(V)
Albafika durante ese tiempo mostro que comprendía muchas cosas, era muy bueno en las matemáticas y ciencias. Pero con el tiempo comprendió que las reacciones iniciales de gritos y golpes que tenía Albafika, no era porque siempre se enojara, su emoción ante algo la demostraba de la misma forma a que estuviera enojado, no sabía cómo expresarse y aun pasaba, las emociones se le juntaban sin saber que sentía en realidad, no las identificaba, lloraba, gritaba, pataleaba, aplaudía, y comenzó a brincar tras su trato con las lecciones de lectura.
-Muy bien Albafika, ya lees mucho mejor… Albafika… Alba… Albita… vamos hermanito… -Se la pasaba en la luna, pero después de unos minutos reaccionaba, solo lo incentivaba, porque en realidad Albafika ya sabía leer muy bien cuando comenzaron, solo no sabía escribir por su coordinación tan mala.
-b34;b34;b34;b34;b34;b34;b34;b34;b34;b34;b34;b34;
-Ya Albafika, tranquilo.
-b34;… b34;… pero ya estoy aprendiendo, yo leía solo y ahora Manigoldo me lee y me hace feliz, b34;b34;b34;b34;b34;b34;.
-Yo se que aprendiste, pero tranquilo, deja de saltar.
-Bien.
Lo llevaría a comprar la ropa, sería el mayor reto hasta el momento, ahí abría personas normales en todas partes que se le acercarían, podían chocar con él o tocarlo por accidente, abría todo tipo de sonidos, aun no identificaban todos los que le eran molestos y eso desencadenaría muchas reacciones en Alba, o él se portarían de formas inapropiadas, los escenarios posibles eran muy variados, ya que solo toleraba que Manigoldo le diera caricias muy cortas en pocas ocasiones.
-Estoy cansado.
-Vamos no te pongas así acabamos de llegar.
-Pero me quiero sentar. –Estaba por hacer una escena.
-Albafika sigue caminando no te portes de esa forma.
-Manigoldo me quiero sentar. –Las personas comenzaban a verlos. –Manigoldo quiero sentarme b34;…
-Albafika compórtate por favor.
-b34;… -Se sentó en el piso para no seguir caminando, Manigoldo sabia ese cambio era por los ruidos a su alrededor que lo alteraban. -b34;
-Vamos hermanito no te tires en el piso. –Se inclino para pararlo. –Arriba Albafika.
-Manigoldo b34;
Lo levanto y siguieron caminando la ropa de Manigoldo le quedaba muy grande por eso le compraría ropa propia y lo acostumbraría a vestirse con esta, porque era una pelea por la ropa ya que Albafika solo usaba la ropa blanca del hospital y no se mostraba interesado por algo más.
-Jajaja hay Alba te pusiste al revés la camisa.
-b34; -Albafika sonrió un poco, no sabía cómo vestirse muy bien solo.
-Yo te ayudo mejor Jajaja. –El sentido del humor de Alba era bueno cuando comprendía, y Alba entendía que no se sabía vestir bien.
Todas las personas se les quedaban viendo, ya que Manigoldo ayudaba a Alba a vestirse para medirse la ropa que le pasaba. Algunas personas los veían mal, y otras con ternura ya que escuchaban las ocasiones en las que Manigoldo le decía hermanito, pero Albafika no comprendía esas reacciones.
-Vamos… ya es tarde hay que comer algo.
-b34;
-Alba ya deberías dejar de usar el silbato, ya sabes hablar y me puedes decir las cosas además con el silbato no siempre te puedo entender, solo necesitas decirme si o no, o indicarme a donde quieres que vallamos, solo eso hermanito yo sé que me lo puedes decir…
-b34; -Albafika ya se estaba perdiendo en la plática, debía pensar en otra cosa.
-Vamos a comer a algún lado…
-Perdonen. –Albafika choco con alguien, cerro los puños no le agrado nada el contacto. -¿Estás bien?
-b34;
-Si estamos bien, vamos Albafika hay que ir a comer. –Albafika se molesto aunque no se viera. –Hermanito. –Esperaba no se hiciera una escena.
-Estoy bien. –Se alivio, Alba en seco le soltó esas palabras y se alejo.
Manigoldo no sabía a dónde llevarlo a comer las personas a su alrededor lo estaban irritando por lo que no se quitaba el silbato de la boca y en ocasiones hacia ruido muy fuerte con el por lo que las personas lo veían raro. Al final logro encontrar un buen lugar, era un restaurante silencioso, había familias ahí pero todo estaba calmado perfecto para que Albafika no se sintiera amenazado o ansioso por el ruido.
-Vamos a sentarnos cerca de las plantas del lugar Albafika de seguro te sentirás mejor ahí, y dime ¿Qué quieres que pidamos? Lo que tú quieras solo dímelo y lo pido.
-Manigoldo… -Soltó el silbato. –Pide tú.
-Está bien, pero no te enojes si no te gusta.
-No.
Se sentaron y Manigoldo pidió la comida, intentaría hacer un cabio en lo que comía normalmente, solo esperaba no se pusiera necio, era lo que estaba temiendo desde que salieron con mucho esfuerzo del hospital. Albafika no estaba comiendo bien, solo picaba la comida, y no había mostrado descontento con esta, a menos de que se lo guardara para más tarde.
-Ya no quiero.
-Pero no has comido bien.
-Me duele el estomago.
-Has estado comiendo tierra a escondidas.
-Sí. –Tenía un problema de sinceridad muy cerio, era demasiado inocente y franco. Un ruido los interrumpió. –Que feo.
-Alba Shhss –Manigoldo temía que el tipo oyera lo que dijo.
-Se está portando muy feo. –El tipo discutía con una mujer y con el mesero, Alba no se ponía a pensar que si lo oía era algo malo.
-¡Tu deja de verme así entrometido! –Yo los habían descubierto. – ¡Por qué no dejas en paz a los demás!
-Gordo. –Albafika se metería en un problema, en realidad lo estaba describiendo no insultando.
-Que te parece si te rompo la nariz para que dejes de entrometerte. –Alba se asusto al ver el puño en alto aun a lo lejos, el tipo se estaba acercando y Albafika comenzó a gimotear. –Ahora no eres tan valiente.
-…
-Hermanito… oiga espere, Albafika no quería decirle nada malo. –Se paro para detenerlo en su avance.
-No debería entrometerse en lo que no le importa ese inoportuno. –Lo retiro de Alba que ya estaba llorando. -¡No eres tan valiente!
-Espere, Albafika no entiende que lo insulto, no era su intención. –Lo regreso a su mesa para que no dañara a Alba y le explicara lo que paso. –Por favor perdone a Albafika, el no tenía mala intención. –Aunque era muy impulsivo tendría que razonar, no se pondría a golpear a alguien enfrene de Albita. –El es una persona especial compréndalo por favor.
Logro que no dañaran a Albafika. Depuse de calmar a Albita regresaron al hospital, sería un duro camino el que tendrían que recorrer cuando lo sacara del hospital, a Albafika le dio miedo la reacción de ese hombre por lo que estuvo callado y dócil el resto del día. No hacia ruido ni nada, estaba escribiendo. Manigoldo lo quería acostumbrar a usar ropa común, por lo que lo hiso vestirse; tuvo que ayudarlo ya que no sabía abrocharse la camisa, no podía simplemente y qué decirse de las cintas de los zapatos.
-Muy bien Albafika te ves muy bien.
-…
-¿Qué tienes?
-Un tipo lo intimido y esta algo sensible debido a eso.
-Por eso le veía los ojos algo llorosos.
Para Manigoldo era gracioso verlo intentar abrocharse la camisa del pijama nuevo, tenia media hora intentándolo y no lo conseguía, ya la había abrochado una vez, pero lo hiso mal y se puso a intentar acomodarlo. Manigoldo no se dejaba de reír por lo bajo, pero en algún momento tendría que intervenir para que Albafika no se molestara.
-¿Te ayudo?
-No. –Necio como nadie, pero tenía que ayudarlo.
-Vamos Albafika déjame ayudarte.
Albafika después de un poco se molesto y dejo que Manigoldo lo ayudara; Manigoldo lo dejo dormido tenía que llevarse la caja con algunos de los dibujos de Alba a la casa, también la ropa. Albafika no estaba dormido del todo, estaba algo cansado pero aun así se levanto y fue a la sala; ahí estaba asomado por la ventana cuando sintió que alguien lo observaba, miraba a la entrada del hospital.
-Alba debes ir a dormir.
-…b34; -El silbido era más apagado y largo, como si estuviera triste.
-¿Qué tienes?
-Me voy a dormir.
Albafika comenzaba a comportarse más amable y comprensible, a su forma, los cambios si lo afectaban hacia rabietas y lloraba, gritaba se disgustaba, pero lo tenía que acostumbrar al cambio. El temido día llego el de irse del hospital, no sabía si estaba listo o no, pero era un paso que debían dar juntos, Manigoldo lo aria ver algo que no sabía como lo haría reaccionar.
-¿Señor Manigoldo para que nos pidió venir?
-Bueno quería mostrarles algo. –Extendió un dibujo hecho por Albafika era un tanto infantil el trazo, pero expresaba claramente sus sentimientos, el miraba desde una ventana a dos personas alejarse mientras se había dibujado con lagrimas. –Lo hiso Alba hace un tiempo antes no lo entendía.
-¿Y qué significa?
-Albafika estaba muy deprimido, ahora sufre de ansiedad la depresión la controlamos debido a que lo dejaron aquí.
-Comprendemos, pero no creo que nos llame solo para eso.
-No solo me quería despedir, me marchare hoy mismo de aquí.
-Y Albafika…
-Albafika se irá con migo, necesito cuidarlo, el me está esperando, también se va a despedir de una de las enfermeras.
-¿Albafika? –Parecía que sembró una duda, no los llamo solo para esas cosas les daría una sorpresa.
-¡Albafika ya nos vamos! –Espero y se escucho el silbato.
-¡b34;!... Manigoldo. –Se acerco a este y le tomo la mano, al ver a las otras personas actuó con algo de recelo.
-Terminaste de despedirte.
-Sí… ya nos vamos.
-Alba… fika… -La pareja estaba impactada, veían a Albafika correctamente vestido y por primera vez oían su vos, no sabían qué hacer, la madre comenzó a llorar.
-Quienes son. –Las lágrimas ante esa cuestión se hicieron amargas, Albafika no los conocía.
-A Albafika ¿No te acuerdas de ellos? –Manigoldo no sabía si reaccionaria de alguna forma. –Ellos son…
-¿Mamá?... ¿Papá?... –Albafika tuvo una entonación infantil por un momento, pero después se deshizo de todo eso. –Manigoldo ya nos vamos.
-Albafika. –La mujer quiso tocarlo pero solo logro disgustarlo. –Yo…
-Esta… hablando…
-¿Ha, eso?... Sí Albafika habla muy bien, su primer palabra fue dirigida a mí y me dijo por mi nombre ¿Hermanito ya tienes todo listo?
-Su primer palabra…
-b34;b34;b34;… -Quedaron desconcertados por el silbido.
-Es como a veces responde, bien nos tenemos que ir, fue un placer, Alba.
-Adiós.
Caminaron a la salida, los padres de Albafika miraron sin más como su pequeño Albafika se iba… no, su pequeño no, ya no era de ellos, renunciaron a él, pero verlo así de cambiado, bien vestido, hablando, eso los emociono y devasto, Albafika aprendió todo eso sin ellos por rendirse, un desconocido que cayó en la vida de Alba como un ángel se conmovió y lo ayudo mejor que ellos siendo sus padres.
-Bien Alba ya es hora.
-Mamá y papá tenían algo. –Debía estar atando cabos, pero no comprendía la razón de que lloraran, Alba no sentía empatía ante otros. -… -Subieron al auto y se alejaron para siempre.
Manigoldo aparco el auto en la cochera, Albafika estaba ensimismado mas en sus pensamientos y no noto que el auto se dejo de mover, Manigoldo esperaba lo peor al bajar, que se molestara por el cambio, pero tenía que soportarlo y acostumbrarlo a este.
-Albafika vamos a la sala.
-… -Albafika se quito el cinturón con dificultad y bajo del auto. -b34;
-Bien ¿Quieres ver tu habitación?
Lo condujo con cuidado y le tapo los ojos con esfuerzo, cosa que estaba molestando a Albafika, no le agradaban las sorpresas y cambios mucho, pero Manigoldo confiaba en que esa sorpresa si le gustaría y lo emocionaría.
-Muy bien aquí estamos. –Le quito la venda, Alba se quedo mirando a su forma, era una inspección minuciosa.
-¡b34;b34;b34;b34;b34;b34;b34;b34;b34;b34;! –Albafika estaba emocionado, comenzó a saltar. –Manigoldo.
-Sabía que te gustaría.
Albafika miraba las paredes emocionado, Manigoldo trabajo mucho para simular el mar, ya que Alba además de interesarse por las plantas se interesaba por el mar, por los peses sobre todo. Albafika a pesar de su cara fría estaba sumamente feliz, emocionado por que Manigoldo pinto el cuarto para él, los peces el agua.
-Gracias Manigoldo. –Albafika se paro frente a él, no lo abrazaba se estaba esforzando por mantenerse cerca, pero Manigoldo veía la emoción dentro de él, la sabia identificar después de ese tiempo.
-No es nada Albafika… ¿pececito te gusto de verdad?
-No soy pececito y si me gusto mucho. –Era muy formal, pero ya estaba aprendiendo a dar gracias y decir su opinión, además era muy sincero lo que no se le dificultaba cuando le preguntaban algo. –Pero Manigoldo donde dormirás.
-Ven conmigo. –Caminaron unos cuantos pasos y al lado de la habitación de Alba estaba la de Manigoldo, Albafika dormiría al fondo del pasillo y Manigoldo antes para estar seguro de que no se saliera sin darse cuenta.
-----------FIN DEL FLASH BAK-----------
-Así se dieron las cosas Asmita.
-Comprendo, por eso quieres mucho a Albafika, es una persona muy especial.
-Sí, pero a veces me temo que no estaré ahí eternamente es más joven que yo y si me pasara algo Albafika no lo entendería.
-Se que lo entendería, pero le costaría mucho al sentirse sin tu apoyo.