El menor analizo cada uno de sus opciones, la primera, le aburría leer, el único modo de hacerlo era leyendo junto con Yuki y daba la casualidad que ella no se encontraba ahora y aparte tendría que analizarlo, sabia lo difícil que era eso, no, descartado. La segunda opción no tuvo que pensarlo mucho, ya que no era bueno escribiendo, nunca, no podía ni hacer un simple cuento, bueno si ni siquiera era bueno mintiendo, pensó irónicamente, definitivamente tampoco era la mejor opción. Pero estaba la opción 3 a él le gustaba la poesía, no tanto pero sería mucho mas fácil, no sería difícil analizarlo tampoco, podía ser el que él quisiera, aunque eso de interpretarlo lo hacía dudar un poco, qué más da, lo tenía que intentar, más bien lo tenía que hacer para demostrarles a todos.
-Opción -dijo sin ningún rastro de duda en la voz.
-Buena elección, tengo muchos libros de poemas de poetas reconocidos en todo el mundo, espera aquí - se levanto mientras le dedicaba al peli plata una sonrisa tranquilizadora. El sangre pura regreso con varios libros entre sus brazos - Aquí están, ¿quieres que te ayude a buscar alguno?
- No, yo lo buscare, pero…. ¿Qué tipo de poema crees que quiera la profesora? - dijo mirando a Kaname con la cabeza un poco ladeada y con sus ojos clavados en los de él, donde pudo observar lo que era la verdadera inocencia de una persona, nunca había visto tal cosa.
El sangre pura bajo la mirada, puesto que sentía la sangre subir a sus mejillas, pero compuso nuevamente su expresión, carraspeo y continuo.
- Yo creo que no es lo que quiera la profesora, sino el poema que a ti mas te guste o mas llame tu atención, así podrás hacer tu análisis más fácilmente, y si te identificas con el poema será más sencillo poder interpretarlo.
El vampiro lo estaba ayudando, y en el tiempo que llevaba ahí no se había burlado en nada de él, algo simplemente imposible de ignorar y de creer.
- Mu…muchas gracias…Kaname -el menor no pudo evitar tropezar un poco en las palabras, y al decir su nombre bajo la mirada para lograr ocultar bajo su cabello aquellos ojos apenados y sus mejillas sonrojadas.
-No hay de que - se levanto y fue a sentarse al lado del peli plata, tomo su barbilla la levanto y lo vio fijamente - Puedes contar conmigo para lo que tú quieras Kiryuu – kun.
- Puedes llamarme Zero - dijo evitando la mirada del castaño.
El mayor giro su rostro tratando de ocultar su amplia sonrisa, pero al volver su rostro dirigió una mirada llena de ternura al cazador, y no pudo evitar ver esos labios tan delicados, con tan solo un poco de color que le hacían perder la cabeza, vio como estos se entre abrían y de ellos salía la respiración agitada de Zero, también podía escuchar su corazón igual de agitado que sus pulmones.
Al rostro del mayor llegaba su exquisito aliento, estaba enloqueciendo de deseo, lo quería sentir a merced de su propia boca, quería saborear cada rincón de esa ella, para marcarla como suya, quería olvidar todo, incluso su nombre en aquellos labios que reclamaban un beso, que rogaban por él.
- Kaname…yo… bueno….tu…arg -gruño el oji amatista - no sé que me sucede pero…
El chico no pudo terminar de hablar porque unos labios lo habían silenciado, pero no eran cualquiera par de labios, no, esos labios eran los de su amado Kaname.
El cazador abrió los ojos de par en par, no podía creer lo que estaba viendo, a su querido con los ojos cerrados, besándolo tiernamente , con un pequeño grado de pación, pero algo era seguro para él, le gustaba ese beso, le había gustado desde el primer segundo en el que poso sus labios en los de él, poco a poco se dejo llevar por el beso, sus ojos se fueron cerrando poco a poco y comenzó a corresponderlo moviendo muy tímidamente su lengua, comenzando a jugar junto con Kaname.
Por su parte el vampiro estaba más que feliz, se sentía triunfador, antes no pudo evitar tomar esa pequeña parte de él, y menos al sospechar lo que esas palabras querían llegar a decir, por eso no lo evito y aprovechándose de esas palabras, se había acercado y posado sus labios en él, y gracias a la abertura de sus labios, es como pudo acceder más fácilmente a su boca, mostrándole todo el amor que sentía por él y por supuesto lo más importante, su amado Zero había comenzado a corresponder, tímidamente , con inseguridad, pero lo hacía, no lo podía creer, sus lenguas comenzaban a jugar, los dos querían tomar el control del beso, aquello hizo que los dos chicos quisiesen mas, así que el purasangre tomo la cintura de peli plata, lo acerco a su cuerpo y lentamente lo fue recostando el aquel gran sillón, quedando encima de él, el otro chico, también deseaba sentirlo aun más cerca así que pasos sus dos brazos por detrás del cuello del mayor, logrando profundizar el beso nuevamente, lo que había iniciado en un beso tierno, se había convertido en uno lleno de amor y deseo.
El oxigeno les faltaba, así que tuvieron que separarse forzosamente, los dos jadeaban tratando de recuperar la respiración y fue que el menor hablo.
- ¿Como puede ser esto Kaname?, esto debe estar mal -en sus ojos se podía observar verdadera tristeza - yo soy solo un… nivel D y tu…
El mayor de los dos acerco su dedo índice a los labios del cazador haciéndolo callar y hablo en tono fuerte, claro, con una voz llena de elegancia (que lo caracterizaba) y mesclada con varios sentimientos:
- “Tu capricho y tu edad, según se mire,
provocan tus defectos o tu encanto;
y te aman por tu encanto o tus defectos,
pues tus defectos en encanto mudas.
Lo mismo que a la joya más humilde
valor se da en los dedos de una reina,
se truecan tus errores en verdades
y por cosa legítima se tienen.
¡Cómo engañara el lobo a los corderos,
si en cordero pudiera transformarse!
Y ¡a cuánto admirador extraviarías,
si usaras plenamente tu prestigio!”
Mas no lo hagas, pues te quiero tanto
que si es mío tu amor, mía es tu fama.
-William Shakespeare - dijo Zero, mientras en su rostro se asomaba una sonrisa.
- Así es - rio Kaname - Creo que después de todo, si soy un buen tutor ¿verdad?
- Con un sensei así, asistiría siempre a clases -dijo el peli plata con una sonrisa algo picara en los labios pero un pequeño sonrojo en las mejillas.
-Bueno, entonces pasemos a la siguiente lección -respondió en tono sexy mientras besaba el cuello del menor.
-Mmm… y que si no quiero - pregunto el cazador en tono juguetón, pero luego muy serio al notar que no contestaba dijo - ¿dime que harás? Chupasangre.
Kaname rio, comenzó a besar desde la base del cuello hasta la mandíbula ajena, de ahí paso por su mejilla, llego hasta la esquina izquierda de su boca haciéndole creer que lo besaría, pero cuando vio que el cazador cerraba los ojos para recibir el beso, él dirigió sus labios directo su oído y susurro.
- Tendré que castigarte - mordió el lóbulo de la oreja de Zero y rio ante un estremecimiento por parte de su amado -y si continuas así, tendré que empezar desde cero.
-Entonces no podre negarmer- respondió mientras depositaba un tierno beso en la mejilla del ser de ojos carmesí.
- Ya estas aprendiendo - coloco una de sus mano nuevamente en la cintura del menor y la otra en la parte de atrás de su cuello - Sospecho que serás mi alumno favorito Kiryuu Zero.
-Mientras sea el único, todo está bien.
- El único. Siempre… -dijo mientras recargaba un poco más su peso en el cazador.
Al solo terminar de decir esas palabras el mayor, inicio con un nuevo beso, comenzó juntando sus labios, el de ojos amatistas jugando un poco, no dejo al mayor acceder a su boca, la cerro firmemente, quería tener al otro suplicando por acceder hasta él, pero poco sabia que él era el que terminaría rogando.
El castaño dándose cuenta de sus intenciones se dispuso a tomar las riendas de su propio juego, incluso si era necesario haría trampa. Comenzó delineando los labios del peli plata con su lengua mientras le dirigía una mirada de inocente.
-Así que quieres jugar rudo he….- dio un beso en la comisura de la boca del menor y mordió su labio inferior - entonces jugaremos, pero déjame decirte que yo, siempre gano.
El cazador ente tal acto no pudo evitar que saliera un jadeo de su boca, pero gracias a que Kaname se encontraba un poco alejado de su rostro, pudo rápidamente volver a cerrar sus labios.
El castaño se incorporo un poco, para soltar su corbata, dejando a Zero acostado completamente en el sillón, y cuando la quito, deslizo su vista de su rostro, al cuerpo del cazador y al hacerlo no pudo evitar sorprenderse, el chaleco del oji amatista caía a los lados completamente abierto, y la camisa que llevaba no dejaba nada a la imaginación, puesto que se transparentaba todo, pudo ver cada musculo sobresaliente de aquel torso escultural, pudo ver sus rosados botones que sobresalían, toda su vista y atención estaba en ese cuerpo, no lo pudo evitar, mientras dentro de el crecía un deseo indescriptible, siempre lo deseo, pero aquello era nuevo, ya que ahí estaba él, tendido entre sus dos piernas, en una casa completamente vacía y sin nadie que los interrumpiera.
Zero vio hacia donde se dirigía la mirada del vampiro, y rápidamente trato de cerrar su chaleco, le avergonzaba su mirada, era como si sus ojos se hubieran vuelto negros de lujuria, por fin había atado un botón del chaleco cuando una mano tomo sus dos muñecas.
-Espera, que... qué crees que haces, Kanamer- dijo mientras esa mano que lo sujetaba era sustituida por la corbata del sangre pura.
El mayor no contesto, solamente, subió la corbata por encima de esa cabellera color plata y deshizo rápidamente el único botón que había logrado atar del chaleco, pero no fue el único que abrió, bajo su rostro y beso al peli plata, mientras abría la camisa de esté muy lentamente.
El menor aun no quería que entrara a su boca y tampoco quería que abriera su camisa, así que comenzó a patalear, hasta que se paró en seco cuando sin querer su rodilla llego a la entrepierna del castaño y se sonrojo al notar lo duro que ya se encontraba este.
Kaname dejo escapar un gemido ante ese roce, termino de abrir la camisa del cazador, con su mano libre comento a acariciar su pecho, este dejo escapar también un gemido al sentir las expertas manos del vampiro en su pezón pellizcando y luego acariciando, no evito gemir dándole acceso al fin a Kaname a su boca, y este lo beso con violencia, pero al mismo tiempo con amor, como si necesitara de él para seguir viviendo, como si su vida dependiera de ese beso, y por último la lujuria apareció en aquel beso, ese era un beso diferente a primero, era un beso húmedo, su lengua fue dominada por la del mayor, era tan embriagante su sabor y su pasión que no le importo someterse ante él, al poco rato el aire falto y se separaron.
-Suéltame…uhm… yo... ah... quiero tocarte.-no, ¿Por qué había dicho eso tan vergonzoso?
-No desesperes mi cazador....ya llegara el momento - en su rostro apareció una media sonrisa, al notar que cuando paso su mano por encima de la tela, que cubría la entrepierna del menor, por debajo de ella ya se encontraba el miembro de Zero, semi erecto, reclamando por salir y ser atendido por él - tranquilo… yo me encargare de esto.