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ROTO por AzraelK20

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Notas del capitulo:

Holis,, pues me reporto con un nuevo capitulo, y un aviso.

Devido a cuestiones personales, en una fecha indeterminada estare sin internert podria ser que pase asi dos o tres meses, si me gano el ppermiso en mi encierro podre tener internet en ocaciones, y tratare de actualizar, asi que les agradesco su apoyo, me han comentado mucho el fic, gracias

10/05/2013

APRENDER


Asmita medito muy bien lo que escucho, era una gran historia, Albafika estaba por ser tratado como animal solo por ser diferente, Manigoldo a pesar de ser muy tosco con eso le demostró ser una persona noble y amable con buenos principios.


-Después de ese día Alba se comporto muy bien, parecía que no le intereso la partida y el cambio de hogar, al poco tiempo me conto la razón, no le gustaba vivir ahí porque lo trataban mal y me daba las gracias por sacarlo de un lugar como él decía: “Feo y con personas malas.”


-Alba es muy dulce por lo que cuentas, el es solo ternura e inocencia, no tiene maldad en su corazón, aunque es muy huraño con los demás, pero es su forma de ser, su mundo es tan distinto pero igual al nuestro, solo que él lo ve con inocencia.


-Sí… Albafika es demasiado especial, pero se puede valer por sí mismo.


-¿Y tiene estudios?


-Claro que sí Asmita, que creías, Alba es tan inteligente como cualquier persona o más, aunque claro solo ha estudiado hasta el nivel de preparatoria, sus conocimientos son muy amplios, aunque fue un reto.


-Me he de imaginar que lo llevaste a una escuela.


-Sí, fue algo a lo cual me sentí como mis padres debieron sentirse cuando fui a la escuela.


-Debió ser una experiencia demasiado nueva par los dos. –Asmita era bueno hablando y escuchando, cosa que Manigoldo agradecía, tener alguien que no lo juzgara a loco, al menos eso creía.


-----------FLASHBAK-----------


Manigoldo estaba terminando de acomodar a Albafika en la cama, estaba muy inquieto esos últimos días, además pronto él tendría que integrarse a su nuevo trabajo y habría más cambios que con esa inquietud podrían terminar en una explosión del carácter de Albafika.


-Albafika mañana iras a la escuela.


-¿La… escuela? –Ladeo un poco la cabeza pensando lo que escucho. –Pero…


-Sí, te explicare un poco, en la escuela vas a aprender muchas cosas, abra más personas, maestros alumnos, tendrás compañeros.


-… -Lo estaba pensando, Albafika suele ser muy sumiso cuando esta calmado, pero cuando está ansioso o inquieto es muy difícil saber que pasara. -… esta… bien…


-Albafika mañana espero no te quedes dormido, yo te llevare a la escuela.


La noche paso tranquila, Albafika durmió en su habitación solo le gustaba mucho estar en ese cuarto y Manigoldo que creyó el cabio lo tomaría de la peor forma, ahora veía debía confiar más, pero ser precavido, ya que ahora con la escuela los cambios que se venían serian más duros, la escuela es un “campo minado” de socialización, la debilidad de Albafika.


-No quiero… -Albafika estaba llorando en el auto, no se quería bajar de ahí por más que Manigoldo se lo pedía, ya lo sospechaba por lo que pidió el día en el trabajo. –No quiero quedarme…


-Albafika baja del auto, andando no te pasara nada malo te lo prometo.


-No quiero… -Manigoldo lo bajo a la fuerza del auto. – ¡No quiero! –Estaban llamando la atención de los padres que llevaban a sus hijos Manigoldo se calmo, necesitaba mucha paciencia cuidar a alguien con SA era complicado si no tenia paciencia.


-Albafika cálmate, yo voy a estar contigo, no te preocupes yo me quedo contigo.


-Manigoldo no me dejes quiero ir a casa.


-Albafika avanza, tenemos que ir… -Albafika se estaba resistiendo y poniendo necio, quería hacer su santa voluntad y Manigoldo no lo quería ver triste. –Alba por favor… vamos a… -No podía ceder en lo que quería Alba, Manigoldo lo llevaría a la escuela, ya le había explicado todo, que iba a haber muchas personas, maestros, y que nada le iba a pasar, que iba a tener muchos compañeros, pero Alba no entendía muy bien eso de separarse.


-No quiero. –Albafika se tiro en el piso, Manigoldo lo jalaba de los brazos intentando levantarlo, o al menos arrastrarlo, pero era peso muerto lo que jalaba y pesaba mucho.


-Buenos días ¿Necesita ayuda?


-No se preocupe…


-Ha… -Miraban a Albafika con desaprobación los demás padres, no había una escuela especializada por lo que planteo el tema en esa escuela primaria para que le dieran una oportunidad, la directora acepto diciendo que era una oportunidad única para la escuela y el chico, y entendía sus necesidades especiales de educación.


-Albafika ya cálmate por favor… -Se le ocurrió una idea. –Si te portas bien iremos a casa y te preparare tu cena favorita por la noche.


-…


Albafika estaba como regañado después de eso, lo metía a regañadientes al edificio intentaba tomarle la mano pero Alba se negaba. Manigoldo esperaba no meterse en problemas, ni que molestaran a Albafika, tal vez era un adulto de 21 años pero aun era un niño, y podían resultar los niños “normales” lo molestaran y trataran mal, él no se podría defender bien.


-Buenos días niños.


-Buenos días maestra. –Los niños miraban curiosos a la entrada.


-Hoy tenemos un nuevo compañero, ven por favor. –Albafika estaba parado en la entrada y no caminaba a la maestra, por lo que Manigoldo lo tomo de la mano a la fuerza y lo metió al salón; escucho risas por parte de los niños, Alba ignoraba eso, no entendía la razón. –Te presentarías por favor.


-… Mi nombre es Albafika… -Albafika no quería hablar, le disgustaba mucho el cambio no quería estar ahí.


-¿Albafika cuántos años tienes? –Ella se acerco mucho por lo que Albafika rechazo su cercanía de forma muy mal educada, los niños ya tenían más risillas por su comportamiento. – ¿Nos puedes decir tu edad?


-No. –Estaba retando a la maestra, Manigoldo debía indicarle que insistiera.


-Maestra por favor siga.


-Albafika… -Ella en verdad no sabía cómo reaccionar. –Albafika vamos dinos cuántos años tienes tus compañeros quieren saber.


-21 años… -Manigoldo asintió, la maestra se sintió más calmada de verdad no sabía cómo tratar a un chico SA con exactitud.


-Bien hecho Alba.


-Bien Albafika siéntate por favor en el asiento de atrás. –La maestra señalo el lugar para Alba, este camino como siempre y Manigoldo no lo siguió, Alba miro detrás.


-Siéntate.


-No se preocupe, yo me encargare.


-Para cualquier cosa estaré afuera.


-No se preocupe yo me encargo.


-Manigoldo.


-Tranquilo estaré afuera, no te preocupes, pórtate bien.


-… Sí.


Manigoldo salió dejando a un asustado y confundido Albafika que estaba por hacer una rabieta, pero al acordarse de las palabras de Manigoldo se calmo. No sabía cómo reaccionar, o que era lo que esperaban de él.


-Siéntate por favor. –La maestra comprendía que el joven necesitaría mucha atención y firmeza. –Muy bien niños hoy continuaremos con la lectura, aremos un repaso para saber cómo vamos.


-Sí maestra. –Alba se sentó en el asiento de la parte trasera, por ser más grande la maestra le señalo ese lugar, lo intentaría integrar.


-Silencio por favor, muy bien ¿Alguien quiere comenzar a leer? –No respondieron de inmediato, pero unas manitas poco a poco se levantaron. –Alice…


Eran pequeños de primero, pero considerando que el curso ya estaban muy avanzados muchos ya leían, algunos a tropiezos, otros aprendieron más rápido y ya leían considerablemente bien.


Los niños leían en turnos, Albafika oía atento aunque viera el techo, la maestra no había tenido problemas y esperaba no tenerlos. Albafika susurraba algo y ella lo noto, quizá si le pedía leer un párrafo u oración lo aria sentir más seguro.


-Albafika nos ayudas a leer por favor… Albafika. –Entono el nombre de forma  firme pero dulce para no asustarlo, le explicaron que debía ser cuidadosa con el ruido; le coloco el libro en la mesa y señalo donde leyera. –Albafika lee por favor.


-… Ha… Ha… -Estaba estresado, se sentía algo ma. –Hansel y Gretel caminaban por el bosque perdidos intentando encontrar el camino de regreso a casa… estaban muy cansados y hambrientos… -Alba le regreso el libro, le gustaba la historia pero no quería seguir leyendo.


-Gracias Albafika, bien hecho, lees muy bien.


Alba se recargo en la mesa escondiendo con sus brazos la cabeza, los niños lo veían raro; era mucho para él, quería tener a un lado a Manigoldo; la maestra no lo molesto, pero oía murmullos de los niños y algunas risas, les pediría comprensión.


-Albafika ¿Por qué estás aquí solo?


-… -Albafika se había quedado sentado en su lugar al sonar la campana.


-Ve afuera un momento como los demás, anda.


-No… me quiero quedar aquí.


-Albita vámonos un momento afuera. –Manigoldo sentía que sería un largo día. –Ven.


-Señor Manigoldo en otro caso le abría dicho a los padres que lo dejaran adaptarse, pero…


-Alba es diferente, lo sé, pero debe acostumbrarse yo debo trabajar y no lo puedo dejar siempre solo, es un joven SA y necesita que lo entiendan, pero también el debe entender.


Albafika se sentó en el piso debajo de un árbol, no quería comer el almuerzo, estaba enojado y Manigoldo lo sabía. Se retiro un poco para que su pececito entendiera las cosas por sí solo, no podían estar todo el día juntos.


-Manigoldo. –Alba se levanto a buscarle al notar su falta. -… -No lo veía y eso lo estaba poniendo mal. Caminaba para buscarlo en el interior del edificio, Manigoldo no se podía ir lo sabía. ¡HAAA!


Manigoldo escucho el grito de su pececito, esperaba no estuviera haciendo nada malo como una rabieta; al asomarse vio como caía y una pelota botaba al piso, le pegaron con ella. Corrió a levantarlo, se dio muy fuerte tenía un raspón en la frente y Alba no dejaba lo tocaran; los niños curiosos miraban lo que aso, pensaron que no le pasaría nada pero le dieron en la cabeza por accidente.


Albafika estaba enojado, le dio un golpe a Manigoldo, lo estaba culpando por lo ocurrido. Tuvo que vigilarlo en el salón para que no se metiera en problemas; Alba no soportaba su cabeza, quería dormir en ese momento.


-Albita no te pongas así.


-Es tu culpa.


-Alba no es mi culpa…


-Albafika. –Ni la miro. –Albafika podrías pasar al frente y responder las operaciones.


-… -La maestra le pidió a Manigoldo intervenir. –No quiero. –Los niños se sorprendieron al ver que desafiaba a la maestra.


-Albafika pasa ahora por favor.


-Por qué yo…


-Albafika pasa ya. –Manigoldo lo levanto e hiso ir al frente, eso lo molesto mas.


Durante la clase se porto pesado y altanero con la maestra y los compañeros, no era apropósito y Manigoldo sabía que sus palabras y forma de hablar no eran con esa intención. Albafika no toleraba los cambios tan bruscos, fue demasiado rápido y Manigoldo lo reconoció aunque le explico las cosas sabia fue un cambio de rutina muy grande.


-Niños hasta mañana y no se olviden de practicar su lectura con sus padres y acaben la plana que les deja.


Al terminar la escuela Albafika no le hablaba a Manigoldo, se veía calmado y estaba un poco mejor en cuanto al golpe pero se quedo muy cayado, normalmente hablaría sobre lo ocurrido por un largo rato. Ya en casa hablaría un poco con él.


-¿Albafika qué te pasa?, ¿tienes algo malo?, ¿te duele la cabeza aun?


-¡Cállate que me molestas! –Albafika lo empujo y camino a otro lado de la casa.


-Alba…


Manigoldo tenía que ver lo que tenia, había estado desde que conoció a Albafika estudiando su situación y lo único que sabía era que una ayuda exacta para tratar con las personas SA no existía aunque fueran similares en algo, por lo que era muy difícil saber que lo molesto en realidad.


-¿Albafika podemos hablar?


-¡Lárgate! –le cerró la puerta en la cara golpeándolo.


-Albafika hay que hablar… por favor ábreme la puerta.


Manigoldo fue por las llaves de la habitación y entro para hablar con Albafika. Albafika estaba sentado en la cama, Manigoldo se le acerco y se sentó a un lado, Alba le pateo en la espalda tirándolo de la cama, Manigoldo debía reaccionar a sus desplates y pedirle se explicara porque no podía leer la mente como para saber, para Alba era evidente lo que lo molesto pero para Manigoldo que no hablaba el mismo lenguaje era muy difícil.


-Albafika no me estés golpean, dime ¿Por qué lo hiciste?


-Déjame no ves que me molestas.


-¡Pececito no me hables así! –Alba reacciono al grito y se cubrió intentando protegerse, Manigoldo reflexiono, no podía gritarle así, el era muy racional y hablando bien entendía. –Perdona Alba, no te quería gritar.


-… -Albafika se asusto y se puso arisco.


-Lo siento. –Lo abrazo con cuidado, Alba no quería contacto por lo que no lo forzó. -¿Estas cansado verdad?


-… b34; -Siempre traía el silbato, ese era un sí muy calmado por el tono.


-Ven vamos a que te cambies y duermas.


Pudo identificar que era el cansancio, el día fue muy pesado para Albafika, su rutina se cambio de improvisto y muy rápido. No era fácil asimilara tan rápido todo, la escuela, cambio de casa y los horarios, era poco a poco, por lo que implementaría reglas y horarios para que Albafika se adaptara. Ya cambiado se recostó, su semblante se volvió agotado, antes de que durmiera le dio el medicamento que debía tomar para la ansiedad.


-Toma Alba, que no se te olvide tomarlas.


-… -Alba dio un trago grande al agua y se paso las pastillas, se acurruco en su cama, aun le era extraña. -… Manigoldo quédate hasta que me duerma.


-Muy bien Albafika, pero después hablaremos de lo que paso.


-Sí.


Le acomodo la cabeza con cuidado para que no se lastimara el golpe, Albafika era un poco inexplicable e impredecible cuando le cambiaban las cosas de lugar, pero su constante rutina tampoco podía ser predecible, un mínimo detalle podía hacer la diferencia.


Debida estar demasiado cansado como para no comer, eso era normal ante un cambio tan grande, pero se esforzaría porque comprendiera que al siguiente día estaría solo en la clase con sus compañeros nuevos.


-Albafika mañana no me puedo quedar contigo en la escuela, por eso te voy a pedir que te portes bien, no quiero te pase nada, confía en mí, así que obedece a la maestra.


-Manigoldo pero no quiero ir, yo me quiero quedar en casa.


-Albafika esto es por un tiempo, después te harán un examen para ubicarte en un grado mayor y así vallas aprendiendo más y puedas tener tus estudios, ¿Te gustaría verdad?


-… -Lo pensaba mucho. -… sí, quiero tener mis estudios.


-Bien, por ello te portaras bien mañana que no este, te recogeré al termino y traeré a casa, Alba tu eres el más grande de ahí, por eso, se bueno con los demás, ellos son pequeñitos y hay muchas cosas que no saben, no te pelees con ellos.


-Sí Manigoldo.


Albafika se fue a dormir de nuevo, sus ojitos estaban reflejando que estaba demasiado agotado. Ya vendría un nuevo día y vería que pasaba, aunque batallara seria cuidadoso con lo que lo ponían a hacer, además no podía faltar eternamente al trabajo, tenia deber asía sus pacientes.

Notas finales:

Espero les aya gustado, estare tratando muchas cosas del pasado por lo que habra varios flshbak largos, pero tengan pasiencia por favor, que me gustaria explicarles todo el pasado, bueno no todo, sino lo mas importante en el fic.


Y espero no estar tan incomunicada, no me gustaria dejar los fics por mucho tiempo avandonados, asi que me portare bien para que me dejen usar el internet.


Les agradesco nos veremos en la continuacion ^w^


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