El fuego de mi frio corazón parte 1 (Kain x Aidou) Dedicación especial a Minerva.
Pov Aidou
Y aquí estoy nuevamente yo Aidou Hanabusa, solo, en la biblioteca de mi mansión, ya que por órdenes de Kaname, tuve que sacar a todos de la academia, creo que va a declararse ahora sí a Kiryuu, porque ese cazador es tan despistado que no nota lo enamorado que esta Kaname de él. La soledad es asfixiante aquí, mas no es como si estuviera realmente solo, no, después de todo mis demás compañeros de la clase nocturna están aquí, cada uno en sus pasatiempos, divirtiéndose en parejas o grupos y yo……bueno, solo, en fin, todos preferiríamos estar en la academia, pero ordenes son ordenes sobre todo viniendo de parte de nuestro líder Kaname, honestamente espero que le vaya bien con ese zafado de Zero, y que él también lo trate bien, espero que sea feliz mi gran amigo, a mi verdaderamente ya no me interesa él, soy su amigo y madamas.
Sin embargo entonces ¿Por qué me siento solo?, es por una cosa, de hecho es por alguien Akatsuki Kain, él es el que provoca esta soledad en mi mente, por él es que no me puedo concentrarme en nada de lo que hago, lo único que pienso, es en que quisiera estar junto a él, a su lado, que él me sobreprotegiera como siempre lo hace, que me abrazara y bromeara conmigo, pero el ahora está con Ruka, ella quiere quitarme lo que es mío.
Todo el lapso que hemos tenido de vacaciones, busca cualquier pretexto para estar con él, y lo aleja de mi, pero yo que puedo hacer, ¿decirle la verdad de mis sentimientos? No lo sé, somos hombres, tal vez a él no le gustan las relaciones así, y peor aún, somos primos, no hay nada que pueda hacer ¿O sí?
Pero no hay otro culpable de esto que siento más que Kain, desde pequeños siempre cuido de mi, cuando me sentía mal, el me hacía sentir mejor, siempre me hacía reír con sus ocurrencias, siempre que necesitaba atención sabia que él era el único con el que podía ir , siempre me esperaría con los brazos abiertos, cuando estoy con él no puedo evitar sonreír, es como si de solo verlo el fuego que esconde dentro de él, llegara directo a mi corazón, llenándolo de calidez de amor, de alegría, cuando el llega la tención se va de mi cuerpo.
Desde pequeños siempre fue así, pero un día entendí que no solo era cariño lo que yo sentía hacia él, sino verdadero amor, lo amaba, lo quería junto a mí siempre. A partir de ese momento algunos detalles cambiaron, siempre he sido una persona que habla mucho, pero cuando llegaba él, no sabía que decir, no sabía cómo actuar, incluso una vez se burlaba justo de eso y me sonroje, no pude evitarlo, porque sus palabras eran verdaderas, me ponía nervioso.
Oí como se abría la puerta y de reojo vi su cabello naranja, me puse algo nervioso y cambie de posición en el sillón donde me encontraba.
-Aquí estas Aidou, ¿Dónde estabas? ¿te escondías de mí?
Escondí mi mirada con mi cabello y el libro, cambiaba también cada determinado tiempo la hoja, porque la verdad no estaba leyendo nada, estaba muy nervioso, quisiera decirle tantas cosas, él se sentó justo en frente de mí.
- Que deseas Kain, ¿no ves que estoy algo ocupado?
- ¿Leer un libro es más importante que estar con tu adorado primo? - Dios mío, adoro esa actitud de él, siempre luciéndose, no pude evitar sonreír -te hice reír, mi misión ha sido cumplida exitosamente, sabes me gusta más cuando sonríes que cuando estas serio.
Su comentario me alegraba y me entristecía al mismo tiempo, me gusta saber que le interesa mi bienestar, pero me entristece el saber que él solo lo hace porque soy su primo, vuelvo a mi expresión seria y conteste.
-Si tu misión fue cumplida, entonces puedes retirarte ¿no?
Cuando termine de hablar me arrepentí, ¿por qué dije eso?, cuando estoy lejos de él es como si quisiera poder observar por horas y horas ese hermoso pelo anaranjado que parece arder como el fuego, al igual que esos ojos color café rojizo, quisiera perderme en aquellos ojos y arder en ellos, que descongelaran mi corazón que estaba a espera de verle, pero ¿Qué hago ahora? lo corro, en el fondo siempre deseo que siga intentando hacer que le haga caso, pero esa es un arma de doble filo, siempre podría salir perdiendo.
-No me iré de aquí, hasta que aceptes acompañarnos al paseo que vamos a hacer todos.
¿Un paseo? ¿Por qué nadie me dijo nada antes?
- A donde planean ir o ¿Qué? -La verdad tenía curiosidad, pero también tengo prioridades y pregunto - ¿iras tú?
- Claro que iré, después de todo irán a la playa, Ruka nos invito a todos, parece que tiene una casa allá, terminaremos nuestras vacaciones ahí, claro que agradecemos tu hospitalidad, pero ya hemos pasado una semana aquí y no queremos ser una molestia, además ¿no te gustaría ir? Sería muy triste estar solos aquí no te parece.
Ruka ¡¡Joder!! Porque siempre tiene que meterse entre nosotros, yo lo único que quiero es estar con él, es mi primo, tengo más derecho a eso ¿No?, cierro el libro de un golpe y me pongo de pie.
- ¡¡No pienso ir a casa de Souen!! Prefiero estar solo.
Quiero salir de aquí, ¿por qué siempre la tiene que mencionar?, ¿a caso busca hacerme daño?, no entiendo como a veces puede ver atreves de mi como si de un cristal me tratase, y en otros momentos como este no se das cuenta de lo que causa en mi, camino rápidamente hacia la puerta, pero su mano me detiene, mi corazón se acelera y quiero decirle todo lo que siento.
-Aidou, ¿qué sucede?, te pasa algo, estas vacaciones has estado muy raro, por favor dime que tienes.
No quiero voltear a verle, pero mi cuerpo reacciona antes que mi mente y ocasiona que gire mi rostro y cuando lo veo me encuentro con unos ojos llenos de duda, de dolor y tristeza.
-Nada Kain, discúlpame, no era mi intención preocuparte, solo que quiero estar solo un rato, eso es todo.
-Pero ¿qué pasa con Ruka? ¿Por qué no quieres acompañarnos? Ya casi terminan las vacaciones mereces también un descanso primo.
-He tenido algunos problemas con ella y la verdad no creo ser bienvenido en su casa, seguramente por eso nadie me había dicho ¿no crees, Kain?, no quiero incomodarla
No sé cómo no recordé antes la causa por la que de seguro nadie me había dicho, yo no era invitado, Ruka y yo habíamos tenido una pequeña discusión, ella me había hablado sobre sus intenciones con mi Kain y yo inconscientemente le había dicho que eso no podía ser, que se alejara de él y así es como me había descubierto, ella sabía de el gran cariño que yo le tenía a él y lo peor era que desde aquel día, habían empeorado las cosas, ya no me dejaba a mí y a él estar nunca a solas, claro que mi primo como todo un idiota, era ajeno a la situación.
-Pero yo hable con ella, no me explico porque tanto odio entre ustedes, pero me dijo que si era lo que yo quería podía invitarte, además tu la habías recibido en tu casa, por favor Aidou ven con nosotros, partimos en 2 horas.
-No Kain, lo siento, no deseo incomodarla, diviértete mucho, yo me quedare no hay problema, después de todo esta es mi casa, de todos modos gracias por invitarme.
Tal vez era mejor dejar las cosas así, Kain también se veía a gusto con ella, hacían linda pareja, como siempre decían nuestros compañeros, tal vez esto es lo mejor para él.
-Entonces yo tampoco iré, no me gustaría dejarte solo - volteo mi rostro, mis ojos empiezan a picarme, siento que en cualquier momento podría soltar a llorar, no quiero que diga esas cosas, me hace sentir importante para él de un modo que solo puede suceder en mi mente, duele -Aidou, ¿Qué sucede? ¿Que tienes? Dime la verdad, a mi no me engañas.
Me toma por los brazos obligándome a quedar de frente a él, así que giro mi rostro, me hace retroceder hasta chocar con pared, me suelta de un brazo y con su mano libre sujeta mi barbilla, forzándome a verlo a la cara, intento poner una cara enojada, pero no puedo, todo en mi me traiciona, mi cuerpo, mi mente, mis emociones, todo, no soy capaz de nada mas en pensar que lo amo, y que ya no puedo seguir ocultando las cosas por más tiempo, no me importa si después me aborrece, después de todo sería el mismo sufrimiento al que siento ahora.
- Yo… -siento un nudo en la garganta que no me permite hablar con facilidad, pero tomo aire y hablo - Kain…. Yo te a…
De repente la puerta de la biblioteca se abre nuevamente, Kain se aleja un poco de mi y ahí está de nuevo ella, interrumpiendo, la chica de pelo marrón pálido, Ruka, aquí está de nuevo para quitarme su atención.
-Kain, te he estado buscando, en dos horas nos vamos, ¿ya preparaste tus cosas?, serán unos días fabulosos ¿no lo crees? La forma perfecta de pasar los últimos días de vacaciones.
Simplemente no soporto ver su cara, bien sabe lo que interrumpió, debió haber estado escuchando, claro, de seguro por eso entro, solo arruina mis planes una y otra vez.
Me acomodo mi traje y me dedico a salir.
-Con permiso, me retiro.
- ¿A caso no iras con nosotros Hanabusa? - Pregunta Ruka, en su voz veo hipocresía -que tristeza, pero no te preocupes, antes de que te des cuenta acabaran las vacaciones y nos volveremos a ver, gracias por tu hospitalidad.
-Eso espero, y no tienen nada que agradecer.
Camino a paso normal hacia la puerta de la biblioteca, aun puedo oír lo que dicen y como Kain me llamaba.
-Aidou, espera, yo….
- Déjalo Kain, si no quiere ir no lo podemos forzar a nada, ven vayamos a preparar tus cosas.
- Claro, tengo que hablar contigo de algo importante.
Nada mas cerré la puerta corrí a mi habitación, no quería verlos, ni mucho menos oírlos hablar entre ellos. Llegue y cerré con seguro, para que nadie me molestara, aunque sabía que era inútil ya que de todas formas todos se preparaban para salir de aquí e ir con Ruka.
Me recargue en la puerta azotando un par de veces mi cabeza en esta, ¿Por qué no había tenido el valor de decirle todo? Ahora era tarde, su amor me lo estaban arrancando pedazo por pedazo, lentamente para así ahogarme en mi dolor.
De repente escuche algo, eran las risas de los dos, de Kain y de Ruka, inconscientemente ese sonido llego a mis oídos pero dejo secuelas en mi corazón que primero se congelo y luego se partió en miles de pedazos así como cuando un cristal cae al piso. Era como escuchar que se burlaban de mí, incluso pensé que lo hacían con el propósito de lastimarme, siempre soy lastimado por los demás sin importarles nada, incluso a mí nunca me había importado, pero el hecho de que fuera él, el que reía me hizo caer en todos los sentidos.
Sentí mis piernas temblar y caí de rodillas, seguían riendo, sus carcajadas aumentaban de intensidad con cada segundo que pasaba, todo lo que escuchaba era eso, intente tapar mis oídos pero no lograba detener nada el sonido, podía escuchar el eco dentro de mi cabeza de sus risas, casi hasta podía verlos.
Tome mi reproductor de música, me puse los audífonos y subí todo el volumen, pero era tarde, ya estaba su voz gravada en mi mente, no podía dejar de oírlos a los dos, no lo soportaba, me tire en mi cama y comencé a llorar. Eran lagrimas de dolor, de rabia, lo odiaba, desee que estuviera muerto, que jamás hubiera nacido, que no hubiéramos sido primos, pero después me arrepentía y deseaba ser yo el que no hubiera existido nunca, era lo mejor, nadie me amaba de verdad, y la única persona que pensé que si lo hacía, ya se encontraba amando a alguien más.
Así llore y llore, quería sacar todo el dolor que sentía, todo ese amor que me hacia sufrir.