-Amor, cuando dije que teníamos la noche para nosotros solos no me refería exactamente a esto -Kaname reía divertido.
-Pues entonces no se a lo que te refieres y buenas noches.
Zero hablo en modo inocente y se cubrió con las mantas en su cómoda cama mientras que el mayor se encontraba en el sillón acostado boca arriba, ambos llevaban algo cómodo para dormir pero al vampiro no se le había permitido tomar su lugar junto a Zero, cosa que no podía negar le disgustaba pero divertía al mismo tiempo, pues ya idearía la forma de convencer a su chico de dejarlo “dormir” junto a él.
-Sabes el significado de nocturno, ¿cierto?
-Si no tienes sueño eres libre de salir de aquí, ¿a caso te estoy reteniendo a la fuerza? -a Zero no le gustaba verse tan necesitado de Kaname, pero siempre encontraba las palabras correctas para, según él, molestar u ofender al mayor, eso también le molestaba, no podía evitar hablar de ese modo.
-Ahora me corres -hablo ofendido, se levanto y fue a la puerta-. Está bien, creo que estas cansado así que… me voy.
Se escucho como la puerta se abría y lentamente se cerraba después, el peli plata se destapo y se giro a la puerta, y ahí estaba aun pero ahora con una gran sonrisa en el rosto de victoria el sangre pura.
-Eres un idiota -el chico enrojeció, gruño y se volvió a esconder bajo las mantas.
De repente sintió un peso extra en la cama, unos brazos rodear su cintura y unos labios besar su cuello, cosa que lo hizo estremecerse un poco.
-Lo lamento, pero me gusta saber que sigo siendo importante para ti, además… te ves mejor enojado que indiferente.
Con su lengua recorrió el cuello del cazador y mordió ligeramente el lóbulo de su oreja, sacándole más de dos suspiros a su amado que no parecía hacer mucho por soltarse.
-No digas esas estupideces, además odio que te comportes de este modo.
- ¿A qué modo te refieres? -la inocencia en su voz hizo que Zero se pusiera rojo hasta de las orejas, precipitándolo a girar rápidamente sobre la cama, cosas que lo llevo a caer de manera estrepitosa al piso-. ¡¡Zero!! ¿Estás bien?
El castaño se asomo al lado donde estaba tirado el menor y lo que vio lo hizo sonreír, su ángel intentaba callar su risa cubriendo su boca.
-Idiota, me hiciste caer -hablo entre risas tendido en el suelo.
Kaname lo miro desde la cama, era la primera vez que lo veía reír, y se perdió en esas risas.
-Eres tan bello, Zero -el prefecto dejo de reír y lo miro con media sonrisa en el rostro.
- ¿Apenas te das cuenta? -dijo y volvió a reír, mas cuando abrió los ojos noto que Kaname ya se encontraba sobre él con cada una de sus piernas a un costado de él, poco a poco el mayor puso sus manos a cada lado del rostro del menor acercándose a su rostro, y de manera tierna e inocente le dio un beso a su ángel.
El beso fue tierno, dulce, un beso dado por placer, porque es lo que ambos deseaban, sus lenguas jugaban, sus labios sabían tan bien que Zero no pudo evitar pasar sus brazos por detrás del cuello del mayor tratando de profundizar mas y mas aquel beso.
La falta de aire se hizo presente y al separarse los jadeos no faltaron.
-Te amo tanto Zero, por eso no permitiré que nadie te aleje de mi lado -abrazo fuertemente al peli plata con el rostro oculto en su cuello.
-Yo también te amo Kaname -dijo en voz baja más que nada por vergüenza que nada y continuo con algo de arrogancia-. Además para librarte de mí te costara mucho trabajo chupasangre.
El mayor rio y tomo en un beso más desesperado al cazador recibiendo respuesta inmediata de su parte, Kaname lo tomo de la cintura aun de rodillas atrayéndolo y el prefecto se unía a él apegando sus rostros desde la nuca del mayor, ambos disfrutando de series de besos, hartándose, embriagándose de la persona que amaban, buscando un contacto que ya hace días no tenían, ambos estaban desesperados, mas no lo admitirían.
Kaname comenzó a acariciar por debajo de la camisa del oji amatista, acariciando y delineando cada musculo de aquel torso que ya conocía tan bien, incluso se permitió hacer un poco de cosquillas al menor justo en la cintura, un punto sensible del gran cazador, sacándole algunas risas y movimientos bruscos para evitar que le hiciera cosquillas, movimientos que inconscientemente iba poco a poco excitando al vampiro.
-Hoy estas más sensible de lo normal, ¿No lo crees?
Su ángel no contesto, simplemente lo beso nuevamente y quito por completo la playera que llevaba su pareja para después comenzar a besar su cuello y de vez en cuando jalar ese bello cabello castaño que amaba sentir entre sus dedos, era tan suave, sedoso y ligero.
El oji carmín tampoco se quedo atrás, se deshizo igualmente de la camisa del menor y comenzó a acariciar desde el cuello, bajando por los hombros, el pecho y vientre hasta topar con el pantalón de franela que usaba su ángel, coloco toda la palma de su mano en el vientre del chico y la deslizo por debajo del elástico, sintiendo esa tersa piel y llegando a su objetivo, el miembro de su chico que comenzaba a despertar lentamente, comenzó a sobar sobre él, delicadamente causando movimientos por parte de su pareja al ritmo de su mano y uno que otro ligero gemido.
-Kana…me -el chico lo necesitaba, ya había pasado tanto desde la última vez que habían estado juntos, lo sacaba de quicio, necesitaba más que ese simple rose, tomo una de las manos del sangre pura y jalándola los hizo cambiar de posición, solo que Zero se encontraba entre las piernas del mayor, quien retrocedió un poco para recargar parte de su espalda en la pared para poder observar bien a su ángel-. Te gusta hacerme sufrir ¿cierto? Demonio.
Los ojos del menor brillaron rojos y comenzó a frotar su entrepierna sin ningún tipo de pudor en la de su compañero, bruscamente sacando algunos gruñidos de satisfacción al castaño, la fricción creada por el menor era la gloria, Kaname estaba orgulloso de su chico y feliz por la necesidad que le demostraba. La ropa comenzó a sentirse cada vez más justa para ambos y buscando más y más el castaño ayudo a su pareja a deshacerse de su pantalón y ropa interior rápidamente dejándolo completamente desnudo sobre él.
Zero gateo un poco hacia atrás agachando su cabeza dejándola a la altura del miembro del mayor, le dirigió una mirada llena de lujuria y con sus propios dientes rasgo pantalón y bóxer del mayor sin quitarle la mirada de encima liberando la erección de Kaname, relamió sus labios y se inclino para lamer lentamente la punta del miembro de su compañero.
- ¿Y soy yo quien te hace sufrir?... -la última palabra murió en su garganta al sentir como el menor daba ligeros mordiscos en su hombría para después meterlo lo mas posible en su boca-.Joder Zero, tu quieres matarme.
El menor rio y siguió chupando y lamiendo su miembro, de vez en cuando usaba sus dientes, ya tenía suficiente control como para no dañarlo, así que hizo uso de toda su experiencia para hacer que su chupasangre perdiera la cabeza, y lo estaba logrando pues el mayor recargaba su cabeza en la pared, jadeaba ligeramente, pero sobre todo gruñía, feroz mente, ronco, para Zero era simplemente asombroso escucharlo, se sentía tan excitado que no dudo en llevar su mano a su propia entrepierna y comenzar a tocarse, no era algo que hiciera tan seguido, le daba vergüenza hacerlo teniendo a Kaname para él solito, así que lo evitaba, pero en ese momento se sentía tan excitado que comenzó un pequeño vaivén con su mano.
-Kana… ah… Kaname -el menor comenzó a gemir sonoramente, seguía con su felación, pero de vez en cuando era interrumpida por sus gemidos a lo que el mayor lo miro sintiendo algo de celos pues era su trabajo hacerlo gemir, ya una vez se lo había dicho.
-Ese es mi trabajo Zero, yo te complaceré -tomo su mano retirándola de su miembro y la otra juntándolas atrás de su espalda, detuvo ambas con una sola mano y con la otra tomo su barbilla para besarlo, lentamente Kaname se puso de rodillas y sin aviso alguno recargo el pecho y rostro de Zero en la orilla de la cama teniéndolo aun de rodillas en el piso.
- ¡¿Que estas… -Zero no pudo terminar, pues sintió algo húmedo entrar en él, al principio la incomodidad y el dolor le sacaron una que otra queja pero rápidamente llego a causarle demasiado placer, gemía y sentía su cuerpo temblar, giro su rostro como pudo y vio que lo que sentía era la lengua de su amante en esa parte de su cuerpo-. Dete…nte, bast…ah.
Le faltaba el aire, sudaba, intentaba decirle a Kaname que se detuviera, se sentía incomodo, apenado, pero al mismo tiempo no podía dejar de gemir, un par des lagrimas escapaban de su rostro no sabía bien lo que sentía, pero era algo tan penoso y excitante.
-¿Enserio quieres que pare? -el mayor detuvo un momento su tortura y observaba como Zero jadeaba buscando aire, y también como sus músculos se relajaban un poco, miro su rostro pero el cazador lo escondió en sus cobijas -¿Ahora no me das la cara? Entonces seguiré…
-Espe… ah… r13;el castaño retomo su trabajo, quería enloquecer a su ángel, llevarlo al cielo, mas el prefecto solo pudo morder la cobija para intentar callar sus gemidos que lo avergonzaban.
El oji carmín comenzó a acariciar con su mano libre las piernas del menor, sobre todo sus muslos blancos, que toco y masajeo para seguir subiendo y tomar el miembro completamente despierto de su pareja para empezar con un vaivén lento pero continuo, Zero sintió la mano del castaño y arqueo la espalda, era tanto el placer que ya no lo aguantaba.
-Ka…name…ah…no puedo mas - el sangre pura no necesitaba de esa información para saber que su chico estaba a punto de correrse, pues su tención lo delataba, estaba a punto de estallar, pero él no lo dejaría, no aun, con su pulgar tapo la punta de su miembro evitando que su amante se corriera logrando un gruñido de respuesta-. ¡¡Maldito chupasangre!!
El mayor estuvo a punto de reír pero no lo haría, estaba haciendo sufrir a su ángel, de verdad que le gustaba hacerlo sufrir de ese modo.
-Tranquilo amor, aun no es el momento, aun falta lo mejor -su chico temblaba, intentaba calmarlo acariciando y besando su espalda pero no había signos de poder calmarse por parte del peli plata, sabía que solo habría un modo de desestresarlo y eso haría-. Espero que estés listo.
El castaño restregó un poco su excitación en el trasero del menor, dejándolo a la expectativa de lo que estaba a punto de recibir.
-¡¡Hazlo ya maldita sea!! -grito agitado el menor que seguía sometido ante el mayor.
-Concedido -Kaname entro de una sola estocada en el interior del menor quien abrió los ojos como platos y en su garganta se ahogaba un grito, después de tanto tiempo si, definitivamente había sido doloroso y con la imposibilidad de moverse lo era más, el sangre pura gruño y se inclino hasta quedar justo a la altura del oído del menor para murmurarle-. Eres tan cálido y estrecho, me encantas Zero, te adoro, no dejes que nadie más te tome, nadie más que yo.
Zero no podía decir nada, no pensaba, no coordinaba, pero escuchando eso en un momento de debilidad y aun con el rostro escondido entre las cobijas asintió suavemente, para después sentir una mano tomar su barbilla girando su rostro besándolo posesivamente.
Después de algunos segundo y cortando el beso Kaname comenzó a moverse algo violentamente, salió casi por completo de su interior para volver a entrar de inmediato.
-Ah… ah… -el prefecto mordió su labio intentando aguantar el dolor y haciéndose sangrar por la fuerza aplicada-. De…tente.
-¿De vedad quieres eso? -las embestidas aumentaron de ritmo, el nivel D gemía a todo pulmón, aun dolía un poco debía admitir, pero aquello comenzaba a gustarle, de repente sintió la mano de Kaname trabajando sobre su miembro al ritmo de sus envestidas, eso termino por completo con el dolor de Zero comenzando a buscar aun mas contacto con Kaname, le importaba un carajo ahora todo, las embestidas eran las que marcaban el rito de la mano del mayor así que el mismo comenzó a mover sus caderas, si quería algo a cambio debía dar también algor13;. Muy bien Zero, así es.
Ambos cuerpos chocaban entre sí, sudaban, jadeaban, gemían, la pación los inundaba, estaban disfrutando como nunca, el tiempo sí que les afectaba a ambos, a pesar de tan pocos días separados, ambos necesitaban del otro y siempre seria así.
De garganta del menor salió un gemido profundo ronco, el menor había dado justo en ese punto que lo descontrolaba, que hacía sentir sus extremidades como si fueran de trapo, olvidándose hasta de su propio nombre, solo sabía que la persona que le estaba proporcionando tanto placer era Kaname.
-Más… Kana...me… ah… más -Kaname sonrió de lado y siguió estimulado mas y mas al joven que tenia a sus pies, haciendo de aquello una sinfonía de placer, gemidos cada vez más altos por parte de Zero, gruñidos del castaño, la cama que a pesar de no estar completamente sobre ella sonaba y por ultimo sus cuerpos juntos, al chocar, todo aquello hizo perderse tanto en tiempo y espacio a ambos vampiros, no supieron cuanto pasaron así, disfrutando pero la tención se acumulaba mas y mas hasta el punto de nuevamente no poderlo soportar más-. Kaname… ya basta…yo…no soportare.
-Está bien Zero… hazlo -le susurro al oído para después morder su cuello y beber tortuosamente de él.
Ante tantas sensaciones juntas el peli plata no soporto más y término corriéndose con un gruñido y arqueando la espalda en la mano de su amado y este al saborear su sangre, sentir las rápidas contracciones del menor y calidez en su mano también término por correrse dentro del menor.
El sangre pura libero a Zero de su agarre dejando que cayeran sus brazos a sus costados pues el menor estaba agotado, salió de él logrando que casi se desplomara por completo el cazador en el suelo, sus respiraciones aun no se calmaban, eran muy irregulares, Kaname sostuvo firmemente a su amante con las pocas fuerzas que le quedaban y lo cargo cual princesa para destender la colcha y acostar suavemente a su chico metiéndose a su lado y abrazándolo con todas las fuerzas que tenía en esos momentos.
-Dijimos que tú dormirías en el sillón -murmuro medio dormido Zero y sonrió de lado, más inmediatamente rodeo al castaño con sus brazos.
-Si es así, entonces suéltame -contesto igual de cansado Kaname quien comenzaba a quedarse dormido al igual que su ángel, pero hubo una última respuesta que lleno la habitación, lo último que escucharían ambos de esa noche.
-Jamás.
----------------------- Regresando con Ichiru -------------------
Ichiru salió corriendo hacia la academia, necesitaba buscar al rubio, necesitaba disculparse por lo ocurrido, necesitaba pedirle perdón, se sentía tan idiota, había tratado al vampiro como una basura y la única basura era él, por lo menos eso era lo que pensaba el menor.
Llego jadeando a la academia y entro encontrándose con un chico de cabellos naranjas que iba pasando por ahí.
-Disculpa, busco a Takuma -dijo apresuradamente el peli plata, respiraba agitado-. ¿Dónde puedo encontrarlo?
El peli naranja lo miro un poco asustado.
- ¿Te encuentras bien? No eres Zero ¿Cierto? Tú debes ser Ichiru Kiryuu, su hermano…
-Sí, soy yo, sabes dónde puedo encontrarlo -lo menos que quería era presentaciones y ahí estaba ese chico.
-Lo lamento, Takuma dijo que estaría en su dormitorio, no estaba de humor para…espera… ¿a dónde vas? -ni si quiera le había terminado de decir al chico y este ya se encontraba corriendo fuera del colegio-. Si, de nada, adiós.
Kain puso los ojos en blanco y regreso a su salón, pues Kaname y Takuma lo había dejado a cargo de la clase por esa noche, era entre los vampiros que quedaban el más responsable.
Por otro lado Ichiru volvió a correr, se dirigiría a los dormitorios de la clase nocturna, sentía que sus piernas comenzaban a arder al igual que sus pulmones, si respiración se hacía entrecortada y su corazón latía muy rápido y fuerte, sentía que se saldría de su pecho en cualquier momento.
Llego justo a la puerta de lo que podría llamársele mansión y comenzó a golpearla con ambos puños mientras gritaba.
-Takuma, Takuma por favor, abre la puerta, ábreme, necesito hablar contigo -golpeaba la puerta, se sentía un poco exasperado, necesitaba verlo, necesitaba pedirle una disculpa, no dejaría que su orgullo ganara esta vez-. Abre…
El chico cayó de rodillas, recargando sus manos en el piso, respiraba por la boca, estaba muy agitado, se sentía débil, de repente la puerta se abrió, el menor de los gemelos subió su mirada y vio a un preocupado oji verde.
-Ichiru, ¿Te encuentras bien? -rápidamente se puso a la altura del menor-. ¿Qué haces aquí?
-Takuma… yo… -su respiración estaba muy irregular, no podía respirar bien y ver al mayor lo alteraba, no poda hablar siquiera-. Yo…
De repente sintió unos brazos tomarlo, Takuma lo cargaba cual princesa, se sorprendió mucho, el vampiro realmente tenía mucha fuerza, lo había cargado sin ningún esfuerzo, aunque ciertamente tambien el hecho de que lo cargara lo hacía sentir un poco incomodo, mas se limito a guardar silencio e intentar regular un poco su respiración. En menos de lo que esperaba y sin ningún resultado e cuanto a su respiración sintió como lo depositaba en algo muy suave que para su sorpresa era un colchón, oculto un sonrojo que se apoderaba de su rostro con su fleco y discretamente inspecciono la habitación en la que se encontraba, todo le indicaba que esa habitación era de Takuma.
-Ichiru, ¿Que sucede? ¿A qué viniste? -como no recibía respuesta y el menor ocultaba su rostro con su cabello se sentó junto a él en la cama y tomo con una mano su barbilla obligándolo a verlo a los ojos-. ¿Te encuentras bien? Estas todo rojo y agitado.
El menor lo miro, intento hablar pero no podía, sentía impotencia al no poder hacer nada, necesitaba calmarse si quería hablar con él, pero tenía que hacer algo, se alejo del agarre de Takuma quien lo miro algo triste pues pensó que Ichiru no quería que lo tocara, pero después se sorprendió pues el menor recargo la frete en su pecho y con sus manos sostuvo la chaqueta del vampiro por si es que lo quería separar, Takuma recargo su rostro en su cabeza y lo abrazo rodeando sus hombros.
-Tranquilo, no me gusta verte así, por un momento me asustaste -comenzó a acariciar la espalda del menor quien gracias a esas tiernas palabras y caricias comenzaba a relajarse, dándose incluso cuenta de lo tenso que estaba.
No supieron cuanto tiempo estuvieron ahí abrazados, pero la respiración de Ichiru era mucho más calmada, comenzaba poco a poco a verse mas y mas obscura la habitación, ninguno de los dos quería separarse querían quedarse así todo el tiempo que fuera necesario, Ichiru sabía que estar así prácticamente era una reconciliación, pero no se sentiría completamente bien si no lo decía, necesitaba ser claro.
-Takuma, yo… -comenzó a hablar aun recargado en el rubio, pero este ya lo había tomado de la barbilla y lo hacía mirarlo a los ojos-. Yo en verdad lo…
-No necesitas decirlo, todo fue mi culpa, tenias razón, yo fue el que no pudo controlarse -Ichiru lo miro y sus ojos se cristalizaron, ¿Cómo podía ser que a pesar de ser tan cruel con él ahora se echaba la culpa?-. Ichiru, no llores, perdóname.
-No, Takuma… tu perdóname a mí, no debí decir eso, fui un tonto, no deje que me dieras explicaciones, no deje que… -el menor no pudo concluir pues el rubio se apoderaba de sus labios, los besaba lentamente, tranquilo y con una devoción que sorprendió al oji amatista quien comenzó a acercar mas y mas al vampiro a su rostro.
-Prometo no volver a hacerlo -el oji verde lo alejo un poco de su rostro mirando a Ichiru quién con un sonrojo contesto.
-De hecho… no es necesario que te contengas, puedes volver a hacerlo si gustas, mi hermano me explico lo especial que es esto y pues yo solo quería preguntarte algo… -el mayor veía tiernamente a su amado y con un movimiento de cabeza lo animo a preguntarle-. En verdad mi sangre… ¿es especial para ti?
Takuma sonrió y abrazo al menor para susurrarle al oído.
-La verdad, es la mejor que he probado en toda mi existencia Ichiru -el menor se estremeció un poco ante la sensación de la cercanía de Takuma y esté beso el cuello del menor, justo por encima de donde lo había mordido con anterioridad, el menor ladeo su rostro como dando espacio para que el mayor pudiera beber su sangre, dándole libre acceso a su cuello, mas el oji verde se alejo lentamente de él con media sonrisa en el rostro-. Pero no lo volveré a hacer.
-¡¡¿Por qué?!! -grito el menor
-Ichiru, te desmayaste, si no me hubiera controlado lo suficiente ni hubiéramos estado tan cerca de la enfermería, tu… -el mayor agacho la cabeza y en el rostro del menor apareció un gran sonrojo.
-Takuma, no digas eso -con todo el valor que tuvo tomo el rostro del rubio mirándolo a los ojos-. Prometo cuidarme, tomar medidas si es necesario pero… si en verdad te gusta, por favor, bebe de mí.
El vampiro sonrió ligeramente y beso a Ichiru, pero esta vez lo hizo con mas pación al anterior, adentrándose en la boca del menor, saboreando de sus dulces labios, Ichiru se hinco sobre la cama pero sin cortar contacto y Takuma lo tomo de la cintura pegándolo a su cuerpo, acariciando su cintura y espalda, mientras que su pareja lo tomaba del cabello un poco brusco acercándolo a su rostro, y profundizando mas el beso.
De repente un mareo ataco a Ichiru, demasiado brusco para su sorpresa haciendo que tuviera que buscar un apoyo pero al no encontrarlo muy bien cayó sobre Takuma tendiéndolo en el colchón, aun que él logro interponer sus brazos evitando caer por completo, logrando acorralar al mayor entre sus brazos.
-Ichiru… -el mayor lo miro con una sonrisa traviesa, cosa que hizo que el oji amatista se sonrojara completamente.
-No, no es lo que parece, es que yo… amm… yo… -se intentaba justificar el menor.
-Tranquilo, ¿Estás bien? -la verdad era que si se había dado cuenta del mareo del menor, cosa que no se le hizo extraña de ningún modo, pero le había sonreído así solo porque quería ver la reacción del chico-. Ha sido muchas emociones por el día de hoy, no crees?
El cazador se sonrojo y agacho la mirada, se sentía muy impotente.
-Está bien, creo que lo mejor será que me marche -suspiro, pero antes de que pudiera levantarse el vampiro lo tomo de la cintura y lo hizo girar quedando ahora él arriba del menor.
-Nadie te está corriendo -beso tiernamente sus labios-. Corriese mucho hacia aquí ¿verdad? Además de tu desmayo, sería una grosería que no dejara que fueras mi huésped esta noche, así que ¿Pasarías esta noche conmigo?
Ichiru se sonrojo ligeramente pero asintió.
-Deberías cambiarte por algo más cómodo, tengo algunas prendas que pueden quedarte, espera aquí -intento levantarse pero el menor lo detuvo sosteniendo su chaqueta.
-No es necesario, puedo quedarme así, solo me quitare los zapatos.
-Entonces permíteme ayudarte a ponerte mas cómodo -sin perder detalle del rostro de Ichiru el oji verde quito los zapatos del chico acariciando en su recorrido sus largas piernas cosa que hizo suspirar al menor-. Yo cuidare de ti.
Acerco su rostro al cuello del menor y con sus dientes comenzó a quitar su corbata mientras que con ayuda de su fuerza pero con cuidado hacia que Ichiru se sentara nuevamente en el colchón para quitarle poco a poco la chaqueta que tenia, en poco tiempo ambas prendas se encontraban en la mesa de noche a un lado de la cama.
Takuma cargo a Ichiru para destender la cama y acostar al muchacho que comenzaba nuevamente a respirar agitado.
-Duerme Ichiru, necesitas descansar -arropo al chico y se levanto de la cama.
-Espera, tu… No duermes ¿cierto? -se sintió estúpido al preguntar pero no quería que lo dejara ahí.
-No necesitamos dormir tanto como los humanos -contesto con una sonrisa en el rostro, pero vio como el menor mostraba tristeza-. Pero si gustas.
Rápidamente se deshizo únicamente también de su corbata y chaqueta ante la mirada atónita del menor, cuando termino, se sentó en la cama, Ichiru le hizo espacio y por ultimo quito sus zapatos para meterse bajo la cobija con el menor.
-Gracias Takuma -el cazador sonrió y abrazo el cuerpo del rubio pegándose a su cuerpo
-De nada Ichiru -abrazo a su chico pegándolo a su pecho y acariciando su espalda-. Descansa, a partir de hoy yo velare tus sueños.