-¡¡¿Qué?!! - grito él sangre pura.
Al ver la reacción de esté, Zero comenzó a reír fuertemente.
- Me alegra comprobar que nadie te ha poseído a ti, Kaname -rio.
-¡¡Zero, eso es jugar sucio, no puedes amarrarme así y luego decir que hoy seré el Uke!! - gritaba el castaño pero después fue cayado por un beso del oji amatista un beso lujurioso no muy bien correspondido, Zero se dispuso a deshacerse de una buena vez de todas las prendas del mayor, y deslizo sus manos por todo su pecho hasta su vientre - Espera Zero.
-¿Estas nervioso Kaname?
-Esto es venganza a la limón ¿cierto?, ahora sé lo que sentías, ¿Estas feliz Kiryuu? - El mayor estaba un poco nervioso, nunca antes, nadie lo había poseído a él, siempre fue él quien tomaba el papel de activo en las relaciones, y no era como si no quisiera que su hermoso ángel lo hiciera suyo, pensó que tal vez un día el lo pediría, pero NUNCA pensó que lo pediría tan pronto, y sobre todo no quería estar atado. Recordando su primera vez juntos recordó que él lo había soltado a él, era lo más justo que a el también lo soltara -Por lo menos suéltame, yo te solté a ti, no sería justo.
- No te soltare chupasangre - los ojos del mayor se abrieron como platos y el peli plata, reía mas y mas fuerte, se agarraba el estomago que le comenzaba a doler, incluso las lagrimas comenzaban a salir, Kaname se estaba enojando, pero estaba resignado, si era lo que quería el cazador lo dejaría hacerlo, el prefecto había dejado de reír, se acerco al vampiro y lo abrazo fuertemente - Kaname, amor, mi demonio, perdóname, era solo una broma, no quiero poseerte… aun, solo quería saber si ya le habías pertenecido a alguien antes, y también quería ver tu reacción, lo siento en verdad, perdóname, lo único que quiero ahora es sentirte dentro de mí, Te amo.
El oji carmín suspiro, eso fue una muy, muy mala broma, pero no le importo, estaba incluso comenzando a reírse, había caído completamente en el juego de su ángel, que en el fondo había descubierto también tenia a un macabro demonio.
-No me asustes así Zero - le dedico una sonrisa - nadie me ha poseído nunca, siempre tome el papel de Seme, no te disculpes, yo fui el tonto que caí en tu juego, ¿ahora vez como me afectas?, y quiero decirte que me encantaría que algún día fueras tu el que me hiciera suyo, aunque sabes que ya lo soy, Te amo mi justo verdugo.
-En serio lo lamento, debí haberte asustado, pero te compensare ahora, relájate mi sangre pura y disfruta.
Ya más relajado, Kaname se dejo hacer, solo observaba a oji amatista, que comenzaba a quitarse sexymente la ropa frente a sus ojos ardientes de lujuria, quería tocarlo y arrancarle la maldita ropa de una sola vez pero no debía, quería darle total libertad a su ángel.
Quedando ya solo en ropa interior decidió terminar de desvestir al castaño, faltaba únicamente su pantalón y ropa interior, se agacho y comenzó besando la frente del mayor, fue bajando poco a poco beso la punta de su nariz, sus labios que también mordió, luego fue hacia su cuello que lambia y chupaba, quería marcarlo como él había hecho con él, así que le hizo una marca, que inmediatamente se puso de color rojo, Kaname jadeaba solo un poco ante las caricias del menor, que continuo su recorrido, ahora besaba y lamia su pecho, sus pectorales, pero antes de continuar rápidamente quito pantalones y bóxer de un solo movimiento dejando al fin libre de prendas al nivel A, ahora si lo tenía como quería, pero aun estorbaban sus propios bóxers, los cuales de igual manera quito en un sexy movimiento y aventó, haciendo que se perdieran en aquella habitación.
Continuando su labor se encontró con dos pequeños botones, que de solo verlos se le antojaron, comenzó a rosarlos con su lengua, ocasionando un ronco gemido de parte de su amado, lo que provoco que se prendiera mas, comenzó a morderlo un poco brusco, pero sabía que eso enloquecía al vampiro, y para hacerle despertar, también comenzó a mover sus caderas frotándose en el miembro de su amado, de él cual su miembro ya estaba comenzando a despertar, rápidamente.
-Zero, eres tan… doble cara -se comenzó reír
-¿Por qué dices eso? -dijo con una cara de inocencia que incluso le llevaría a pensar que él no era quien estaba dándole tanto placer, los dos rieron ocasionando que saltaran un poco en la cama, y un exquisito rose de miembros que los hizo jadear a ambos.
Ya podía sentir el miembro de su vampiro debajo de él, estaba caliente y duro, así que siguió con su labor anterior, dejo de jugar un rato con esos hermosos botones y siguió con sus besos, bajo repartiendo besos, llego a su vientre y se detuvo, luego bajo hasta las piernas del mayor, donde desde el talón de su pierna derecha subió rosando esa piel con sus colmillos hasta llegar al interior del muslo, apresuradamente fue y rehízo el camino en la otra pierna, ya solo faltaba una parte por recorrer y lo haría muy lentamente.
El oji carmesí se sentía en un lugar desconocido, él pensaba que si el cielo y el infierno estuvieran juntos y solo los separara una línea, él seria esa línea, sentía cada movimiento de su bello ángel, y al hacerlo se sentía en el cielo, pero era una tortura la lentitud de sus acciones, eso lo hacía sentir en el infierno, sentía el filoso colmillo recorrer su pierna, deseaba que continuara, pero también que se detuviera, que fuera a otra parte de su cuerpo que ya pedía sus caricias.
-¿Te gusta esto Kaname? - pregunto sensualmente el menor mientras besaba la punta de su gran miembro.
-Si, Zero, por…ah … favor, comienza -le decía entre los gemidos roncos que escapaban de su garganta.
-Yo también merezco un poco de acción ¿no crees?
-Entonces suéltame, yo hare que te sientas de la forma que desees.
-No lo creo Kuran -lo miro con una sonrisa en el rostro, se sentó sobre el vientre de castaño que lo observaba un poco confundido, y ante esos ojos que se lo comían comenzó a tocar su cuello sensualmente con lentitud hipnotizando a su víctima, era como los movimientos de una serpiente, bajo hasta su pecho y comenzó a pellizcar sus hermosos botones, estaba sonrojado y con los ojos cerrados - Ka…name, ah… Kana…me.
Lo único que pasaba por la mente del sangre pura era la pregunta, ¿Qué pecado cometí para merecer este castigo?, se debatía interior mente por romper o no la estúpida corbata, estaba celoso, pero de quien, ¿De las manos de Zero? No lo sabía, pero no le gustaba, quería ser él quien sintiera ese cuerpo, mentalmente se imaginaba como se sentiría la piel de su niño bajo sus manos, lo que hizo que se excitara mas, pero lo que hizo que su mente quedara en blanco fue ver cómo, el menor comenzaba a masturbarse él solo, era la imagen mas excitante que encontraba, y sus gemidos, lo enloquecía.
-Ka…name… ah… Kana…me, si, así.
-Zero… por favor suéltame, quiero ser yo el que te haga gemir no una fantasía, estoy aquí, y no soy de piedra.
El menor alejándose de sus fantasías, le contesto:
-Te soltare, pero solo de la cama, tus manos seguirán atadas -El peli plata soltó la corbata de la cama y le ordeno -siéntate.
El castaño obedeció sin decir nada mas, le gustaba la actitud mandona de su cazador, quien al ver al mayor ya sentado se sentó sobre sus muslos juntando ambas erecciones, y al hacerlo los dos gimieron, el mayor guio sus manos aun amarradas rodeando el cuello de su cazador y lo acerco hasta besarlo, los dos se besaban apasionadamente, Kaname acariciaba la nuca de su amado mientras el otro chico comenzaba a masturbar justos los miembros de ambos, sus caderas se movían sincronizadas, a los dos les volvía locos esa cercanía, poco a poco los dos se acercaban al clímax, los dos jadeaban fuertemente, gemina el nombre de su pareja y besaban, cuando de repente el cazador dio un apretón que termino por liberarlos a ambos al mismo tiempo, haciendo que recargaran sus frentes e intentaran regular sus respiraciones,
-Kaname, quiero que… me hagas tuyo -dijo jadeando aun el prefecto.
-Pero…¿no habíamos dicho… que tú… tomarías el mando? -fue difícil concluir la pregunta, ya que aun se recuperaba de ese exquisito orgasmo, uno de los mejores de su vida, claro que después de esperar tan ansiosamente esa liberación no era de esperar tan buena recompensa.
-Tómalo como una orden chupasangre - rio Zero.
-Como tu mandes - rio sarcásticamente y puso sus manos frente a Zero para que lo soltara, el oji amatista soltó el amarre de las muñecas de Kaname, amarro la corbata a la cama nuevamente para dejarla a salvo y regreso la vista a su amado que ya lo tomaba de la cintura acercándose a él.- has sido muy malo Kiryuu Zero, mira que delante de mi tocarte y gemir mi nombre, jajaja pero pagaras tus pecados amor, te hare ver la diferencia entre la fantasía y la realidad.
Terminando de decir eso, el vampiro comenzó a acariciar el cuerpo del menor sin ningún tipo de pudor, quería recorrer toda esa piel sin que le faltara ni un centímetro de ella, toco su cintura, su vientre, sus pectorales, y no lo hacía de manera brusca ni nada por el estilo, lo hacía como si se tratara de el cristal más fino del mundo, solo las yemas de sus dedos era lo que podía sentir el peli plata, deseaba sentir más, pero le encantaban esos pequeños roses, cada digito del oji carmín lo hacía recibir una descarga eléctrica por todo el cuerpo, pero sobre todo en su entrepierna, esas simples caricias ya estaban despertando nuevamente su miembro.
-Kana….me, te amo, tómame por favor - el sangre pura sonrió.
-¿Qué prefieres, tocarte o que te toque yo? - pregunto en tono seductor.
-Amo que me toques Kaname, por favor hazlo, te amo.
-Yo también amo tocarte mi bello ángel, pero no lo vuelvas a hacer, ardo de celos de solo recordarlo - dijo en medio de un gruñido.
-Tienes celos de ti mismo - rio el peli plata -solo tu formas parte de mis pensamientos.
- Me alegra oír eso, pero siempre estoy a tu completa disposición, no tienes porque desear verme, porque solo será necesario que me llames para que yo este junto a ti.
- Te amo-beso al sangre pura, que correspondió y comenzó a acariciar un poco mas brusco a su bello amante, los dos comenzaron a jadear, se sentía tan bien estar juntos y piel contra piel, sentían que ardían y que se fundían con el cuerpo de su pareja.
El castaño tomo de los muslos al cazador, lo recostó sobre la cama y puso las piernas de esté sobre sus hombros, le dirigió una mirada obscura de lujuria al bello prefecto y se dispuso a recorrer su pequeña entrada con la lengua.
Zero sintió algo húmedo rodear su entrada, era una sensación indescriptible, sintió como si sus piernas se volvieran de gelatina, si hubiera estado de pie, seguro que habría caído al piso de inmediato, de repente sintió un poco de dolor, esa lengua se introducía en su interior, sintió dolor, si, pero después fue como si una corriente eléctrica de placer hubiera subido por toda su espina dorsal ocasionado que arqueara su espalda.
Kaname al ver que le había dolido un poco, decidió brindarle aun mas placer al oji amatista, con su mano comenzó a masturbar al joven que gemía desesperadamente, puesto que era excesivo tanto placer.
-Kaname…. Ah…Kana…me… mas, quiero más…ah.. por fa…vor - el menor tenía sus manos a los costados clavando los dedos en el colchón, la cabeza hacia atrás, los ojos cerrados y esos bellos cabellos color de la luna se pegaban a su frente por ese sudor que perlaba su frente.
El mayor seguía en su labor, pero ver esa imagen de Zero y sus sugerentes palabras hicieron que deseara con todo su ser estar dentro de él, quería que el peli plata disfrutara, pero también merecía acción, así que dejo su labor, sonriendo por el gemido de desaprobación de su extasiado amante.
-¡¡Ya chupasangre, quiero que estés dentro de mí, con un demonio!!
Kaname tomo al cazador de la cintura y de una sola estocada entro en el -los dos gruñeron ante tal acto, a los dos los lastimo un poco, al prefecto por la grandeza del miembro del vampiro y a este por la estreches de su amante, pero a los dos les gustaba, sabían que entre el dolor y el placer había una línea muy delgada y a pesar de eso disfrutaban enormemente tanto del dolor como del placer que llegaba después.
Comenzaron rápidamente con las embestidas, los dos se movían desenfrenadamente, los dos se comenzaron a besar, sus lenguas no peleaban, jugaban se tentaban la una a la otra y Zero en un acto veloz mordió la lengua de su demonio causando un corte que inundo sus bocas de ese tan delicioso elixir, el sangre pura no se sorprendió, pero tampoco dejo las cosas así, el también causo un corte en la lengua de su agresor, mezclando sus sangres, era una mezcla excitante, nueva, mágica, esa sangre los transportaba a una dimensión diferente, una donde los dos estaban solos, donde no existía nadie más que ellos y su amor.
Las embestidas que al igual que los besos no paraban, por fin habían llegado a tocar ese punto que volvía loco al peli plata, se sentía al borde del abismo caería en cualquier momento, lo sentía.
-Kaname..Yo..ha… ya no lo sop…porto - decía ente gemidos nada discretos el menor.
-Córrete…Zero, para mí - ordeno el castaño, en un ronroneo, que al terminar de escucharlo el menor se corrió manchando los abdómenes de ambos, y el mayor al sentir las contracciones que inundaban a su ángel y como su miembro era fuertemente apretado por esas pareces cálidas también se corrió, disfrutando de la escena que tenia frente a él del oji amatista, quien estaba rendido en la cama sonrojado, víctima del placer, era tan dulce, lo beso y se acostó junto a él, ocasionando un pequeño gemido en ambos al salir de su amado.
Se taparon y Kaname se recargo en el pecho del menor que con una sonrisa lo abrazo, era extraña aquella escena para ambos, pero los dos se sentían llenos de amor, de protección, felicidad y con todos esos sentimientos los dos se dejaron caer en un profundo sueño, ambos con una pequeña sonrisa en sus rostros.
-------------Lejos de la academia Cross -------------
Frente a una pequeña cabaña junto a un rio se encontraba Kaien Cross, el padre adoptivo de Zero, el cual lo había sacado prácticamente de la casa, sin ningún tipo de explicación, cuando le preguntaba la razón, el otro chico únicamente se enojaba y le gritaba que necesitaba un tiempo solo y que él se fuera con su sensei, Yagari, a pasar uno o dos días, que necesitaba privacidad.
-Yo no soy tonto, de seguro mi hijito tiene una novia, seguramente me saco de ahí porque esa chica quiere aprovecharse de mi lindo Zerito - pensaba en voz alta el director mientras lloraba y giraba la cabeza en señal de negación- no puedo creer que si lo haya dejado solo, soy un mal padre. TT.TT
-Ya, deja de pensar en Zero como un niño, el está ya lo suficientemente grande como para cuidar de él solo- decía un enojado Yagari porque desde que llegaron Cross no había dejado de llorar y pensar en voz alta, de “su pobre hijito”- Además nadie te trajo a rastras, fuiste tú quien vino por tu propio pie ¿no es así…?
Yagari se acercaba peligrosamente al rostro de Cross que enrojeció un poco y giro el rostro.
-Me chantajearon, pareciera que se hubieran puesto de acuerdo - decía con el seño fruncido y un puchero.
Yagari rio, pues lo que decía no estaba equivocado, Zero le había pedido ayuda, para sacar a su padre de ahí, lo raro era que el menor no le había dado detalles, se ponía nervioso y eso le resultaba sospechoso a su sensei, pero decidió pasarlo por alto, en primera porque no le gustaba meterse en la vida de su aprendiz, en segunda no le agradaría conocer a esa chica (LH: si como no xD) y en tercera el también tenía planes para pasar unos días con Cross, le había hecho creer que aceptaba por ayudarlo, pero la verdad, era que tenía que llevar a cabo una misión y también quería pasar tiempo a solas con el bello rubio, que no dejaba de quejarse.
-Contrólate ya Kaien, ¿por qué no mejor disfrutas del paisaje y dejas de preocuparte?
-Tú no lo entiendes, Zero es mi amado hijito, y no quiero que cometa errores, que tal que esa chica solo lo quiere… utilizar- con los ojos abiertos como platos ante sus propias palabras se levanto para ir directo a la academia, no permitiría que nadie le hiciera daño a su pequeño -me voy, tengo que regresar y advertirle a Ze…..
No pudo terminar, porque de repente sintió como unos brazos lo aprisionaban, Yagari lo abrasaba contra su pecho y le hablo, lenta, seductora y dulcemente.
-A caso no quieres pasar un tiempo a solas conmigo Cross -mordió el lóbulo del infantil director, desato su coleta y continuo - podríamos divertirnos un rato, ¿Qué dices vampiro sin colmillos?
El rubio sonrió un poco al escuchar el apodo que usaban para llamarlo antes de su jubilación como cazador, se giro y quedo de frente a Yagari.
- Entiende que no puedo dejar de preocuparme por él, soy como su padre.
-Yo también me preocupo por él, además tú, mas que padre pareces la madre del chico…-rio el pelinegro y con orgullo concluyo -Zero sabe cuidar de él, yo le enseñe todo lo que sabe.
-¿Todo Yagari? ¿No quieres enseñarme a mí algo? -Cross poco a poco dejaba de preocuparse por Zero, para interesarse en una nueva persona.
- Me encantaría.
Tomo al rubio por la barbilla y lo beso, los dos tenían experiencias así que fue un beso muy divertido para ambos, que jugaban, rosaban y succionaban sus lenguas salvajemente.
-Cof, cof- tocio burlonamente un chico de cabellos castaños y ojos avellana - sensei, estoy aquí como usted ordeno, espero no haber interrumpido nada.
Decía sarcásticamente, mientras salía de detrás de un árbol que se encontraba cerca de los otros dos adultos, para después recargarse en el mismo con una sonrisa sínica en el rostro.
El rubio se sonrojo un poco, ante la escena tan vergonzosa que acababa de vivir, no sabía que decir solo volteo a ver a Yagari que hablo.
-Siempre tan inoportuno, ¿no es así?, te esperaba hasta el día de mañana mocoso.
-Lo siento -rio ante su propio sarcasmo -pensé que morías por verme, pero ahora veo que tienes muy buena compañía.
-Ya déjate de cosas , nunca haces lo que te digo, no sé cómo me confié -suspiro resignado el adulto del parche, soltó a Kaien y se dispuso a presentar, aunque sabía que probablemente esos dos ya tenían idea de quien eran.- Cross, el es Takamiya Kaito, te hable varias veces de él, fue uno de mis aprendices junto con Ichiru y Zero, ¿me dijiste que necesitabas a alguien que impartiera algunas clases, no?, Kaito él es Coss Kaien, el director de la academia Cross, también es padre adoptivo de Zero, así que compórtate.
Ante la mención de Zero Kaito se sorprendió y de inmediato dijo en tono de verdadero arrepentimiento:
-Mucho gusto en conocerlo Director Cross, lamento mi actitud de hace unos momentos, no era mi intención incomodarlo, cuente con mis servicios en lo que usted desee -los adultos estaban sorprendido, y sabían muy bien la causa de tanta amabilidad -perdone el atrevimiento al preguntar, pero… ¿Cómo se encuentra Zero? ¿Estudia en su academia?
-Mmm… pues igualmente, mucho gusto, gracias por brindar tus servicios y… Zero está bien, bueno reprobó una materia, pero ha estado estudiando mucho para aprobarla y si también estudia en la academia -dijo formalmente en director, ante la mirada atónita de Yagari -sabes ya que parece que conoces a Zero también podrías ser de mucha ayuda para él en sus estudios y controlando a los de la clase nocturna ¿Qué le parece?
El Director ese mostraba amable y termino el dialogo con una sonrisa, Kaito que sabia como era su sensei le contesto:
-Siéntase con la libertad de llamarme Kaito, director - le dirigió una sonrisa al rubio.
- Gracias, en ese caso también puedes llamarme Kaien, los amigos de Zero son mis amigos también, siéntete bienvenido.
-¡Basta! déjense de amabilidades y tu Kaito no te atrevas a llamarlo así, para ti es Cross y punto, ¿Entiendes mocoso?, no quiero nada de tus confiancitas - decía Yagari, que giraba su rostro en modo indiferente y con los brazos cruzados sobre el pecho.
El más joven rio ante la reacción de su sensei, sabía que reaccionaria así, y concluyo respondiendo.
-No se ponga celoso Yagari sensei - vio como los dos adultos se sonrojaban ligeramente, rio y después se dirigió a Cross -Estaré encantado de ayudarlo Cross, a usted y a Zero…
El nombre de Zero quedo en el aire, estaba más que extasiado de que volvería a ver al chico de ojos amatistas, esperaría con ansias el inicio de el siguiente ciclo escolar.
-Tanto tiempo sin verte mi amado Zero, el destino te regresa a mi lado, otra vez - Pensó el chico con una sonrisa seductora en el rostro.