r13; Estoy ansioso por iniciarr13;tomo al mayor de su corbata y lo acerco asía el y lo beso mientras jugaba con pequeños mechones de ese pelo castaño que lo enloquecíar13;sabes, eres……. MI SENSEI FAVORITO
El mayor paso sus brazos rodeando la cadera de su peli plata, acercándolo a su cuerpo, no se habían visto en poquitos días, pero ya ambos deseaban esas caricias, no se habían molestado ni siquiera en comenzar con un beso tierno, no, decidieron comenzar desde el principio con un beso demandante, uno que mostraba todo lo que se habían extrañado, sus lenguas jugaban bruscamente, los dos quería el control, aun en ese beso eran como enemigos, luchando.
El cazador soltó la corbata del mayor y paso sus brazos rodeando ahora su cuello, jalaba su cabello, era brusco, pero solo servía para prender mas la pación, ninguno perdía la batalla que se llevaba dentro de sus bocas, en momentos la pelea era en boca de Kaname, en otras ocasiones en la del prefecto, todo eran caricias roces tratando de someter la lengua del otro, y así estuvieron un muy buen rato, nada los habría detenido, pero les faltaba el aire, irónico, se separaron un poco, recargando sus frentes, aun los unía un delgadísimo hilillo de saliva, los dos jadeaban agitadamente, deseaban recuperar pronto el aliento y continuar.
- Veo que…te gusto el poema… ¿o me extrañaste? - reía un poco Zero.
-Las dos cosas… mi bello ángel, ya extrañaba todo de ti - el vampiro toco sínicamente los glúteos de su pareja, haciendo que esté bajara la mirada un poco ocultando el sonrojo de sus mejillas, los dos se veían aun agitados - Pero tú no te quedas atrás ¿o sí? ¿Acaso no me extrañaste?
El menor, armándose de valor, quería seducir aun más al oji carmín, tomo las manos de este que aún permanecían en su trasero y las llevo hasta sus hombros, pero no las soltó.
-Extrañaba todo de ti, chupasangre -dijo a sabiendas de lo que esa última palabra causaba en el interior de su castaño -tus ojos, tus labios, tus caricias…
Mientras decía esto el chico en todo sensual, lo miraba fijamente, con una cara que él consideraba llena de lujuria, al igual que su voz, cuando dijo labios se había acercado a estos, pero no lo beso, únicamente paso su lengua por el contorno de ellos, y cuando dijo lo último, sus caricias, aun con las manos en las mismas del sangre pura, las comenzó mover, asiendo que pasaran de sus hombros a su cuello, a su rostro, a su boca, donde introdujo sexymente el dedo índice de su demonio, chupando , ya humedecido, siguió con el trayecto, descendiendo por la parte delantera del cuello, directo a su pecho, su cintura y girándose, quedando de espaldas a su amado, pero rodeado por sus brazos termino su recorrido dejando las manos del mayor en su vientre.
Una sonrisa se dibujo en su rostro, puesto que Kaname, parecía haber quedado sin palabras, y así era, disfrutaba las acciones de su ángel, como nunca en la vida, estaba más que excitado al verlo deseoso de sus caricias, lo estaba provocando, seduciendo y estaba teniendo resultado, ¿Cómo podía controlarlo así ese delicado peli plata?
El vampiro suspiro en el oído de cazador, lo que provoco un estremecimiento en él y dijo:
-Me gusta tu actitud de hoy mi amor, tu sí que aprendes rápido - recargo su rostro en el hombro del prefecto en acto de sumisión, planeaba dejarse consentir y al mismo tiempo consentirlo a él, dejando que llevara el control -y que planeas hacerme, me tienes bajo tu hechizo, Soy todo tuyo.
Zero se lleno de alegría, su cara era la de un niño que acababa de recibir el regalo más grande de todos, pero también dudaba que lo que había oído fuera verdad, dudaba que el vampiro lo dejara llevar las riendas, nunca lo había hecho en nada, y no se imaginaba a ese oji carmín dejándose dominar por él, pero nada costaba con intentar y comprobar si era verdad, incluso su primera vez, cuando él había querido tomar un poco de mando en el juego ese sangre pura no dejaba de hacer comentarios que lo hacían avergonzarse.
- ¿Entonces me dejaras tomar el control hoy? - pegunto poniéndose frente a frente.
- Soy tuyo, has de mi lo que quieras, u ordéname lo que desees, yo obedeceré lo que tu mandes si está en mi poder el hacerte feliz- El sangre pura se limito a mirar con media sonrisa en el rostro al oji amatista, deseaba besarlo acariciar su rostro, pero se resistiría, el mando era de Zero- mi bello ángel.
-Kaname… -el menor tomo con sus manos el rostro de su amado, y lo acerco hacia el suyo besándolo con amor, con pación, un grado un poco menos al anterior, ya no quería apresurar las cosas, no sabía cuánto le dejaría tomar el mando, o cuando lo volvería a hacer, así que aprovecharía esta oportunidad al máximo. El beso era con pasión lujuria, la lengua de su amado ya no luchaba como antes pero mostraba la misma pasión que el menor, las caricias se encontraban en el interior de la boca del castaño, y en ningún momento intento cambiar nada, a él también le gustaba la situación, hacia feliz a su pequeño al mismo tiempo que se sentía consentido, cuidado y amado.
El beso se transformo en varios, se separaban y comenzaban con un nuevo beso pero el menor ya no se conformaba con besos, comenzó a acariciar al castaño y lo guiaba poco a poco hasta su habitación, subir las escaleras fue un poco difícil, puesto que no se querían separar. El mayor no dejaba de sorprenderse ante las habilidades ocultas de su peli plata que antes ocultaba tras un semblante lleno de inocencia y vergüenza, incluso noto que todo el camino hacia su habitación seguía decorado al igual que la sala, todo lo había preparado y para él.
Llegaron hasta el cuarto del cazador, quien sentó al borde de la cama a Kaname quedando parado frente a él, cortando con los besos abrazo al vampiro por encima de sus brazos, pegándolo a su pecho.
-Te amo Kaname.
El vampiro sonrió ante la declaración de el prefecto, se sentía feliz, y el brazos de Zero también se sentía cálido, amado, dichoso y…
-Te amo Zero - sintió una mezcla muy rara de sentimientos que jamás había sentido por nadie y seguido de esto sintió algo húmedo resbalar por su mejilla, podía oler algo salado y así se dio cuenta que de sus hermosos ojos color carmesí salían lagrimas, algo que nunca le había ocurrido, jamás en su vida.
Zero que al igual que él poseía sentidos de vampiro pudo oler la gota salada, y fue así que se separo de su vampiro, se le quedo viendo, era extraño, Kuran lloraba frente a él, bueno no eran docenas de lagrimas, de hecho solo veía una, pero lo más raro era que el sangre pura tenia la mirada baja pero en sus labios había una media sonrisa.
- ¿Estas llorando, por qué? - pregunto el oji amatista un poco preocupado, que bajaba la mirada tristemente, pensaba que tal vez estaba haciendo las cosas mal - ¿Es que a caso dije algo malo? O ¿Hice algo mal? Perdóname…
Con su mano limpio esa gota, pero inmediatamente después de limpiarla otra cayó.
- No tienes de que disculparte mi ángel, es todo lo contrario - no se atrevía a subir la mirada, más que nada su orgullo no lo dejaba hacerlo, no podía creer como un cazador podía causar todas esas emociones nuevas en él.
- ¿Entonces por qué lloras? - cuestiono el menor que estaba seguro de que había hecho algo malo-y no mientas para hacerme sentir mejor.
El castaño sin importarle aquel orgullo tonto lo miro y limpio sus últimas lágrimas.
- Te juro que no sé porque lloro, ni yo mismo lo entiendo, hay tantas cosas siento en mi interior que no sé cuál de ellas causa mi llanto, mas no te preocupes porque en mi mente no hay más que razones llenas de felicidad - le dirigió una sonrisa a su bello peli plata y lo abrazo rodeando su cintura, sin ocultar en ningún momento su rostro - abrázame Zero.
El cazador quedo enternecido ante tal petición, y aun mas porque gracias a la posición que tenia Kaname lo hacía ver como a un niño pequeño, sonrió ante ese pensamiento, era como tierno demonio, un hermoso niño que al igual que él nunca había recibido amor sincero, conmovido lo abrazo, como si buscara protegerlo, pues él había contado con la ayuda de Cross y Yuki, pero Kaname nunca conto con nadie.
Los dos quedaron frente a frente y el mayor hablo con una sonrisa.
- ¿Sabes? Me gusta que me abrazases.
- ¿Por qué? - dudaba el chico, ¿Que tenia de especial uno de sus abrazos?
-Porque a pesar de ser más débil que yo… - el vampiro vio a su cazador frunciendo el seño enojado, sonrió, ese era su cazador, así que cambio un poco sus palabras para no herir el orgullo del otro chico - bueno… a pesar de que soy un poco más fuerte que tu, al abrazarme lo haces de una forma tan…. Protectora, que me haces sentir verdaderamente a salvo, algo que nunca tuve, me siento libre de pesares, un abrazo tuyo borra todas mis preocupaciones y me hace únicamente pensar en que te amo, no sé qué haría sin ti Zero Kiryuu, soy y seré siempre tuyo.
Oír esas palabras en labios de de Kaname hicieron al prefecto llenarse de felicidad, de poder, de júbilo, tomo la barbilla del oji carmín y lo beso, se abalanzo contra el sangre pura, haciendo que se recostara en la cama y quedando sobre él, se besaban nuevamente con deseo, amor, lujuria.
-Yo cuidare de ti de ahora en adelante mi gran e indefenso chupasangre, y a quien intente hacerte daño le esperara una muy corta vida.
El castaño sonrió, mentalmente estaba que moría de la risa, Zero si que aprovechaba las circunstancias.
-Yo también te cuidare -sonrió y dijo en tono sarcástico - claro a mis posibilidades, mi bello cazador.
Los dos rieron muy fuerte, se siguieron besando, y desesperado un poco ya el menor comenzó a desabrochar el bello saco de su amado, mientras que el otro solo se ocupaba de tomar a su ángel por la cabeza acercándolo y profundizando sus tantos besos, Zero, confundido ante entre tantas cosas, no sabía si aun lo dejaría llevar el mando así que un poco avergonzado se animo a preguntar.
- ¿Aun sigue en pie tu oferta de dejarte hacer lo que yo quiera?-pregunto el oji amatista con esperanza en la voz.
-Por supuesto que si mi hermoso protector, soy todo tuyo, no necesito recordártelo - coloco sus manos por encima de su cabeza poniendo una de sus muñecas sobre la otra y girando su rostro levemente - ¿Que planeas hacerme? Cazador.
Su tono de voz, su cuello descubierto, sus pectorales asomándose apenas por la camisa semi abierta, su saco que caía a los lados, su provocación y su posición hicieron pensar al menor que esa escena era la más hermosa que había visto, la más bella, definitivamente la guardaría en su mente y corazón con un marco de oro y aun así el oro palidecería ante tal imagen, se veía tan indefenso, tan sumiso, sexy, provocador, elegante y tan jodidamente violable
- Que no te hare, seria la pregunta adecuada chupasangre- El peli plata se quito sensualmente la corbata que traía, desvistió de la cintura para arriba al castaño, tomo las manos del mayor las ato con su propia corbata juntas a la cabecera de su cama - Esta es mi corbata favorita, si la rompes no te perdonare.
El mayor miro con una sonrisa a su ángel, sabía que lo decía porque de nada servía atar sus manos, fuera el material que fuera lo rompería rápidamente.
- ¿Porque es especial? - pregunto inocentemente Kaname.
El cazador no esperaba esa pregunta, por lo que se sonrojo un poco, pero seguro de sí mismo respondió.
-Porque esta corbata es… la misma con la que pase mi primera vez y me confesé al amor de mi vida, así que más te vale no causarle ningún daño o te las veras conmigo.
-Lo intentare -sonrió el vampiro.
- ¿Qué acaso no puedes controlarte? Y eso que eres el líder Kuran -dijo Zero provocando al vampiro y a sabiendas que eso haría que esté mismo no se soltara.
El oji carmín rio y le contesto al prefecto.
-Acepto el reto Kiryuu, pero ¿sabes qué? No es bueno que seas rencoroso mi niño, esto es por lo de tu primera vez ¿cierto?
- Buen chupasangre por aceptar, pero de lo demás que dijiste, no tengo la menor idea de a lo que te refieres -sonrió y le dio solo un ligero beso al sangre pura - Hoy tu serás mi bello Uke.
-¡¡¿Qué?!! - grito él sangre pura.