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Demonios por knaxzerim

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Notas del capitulo:

kana.- wow en la ultima actualizacion hubo review extraños, 

zerim.- aunque basicamente todos decian una cosa 

zxk.- "conti plis" ._.U

kana.- bueee la mamam tuvo un chance no hace mucho y la musa le dio un plmazo con quien sabe que droga, asi que aqui lo teneis. 

zerim.- solo faltan un par de cositas por contar, por lo que questa historia esta a punto de acabar. 

kana,- gracias por la paciencia y bienvenidas quienes recien nos conozcan. 

La escuela entera supo sobre lo ocurrido con el profesor de literatura, la directiva estaba furica ya que habían tomado la decisión de darle una oportunidad al novelista, con la intención de dar a los jóvenes un ejemplo de superación y entereza. Y ahora Yami Atemu era a todas luces el autor intelectual y material del asesinato de su abuelo.

Tea y Joey se encontraron por primera vez dos días después de que la noticia se filtrara, la castaña miraba al rubio con recelo, temiendo que dijera algo en contra del profesor, a pesar de ser el quien le diera mas apoyo que nadie en los últimos años.

El rubio no dijo nada, no comentó nada y especialmente no dejó entre ver sus especulaciones acerca de Yugi; quien acudia a clases con normalidad. Sin embargo, se le notaba taciturno y extraviado, como si de pronto alguien le hubiera quitado algo importante a su personalidad.

Fue hasta que convocaron a una asamblea con el cuerpo de maestros que al fin pudo quedar a solas con el tricolor. Y aun así en el silencio del auditorio el chico parecía ausente; el director se dio a la tarea de anunciar dos cosas importantes; el cierre de actividades del ciclo escolar y la consecuente partida de los alumnos de ultimo año y la baja definitiva del profesor Yami Atemu de la plantilla de profesores del instituto.

Muchos de los jóvenes que tomaban su clase reprocharon por ello, puesto que el escritor era un hombre agradable, pero, sobre todo, exigia de sus alumnos la exelencia por que los sabía capaces. Gracias a sus estrategias se habían formado grandes equipos de trabajo en grupos de diferentes grados y los aspiranes a universidades prestigiosas del país habían recibido varias recomendaciones de parte de profesor de literatura.

_es una decisión tomada, Jovenes, les deseamos tengan un fin de semestre exitoso y reitero que fue un honor brindarles nuestros servicios como su escuela preparatoria.

El regordete director, se inclino ante todo el alumnado, siendo imitado por los profesores de la plantilla, los jóvenes aplaudieron a pesar de su enfado, y aun asi se dejaron llenar por el espíritu festivo de ser próximamente graduados y aspirando ingresar a la universidad donde iniciaran su tramite.

Los estragos de los estudios exesivos se notaban en la mayoría de ellos, puesto que cargaban con ojeras pronunciadas, y debilidad en el cuerpo, él no había aplicado a ninguna escuela, no quería alejarse ni de Seto ni de Yami, y pensaba que no pasaría el examen aunque hubiera tomado un curso de preparación previo.

_Yugi, ¿Quieres almorzar conmigo?

Cuestiono al joven cuando la asamblea se acabó y todos se alejaban del sitio, el tricolor asintió pero no hizo ademan por levantarse. Joey no le presionó, puesto que tampoco se encontraba mejor. Tea sabiendo que estaba de más se alejó dándoles espacio para charlar.

Fue solo hasta que el auditorio estaba completamente vacío que Yugi habló.

_no se que hacer ahora

Dijo al aire, como si no hubiera sido su intención el hablar pero las palabras salieron solas de su boca.

_¿De que hablás?

_no tengo nada que hacer ahora, terminaré la preparatoria, por que se supone que es lo que debo hacer, pero después no se que hacer

_hermano, creo que estas hablando con la persona equivocada

_¿Que harás tu?

Cuiestiono el menor, aun mirando el vacío. Temiendo encontrar la mirada de Joey en la ausencia de personas.

_me quedaré al lado de Seto hasta que se canse de mi, conseguiré un trabajo y quizá intente el próximo año ir a la escuela culinaria. Pero no es que esté muy interesado

_si no tuvieras que preocuparte por el dinero, ¿Que harías?

_me quedaría con Seto

Respondio de inmediato, sin vergüenza, por que era lo que mas deseaba, a pesar de saber que su presencia en la vida del castaño tenia fecha de caducidad, deseaba que el de ojos azules nunca le pidiera se fuera de su lado.

_tu marido es muy importante para ti, no entiendo por que te quedarías con alguien que es casi diez años mas viejo

Joey se encogio de hombros, no tenia una razón lógica para hacerlo, quería quedarse con Seto por que le parecía lo correcto, y era lo primero y único que quería para sí en muchos años. Quería ser egoísta y dejar de preocuparse por Serenithy, por lo que ocurrió con su padre y por la pesada de su madre. Miró a Yugi, y aunque sabia que tampoco aplicaría a ninguna universidad, se le notaba cansado y desvelado.

_lamento mucho lo que le pasó al profesor

Comentó al aire, pero Joey decubrio algo en su tono de voz, ¿Sus sospechas eran ciertas?

_sabes quien…

_si

Extraño a lo que conocía de él, Yugi se encogió sobre si mismo, acurrucándose en sus brazos, como si una corriente de frio le recorriera desde dentro. Se le veía vulnerable, con brusquedad le tiró de los hombros y le abrazó, temiendo que el tricolor hiciera algo con contra de si mismo.

_no importa, el viejo era un bastardo

Joey era consiente de lo que ocurria en la opinión publica, los noticieros se cebaban en el recuerdo de Yami: lo ocurrido con Beatriz, y ahora con lo del abuelo alimentaba las especulaciones de muchos, en varios noticieros los presentadores hacían comentarios asumiendo que era demasiada la casualidad de que en dos asesinatos el joven escritor fuera testigo y no hiciera nada por ayudar a las victimas.

Aun no era de dominio publico que el escritor estaba hospitalizado, Seto hacia lo posible por aminorar los daños en la imagen de su amigo, pero la prensa era feroz y al no contar con un chivo expiatorio mejor, utilizaban a Yami como excusa para la venta de sus publicaciones. Gracias al cielo ninguno de los médicos en la clínica había filtrado nada respecto a la condición de su amigo.

Cuando el escritor despertó, entró en crisis, al punto que fue necesario sedarlo, nadie pudo explicarle a la pareja la razón y después de ella, Yami se limitaba a dormir y comer, aunque era visitado por Joey después de la escuela y por Seto antes de que la hora de visita terminara, el escritor se limitaba a escucharles y responder con monosílabos acerca de como se sentía para recostarse y mirar la televisión escuchando todas las especulaciones de la prensa.

Esa tarde tenia varias reuniones y visitar a su amigo era imposible. Joey le mantenía al tanto por medio de mensajes y fotografías, Yami había despertado en varias ocasiones, pero cada una mas caotica que la otra, lo que le tenia con un nudo eterno en las entrañas. Temiendo que esta ocasión todo se fuera al garete; saliendo de la editorial fue abordado por una joven castaña de ojos verdes, le pareció familiar por lo que le prestó atención.

_buenas tardes, señor Kaiba. ¿Podría dedicarnos algunos minutos a mí y a mi madre?

_perdona, pero en realidad no tengo mucho tiempo

_lo se, es solo que en realidad necesitamos charlar con usted.

_¿Quien eres tú?

_mi nombre es Tea, soy compañera de escuela de Joey y alumna del profesor Yami

La cara de la castaña regresó a su memoria al recordar el incidente en el hospital, cuando Joey y el chico Yugi fueron secuestrados, la joven se quedó junto con el padre del chico que se parece a su amigo en el video de vigilancia.

_ya te recuerdo. Podemos vernos mas tarde, a las 8 de la tarde en el café del hotel Holliday inn

_entiendo

_no te preocupes, yo haré la reservación

Con un presentimiento en las entrañas, el editor salió rumbo a su reunión, llamando a su secretaria para hacer la reserva, pidió fuera en uno de los cubículos privados de dicho lugar, seguramente la joven tenia algo importante que decirle y en estos momentos no quería arriesgarse a un escandalo publico.

A la hora de la cita, se encontró en un cubículo entre la recepción y el bar, la joven vestida casualmente miraba la puerta nerviosa y hacia gestos a su acompañante, seguramente su madre. Él había llegado por la puerta lateral por lo que solo podía ver la espalda de la mujer y su cabello.

_buenas noches, lamento…

Dejó su disculpa a medias, cuando vio a la madre de la chica; Abigail Grandyer. La mujer antes fashionista ahora usaba una camisa sencilla, gafas tintadas, una escallola en la pierna derecha y un par de muletas acompañaban su conjunto, aun así, perfectamente maquillada y manicurada le devolvió la mirada.

_buenas noches, joven Seto. Por favor, tome asiento.

El castaño apretó los dientes y buscó con la mirada a la joven que le había tendido esa trampa, la joven le encontró la mirada, y al instante bajó los ojos con vergüenza al verse atrapada. Aun así, su madre le sujetó la mano dándole animo a continuar con lo que estaban haciendo.

_no la tome con mi hija, ella es la mas interesada en que todo se aclare.

_y usted ¿Como se supone que puede ayudar?

Respondió hosco, pues recordaba perfectamente la forma en como esa mujer aprovechaba hacer artículos maliciosos acerca de su amigo, aun cuando él se encontraba en arresto domiciliario.

_aunque no lo crea, puedo hacerlo, lamento mucho lo que ocurre con el joven Yami, espero que no me tome encuenta lo que hice en el pasado; lo hice conscientemente y también con toda la intensión; pero ahora no es así. Recibi un mensaje muy interesante del “universo” y aunque no me replantearé mi carrera, se que hay algunos cabos que no deben quedarse sueltos. Si me permite

Señaló la mujer el asiento que estaba liber al lado de ambas, Seto, buscó con la mirada al fotógrafo acompañante de Abigail y a quien con mucho conocía por los altercados en las conferencias de prensa que daba sobre sus autores y especialmente en los eventos donde Yami no podía asistir.

_él no se encuentra aquí, y me aseguré de darle jugosos extras a mis colegas, para que nadie nos interrumpa

Señalo la mujer con la voz cansada, harto de esa situación, decidió aceptar y sentarse en el espacio libre que las dos le habían dejado, con una vista perfecta de la entrada al bar y la entrada al restaurante, no podía negar que Abigail era bastante hábil.

Dos horas mas tarde, Seto entraba a su departamento con un nudo en la espalda y una caja muy adornada en las manos; Joey había pedido que Serenithy se mudara al departamento mientras Yami se mejoraba, especialmente por que su madre aun estaba alrededor esperando una oportunidad para hacerse con la custodia de la niña.

_¡Seto!

Gritó la esta al verlo llegar, ambos Wheller se encontraban sentados frente al televisor mirando caricaturas, cubiertos por una manta esponjosa dónde unas ranas de ojos saltones saludaban al vacío, la niña, se había apropiado del sofá y el piso entero estaba salpicado con las señales de su presencia: un cuaderno rosa por aquí, calcetines por allá y recipientes vacios por otros lados. A pesar de lo que dijera su empleada doméstica, al editor le daba bastante curiosidad que la niña fuera tan desordenada, contrario a su hermano que hacia lo posible por mantener todo impoluto.

_¿Me trajiste algo?

Preguntó la niña al ver la bolsa en manos del castaño, Joey que mantenía las manos bajo una manta y aun sobre el sofá reprendió a la niña quien de inmediato le miró culpable, e inclinó la cabeza con vergüenza.

_Lo siento

_si, traje esto para ti, ¿Quieres llevarlo a la nevera?

Extendió el paquete a la niña, quien de inmediato corrió a la cocina, Joey le miró culpable y aun así el gesto le enternecía al punto que su pecho entero parecía colapsar en si mismo. Esa mirada extraviada, de reto y de vulnerabilidad le desarmaba ante cualquiera de los convencionalismos que le inculcaran a punta de lecciones y golpes alguna vez en el internado donde él y Yami habían crecido.

_Lamen…

Calló la disculpa levantando la manta y acurrucándose en el hueco del brazo del rubio, en ese momento necesitaba confort, y solo podía encontrarlo en los brazos de su esposo de mentira. El rubio no dijo nada ante el gesto, acunandole como si se tratara de un niño. No le gustaba hablar cuando Seto se portaba así de amable, sentía que lo que sea que le dijera sería insuficiente y aunque no quisiera aceptarlo, innecesario.

Desde la puerta de la cocina, una niña pelirroja miraba a su hermano abrazar a su benefactor, Seto y Joey vivian juntos, y por ahora dormían en la misma habitación, para ella esto era perfecto, era la vida que su hermano se merecía después de todo lo que ocurrió en su pasado.

Abigail y Tea viajaban a casa en taxi, tras el accidente de su madre Tea guardaba un poco mas de respeto a las habilidades de su madre, Abigail le había contado acerca de lo que ocurrió esa noche, y especialmente que después del encuentro cercano con la muerte su nueva forma de ver la vida. “Pediré algunos favores, y entrarás a la universidad que quieras, me alejare poco a poco de la prensa, por que, si no tuvieron empacho en atacarme a mi, mucho menos lo harán en ponerte en la línea de fuego”; había sido la primera vez que su madre le había dicho a su manera que la quería, y especialmente que se preocupaba por ella. Le contó acerca de lo que averiguó en su viaje a la costa y sobre el joven que encontró en estado de descomposición en uno de los barrios mas pobres del lugar, que su recuerdo le hacia pensar que aunque el gobierno quisiera ocultarlo, la sociedad estaba podrida desde la medula.

No podía creer lo que su madre arriesgaba por una historia, pero sus altos honorarios la compensaban, aun así cuando le explicó el nexo que había entre los hechos ocurridos en Kyoto, el abuelo del profesor Yami, dos Jeques musulmanes y un joven protituto, no pudo si no sentirse asqueada por el panorama.

El abuelo de Yami había concretado dos traslados de mercancías con uno de los Jeques, pero el segundo que era su competencia mas directa había contratado los servicios de un acompañante para el hombre. En el intermedio nadie sabia que fue lo que ocurrió, el jeque amaneció muerto y el joven que le acompañó esa noche desapareció como si la tierra se lo hubiera tragado, cuando la prensa nacional hizo publica la muerte, su madre suspechó que había algo jugoso en el sitio. No se esperaba que el amante del Jeque también hubiera muerto en circunstancias sospechosas.

Mientras tanto en una habitación del hospital central de Dominó City, el famoso escritor Yami Atemu despertaba de su letargo impuesto a base de medicamentos, al enfocar su vista, se encontró con un techo azulado que se pintaba con tenues amarillos como reflejos de las luces que invadían la habitación desde afuera y desde el pasillo.

Expiró con fuerza, no quería moverse, aunque no sabía si podía hacerlo, un dolor sordo le avisaba que su cuerpo estaba resentido, en el hombro y uno de sus costados, recordaba claramente la razón de aquellos dolores, y sin embargo no le parecía lógico; el monitor de su ritmo cardiaco comenzó a alterarse, el sonido le informó de ello, así que cambio sus pensamientos a otros mas tranquilizadores; o al menos eso es lo que quería.

De nuevo estaba metido en un atolladero, de nuevo había algo que no estaba bien en su vida, y para colmo no quería pensar en el responsable de semejante situación, nunca hubiera pensado que su alumno, el inocente Yugi tuviera la sangre fría para hacer lo que le hizo, el recuerdo del asistente de su abuelo con la cabeza destrozada y el sonido del arma, su terror ante lo que sabia estaba ocurriendo, la necesidad de hacer algo y el miedo de tener que hacerlo solo.

Estaba aterrado, lo único a lo que había apostado era a que el asaltante no supiera que estaba ahí, pero cuando vio la nuca de Yugi, no pudo, pensó que era un error y que los gritos de su abuelo habían sido causados por algo o alguien mas, bastó un segundo de titubeo para fallar en su golpe, y aunque logró asentarlo, no fue con la fuerza suficiente para defenderse.

En retrospectiva, ¿Qué habría echo después?, cómo acusaría a su alumno de asesinar a su abuelo, cómo podría acusar al heredero de los ojos de Beatriz si era su único enlace a la realidad.

“No es nada personal”

Recordaba esa frase mientras tras sus parpados regresaba la cara de Yugi, su gesto sonriente y su mirada helada, el chico tomaba el arma como si fuera parte de su cuerpo, y su reacción, la forma en como lo atacó y también el disparo, un destello del Mr. Hyde del joven le anudó los nervios. Cuando el arma fue amartillada, y cuando encontró los ojos del jovencito, supo que su final estaba cerca; pero ahora estaba ahí, encerrado en una habitación de hospital, clavado a maquinas que le trajeron de vuelta de la muerte y le mantenían atado a un sitio que quizá nunca debio verlo nacer.

Por que, siendo francos, en el mundo no hizo nada que realmente valiera la pena, se había enamorado, pero ahora el recuerdo de su amada estaba en paz, y no la anclaría al mundo con su necedad de recordarla. No tenia familia y tampoco una verdadera razón para vivir.

Era un fantasma que existía, por que asi debía ser, por que alguien en el pasado le dijo que rendirse era de cobardes y que había una razón en el mundo por la cual vivía y otros no, por que tenia que ver cada atardecer como algo maravilloso, y por dar las gracias por cada amanecer que desde hace mucho le eran tan iguales como las sabanas de la cama de hospital que ahora le cubrian.

Sin embargo, la primera vez que abrió los ojos, lo vio, era él: Yugi, le había cuidado en su convalecencia, o quizá le habría echo daño sin saberlo. ¿Qué era? ¿Por que hacia lo que hacia? Y especialmente ¿Por que tenia cuentas pendientes con su abuelo?

Con esfuerzos elevo su cuerpo hasta mantenerse sentado, en esa noche estaba harto de estar acostado, tomó con cuidado las agujas en su brazo y evitando lastimarse al sentarse sobre el colchón, unos instantes después una enfermera se acercó a la habitación, su cara decía que le sorprendia que estuviera de pie, pero no dijo nada.

_quiero estirarme un poco

La joven asintió y le acercó un banco para que se apoyara, el costado le ardió pero no fue algo insorportable, como un cliché se acercó a la ventana y con gestos le dijo a la chica que estaría bien para que le dejara solo. Entre la ventana y la cama había una mesa de noche que tenía un vaso de cristal y una llave en el cajón. Nunca entendió por que había esa clase de mesas en las habitaciones de los hospitales, después de todo, cuando llegabas a ese lugar lo que quieres en el inmediato es irte, y no dejar huella alguna de que estuviste ahí.

Curioso movio la llave a sabiendas que el cajón estaría vacio; fue grande su sopresa al saber que no era así, dentro había un papel doblado, sencillo y sin marcas, una impresión cualquiera en pc sobre papel común. Dentro estaba su confirmación: era un mensaje de Yugi.

Seto acomodó a la niña en la cama, Serenithy dormia como un animal marino, extendiendo todo su cuerpo donde fuera que Morfeo le atrapara; por ahora descansaba en su habitación de invitados mientras él y Joey optaron por dormir uno en su habitación y el otro en el sillón. El rubio se había tomado su tiempo en preparar las mantas del sofá para pasar la noche y aunque sabía que era lo correcto, por que su matrimonio no era de verdad, sentía molestia por ello.

_ya esta descansando

_gracias

Comentó el rubio, al momento que acomodaba las almohadas sobre el mueble, cruzando los brazos, espero a que Joey dejara de ocupar las manos, por alguna razón le daba gracia saber que el chico no podía mantenerse quieto.

_que harás en las vacaciones

Cuestionó con el tono típico que usaba con él, entre la arrogancia y la exigencia que no daba pie a negativas. El rubio se encogio un poco, pero no dijo nada, dejó caer los hombros y buscó su mirada por debajo de las pestañas.

_buscare un trabajo a media jornada y terminare los tramites para liberar mis documentos del juzgado y la escuela.

_no necesitas trabajar, lo sabes

_lo se, pero no soy de quedarme en casa esperando a que el dinero caiga en mis manos…

Comentó de pasada, con ese reflejo típico de su vida en convivencia con su padre. Inmediatamente sintió que no fue lo adecuado y buscó a su esposo en el humbral de la puerta. Seto acostumbrado a sus reacciones, acercó el cuerpo para transmitir la comodidad que el rubio le daba a él. 

_no lo digo por eso, Joey, cuentas conmigo

_es_ trago saliva con miedo_ todo ah sido un desastre tras otro, Seto

El castaño había reducido el espacio que les separaba y frente a Joey le tomó de las manos, en un gesto qué, aunque era extraño, aceleró el corazón del rubio.

_podemos intentarlo

_de ¿De que hablas?

_de esto, de hacer verdad esta mentira, de ser tu esposo

_¿por qué?

Cuestionó el rubio asustado, de que lo que el castaño estaba proponiendo. Y aun con el terror en los ojos, espero lo mejor al levantar la mirada y encontrar los azules ojos del mejor amigo de Yami. Ahí estaba, un destello calido que nadie había dirigido a el, esa chispa extraña que se notaba en los ojos de los enamorados. En la mirada de Seto era tenue, anhelante y timida, pero ahí estaba, naciendo con la calma de su convivencia, de sus vidas en estos meses y de un futuro lleno de promesas.

_no tengo nada que ofrecerte

Comentó avergonzado de ser tan pobre y tan poca cosa, a lo que el castaño levantó su mentón.

_no necesito nada, solo esto y lo que podemos hacer juntos

Una sonrisa timida afloró en los labios del castaño y por primera vez en mucho tiempo sus mejillas se tiñeron de un rosa que demostraba el calor que nacía en su pecho. Ambos sabían que no eran primerisos en esto, se sabían con un pasado y también con un presente que no les juzgaba.

Seto se apodero suavemente de la boca de Joey, con una reverencia que jamás sintió por nadie, y Joey se entregó con timidez a la caricia, temiendo parecer demasiado torpe.

En el aeropuerto una mujer de cabello castaño hasta los hombros bajaba de un vuelo comercial recién llegado de la zona de negocios de la isla, la dama usaba un traje de viaje sencillo y sin marcas visibles, su cabello suelto dejaba ver entre los mechones un par de pendientes de fantasia que a pesar de su humilde origen lucían con elegancia en sus orejas. A su lado, un hombre joven de cabello negro y vestido de la misma forma casual le sujetaba de la mano, contrario a la costumbre nacional de evitar las muestras de afecto en publico.

_llegamos Haruhi.

Comento el hombre mientras esperaban en el carrusel de llegadas nacionales, las maletas que enviaran desde su ciudad.

_lo se, espero que no sea demasiado tarde. 

Notas finales:

kiitos 


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