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AMARTE………….DUELE por ETSUKO04

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La lluvia parecía no tener fin, a pesar de las horas aún no paraba.

Shuichi se encontraba sentado en su cama escribiendo, la ventana de su habitación estaba abierta y podía ver la lluvia caer furiosamente.

-          Suguru……puedes pasar, si ya entraste a mi casa bien puedes entrar a mi habitación.

La puerta se abrió lentamente.

 

-          …….Emm………yo…….lo siento es solo que no quería interrumpirle, me pareció que estaba muy concentrado. – Se acercó lentamente a la cama.

-          No te preocupes, puedes pasar a mi habitación aunque yo no te de permiso….somos amigos, no tienes que pedírmelo.

-          Gracias Shindo- sama.

 

Encogió las piernas y palmeó la cama dándole a entender a Suguru que se sentara a su lado. Cerró su libreta y la metió en el primer cajón de la mesita que estaba a la izquierda de su cama.

-          ¿Cómo lo conociste?

-          …….Emm……..- Se sonrojó al recordarlo. -……Yo……pocas veces venía a este mundo…………

*********************************    Flash  Back    ****************************

 

Por fin tenía la oportunidad de ir nuevamente al mundo de los humanos, muchas cosas habían cambiado desde que Nakano se convirtiera en el líder de las hadas hacía ya mucho tiempo, se le trataba con el respeto que se merecía, era mucho más poderoso que sus difuntos padres y gracias a ello los viajes al mundo de los humanos se volvieron frecuentes. Nakano había impuesto un nuevo orden en la relación con los humanos, después de todo nunca le gustó la forma en la que sus padres llevaban las cosas en el reino.

 

Suguru realizaba sus visitas cada año pero después de un tiempo comenzó a realizarlos más seguido.

Le gustaba observar todo a su alrededor, le parecía fantástica la forma en la que vivían los seres humanos, en ese momento nadie podía verlo. Las hadas tienen dos reglas para poder ser vistas; la  primera es que se pueden dejar ver si lo desean, y la segunda es cuando hacen conexión con la persona que tiene un sueño que se entrelaza perfectamente al símbolo del hada.

Paseaba tranquilamente por los pasillos de la biblioteca de la Universidad Soraym, era un lugar enorme, con diseños magníficos tanto en el interior como en el exterior, además de tener la mejor colección de libros de todas las universidades del país. Estaba interesado especialmente en la sección de música.

La mesa que siempre ocupaba ya había sido tomada por un pelirubio, lo vio de espaldas, se fue a buscar sus libros y llegó a la mesa, se paró frente al rubio y al mirarlo tan de cerca……………………

 

Sintió un estremecimiento en todo su cuerpo. - Waaaoo………su cabello es realmente hermoso, nunca había visto un cabello tan rubio y tan brillante………..y………..sus…….sus ojos……..son de un verde…..verde esmeralda…….son muy hermosos…….y…esa mirada.....un momento…..…..¿Acaso……puedes verme? – Su rostro se tornó rojo al percatarse de cierta posibilidad.

-          Como no verte si estás frente a mí. – Dijo el pelirubio mostrando una tenue sonrisa.

-          Pero…..pero…….¿Escuchaste….?........quiero decir……¿Entonces escuchaste lo que dije?

-          Como no hacerlo si has interrumpido mi lectura.

-          Qué vergüenza. – Su rostro aún continuaba completamente rojo, rápidamente desvió la mirada, soltó los libros y salió corriendo del lugar. Al pelirubio no le dio tiempo de decir nada más pues el chico ya había desaparecido de su vista, le había causado mucha gracia escuchar que alguien le dijera que tenía un hermoso cabello por ello había levantado la mirada y al observar a ese joven doncel se había quedado mudo por un instante hasta que el doncel habló de sus bellos ojos color esmeralda, definitivamente quería volver a ver a ese lindo chico de bella voz.

 

Corría rápidamente, se alejó del lugar, se sentía sumamente avergonzado, ¿Cómo no se dio cuenta del resplandor de su símbolo? Claramente había hecho conexión con el sueño del ojiesmeralda.

-          No puedo creerlo, en qué pensaba que no me di cuenta, hacía ya tanto tiempo que esto no ocurría que creo que…..soy un tonto. – Dejó que su mente viajara al recuerdo de esa mirada esmeralda, le había gustado, de eso no tenía la menor duda.

 

 

*******************    Fin    Flash  Back    *******************

 

-          Así lo conocí.

-          Vaya……eso es increíble Suguru.

-          Lo es……yo estaba demasiado nervioso pero debía volver a verlo, era mi deber como hada.

 

***************************    Flash Back    **********************

 

Había pasado una semana desde que lo había visto en la biblioteca, lo había estado siguiendo durante varios días y ahora ya sabía en donde vivía y algunas de las cosas que hacía.

 

El pelirubio se encontraba acostado en el pasto disfrutando de un merecido descanso pues había concluido con todos sus deberes.

-          ¿Por cuánto tiempo más vas a seguir espiándome?

El peliverde sintió que su cuerpo se congeló al escuchar la voz del pelirubio pues creía estar bien escondido de su mirada.

-          ….Emm……..yo………discúlpeme Seguchi- san.

Se incorporó lentamente y observó de pies a cabeza al joven.

-          ¿Cuál es el motivo de perseguirme?

-          Yo……….es mi deber ayudarle en lo que pueda con la meta que se ha impuesto en su vida.

-          ……………..  – Lo miró seriamente y después esbozó una sutil sonrisa. - ¿Cómo podrías ayudarme? Ni siquiera sabes q…

-          Sé todo sobre usted. – Dijo rápidamente.

-          El perseguirme no quiere decir que me conozcas. ¿Perteneces a uno de esos clubs de fans o algo así?

-          No……yo….no………Yo………..le ayudaré a conseguir que su sueño se haga realidad, por favor confíe en mí. – Dijo e hizo una reverencia.

-          ………………Vete de aquí, no me agradan las bromitas. – Su rostro se tornó serio.

-          Hablo en serio. –Le miró a los ojos y podía ver la verdad tras ellos.

Se miraban fijamente hasta que Seguchi se puso de pie y caminó hacia el peliverde cruzando de largo sin voltear a verlo.

-          Soy un hada.

Se detuvo por un instante.

-          ¿Piensas que creeré esa tontería?

Iba a seguir caminando pero en un instante Suguru apareció frente a él.

-          ¿Cóm….…? – Estaba sorprendido pero su rostro no lo demostró.

-          Mi nombre es Fugisaki Suguru y le ayudaré porque es mi obligación. – Dijo el peliverde frunciendo levemente el ceño.

-          De acuerdo. -  Sonrió nuevamente.

 

************************************  Fin Flash  Back    ****************

 

-          Desde ese día comencé a estar más cerca de él. Me gustaba mucho estar todo el tiempo escuchándolo, nunca dejaba de contarme sus cosas, cuando lo conocí él tenía 19 años, si contáramos la edad humana y la de las hadas por igual  prácticamente él sería mayor que yo, en esa época yo tendría….16, pero la verdad es muy diferente……..porque en realidad yo le llevó varios miles de años. – Sus mejillas se colorearon ante tal revelación.

-          Jeje, Suguru…..eres un asalta cunas.

-          Shindo- sama…por favor…….me hace parecer un pervertido.

-          Jajajaja. Está bien, Sigue contándome jajajaja.

-          Yo ya tenía varios años de conocerle y en ese tiempo pensé que había encontrado por fin a la persona más especial del mundo para mí, incluso pensé en casarnos……..imaginaba que me propondría matrimonio y…..muchas cosas más…………..nos habíamos vuelto muy cercanos………..

 

*****************************  Flash  Back    ********************

 

-          Suguru, voy a casarme. – Dijo con su característica sonrisa.

Sintió una punzada en el pecho ante la noticia. Su rostro se tornó pálido.

-          ¿Cuán….cuándo?

-          Dentro de un mes, me casaré con Uesugi Mika.

-          La hermana del chico que…………

-          Sí, ella.

-          Me alegro mucho. – Si no hubiese sido porque estaba arrinconado del barandal del balcón hubiese asegurado que se abría desmayado por la noticia.

-          Quiero presentártela.

-          Eso………no será posible.

-          ¿A qué te refieres?

-          Yo……emm……- Daba gracias a que no le había contado tantas cosas de su mundo. - ……tengo prohibido mostrarme a sus familiares, solo usted puede verme.

-          Suguru, ¿Acaso intentas engañarme?...........hemos salido a comer, incluso hemos ido a fiestas juntos. – Frunció levemente el ceño.

-          Es diferente, además yo venía a decirle que me será imposible verle más seguido, mis viajes serán reducidos y……..solo podré venir por poco tiempo pero……le aseguro que aunque no pueda verme….yo……continuaré apoyándolo en su meta.

Seguchi quiso replicar pero el peliverde desapareció al instante de decir lo último.

 

********************     Fin  Flash    Back    *************************

 

-          Entonces ¿Seguchi- san está casado? – Se acomodó frente al peliverde.

-          …..Emm………….no ya no………….se divorció hace mucho tiempo. Me contó que lo único bueno de estar con ella fue el haber podido ayudar a…..a Eiri- san, él era su tutor desde hacía un buen tiempo  y más adelante se ganó su respeto. Me dijo que Eiri- san era como tú……….- Observó al pelirosa y vio enfado en sus ojos aunque su expresión no lo demostrara.

-          A menos que sea necesario………..no menciones a ese sujeto. O……¿Acaso él es importante en la vida de Seguchi- san?

-          Lo es.

-          Entonces….…continúa. – Regresó a su posición anterior a lado de Suguru.

-          Yo……………..

-          ¿Gustan galletas?

-          ¿Hiro? – Volteó y vio al pelirojo sentado en la mesita a lado de su cama. – Me alegra que regresaras tan rápido, pensé que tardarías más.

-          Me apresuré a terminar.

-          Esas galletas las hiciste con…..

-          Si, la fruta Sioh, toma te traje muchas. – Le extendió la bolsa de galletas.

-          Arigato Hiro. –

-          Buenas noches Nakano- sama.

-          Hola Suguru, parece que vine cuando tu historia se ponía muy interesante.

-          Nakano- sama……- Su rostro se sonrojó por completo.

-          Jajajaja, pero es una lástima que no puedas continuarla.

-          ¿Eh? Y ¿Por qué no? – Preguntó el pelirosa.

-          Bueno……me encontré con alguien en el camino y le ayudé en su viaje. – Le sonrió al peliverde.

-          …………..-

-          Puedes pasar. – Dijo el pelirojo en voz alta al tiempo en que se tiraba de la mesita y tomaba su tamaño normal.

La puerta se abrió lentamente dando paso a un pelirubio ojiesmeralda.

-          Buenas noches. – Miró a todos muy sonriente, pero ésta se amplió  por completo al mirar a los ojos a su pareja.

-          Tohma……- Estaba asombrado.

-          Seguchi- san, tanto tiempo de no verlo. – Dijo Shuichi mientras recargaba su cabeza en el hombro de Hiroshi quien se había acomodado a lado del pelirosa.

-          Shuichi, te ves bien.

-          Gracias.

-          Espero no haber interrumpido nada.

-          En realidad……- Sintió un codazo en su costilla. – Iiitaaai….Hiro eso me dolió.

-          Siendo así me llevaré a Suguru. – Extendió la mano hacia Suguru quien no tardó en tomarla rápidamente.

-          Adiós Nakano- sama……en otro momento continuaremos nuestra conversación Shindo- sama.

Después de despedirse de sus amigos Shuichi abrazó fuertemente a Hiroshi.

-          ¿En dónde encontraste a Seguchi- san?

-          Jeje, fui a Japón a hablar con K sobre algunos asuntos que urge que arregle y…….me lo encontré…..hablamos y dijo que vendría a Inglaterra para ver a Suguru…..así que decidí ahorrarle el viaje.

-          Ya veo…….aunque Suguru regresaría en dos días….él quería verlo rápidamente……Suguru es….tan afortunado. – Abrazó más fuerte a Hiroshi.

Hiroshi sonrió traviesamente recordando lo que había hecho hacía tan solo unas horas atrás.

 

 

********************************************

 

Hotel R.I. S. W……

 

El señor de cabellos lilas acomodaba tranquilamente en la sala, las cosas que había comprado con su esposa que en esos momentos había ido a la recámara a descansar pues estaba muy cansada. Estaba satisfecho, su hijo tendría un nuevo guardarropa y estaba seguro de que sería de su agrado. Se encontraba tan entretenido arreglando todo pues dentro de unas cuantas horas regresarían a casa que no se percató de…………

-          Detesto cuando te ves de esa forma.

Se volteó rápidamente al reconocer la voz.

-          Y yo detesto cuando te apareces de esa manera, sabes que me molesta que lo hagas. – Miró al hombre de hermosos ojos color miel, quien acomodaba sus largos cabellos rubios tras su espalda.

El sujeto solo sonrió al ver de nuevo a esa persona.

-          Al parecer lo único que nunca cambia en ti es ese tonito con el que me hablas. – Dijo aún sonriendo.

-          ¿Qué es lo que quieres? – Se cruzó de brazos.

-          Es una visita corta, aproveché que reconocí a tu esposa en………

-          Si al que quieres ver es a Shuichi……él no vino con nosotros.

Volteó a ver las ropas que estaban aún sobre los sillones previamente acomodadas.

-          …………………

-          Son para Shuichi. – Contestó a la muda pregunta.

-          No son ropas de doncel.

-          ¡Shuichi no es un doncel!

-          ¿Desde cuándo?

-          ……………….Es un hombre, ya no es un doncel. – Le dio la espalda al pelirubio, el pelilila fue volteado violentamente.

-          Explícate. – Se podía reconocer el tono autoritario en esas palabras.

-          Hace……un tiempo él……fue atacado….lo…..lo violaron varios tipos y quedó demasiado lastimado que……el desgarre….el desgarre interno fue tan brutal que……quedó estéril……jamás podrá llevar en su vientre a su hijo y mucho menos como hombre podrá tenerlos puesto que las lesiones con……con dientes y la fricción de las manos en…en su…..aunado al ataque interno……- Desvió la mirada.

-          No has podido proteger a tu propio hijo, pero……era de esperarse………después de todo también tu hija está muerta y….

-          ¡Cállate! ¡Cállate! Tú……..- Señaló al mayor. - ……tú no sabes nada, ella era débil…..no es mi culpa que su cuerpo no pudiera resistir esa carga en su interior.

-          Su muerte es tu culpa, eres el único culpable, debiste ayudarla….¡Maldición!  tienes la magia necesaria para hacer tantas cosas y simplemente lo desaprovechas.

-          ¡No! Yo amo a mi familia, amo a mi esposa, amé tanto a mi pequeña, y ahora no voy a permitir que Shuichi…..

-          Eres un estúpido, detestas lo que eres….me detestas a mí y lo único que conseguirás con esos sellos es que también Shuichi muera.

-          Voy a protegerlo.

-          No podrás…sabes que no podrás, no has podido hacerlo hasta ahora no podrás hacerlo nunca, deja que Shuichi decida, quítale el sello.

-          ¡No! ¡Jamás! Jamás le quitaré el sello.

-          Déjalo decidir, merece saber lo que es.

-          ¡No!

-          Algún día se dará cuenta de que no envejecerá como los humanos, ¡Maldita sea que no ha cambiado desde que cumplió catorce! Sigue viéndose exactamente igual, su belleza crece día con día, es irreal ver a alguien con esos cabellos y esas preciosas joyas que tiene por ojos. Si no tuviera el sello hubiese podido defenderse y si tú no lo tuvieras hubieses podido ayudarlo.

-          Decidí vivir como humano, es lo que mi otochan quería y lo cumpliré.

-          ¡Dale la oportunidad a Shuichi de decidir!

-          ¡No! Le dejé decidir muchas cosas y me equivoqué, el tipo del que se enamoró resultó ser un desgraciado que lo abandonó cuando se le dio la gana, estudió en el colegio que quiso y ahí solo había escoria inmunda, nos quedamos a vivir en nuestro pequeño departamento por……recordar a mi pequeña que amaba tanto nuestro hogar, otro error, ahí llegó a vivir ese maldito que tal vez solo quería acostarse con mi pequeño……tantos errores pero…..esta vez no……le he conseguido un buen partido y…….

-          ¿Le obligarás a casarse?

-          Es un buen doncel, de una distinguida familia.

-          Estás demente….te desconozco, dices querer lo mejor para Shuichi…pero no te has detenido a pensar en lo que él quiere.

-          ¡Basta! ¡Vete de aquí! Cumple con tu promesa y  aléjate de mi familia.

-          Dije que no los visitaría tan seguido……….pero tú has faltado, no me has enviado fotos ni me has escrito cartas y mucho menos me avisaste que se cambiarían de casa, me es difícil encontrarte.

-          Pero aún así has podido saber de Shuichi, ¿Nos espías acaso?

-          Si hiciera eso entonces yo si lo habría defendido y habría matado a los malnacidos que lo hirieron de esa forma. Pero he cumplido y a pesar de que evitas que las cartas de Shuichi me lleguen, no has podido evitarlo por completo.

-          ¿Él te contó?

-          No. Él no me ha dicho nada, incluso en sus cartas solo pone destinatario, pero…..tengo mis métodos para saber lo que ha pasado, bueno…..a decir verdad fue una coincidencia.

-          ¿Con eso te refieres a que te enteraste por uno de esos humanos a los que ayudas?

-          Sí, ya que mi propia familia me aleja d…….

-          Sólo vete, no quiero saber nada más de ti, pronto te enviaré nuestra nueva dirección y el día en el que le puedes visitar.

-          Rechazas lo que eres pero aún así usas tu magia para adormecer a tu esposa.

-          Tú no sabes nada…….ella…..ella….- Bajó la mirada. - ….ya se había….ya se estaba recuperando por la muerte de nuestra hija y…….después ocurrió lo de Shuichi…..si no la adormezco….ella……

-          Hace un tiempo comencé a sentir una energía que…..

-          He dicho que no quiero saber nada más de eso, aún con el sello puedo ver a esas asquerosas pequeñas hadas y a las horrendas hadas oscuras, mientras no se acerquen a mi familia todo estará bien. – Levantó la mirada, estaba furioso.

-          Negar lo que eres y cambiar tu apellido no cambiará nada, siempre serás…..

-          ¡Basta! Reniego de lo que fui, ya no pertenezco a ese mundo, ya no más, ese maldito rey nos trató como sus sirvientes y todas aquellas hadas….como olvidar el daño que le hicieron a mi otochan, ¡Dime! ¿Cómo?

-          Era diferente antes, estoy seguro que ahora…………

-          ¿Cómo puedes estar seguro de ello? ¿Realmente crees que habrá cambiado algo?

-          No creo que siga siendo el mismo rey, creo que ahora el que ha tomado el control es su hijo, él siempre fue diferente y…….

-          No voy a arriesgar a mi familia al infierno en el que vivió mi otochan, tú lo sabes perfectamente bien, ¡Era tu pareja y tú simplemente lo dejaste sufrir!

-          Nuestro deber……

-          ¡Al diablo con el deber!

-          Esto es importante, entiendo por lo que has sufrido y entiendo que me odies pero esto realmente es importante, los dos mundos pueden colapsar en cualquier momento, necesito tu ayuda o la de Shuichi.

-          Ese mundo se puede ir al infierno, no ayudaré en nada.

-          Dices querer vivir como humano, pero ni siquiera ayudarás a este mundo.

-          Sólo ayudaré si en verdad constato que este mundo humano puede perecer.

-          …………………………- Sabía perfectamente bien que sería difícil convencerle de ayudarle, ese resentimiento crecía día a día, parecía que jamás desaparecería, dejó escapar un suspiro.

-          Ahora vete, vuelve a tu nuevo hogar en el que tanto adoras ayudar a los humanos, sumérgelos en ese mundo en donde pueden lograr todo sin esforzarse, ayúdalos, haz lo que puedas por ellos y que no te importe MI familia…porque……….yo…ya no te necesito.

-          Yo…….

-          No estuviste cuando te necesite. – Su voz estaba cargada de tristeza y una gran decepción.

Se dirigió a la puerta lentamente.

-          Los que dañaron a Shuichi……

-          Han recibido lo que merecen. – El pelilila terminó la frase.

-          ……………- Volteó a ver al menor a los ojos.

-          No hubo necesidad de magia, los humanos que son verdaderos amigos de mi hijo nos ayudaron.

-          Sin magia………claro. – Se volteó, abrió la puerta y salió con una sutil sonrisa de lado. – Aún te falta mucho para conocerme por completo……Y más aún…..para conocer a los humanos.

 

***********************************

 

Llegaron a una mansión a las afueras de la ciudad.

-          Tohma, ¿Realmente te quedarás por unos días?

-          Sí, quería verte y si tú estarás aquí….entonces…..yo también.

-          …………..- Se sonrojó levemente por las palabras de su pareja.

-          Ah, por cierto Suguru…..Hiroshi me dio esto para ti.

-          ¿Eh?.....- Volteó a ver el paquete que le entregó el pelirubio. - …….son las galletas de Sioh. – Sonrió al verlas pues le encantaban.

Entraron a la sala y se dirigieron a la cocina.

-          La cena está lista……hablé por teléfono y le pedí a Nori que arreglara todo……y por supuesto….ahora estamos solos. – Sonrió provocativamente.

-          ……Emm……Sí…..arreglaré todo para cenar.

-          No, ve a la barra, te llevaré todo.

-          Pero…..

-          Sin peros…..esta vez lo haré yo.

-          Está bien.

Comenzó a sacar los platos y vasos…………

-          Suguru…….¿Por qué yo no puedo comer de esa fruta?

-          Bueno……a decir verdad…….solo la familia real podía comerla.

-          ¿Y ahora por qué cambió eso?

-          ….Emm…….el padre de Nakano- sama……él…..jamás nos dejó probar los frutos del árbol de Sioh, sus frutos eran algo así como sagrados pues éstas solo las cultivaban los Espíritus.

-          ¿Espíritus?

-          Sí…..los Sioh eran llamados espíritus porque sus poderes iban más allá de las hadas e incluso superaban la magia real, su belleza era indescriptible, la belleza de las hadas siempre fueron opacadas por ellos, los espíritus eran los más fieles al rey, ese fruto es sumamente poderoso, nos brinda una energía que jamás habíamos sentido, hace muchos años cuando todavía vivía el rey……Nakano- sama quiso invitarnos a las hadas con ese fruto, le pareció extraño que su padre no se opusiera ya que siempre se burlaba diciendo que jamás podría dárselo a alguien que no  perteneciera a la realeza……él no le creyó y se la dio a dos hadas…….- Cerró los ojos fuertemente. - ……fue horrible……cuando sus manos tocaron el fruto….este se secó al instante….las hadas quedaron inconscientes por muchas semanas……se quejaban dolorosamente…..- Abrió los ojos lentamente. -  …..pero Nakano- sama…..descubrió que si lo convertía en algo diferente….después de haberlo tocado él……nosotros podíamos probarlo sin temor a ser dañados, ese fruto contiene mucha fuerza espiritual para nosotros, el príncipe ha cuidado ese árbol con tanto esmero que ahora hay muchos árboles…..aunque él asegura que su sabor no es el mismo.

-          ¿Por qué dejaron de cultivar ese fruto los Sioh?

-          Ellos……desaparecieron hace muchos…..miles de años……su poder era tan extraordinario que podían abrir los portales dimensionales no solo al mundo humano. – Sonrió tristemente. - ¿Sabes? Yo……..conocí a uno de ellos, lo vi de cerca y hablé con el……era muy gentil……pero fue hace mucho…..ya casi no lo recuerdo…….lo único que puedo decirte es que……..me dio a probar uno de sus frutos y…….es lo más delicioso que he probado jamás.

-          Eso quiere decir que ese fruto lo podían comer siempre y cuando…..un Sioh te lo diese.

-          Sí. – Sonrió suavemente.

-          Pero…..recuerdo que…..Shuichi comía de esas galletas.

-          Él es un caso diferente pues tiene una conexión muy profunda con nuestro príncipe.

-          Vaya…así que es eso.

Había terminado de acomodar los platos en la barra y ahora ya todo estaba listo, comieron mientras platicaban sobre lo que habían estado haciendo durante esas horas en las que no se habían visto. Terminaron, limpiaron juntos y se dirigieron a la recámara.

Suguru se sentó sobre la cama y comenzó a abrir la bolsa de galletas mientras Tohma preparaba la tina para bañarse.

-          ¡Aaahhhh!

Escuchó el grito y salió rápidamente del cuarto de baño con tan solo una toalla amarrada a la cintura.…..lo que vió le dejó asombrado.

-          Su….¿Suguru? –No podía creer lo que veía.

-          Emm…….lo siento….te he asustado…….no quise gritar así pero olvidé que no le dije a Shindo- sama algo importante. – Siguió mordiendo una de las galletas sin percatarse de la extraña mirada de Tohma.

-          Sugu…..ru…..ya……ya te has….¿Te has visto? -

-          ¿A qué te refieres? – Volteó a ver sus piernas y manos y ahogó un grito de la sorpresa.

-          ……………….

-          ¿Qué significa esto? Yo no he usado mi magia para hacerme pequeño. – Comenzó a revisarse y efectivamente su aspecto era de un niño de diez años, contándolo en años humanos.

Seguchi sonrió levemente.

-          ¿Sabes? Cuando encontré a Nakano hablando con K…….lo ví de una pequeña estatura…de unos veinte centímetros, nunca te he visto de ese tamaño y Nakano me aseguró que todas las hadas pueden cambiar de tamaño, yo le dije que me gustaría verte así de pequeño pero que también me hubiese gustado conocerte de niño ya que tu no me has enseñado tu álbum familiar y tampoco me cuentas muchas cosas de ti, y él dijo que tal vez podría ayudarme con eso……y creo que a esto se refería. – Sonrió ante tal revelación.

-          Entonces esto es por obra de Nakano- sama, tengo la apariencia de un niño de diez años, yo…..

-          Jajajaja no tienes por qué avergonzarte Suguru, a mí me gustas así también.

 

El peliverde se sonrojó violentamente y desvió la mirada.

- El baño está listo. – Se acercó a la cama y cargó al ahora menor y lo llevó al cuarto de baño. Comenzó a desnudarlo lentamente pues las ropas ya le quedaban grandes.

Suguru se estremecía al sentir las leves caricias de Tohma ya que al quitarle la ropa deslizaba suavemente sus dedos por su cuerpo.

-          Tu piel es tan suave Suguru.

-          ¿Antes no la tenía así? – Preguntó aún sin poder mirar al pelirubio a los ojos.

-          Me refiero…..a que sin importar la edad que tengas…..tu piel sigue siendo igual de suave……..he tocado cada parte de ti y siempre me he sentido atraído por tu piel, tus manos, tus labios, todo de ti. El toque de tus dedos sobre mi rostro siempre me ha fascinado. – Su tono era suave pero cargada de deseo. – Tohma estaba agachado detrás del peliverde, quitó la última prenda, el menor dio unos pasos al frente apartándose del pelirubio.

-          Tohma. – Se acercó a la regadera y la abrió, Seguchi le siguió, no dijeron nada más por el momento.

 

El agua estaba tibia, era la temperatura exacta que le encantaba a Suguru. Estaba nervioso, se metió a la tina con la mirada baja, el pelirubio entró lentamente a la tina, se bañaron en silencio. El aroma a frutas se extendía por el cuarto, estaban completamente relajados en ese momento, pero Suguru sabía que Tohma le veía minuciosamente, podía sentir esa mirada sobre su persona, le incomodaba un poco pero no decía nada.

Seguchi fue el primero en salir, se colocó una toalla alrededor de la cintura y fue por la toalla verde de Suguru que más que toalla parecía un peluche. Ayudó a salir al menor y de nuevo le cargó llevándole a la cama.

Comenzó a secarse rápidamente, Tohma le observaba fijamente.

-          …….Emm……..Toh…… - No pudo terminar pues el pelirubio se había lanzado sobre él capturando sus labios salvajemente. Deslizó sus labios sobre su rostro, quería tocar por completo ese rostro…ese cuerpo…..bajó por su cuello, dio leves mordiscos logrando sacarle al menor unos cuantos suspiros.

-          Te deseo Suguru.

Le miró a los ojos y pudo ver en ellos el desbordante deseo.

Quiso  detenerle pero el mayor ya le había quitado la enorme toalla que le cubría y casi al instante su propia toalla, su rostro se sonrojó al ver la mirada del mayor.

Besaba su pecho, su vientre, sus caderas, muslos, quería saborearlo por completo, no sabía por qué pero algo en él se encendió cuando vió a su pareja de ese tamaño, sus rasgos habían cambiado, se veía un poco diferente pero igual de deseable para él.

Lamía el pequeño miembro ya despierto pues Suguru se excitaba fácilmente solo con el roce de los labios de su amado, Tohma lo sabía y sacaba provecho de ello, la habitación se inundó de hermosos gemidos que causaban una mayor excitación en el pelirubio.

Volteó al menor y comenzó a trabajar en su entrada, quería lubricarle lo más que pudiera pues no deseaba lastimarlo, su lengua entraba y salía con maestría del menor quien ya movía sus caderas en busca de mayor profundidad.

-          Aah…..Aaaah….Tohma……te quiero dentro…..

Volteó al menor suavemente, quería verlo de frente, quería disfrutar más de él.

Los besos comenzaron nuevamente, Tohma se apartó por un instante, tomó el lubricante que había en la mesita a lado de la cama y lo untó en su miembro ya erguido por completo, untó más en sus dedos para continuar con la preparación pero…..

-          No…..te quiero dentro….ya. – Más que una petición fue una orden.

Se colocó sobre el menor, su rostro estaba sonrojado y su respiración muy agitada, acomodó su enorme miembro en la entrada del peliverde y de un solo empujón se adentró en esa placentera estrechez que tanto le fascinaba, no pudo ahogar un sonoro gemido, esto excitó más al pequeño que al instante comenzó a mover sus caderas, deseaba tanto sentirlo moverse dentro de él. Los movimientos comenzaron suavemente pero pronto se volvió un movimiento frenético por ambos, sus respiraciones se confundían entre sí, sus corazones palpitaban al unísono, se veían mutuamente, no perdían detalle de cada gesto, disfrutaban tanto hacer el amor.

-          Aahh…….aaahh……más….más rápido Tohma….

-          Su…mmhh…..Suguru…..eres increíble…..

Suguru se abrazó al mayor y este no perdió oportunidad y jaló al pequeño al instante en que se sentaba en la cama logrando así que el peliverde quedara sentado sobre su miembro.

-          Aahhhh….Tohma……está muy profundo….

-          ¿Puedes moverte?

-          Aahh….ss…si…..

Se aferró al cuello del mayor hasta donde pudo mientras comenzaba a subir y bajar su cuerpo, en cada movimiento sentía que pronto terminaría pero quería esperar a su amado.

-          Aaahh…..Toh…ma…..ya no puedo…más….

-          Solo un poco más Suguru……mmh…..

Tohma sujetó las caderas del menor y comenzó a ayudarle con las penetraciones, Suguru no pudo más y se vino manchando el vientre y parte del pecho del pelirubio, dejó caer su peso en el mayor y aflojó el agarre en su cuello, siguió moviendo las caderas del menor varias veces más hasta que se vino en el interior del peliverde.

-          Aaaaaah…..Tohma….- Sentía ese líquido caliente deslizarse en su interior, se sentía increíblemente bien.

Abrazó al pequeño y aún sin salirse de su interior levantó ese hermoso rostro y comenzó a besarle la frente, deslizó sus labios por las mejillas hasta apoderarse de esos sensacionales y apetitosos labios que tanto disfrutaba sentir.

 

-          Te amo. – Dijeron al unísono logrando que ambos sonrieran al instante.

Esa noche aún empezaba para ellos.

 

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Notas finales:

Agradecere sus comentarios.

 

Saludos


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