste al jefe.
-No.
-Es solo que fuiste un poco grosero.
-No fui grosero Shion. –Alba dejo unas tijeras y suspiro cansado, el otro lo noto de inmediato.
-A veces te tengo envidia como el resto de aquí. –Observo a Albafika. –Para ti las cosas son muy simples, y siempre estas feliz, aunque no lo parezca.
-Shion no puedes saber cómo me siento todo el tiempo…
-No me refiero a… -Shion sabía ya que Alba no lo entendería. –Quise decir que tu eres de esas personas a las que por más cosas que les pasen se pueden poner de pie, y seguir soñando aun con los ojos abiertos.
-… -Silencio Alba veía la planta frente a él, muchos dirían que estaba pensando solo en las palabras de Shion, pero en realidad ni siquiera estaba escuchando. –No es bueno ser como yo…
-Lo sé, “las personas te ven raro”… pero ese no es el punto, no es que estés mal y ellos bien, es decir solo eres tú, no dañas a nadie con ser como eres, eres único, expresas lo que sientes, si algo no te agrada lo dices, no mientes para quedar bien con otros.
-… Shion ya cierra la boca, me dará dolor de cabeza…
-Vez a lo que me refiero, te molesto y me lo dices… y por cierto mejor guardo silencio… -Shion estaba por volver a su trabajo cuando Albafika volteo el rostro en su dirección; Albafika jamás mira a las personas, pero si les sonreía sinceramente, y en ese momento una sonrisa para Shion fue lo que apareció. –Eres impredecible.
-Dicen que soy malcriado y caprichoso, no impredecible. –Regularmente hacia bromas, era un tanto extraño, pero agradable a la vez.
-¿No has tenido buena noche? –Lo noto algo cansado.
-No… no puedo dormir bien…
-Deberías decírselo al doctor que te cuida, el puede hacer algo.
-… Sí… -Alba si pensó en ello varias veces, pero ya había encontrado la solución para su insomnio solo.
Y este día al volver algo inusual, afuera de la casa de Albafika había un ramo de flores, Alba noto el cambio inmediatamente y las levanto, no se veía nadie en la calle, no sabía qué hacer con ellas, pero le parecieron bonitas así que entro a la casa con ellas. Busco donde ponerlas con algo de agua y en el proceso vio que algo se cayó, una hoja de papel.
-“No soy detective pero tu mirada es un misterio que quiero descifrar, espero ahora si aceptes una charla con migo.”
-¿Qué es eso Alba? –Alba salto, no escucho la puerta.
-No sé, estaban afuera de la casa. –Manigoldo tomo la nota y el sobre donde estaba.
-Hay detalles que en ocasiones no ves, aquí dice que son para ti. –Le mostro el sobre. –Pero solo están las iniciales de quien las envía “MG”. –Manigoldo solo se quedo pensativo, alguien estaba detrás de Albafika. –Sabes de alguien que tenga esas iniciales.
-… No. –Albafika no le daba importancia, estaba más ocupado buscando algo en la despensa. –Llegaste muy temprano… -Albafika observo el frasco que tomo y lo devolvió a su lugar.
-Sí, no había mucho trabajo… -Observo que bostezaba, aun era muy temprano.
-¿Hiciste algún trabajo pesado hoy?
-No. –Alba seguía buscando algo despreocupado.
-¿Estas cansado?
-Tengo sueño.
-Sí, he notado que te levantas en la madrugada y te metes a mi cama… -Vio como sacaba el frasco de mermelada y lo intentaba abrir. –Dame eso… ¿Por qué lo haces?
-Tengo hambre.
-Me refiero a lo de levantarte en la noche.
-No sé… -Tomo el frasco abierto y puso mermelada en una rebanada de pan.
-Está bien, pero debes dormir en tu cuarto… -Albafika no estaba escuchando, estaba más concentrado en comer. –Piraña… -Manigoldo sele quedo viendo en silencio unos largos minutos, Alba no se daba cuenta.