Capítulo 8: Ser metalero no significa ser un inútil – Parte I
Recién terminaba sus deberes escolares. Si bien era cierto que era su cuarto semestre estudiando en la universidad Mitsuhashi, todavía no lograba acostumbrarse a las exigencias de la vida de facultad.
–Maldito poser (1) –murmuró mientras guardaba sus útiles, refiriéndose al primer guitarrista de Exilieth– ¿Cómo car*jo puede con la banda, los quehaceres de su casa y la escuela con todo y tareas extra de Kamijou?
Su estómago gruñó por algo de comida, pues ya llevaba toda la tarde sin ingerir alimento con tal de terminar la presentación Power Point para el estúpido seminario que él y su equipo darían al día siguiente. Fue directo al refrigerador y cuando abrió la puerta no pudo evitar fruncir el ceño: varias cajas de comida instantánea que le dejaba su madre los fines de semana, abarrotaban el aparato.
"¿Es que le cuesta tanto a esa mujer cocinar de vez en cuando?" refunfuñó.
Bufó pesadamente ya que recordó que su hermana no vendría hoy a casa para cocinarle como siempre, y entonces sacó lo primero que vio. Sin embargo una bola color verde llamó su atención: grande, fresca y colorida, tan rebosante de vida que se le hizo apetitosa.
–¿Col (2)? –sacó esa cosa del refrigerador y sin pensarlo dos veces le dio una mordida. Masticaba despacio degustando el bocado– J*didamente bueno –dijo después de tragarlo– Me pregunto si esto se puede cocinar
Fue a su cuarto por su computadora sin importarle dejar el refrigerador con la puerta abierta, y luego de un rato de navegar en Internet, volvió a la cocina. Cerró la puerta de una patada y buscó un sartén, un cuchillo, un tarro de sal, mantequilla y un plato. Notó que no había vinagre de manzana sino blanco.
–¡Nah! No debe de haber diferencia, sólo es vinagre (3) –dijo encogiendo los hombros despreocupadamente
Mientras tanto un hombre y una mujer conversaban en un café-bar muy conocido a un mes y unos días de su apertura.
–… ¿Así que aquí es donde toca mi otöto, eh? –decía la mujer
–Sip –espetó el hombre– y vaya que es bueno –luego agregó en son de broma: –En vez de desperdiciar su talento en la escuela, debería dedicarse a la música
–¡No digas eso, Miyagi! –le reprendió ella– Si te oyera…
–¡Vamos, mujer, que es sólo una broma!
–¡Ni de broma dejaría que hiciera eso! –luego cambió su tono alterado a uno serio– Me preocupa que descuide sus estudios… últimamente llega más tarde a casa y siempre que lo voy a ver se porta tan distante
–Seguro lo único que busca es espacio… es normal en esa etapa de la…
–¡Pero no lo justifica! ¡Nuestros padres le dan todo a manos llenas! ¡¿Qué más podría pedir?!
–Ese es el punto –espetó el pelinegro con seriedad– Nunca va a valerse por sí mismo si no le dan siquiera un respiro
–¿Tú crees?
–Yo me fui de casa de mis padres a los 17 años y mírame ahora –dijo él con humildad
Risako parecía meditarlo. A decir verdad su exmarido siempre había querido ser profesor de Literatura, pues creía que su misión en la vida era enseñar a las futuras generaciones el valor de la misma, pero sus padres se oponían rotundamente. No fue sino hasta que se independizó de ellos cuando pareció vivir más feliz. Sin embargo, las diferencias entre Shinobu y Miyagi a esa edad eran enormes.
–Pero al menos tú ya trabajabas cuando te fuiste de casa –replicó– en cambio él… en la vida se ha acercado a la cocina para siquiera calentar lo que mamá le deja
Pero ninguno de los dos tenía idea de que el baterista de Exilieth aprendería algunas lecciones de cocina, de una manera un tanto dura y bizarra. El rubio golpeaba sin piedad a la col con su cuchillo mientras escuchaba una canción desde su iPhone nuevo.
I feel insane every single time
I'm asked to compromise
Cause I'm afraid
I'm stuck in my ways,
and that's the way it stays
So how long did I expect love
to out weigh ignorance?
Now that look on your face
I may have forced the scale tip
I'm not insane, I'm not insane,
I'm not insane, I'm not - not insane
(Me siento demente cada vez
que me piden comprometerme
Por esta causa estoy asustado
yo hago las cosas a mi manera,
y de esa forma se mantendrán
¿Cuánto tiempo espere el amor
a pesar de mi ignorancia?
Ahora esa mirada en tu cara
me obliga llegar a la cima
No estoy demente, No estoy demente,
no estoy demente, no estoy - no estoy demente) (4)
Lo hacía con una fuerza similar a la que usaba los sábados en El Cuartel del Metal, que de a ratos el cuchillo quedaba clavado en la tabla de cortar y tenía que sacarlo a la fuerza. Además de eso, los cortes de col eran unos enormes y otros pequeños trozos sin forma definida, cuando debían ser tiras muy finas. Puso a derretir una barra entera de mantequilla en un sartén que había dejado calentar fuego muy alto, por lo que se quemó y cuando agregó la col, ésta quedó pegada al sartén. Intentó despegarla y cuando lo logró, al final quedó toda chamuscada.
–Ahora entiendo por qué prefiere irse con sus amigas en vez de cocinar –suspiró frustrado mientras se deshacía del cuerpo del delito– Hmm, pediré una pizza… ¡No, tengo una mejor idea!
Tomó su billetera y luego de salir y cerrar la puerta con llave, fue a la calle. Risako y Miyagi seguían su conversación.
–… ¿entonces sugieres que debería vivir en un apartamento compartido? –preguntó la mujer después de un rato de charla. Él asintió– Pero es demasiado joven como para vivir fuera de casa, podría pasarle algo
–Y pensando así, mayor es el riesgo… entiendo que lo quieras cuidar incluso más de lo que tus padres lo hacen, pero no puede seguir así, algún día tendrá que arreglárselas solo
–Lo sé, pero…
–Piensa en lo infeliz que sería si no lo dejas seguir sus sueños
–Ese es el problema –suspiró ella tristemente
–¿Cómo? –Miyagi se oía sorprendido
–Pareciera como si no tuviera sueños, ni aspiraciones…
–Hmmm… es lógico cuando tiene prácticamente la vida resuelta
En eso el ojigris entró, pasando desapercibido, hasta llegar a la barra.
–Kasumi –soltó a modo de saludo, sin emoción alguna
–Shinobu-san –respondió una chica de cabellera naranja-rojiza corta, ojos azul cielo y piel tostada, de unos 18 años de edad– Qué bueno es verle aquí
–Sí, bueno –dijo con aburrimiento– Dame un frappuccino y una caja de esos bocadillos dulces que le gustan al poser
–¿Poser? –preguntó Kasumi, dudosa
–Takahashi
–¡Ah, Misaki-kun!
–Sí, él
–Lo siento, Shinobu-san. Misaki-kun se llevó las últimas dos cajas ayer y todavía no nos han traído la orden que pedimos, de verdad lo siento
–Maldito poser –refunfuñó– Como sea, entonces dame el frappuccino y una pizza pequeña con pepperoni y queso extra
–Ok, enseguida sale
Se sentó junto a la ventana a esperar, y mientras lo hacía, jugaba Plants vs Zombies en su móvil mientras la rockola ponía un tema de BFMV (5). Eran más o menos las nueve y cuarto.
Ashes of the innocent,
the end for you and me.
Darkened screams of agony,
are begging set me free.
Mourning all your loved ones,
as their bodies turn to stone.
Violence, hate and agony,
are what we've grown to know.
Hold me, show me,
bring me to my knees.
So as the fire burns,
and the tables turn.
We'll never rest in peace,
rest in peace.
(Las cenizas de los inocentes,
el final para ti y para mí.
Oscurecidos gritos de agonía,
pidiendo que me liberen.
Luto todos sus seres queridos,
a medida que sus cuerpos se vuelven piedra.
Odio, violencia y agonía,
somos lo que hemos llegado a conocer
Abrázame, muéstrame,
llévame a mis rodillas.
Así como el fuego quema,
y las tornas cambian.
Nosotros nunca descansaremos en paz,
descanse en paz.)
Volteó a ver al interior por inercia, pero sus ojos se abrieron mucho cuando reconoció a su hermana y a su sensei. Se le hacía un poco extraño ya que eran cinco veces en este mes que lo veía ahí en El Cuartel del Metal. La primera fue aquella noche en que Misaki se desmayó por culpa del Demonio Kamijou, la segunda, tercera y cuarta fueron los tres sábados siguientes, y la quinta era precisamente hoy miércoles. Suspiró.
–Al menos uno de los profesores no es el típico viejo aburrido que prefiere pasar el día revisando exámenes y oyendo música clásica o uno de esos estúpidos musicales de Broadway –habló para sí
En su departamento, Hiroki revisaba los trabajos extra que le dejaba a cierto alumno suyo, mientras sonaba Memory de Cats (6). De repente sintió un cosquilleo en la nariz e inevitablemente soltó un estornudo.
Volviendo al Cuartel, vio que hablaban seriamente y a veces Miyagi cambiaba su gesto por uno más animado. Por alguna razón sintió un horrible revoltijo en el estómago y frunció el ceño.
"Seguro fue porque me comí esa col cruda"
–¿Sabes? –dijo ella con parsimonia– Creo que fue un error regalarle esa batería en su cumpleaños
–¿Por qué lo dices? Digo, toca bastante bien
–Sí, sí, admito que tiene talento para eso… pero nuestros padres nunca han estado de acuerdo con eso de que tenga su banda y lo sabes –calló un momento y luego soltó una risilla– ¿Te acuerdas que al principio mis padres no te aceptaban precisamente por eso?
–¡Pff, y que lo digas!
Ambos soltaron una leve carcajada, y el rubio simplemente no lo soportó. Salió del establecimiento sin importarle que Kasumi ya le traía su orden, ni haber chocado con cierto novelista de ojos violeta que apenas iba llegando (7), lo único que quería era llegar a su casa y tocar su adorada batería.