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ROTO por AzraelK20

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Notas del capitulo:

Hola de nuevo, tenia algo de tiempo así que revise un poco de lo que ya tenbia escrito y se los preseto. Espero que les guste, Preparence para lo que leeran.

13/01/2014

VISITAS

 

Manigoldo preparaba todo para la visita que harían, Albafika no sabía de algunos cambios después de la última visita y posiblemente le costaran trabajo ya que eran muy grandes. Albafika pensaba en lo dicho por Manigoldo, que abría cosas distintas, se hacía a la idea durante el transcurso del viaje; la casa de Degel y Kardia estaba a varias horas de la de ellos. Alba se volvió a dormir, iba en la parte trasera cómodamente recostado y cobijado.

 

-Despierta Albafika… -Se estiro y le jalo una pierna. –Ya llegamos, abre los ojos.

 

-… Deja mi pierna. –Despertó de malas.

 

-Ya Albafika, no te molestes, que no querrás te vean con esa cara.

 

-¿Qué tiene de malo?, a ellos no les afecta.

 

-A…

 

Bajaron del auto, Albafika estaba adormilado y solo seguía a Manigoldo tomándolo de la mano. Toco el timbre esperando salieran rápido, Alba se impacientaría; la puerta se abrió dando paso a Degel que los saludo amablemente, Albafika se volteo a otro lado hasta que escucho un ruido extraño.

 

-Papá.

 

-… ¿Camus que pasa? –Un pequeño se colgó de su pierna.

 

-¿Quiénes son?

 

-Son unos amigos, el es Manigoldo y el Albafika.

 

-Hola. –El pequeño sonrió y después se fue.

 

-Ten cuidado.

 

-¡Sí!

 

Degel los hiso entrar, Albafika no sabía porque había un niño en casa de Degel y porque le dijo papá. Se sentaron en la sala y después de unos minutos salió un desaliñado Kardia, se veía muy cansado.

 

-Alba-Chan…

 

-Kardia… -Kardia tenía una costumbre de invadir el espacio personal de sus conocidos para saludarles. –Apártate un poco.

 

-Papá… Buaaa… -El pequeño apareció en el pasillo.

 

-¿Qué paso? –Degel observo.

 

-Papá me pegue en la mesa.

 

-Camus ven aquí. –Kardia cargo al pequeño Camus que lloraba por el golpe.

 

-Está bien, no se hiso nada Kardia.

 

-¿Es tu hijo? –Pregunto Manigoldo, ya que Albafika tenía esa duda pero no la expresaba.

 

-Sí, el pequeño y curioso Camus.

 

-Baya sorpresa, pero bueno Kardia tendría a Camus la última vez que estuvimos de visitita.

 

-Así es.

 

Camus estaba viendo a Albafika, y este se escondía de su mirada curiosa, no sabía qué hacer, el niño lo hacía sentirse algo incomodo al verlo así. Manigoldo intentaría explicarle las cosas a Albafika, que Camus era el bebe que esperaba Kardia.

 

-Albafika. –Camus se sentó a un lado de Albafika. -¿Quieres venir conmigo al cuarto?

 

-… -Manigoldo asintió diciéndolo que estaba bien. –Sí.

 

Kardia los siguió de cerca, Manigoldo tenía ciertas cuestiones que hacerle a Degel, ya que Kardia se veía muy normal con el niño.

 

-¿Lo heredo?

 

-Camus,  es muy posible que sí, aun no estamos cien por ciento seguros, porque es muy pequeño y no trata con muchos niños, aunque existe una posibilidad. –Degel era muy frio, pero era sabido que con Kardia su actitud cambiaba un poco.

 

-¿Cómo lo tomo?

 

-Kardia en un inicio se desconcertó demasiado, pero inmediatamente acepto a Camus, no le negó en nada su cercanía, solo lidie un poco porque se altera con el llanto. –A Kardia le molestaban algunos sonidos como a Albafika, aun siendo tan diferentes se parecían un poco en algunas actitudes. –Camus en ocasiones es muy callado, por eso sospecho que también tiene Asperger.

 

-Albafika parece que se sintió intimidado por Camus. –Sonrió al recordar la cara de Alba.-Se parece a ti Degel.

 

-Que gracioso pero solo es un niño.

 

Fueron a verlos a la habitación del niño; los encontraron ahí, Albafika solo miraba sentado, en ocasiones mostraba una sonrisa simpática y tierna a Camus que jugaba con Kardia. Albafika no se animaba a decir nada, estaba algo pensativo.

 

 

-Kardia ya tiene una familia, me pregunto porque mis padres no me querían, ellos me dejaron solo en ese lugar tan feo… pero, Manigoldo es ahora mi única familia… -Albafika escondió con el fleco un poco el rostro. –Qué bueno que Degel lo cuida después de lo que le paso… yo tengo a Manigoldo después de todo, pero ¿el si me quiere? –Albafika se levanto y salió un momento sorprendiendo a Degel y Manigoldo. – ¿Por qué no dejo de llorar?

 

 

Manigoldo lo siguió, Albafika se había sentado de nuevo en la sala, vio unas lágrimas en su rostro, algo lo debió poner triste, quizá en sus pensamientos algo perturbo su calma, o simplemente era una de sus penas que él no podía comprender por más que trabajara.

 

-¿Albafika te pasa algo malo? –Albafika se limpio las lágrimas y lo miro.

 

-Me sentí algo… triste… -Pensaba en que sentimiento era el adecuado. –Mis padres no me querían…

 

-… eso no lo sé… no podían cuidarte, es todo.

 

-… -Albafika le regalo una sonrisa y se recargo en su hombro, pocas veces lo hacía.

 

Degel veía esa escena disimulada mente, solo él vio la sonrisa que se formo en sus labios, comprendía la situación que vivían esos dos, la conocía muy bien, el paso por una similar, no podía ser igual ya que Kardia se comporto de forma diferente al dócil de Albafika. Kardia era muy distinto, pero a la vez igual.

 

-----------FLASHBACK-----------

 

Degel acababa de entrar a ese hospital, estaba dando su servicio por parte de la escuela, el médico que lo supervisaba le explicaba como trabajaban y hacia donde estaban las distintas salas, con que pacientes trataría y cosas de rutina. Degel solo escuchaba, ya sabía cómo debía actuar, pero aun así quería hacer un buen trabajo, no era nada fuera de lo normal para él, pero su atención se centro cuando le hablaron de uno de sus pacientes.

 

-Bien esta es la habitación, tenga cuidado.

 

-No puede ser tan peligroso. –El médico lo dejo y Degel abrió la puerta con cuidado. Se topo con las cosas tiradas con todas partes, las paredes manchadas de pintura, papeles por todas partes, levanto uno cercano a su pie para ver que contenía. Era un dibujo sádico en total, solo lo dejo a un lado para buscar a la personita responsable del desastre. -… vio un bulto en la cama.

 

-¡LÁRGATE! –Se levanto y aventó a Degel contra la pared, Degel solo vio como se tropezaba con sus propios pies al intentar avanzar contra él. -… -La expresión al caer se convirtió de una sádica y sedienta de sangre en una de un niño a punto de llorar.

 

-¿Estás bien Kardia?

 

Kardia se aparto en el rincón para llorar en silencio, Degel se puso a analizar la situación, le habían dicho que después le harían llegar el expediente de Kardia. Por ser el alumno más destacado le habían permitido tener un paciente de forma profesional, mientras que a otros los trataría en compañía de los demás médicos, veía le dejaron un paciente “interesante”.

 

-Kardia, Kardia… -Degel miraba el expediente donde relataban parte de su vida, lo poco que se sabia y su padecimiento aparente. –Kardia así que esta es tu vida…

 

Kardia, en su expediente decía que fue encontrado en la calle sin rumbo cubierto de sangre casi en su totalidad, con la mirada perdida, una persona hablo a la policía al verlo. Cuando la policía llego lo tuvieron que esposar ya que se puso agresivo y después se lo llevaron a la estación descubriendo que estaba muy grave.

 

-Las investigaciones que se abrieron a su alrededor dieron con una red de traficantes, Kardia era su juguete desde que tenía cuatro años, cuando lo atraparon tenían 13 y llevaba una pijama cubierta de sangre, la sangre del último que abuso de él, Kardia se volvió loco de ira por los abusos de quienes lo tenían.

 

-¿Y hablo sobre lo que le hicieron?

 

-… -El médico negó, Kardia era muy agresivo. –Kardia se negaba a hablar, la mayor parte del tiempo estaba llorando en el rincón de la celda cuando lo entrevistaron, finalmente lo que lograron fue que dibujara, sus dibujos eran sádicos, mostraban escenas perturbadoras, el presencio cuando esos maleantes mataban personas frente a sus ojos, su frágil mente debido a esto está muy dañada y no puede identificar a quien tiene buenas y malas intenciones.

 

-Un caso muy difícil, pero si habla, me grito que me largara.

 

-Solo dice algunas cosas, mayormente insultos, es lo único que aprendió, cuando esta bajo el efecto de los medicamentos está muy tranquilo y no hace ruido.

 

Degel entro a la habitación Kardia dormía por los medicamentos, se paró a un lado de la cama y lo observo, pudo ver una marca en su costado, parecía un tatuaje, se inclino para verlo con mayor detenimiento. Era una marca de nacimiento en forma de un escorpión; tomo las cobijas, acomodo el cuerpo y lo cubrió con estas, había dado batalla con los médicos y enfermeras antes de quedar dormido.

 

-No me lastimes… -Un hilo de vos, estaba despertando.

 

-No te voy a lastimar. –Volvió a intentar acomodar las cobijas, pero Kardia se arrincono lejos de él, volvió a tomarlas y lo cubrió con ellas. –Tranquilo nadie te va a lastimar.

 

-… ¡achu!... ¡No me toques!... –Intento tomarle la temperatura pero fue una reacción muy violenta, aunque sus palabras eran secas.

 

Salió de la habitación, por alguna razón esa reacción lo afecto mucho, ver como alguien mayor se portaba indefenso ante el que no era una gran amenaza, ya que como antes con un empujón lo aventó lejos, Kardia le era interesante.

 

-Kardia… -Lo busco en la mañana, camino por la habitación y lo encontró en el piso lleno de pintura de las manos, el piso tenia la marca de sus manos, por su aspecto desaliñado se veía como un pequeño. –Buenos días.

 

-… -Se reservo a gruñir pero su mirada estaba perdida por otro lado, Degel vio las hojas regadas en el piso y comenzó a verlas.

 

-¿Kardia quieres hablar conmigo? –Extendió la mano, Kardia se quedo en silencio, miraba a un lado pero lo sujeto bruscamente y se levanto, Degel lo condujo a un consultorio, no le importo llenarse de pintura. –Aquí.

 

Kardia se quedo sentado en el rincón, parecía que aunque acepto charlar, no lo aria como Degel acostumbraba. Degel lo observo unos minutos, Kardia pensaba seguramente en algo, así que comenzaría con las preguntas que él le quería hacer.

 

-¿Kardia que te hicieron?... Kardia… Kardia…

 

-… Eh…

 

-Kardia te gusta dibujar por lo que veo.

 

-… sí… eh…

 

-Bien, ven aquí, dime que es lo que dibujas.

 

-No… ¡No suéltame! –Un simple abrazo lo puso así. -…

 

-Tranquilízate. –Degel era muy frio, cosa que desconcertaba a Kardia, y despertaba esa curiosidad dormida en él, lo normal y más seguro era que no le tocaran, todos lo querían lastimar.

 

-Todos me hacían daño…

 

-No no pretendo dañarte, quiero ayudarte. –Tenía que ser amable con él, una mente tan frágil debía ser tratada con cuidado. -¿Aceptas mi ayuda?

 

-… -Kardia lo pensaba, esas palabras las recordaba, fue lo mismo que le dijeron aquella vez y le lastimaron mucho. -… ¡!... –Aparto la mano de Degel de su cercanía, y lo aventó contra el piso con todas sus fuerzas, Degel busco una manera de someterlo sin lastimarlo. –Mentiroso, Mentiroso, Mentiroso… ¡Hag!...

 

-Kardia. –La calma de Degel le estaba asustando, nadie estaba tan calmado, solo ese hombre que lo lastimo tanto y estaba recordando todo, hasta la vos le pareció igual y verlo encima sin poderse defender. –Kardia calma.

 

-… No me lastimes… me portare bien… -Aflojo el agarre que tenía en sus muñecas Kardia se cubrió el rostro, era muy arisco ante cualquier amenaza ante su experiencia se debía ser cuidadoso. –Me portare bien te lo prometo…

 

-Kardia… Kardia no te preocupes nadie te va a lastimar. –Kardia no lo dejo tocarlo.

 

Degel quería que le tuviera confianza, pero no sabía cómo, no sabía que le paso en un pasado ni nada, tenía que haberlo hablar, llegar a él de alguna forma sin que pareciera una amenaza.

 

-Dices que es Asperger.

 

-Sí, pero se volvió muy agresivo por todo lo que le hicieron.

 

-¿Intentaste hablas con sus agresores?, es más probable que ellos te digan algo.

 

-No sé si sea algo prudente.

 

-Si no averiguas que paso Degel en ese caso que puedes hacer para ganarte su confianza.

 

-Es verdad maestro Sage.

 

Degel investigaría a sus agresores, si alguno se dignaba a hablar sería una gran ayuda, pero primero tendría que encontrarlos. Le pregunto al director del hospital y aunque primero se puso en negativas logro aceptara decirle sobre ellos.

 

-Eran todo un grupo, la vida de Kardia fue un infierno en vida.

 

-¿Dónde están ahora?

 

-Muertos, escondidos, y otros más en prisión.

 

-Necesito hablar con alguno…

 

-No creo que quiera hacerlo.

 

-Todo por mi paciente.

 

-Aun no es un medico del todo y ya se preocupa.

 

-Es lo que quiero ser. –Estaba decidido. –Es la vida que elegí, bajo cualquier riesgo.

Notas finales:

Bueno creo que ahora si se quedara en espera un tiempo, porque la escuela se acerca y tengo que ateder el dever.

 

Agradecere sus opiniones y claro, ahora nos centrare mos en Kardia y Degel un poco, para conocerlos más.

 

Nos vemos ^^


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