VISITAS (III)
-¿Los padres de Kardia ya saben donde esta?
-Fueron asesinados por esos delincuentes, se quedaron con Kardia pero aun así los mataron, Kardia al saberlo se hundió aun mas, sus padres aunque de escasos recursos lidiaron con las dificultades y le enseñaron algo a este joven SA, pero Kardia se quedo ahí, se quedo de aproximadamente 3 o 4 años, es un niño en un cuerpo adulto.
-Kardia es un niño y siempre lo será, debe de haber algo que lo haga hablar.
-Los policías lo amenazaban o asustaban para que hablara, así conto lo que le hacían, que veía que golpeaban a otros…
-Pero amenazarlo no es bueno, por eso es agresivo y arisco.
Degel pediría le contara lo que le hacían, podía ser triste, doloroso o traumante, pero si le contaba era que logro ganarse confianza de este, pero…
-¡KARDIA!
-¿Qué pasa? –Degel vio que los enfermeros luchaban por abrir el cuarto e Kardia.
-Kardia se encerró, en la comida se puso mal y corrió hasta aquí.
-Déjenme intentar.
-Estuvieron intentando entrar, Degel como único recurso decidió romper la puerta, así que la empujo y pateo varias veces; Degel entro primero al conseguir abrirla, Kardia estaba en el rincón sin atreverse a verlos, tenía algo, se mordía los brazos.
-… a… -Degel vio sangre y rápido reacciono. -¡No me toques! –Saco un cuchillo y lo apunto a Degel, Kardia se había cortado las venas.
-No Kardia, no te hagas daño… -Era un corte mortal y profesional, no se corto de lado a lado, lo hiso a lo largo de los brazos, si no se daban prisa moriría desangrado.
-Si me quieres, será muerto… así nadie me hará daño jamás…
Le golpearon en la cabeza, intento apuñalar a Degel pero este le golpeo en el instante. Rápidamente suturaron y le hicieron una transfusión. Degel lo vigilaba, Kardia ya estaba en su cuarto.
-Duele ¡Ha! –Kardia se removió, sus ataduras lo lastimaron. -¡Duele!
-No te muevas Kardia.
-Por favor… no me lastimes. –En ese instante no era agresivo. –No por favor…
-Shhss no te quiero lastimar. –Comenzó a soltarlo. –Te quiero ayudar… eso es… cuida tus manos, están lastimadas.
-No me tocaras como los otros.
-Jamás, soy tu doctor. –Lo abrazo, Kardia estaba tenso, pero aceptaba el contacto. –Te quiero curar.
-Ha… -Degel acaricio los brazos vendados, Kardia lo dejo, era distinto al Kardia furioso y agresivo, ese era sumiso. –Me duelen.
-Te lastimaste mucho, ¿Por qué razón te mordías?
-…
-Kardia te estabas mordiendo y arrancaste un pedazo de piel, podías morir.
-Ya no me dolería más si me hubieses dejado.
-No debes morir ahora, eres joven, tienes una gran vida.
-… Duele aquí… -Señalo el pecho, le dolía el corazón, quizá su enfermedad era lo que provoco eso. –Cuando estaba con ellos me dolía mucho aquí. –No era un dolor físico, a Degel se le movió el corazón.
Kardia era distinto a todo lo que sabía, lo ponía de cabeza, se molestaba de una tontería y se ponía triste por cualquier cosa, tenia depresión, ataques de ira, pensaba en el suicidio siempre.
-No toques. –Degel comenzaría a acercársele, lo cobijo y abrazo, Kardia lo rechazaba. –No me toques estúpido.
-Quieres moverte mejor, eso lo sé, tus movimientos necesitan rehabilitarse.
Kardia siempre estaba tenso, Degel veía eso afectaba sus movimientos, el asperger hasta cierto punto evitaba pudiera hacer algunas cosas, por eso necesitaría comenzar a rehabilitarlo.
-No toques… -Kardia sintió una caricia por su espalda, Degel lo había acostado sobre una cobija en el piso, Kardia sentía le presión de Degel y se asustaba poniéndose agresivo; así comenzaba todo. –Me vas a lastimar… te odio.
-No te voy a lastimar, espera.
-Duele.
-Estas muy tenso, por eso lo hago. –Degel sabia por la cara que ponía Kardia que creía lo dañaría, pero sus intenciones no eran esas, ya que estaba todo el tiempo tenso Degel quería darle un masaje. –No te pienso dañar Kardia.
-¡HA!... –En el momento de apoyar sus manos en la espalda de Kardia y hacer presión se escucho un crujido, inclusive Kardia dio un brinco.
-Lo siento Kardia… -Lo incorporo un poco y abrazo, Kardia con valor lo vio a la cara.
-La espalda me dolía… Degel. –Kardia lo abrazo con fuerza, Degel se sorprendió por eso, logro inclusive un abrazo y lo llamara por su nombre. –Gracias.
Aquella respuesta de Kardia lo alentaba un poco, era un ser humano como todos, sentía, escuchaba, era irracional y enojón. Pero Kardia tenía que tomar la decisión de mejorar por si mismo cosa difícil ya que nunca estaba en la realidad, se perdía en algún lugar, no escuchaba, solo veía a la nada con esa mirada intensa.
-¿Kardia?
-… -Kardia veía al muro, estaba en algún lugar lejos del hospital, soñando posiblemente. Degel había ordenado todos sus dibujos y algunos estaban pegados en la pared, el único que no era sádico era una ventana, Kardia siempre lo veía.
-Si quieres ver por la ventana esta a tu lado…
-… -Kardia se levanto y lo empujo a un lado, se acerco al dibujo y lo quito de su lugar.
-Creí que querías tenerlo ahí… -Degel observo que se paro frente a él viendo al piso. –A… yo… -Dejo la hoja en su manos, Degel solo vio como se volvía a sentar en el piso.
-Kardia… ¿extrañas a tus padres?
-Mis padres… -Kardia volteo a la ventana. –Ellos…
-Espera… -Kardia tenía varios intentos de suicidio, tenía siempre los brazos vendados igual que las piernas. Aquella mente tan torcida nadie sabía cómo fue su sufrimiento, lo que le volvió de esa forma era un misterio, nadie parecía que sabría la verdad. –Mis padres están muy lejos, hace mucho tiempo que no los veo.
-… -Kardia giro un poco la cabeza para escucharlo.
-No quería que estudiara esta carrera, quería que fuera abogado o maestro, más simple pero, no me agradaba la idea.
-Yo quiero… yo quiero…
Aquella noche Kardia solo dijo eso, que quería algo pero no más, al final todos querían algo en la vida, Degel terminar su carrera y ayudar a más personas pero sobre todo a Kardia y Kardia tenía sus secretos, quería algo pero no lo decía, tal vez si se reponía él solo lucharía para cumplir su sueño secreto.
-Hola Degel.
-… Hola Manigoldo. –Parecía que Degel no había tenía una buena noche.
-¿Mala noche?... o solo “mala noche”
-Me tuve que quedar a cuidar un paciente en el hospital… no he dormido…
-A sí… creo que el profesor dijo algo al respecto…
-Sí pero… creo que me saltare su clase… adiós.
Manigoldo la pareció siempre extraño, ya todos sabían que para el profesor era como un hijo, después de todo los padres de Manigoldo nunca fueron muy atentos con él. Para Degel era extraño, podía decirse eran amigos aunque nunca salían y solo cruzaban palabra en clases, pero aun así para Manigoldo Degel era de ayuda en ocasiones igual que Manigoldo para Degel.
-Kardia… Kardia… -Kardia no aparecía, lo habían buscado en muchas partes y el hospital era un caos por él, Degel estaba muy preocupado. -¿Hace cuanto lo dejaron de ver?
-Como tres horas… Kardia estaba en el jardín no sabíamos cómo se salió pero lucia tranquilo. –El médico que supervisaba a Degel estaba preocupado, Kardia en ese estado tan volátil era peligroso. –Me temo que la policía se debe hacer cargo, Kardia debe aparecer.
-Pero no han buscado bien…
-Joven Degel, es difícil perder asi a un paciente, pero Kardia es peligroso. –Sabia el joven ya le estaba tomando cariño a Kardia. –Cada minuto que pasamos sin tener rastro de él es un minuto donde está en peligro y también la gente en general.
-Lo comprendo…
Degel salió del consultorio y comenzó a pensar, Kardia había estado sumamente tranquilo gracias a los medicamentos aunque un tanto disperso, podía ser posible que solo se escondiera como un juego, aun así era un juego peligroso.
-Mmm… -Entro al consultorio que le prestaban, escucho ruidos leves. -¿Hola?... –Espero y agudizo el oído. -¿Quién esta ahí? –Escucho ruido dentro del armario, se paro frente a él y lo habrio despacio. -… ¡Kardia!...
-… Hg… ag.… ayúdame… ayúdame… -Kardia tenía los brazos ensangrentados, había arañado la puerta y se levanto parte de las uñas, los brazos rasguñados al igual que el rostro, estaba agitado y alterado.
-Shhss… clama Kardia… calma…
-… hg… ayúdame… ayúdame… por favor…
-Te tengo… -Lo abrazo antes de que se desmallara, se quito los la bata y lo cubrió, Kardia se había arrancado los puntos de nuevo, pero ya no era usual lo que hiso. -¡Ayuda, encontré a Kardia!
Atendieron a Kardia urgentemente para ponerle una transfusión y le dieron un calmante para que pudiera dormir; no se movió ni pataleo, parecía algo lo puso en ese estado tan peligroso y extraño. Lucia ansioso antes de que le dieran el calmante, movía las manos con cansancio.
-m… -Saltaba con los ruidos más pequeños.
-Kardia… -Susurro para no asustarlo más. -¿Qué ocurrió?
-… -No respondería.
-Kardia… quiero… necesito saber que paso. –Toco la mejilla, se notaba lloro por mucho tiempo, Kardia solo giro levemente el rostro en su dirección. –Estoy preocupado por ti.
-Degel… tengo miedo… no quiero morir…. No quiero… -Kardia se levanto y abrazo a Degel, estaba temblando, algo lo asusto demasiado.
-No dejare que te pase nada malo Kardia. –Kardia soltó el abrazo y volvió a la cama.
-Lo dices por ser mi doctor… -Las tristes lagrimas destrozaban a Degel, Kardia era muy salvaje y agresivo, pero en el fondo con un buen corazón. -…
-No solo por ser doctor… te aprecio, eres mi amigo… no me gustaría perderte.
-… -Kardia abrió los ojos como platos y vio a Degel, esa palabra lo asombro demasiado. –A… amigos… -Kardia sonrió dulcemente, se notaba demasiado cuerdo a diferencia del día a día. -… nunca tuve amigos… gracias Degel, gracias…
Kardia se quedo dormido en los brazos de Degel, con una radiante y dulce sonrisa como ningunas, esa cálida expresión conmovió a Degel en cada fibra.