-Robín- hablo su padre -¿y tu hermano?-
-Aún tenía una clase cuando Salí- decía sin apartar la mirada de su libro –no tardara-
-Hola Cariño- le saludo, junto con un beso –pronto estará la cena, lávense las manos-
-Tengo hambre- decía el Luffy mientras se arrastraba hacia la cocina.
-Ya oíste a tu madre… lávate las manos-
-Moriré en la espera-
-Luffy-
-Voooooy- se fue mientras en su rostro se formaba un puchero muy tierno. Provocando en su padre una sonrisa.
Por otro lado, Don Krieg trataba de sacarle conversación a Zoro, y este aun desconfiado, trataba de evadirlo. Pero no lo lograba.
-¿Sabes? Me alegro encontrarte- dijo con una sonrisa –acabo de construir algo y necesito tu opinión…¿te importaría verlo?-
-… No lo creo- hablo – mis padres se preocuparan si llego tarde-
-oh, es una lástima –fingió- pero bueno, gracias- empezó a alejarse, mientras el peli verde se iba. Pero antes, le dejo con curiosidad, nadie podía resistirse a la curiosidad –Me tomo mucho tiempo construirla, pero se las enseñare a los demás chicos – el peli verde lo observo – seguro que les encantara-.
-¿de verdad?- el otro hombre sonrió para sí mismo.
-Claro que si-
El menor solo se giró para ver el sendero que conducía hacia su casa; Sonrió y se dirigió hacia el otro hombre.
-No veo nada-
-Debes de ser más observador- se paró en un lugar y comenzó a saltar, el sonido de la madera sonaba con cada paso que daba.
El peli verde miro hacia abajo y pudo ver como una luz se filtraba hacia el exterior.
-¿Qué es?-
-Velo tú mismo- el hombre se agacho y comenzó a abrir una tapadera que fingía como puerta –increíble ¿verdad?...entra-
-¿de veras?-
-Claro…serás el primero en usarlo- le sonrió.
Zoro no dudo ni un instante en adentrarse en ese lugar, la idea de ser el primero en poder usar aquel escondite le alegraba de sobremanera. Cuando ya estuvo dentro, Don Krieg entro, no sin antes ver a sus alrededores para que nadie se diera cuenta de que estaban allí.
-No me gustan los vegetales- el pequeño Luffy se quejaba.
-Si te los comes todos podrás ver la TV con migo-
-Pero papá, no me gusta lo que ves- hizo pucheros.
-mira a tu hermana- La morena se servía un poco de todo –ella no se queja-
-Porque es mayor-
-Anda- hablo Olivia –come todo o no habrá postre-
Ante aquella sutil amenaza, el pequeño comenzó a comerse todo lo que había en su plato, frente a Dragón que tenía el ceño fruncido y un tic en el ojo. Solo su esposa era capaz de hacer lo que el no.
-Zoro ya se tardó demasiado- dijo y luego vio a su esposo –tendremos que castigarlo- sonrió de una gentil, pero que a todos en la mesa les provoco un escalofrió, ya sentían pena por el pobre chico.
-Qué lugar tan bello- dijo el peli verde al observar aquel lugar. Estaba iluminado con pequeñas velas, rodeado de pequeños juguetes y adornos de porcelana, había unas colchas que servían como sillas… el lugar era muy acogedor.
-Creí que les gustaría un lugar para jugar y reunirse- su voz comenzaba a sonar algo extraña –ven siéntate, aquí- le indico con movimientos impacientes.
Cuando el peli verde se sentó, Don Krieg comenzó a mostrarle todo lo que había en el lugar, pero su tono de voz decía que estaba impaciente.
-Y solo una cosa… no se permiten adultos- comenzó a reírse, pero a Zoro no le hizo ninguna gracia, ¿Qué hacia el allí entonces?.-Me bonito- se acercó a él y toco su gorro –me gusta mucho- el peli verde comenzó a sentirse incómodo y quería irse.
-Tengo que irme- tomo sus cosas pero…
-Se amable- espeto el otro más serio –ser amable es otra de las condiciones- el menor no tubo opción y se sentó, quería irse –¿quieres una soda?- destapo una y se la dio sin esperar respuesta.
-Gracias- su vos apenas era audible.
-ufff que calor- se sacó el suéter que tenía –puedes quitarte el tuyo si quieres- esa situación ya no le gustaba al peli verde, el mayor se sentó y hubo un silencio muy incómodo –Eres muy apuesto Zoro- ante aquellas palabras el chico le entro miedo.
-…-
-¿tienes novio?-
-no-
-me lo imagine, no eres como los demás-
-Don Krieg- hablo con miedo.
--Es especial aquí, todo muy hermoso-
-Si… muy…es…especial- el chico ya no podía ocultar su miedo y el otro lo noto.
-No te hare nada Zoro-
Hubo más silencio incomodo entre ambos, el miedo cada vez era más grande en el peli verde y por un momento vio las escaleras que daban a la salida.
-Tengo que irme-
-No quiero que te vayas-
Al menor ya no le importaron sus palabras, tenía que salir de ese lugar; Se levantó lo más rápido que pudo y se dirigió a la salida, siendo atrapado de una de sus piernas. Luchaba para soltarse del agarre del otro. Mientras tanto afuera de ese lugar el frio y el silencio eran los únicos presentes y testigos.
Un chico de pelo negro y pecas se giró al escuchar algo que llamo su atención, era una pequeña hoja con algo escrito. Pudo escuchar como alguien se acercaba corriendo y vio la silueta de alguien, al acercarse más pudo ver que era el peli verde que huía como si no hubiera mañana. Paso a la par de él y le siguió con la vista; su mirada se tornó sorprendida y dudosa, no daba explicación ante lo que había pasado.