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¡Yoogeun quiere ayudar! por Han Rae Ri

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Notas del capitulo:

Bien... no llegaron a los 25... pero estuvieron casi cerca.

Puedo entenderlo porque la mayoría de las que leen esto son adoradoras del 2min (?) Y si, puede que igual solo comente en los fics cuando ponen cosas de mi OTEPÉ <33

 

Pero aquí si hay 2min señores(?) Así que igual hoy exijo 25 ;^;

Es rápido

Fácil

y Sencillo <33

 

Read & Enjoy n______________n

Taemin estaría mintiendo al decir que durante tres semanas no derramó ninguna lágrima a causa de la ruptura con Minho.  Era imposible apartarlo por un par de horas de su habitación, preocupando a sus hermanos que encima tenían que lidiar con un padre que no dejaba de sonarse la nariz por el llanto que apenas paraba, otro tanto salía como cascadas.

 

-Taemin, han llamado del jardín de niños; quieren saber si hay algún motivo de fuerza mayor por el que estés faltando – Taesun ni se atrevía a entrar a la pieza del menor, prefiriendo omitir ciertos detalles del porqué su hermanito se encontraba en ese estado. Estaba furioso porque la mitad de su cerebro intuía que había sido culpa del tal Minho y juraba que si le miraba caminar por su jardín o siquiera en la calle, le partiría la cara, por el honor de los Lee y de su pequeño.

-Vete –la voz ronca le advirtió para luego mostrarle una almohada lista para ser arrojada contra él.

-¿Y qué les digo? ¿No volverás? –

-No creo que tener el corazón roto sea una enfermedad que entiendan. –se tapó hasta la coronilla pensando en todos los sucesos que habían ocurrido hasta ese entonces. En como su padre se levantaba como un auténtico muerto en vida para apenas desayunar e irse al trabajo y volver hasta altas horas de la noche. En como él mismo había dejado su sonrisa guardad en algún cajón de la caja, no queriendo escuchar nada que empezara con la letra M. Sus ojos escocían porque no era normal que un chico de 17 –casi 18 – llorara de esa manera tan descomunal y destrozada. Y es que Minho no había muerto.

-Taemin, tienes que darle una respuesta a la directora –gruñó su hermano, levemente irritado por la actitud tan aniñada de su hermano.

-De acuerdo. Diles que vuelvo mañana –chilló dentro de sus cobijas. Lo cierto es que tampoco iba a dejar su vida por completo. Entonces se planteó que era hora de secarse las lágrimas y seguir adelante con la vida que hasta hace unos meses era pacífica y feliz.

¿Pero cómo mierda se continuaba viviendo si el amor de su vida ya no estaba con él?

Era como querer correr sin tener piernas. Muy duro y cruelmente realista.

 

 

 

 

Taeyeon se hartaba hasta el último cabello al no entender el maldito libro de recetas de su madre. Quería aportar ayuda a su desganado padre, que le miraba sin expresión en el rostro y con las grandes ojeras marcadas alrededor de sus pequeños ojos. Un beso en su frente le hizo hacer el amago de crear una torcida y falsa sonrisa.

-Vamos papi, no me gusta que estés así. –Jinki le miró por primera vez en la semana con amor, acariciando sus cortos y negros cabellos. Observó cómo su pequeña iba de aquí para allá en la cocina, desesperándose por no saber hacer algo tan simple como sopa de pollo.

Taemin hizo acto de presencia, sacando un suspiro de alivio de la menor, casi tirándole el librito morado y el delantal rosado para desaparecer de inmediato del lugar en donde no era su fuerte.

El castaño miró con tristeza como su padre se hundía en la mesa, contemplando la taza roja y el café seguramente frío.  Palmeó su hombro y se dispuso a continuar la ardua tarea de cocinar algo decente. Se lamentaba internamente por haber sido el causante de la desgracia de su padre cuando estaba claro que no merecía pasar por la dura pena de la ruptura y más a su edad cuando se hacía más difícil volver a enamorarse y dar con la persona indicada. Un nudo en su garganta se estancó al pensar en la probabilidad de que su padre se quedara de por vida con el semblante apático y deprimido. Y no, no quería ver a su progenitor depender de pastillas antidepresivas o faltar a sus obligaciones paternales y pasarla todo el día en el trabajo. Conocía familias de amigos en los que sus padres ya divorciados se paseaban en la vida amargada. 

-¿Papá? –preguntó dejando de cortar las verduras. Jinki apenas y movió la cabeza. –Lo siento mucho –se disculpó desde el fondo de su corazón.  El mayor le dirigió la mirada por fin y estrechando una débil sonrisa negó.

-No ha sido tu culpa Tae –y esa frase desbocó su corazón, hundiéndose más en la culpa. Se volteó de inmediato, encarándole con los ojos aguados y las mejillas mojadas. Se lanzó a sus rodillas, llorando  a mares, implorando perdón y luego rectificando que no se lo merecía, que era el peor hijo que pudiera tener y que  era todo su culpa por ser tan egoísta.  A Jinki se le encogió el corazón al escuchar semejantes barbaridades y tomándole de los hombros, le acarició las mejillas sonrojadas por el llanto, besando la derecha y sosteniéndole la mirada. –Tae, no eres un egoísta. Quizá y de verdad no me convenía seguir viendo a SooYeon, porque tampoco te iba  a hacer bien.

-Pero… -sollozo – eras tan feliz con ella y yo… -su nariz sonaba estruendosa – no te había visto sonreír desde antes de que mamá muriera. He sido el responsable de matar tu felicidad…

Un nuevo beso atacó su frente, descansando el rostro en el cálido pecho de su padre, sentado en sus piernas como si fuera un niño de 6 años. Como antes.

-Ya. Dejemos de lamentarnos que no ganaremos nada. Ahora, si me prometes dejar de llorar, te llevaré junto a tus hermanos al centro comercial a tomar un helado ¿Qué dices? –Su padre era tan bueno que en verdad agradecía el tenerlo en su vida.

-De acuerdo.

 

 

 

~**~

 

 

 

El mes pasaba volando de maravilla, entre los brazos y algunas caricias de Jonghyun, y ¿por qué no? Llegando a hacer el amor apasionadamente. La sonrisa no se iba de su rostro ni cuando sus clientes le gritaban por no haber registrado lo establecido en su contrato. Solo esperaba y contaba las horas para volver a casa y encontrarse con una cabeza platinada y esos morenos brazos que no tardaban en colgarse en su cintura y los labios que le devoraban de una manera placentera.

Lo único que lo arruinaba eran esas constantes ganas de ir al baño y sentir el vientre levemente hinchado.

Incluso la vez que al asearse encontró sospechosas manchas marrones en su ropa interior, asustándose por ver las pequeñas manchitas de sangre, y al momento de que Jonghyun llegara a su lado, le pegó de una manera fuerte por haber sido un bestia y desgarrarle el culo, a lo que el mayor sonrió coqueto y le susurró que de quien había sido la culpa realmente si la noche anterior prácticamente había implorado por más fuerza.

Se sonrojó con fuerza, metiéndose bajo las sábanas de su mullida y confortable cama. Rodó un poco, sintiendo la espalda dolerle horrible y sus extremidades medio entumidas. Hoy no tenía ganas de hacer nada pues el cansancio podía más con su cuerpo.

-¿Nicole no vuelve hoy tampoco? –Kibum sonrió al sentir el cuerpo musculoso pegarse a su espalda y esos dedos gruesos jugar con su vientre plano. Jonghyun había despertado.

-No. Parece que la muy tonta se ha conseguido novio y parece que tiene planes de vivir con él. –respondió cariñoso, enredando las piernas con las contrarias. Sintiendo la desnudez de sus cuerpos.

-Oh, ¿Entonces tenemos la casa para nosotros solos de nuevo? –Kibum le golpeó levemente el hombro, asintiendo esperanzado de que pasaran de las caricias subidas de tono a la acción.

-Quizá ~ -ronroneó coqueto. Jonghyun subió sus manos un poco, jugando con sus botones rosas, apretándolos levemente -¡Ah! –gimió pero no de placer si no de dolor. –No seas tan salvaje –regañó, quitando ambas manos grandes de su pecho.

-Pero ni siquiera apreté con fuerza.  –se excusó el mayor. Kibum le miró con enfado y volteó la cara, dispuesto a levantarse. Sus pies se sentían pesados al igual que su cuerpo.

Estaba decidido, no iría a trabajar.

-Prepararé el desayuno, hoy no iré a la oficina –Jonghyun le tomó de la muñeca de manera cariñosa y depositó un besito en sus nudillos.

-Te he dicho mil veces que renuncies. Con lo que tengo ahorrado podríamos vivir cómodamente tú, yo y Minho con Yoogeun si no se ha muerto de la pena.  –El rubio le miró de mala manera al escuchar como hablaba de su mejor amigo.

Aunque no era tan mala idea traer a Choi unos días a su casa. Verdaderamente le preocupaba su estado de ánimo, haciendo todo tan robóticamente que cada vez parecía menos humano. Y eso no era justo para el pequeño Yoogeun.  Lamentaba sobre todo, el que Taemin haya tomado esa decisión sin miramientos  o sin darle una oportunidad a su amigo.

-Como sea, iré a la cocina. ¿Algo en especial? –

-No, solo bollos y algo de café. –Rodó los ojos al ver el brillo en los ojos del menor, que solo significaban “ponte la ropa interior y ve a comprar café americano”. Suspiró resignado y sin tener que soltar alguna palabra, el rubio observó cómo su novio cogía su billetera y una sudadera para comprar su preciado café.

 

 

 

 

-¡Jonghyun, no! –chilló al sentir el potente olor de su café favorito entrar a su casa. - ¡He dicho americano, no lo que sea que traigas allí! –apuntó amenazante la bolsa de la cafetería de su preferencia.

-¿Qué? Es americano, e incluso traje un par de panqués de frambuesa. –Kibum negó llevándose la mano a la nariz, asqueado del olor.

-Tíralo. Me provoca asco el aroma –con desgana subió hacia la habitación con un bote de leche de vainilla, que dejó con las palabras en la boca al mayor, porque según el rubio esa leche llena de grasa hacía mal a su figura.

 

 

Algo raro estaba pasando con Kibum.

 

 

 

~**~

 

 

Taemin llevaba ya dos días de haber vuelto a la guardería, sintiendo esos nervios rosarle el estómago porque igual y Yoogeun seguía asistiendo y cierta persona –con la que no sentía el humor de ver –era su padre que podría recogerlo en cualquier momento. Para colmo, su estómago no dejaba de pedir comida en la última semana, cosa que la asociaba a la ansiedad de no saber nada de Minho y debatirse día y noche sobre perdonarlo o no.

Había sido un completo estúpido luego de ponerse a pensar en el porqué de aquel trabajo nada bonito del mayor y vaya que tenía sus razones, pues poniéndose empático, sobrellevar la carga de un hijo, más las colegiaturas y gastos de la universidad era duro. Pensar en eso prácticamente no le hacía bien ni a su cabeza ni a su organismo.

Quizá si Minho pidiera hablarle, ya no estaría renuente a propinarle otra cachetada y podría poner de su parte para escuchar su propia versión de la historia. Ahora era el caso de que Minho siquiera le perdonara su comportamiento infantil.

Los niños corrían a toda prisa en la estancia, mientras los otros maestros jugaban con ellos. Algo bueno de haberse tardado un tiempo en regresar, era que las antiguas señoras que le apachurraban las mejillas a cada rato fueron sustituidas por jóvenes bastante guapos y sobretodo amigables.

Todo era felicidad, excepto por una cabecita de cabellos oscuros que jugaba solo con el mismo bloque de números desde que había llegado hace unas 3 horas.  Taemin sintió pena y juntando todo su valor decidió ir a averiguar la causa –demasiado obvia- del decaimiento del niño.

-¿Yoogeun? –Preguntó como si estuviera asustado, esperando una respuesta demasiado negativa y cargada de odio.  Sus manos jugaban nerviosas entre las bolsas de su mandil blanco y los mechones de cabello caían suavemente, acariciando sus mejillas. Yoogeun observaba todo eso y le dieron unas tremendas ganas de jugar con el cabello del chico. Pero antes de siquiera extender sus deditos, las palabras de su padre le llegaron a la mente. Era un bebé inteligente y sabía que desobedecer a su papá no era buena idea. Restregó sus manitas debajo de su chaqueta de pororo y bajó la cabeza.  -¿No quieres hablarme? –El menor asintió, tragándose las ganas de acurrucarse en su pecho y pedir que le contara un lindo cuento.

-Yoogeun no desobedece a appa –contestó en susurro.  Taemin se llevó la mano a la boca. ¿Incluso había hecho que su hijo le odiara? Entonces sí que había sido demasiado cruel con Minho. De pronto el bonito ambiente y las paredes relucientes de colores vivos fueron quedando en tonalidades grises. No es que no se lo mereciera por la forma tan ruin en la que se comportó, pero no podía tratar de lidiar con el nuevo dolor que se había estancado en su pecho. Primero estaba la angustia de no estar con Minho y la culpa de destrozar la vida amorosa de su padre,  y ahora el repentino rechazo del bebé que una vez sintió como suyo.

-¿Él te dijo que no me hablaras? –La cabecita asintió. Aunque la verdad no tenía idea de que le estaba diciendo Taemin; su padre solo le había dicho que por favor evitara molestarlo, con una cara que él jamás había visto en el mayor.  –Yoogeun, mírame – pidió con un hilo de voz. Esto era demasiado para su agobiado corazón. El menor dirigió su cabecita hacia el castaño pero en ningún momento levantó la mirada.  –No me gusta que me ignores. Independientemente de lo que pasó, soy tu maestro de estancia y no me gusta que mis alumnos se vean deprimidos. ¿Hay algo que pueda hacer para aliviar tu corazoncito? –

-Regresa con appa. Appa extraña a omma –susurró e inmediatamente escondió la cabecita entre sus brazos, evitando la vista del castaño sobre su persona.  Taemin se quedó sin palabras.

-¿Appa la está pasando mal? –preguntó.

-Appa llora –le escuchó decir desde su pequeño escondite. Su corazón latía más fuerte, con sensaciones de pena, de arrepentimiento y culpa; todas mezcladas y esparciéndose por su organismo.  Si le iba a ver, estaba completamente seguro que no repararía en el engaño, tirándose entre sus brazos sin perder el tiempo. Igual, no quería verse tan desvergonzado luego de que él mismo se encargó de no volver a verlo.  Pero lo que Yoogeun le decía calaba en su corazón, y lo menos que quería era que Minho sufriera de esa manera. 

Estaba a punto de tirar todo por la borda, de quitarse ese mantel y tomar a Yoogeun para correr a la parada de autobús más cercano –ya que no tenía experiencia alguna con los autos –e ir al departamento de cierto chico de ojos enormes y encantadores. Estaba a tan solo un paso de hacerlo, cuando visualizó a una hermosa pelinegra con caminar y vestir despampanante, apartando las gafas de sol de su bello rostro y dirigiéndose al pequeño.

En ese momento Taemin mató todo deseo de ver a Minho. Si la estaba pasando tan mal, ¿Por qué Yuri venía a recoger a Yoogeun? ¿No se suponía que ya no tenía nada que ver con él? ¿Y si estaba a su lado, ocupando el lugar en su corazón? 

-Oh, Taemin ssi, no pensé que trabajaras en este lugar.  –comentó la mayor tomando a Yoogeun entre brazos.

-El horario de salida es dentro de una hora –su tono de voz era tan seco, porque de pronto unas tremendas ganas de apartarla del lugar y abrazar a Yoogeun invadieron su cuerpo.  –no puede llevarse al niño sin el consentimiento del padre o tutor.  –Yuri rió divertida.

-Omo, parece que no recuerdas que soy la madre del niño –su tranquilidad al decir la frase le hirvió la sangre. ¿Ella reclamando ser la madre? Dios, eso era una reverenda estupidez.  –pero en fin, a Yoogeunnie le toca cita con el pediatra y ya que su padre se está matando en la universidad, me pidió de favor que lo llevara. –Taemin infló las mejillas.

-¿Y no había otra persona que lo llevara?

-¿Quién? Kibum ssi está trabajando en este momento, y su madre no vive cerca. La única opción era yo. –el menor apartó la mirada, obviamente enfadado. Aunque no tenía motivo de hacerlo, ya que sería demasiado raro que le llamara como si nada, pidiéndole el favor, regresando a su antigua relación. - ¡Oh! ¿Acaso querías que te llamara? –La sonrisa hipócrita de Yuri le enfadaba aún más, pero como maestro no podía simplemente jalarle de los bonitos –y seguramente – cabellos.  –Pero Taemin ssi, ¿No han terminado de salir? -¡Lo sabía todo! Esa maldita lo sabía y encima se burlaba.

Pero no le iba a dar el gusto de nada.

-Es  igual. Me ha engañado y si en una relación la confianza no existe, es mejor cortarla de raíz. –Yuri bajó la mirada, haciéndole creer al menor          que había ganado la contienda de palabras.

Pero estaba tan equivocado.

-¿Y sólo por eso te vas a rendir? -Yuri suspiró molesta, mirando a Taemin bajar la cabeza. Ahora era su turno. Buscó los medios para no recordar el pasado y romperá a llorar como lo había estado haciendo desde hace bastante tiempo.

-No es fácil enterarte de que...

-Bueno Taemin, madura ¿quieres? Si, Minho no tiene un trabajo honorable, pero hace lo que puede para mantener a su hijo. -Por un momento se odió por haber sido la causa de ese suceso. Si tan solo no le hubiera abandonado y... No. Ese definitivamente no iba a ser un error que lamentara. -No te lo dijo pero ahora que lo sabes, mínimo deberías pedirle una buena explicación de porqué lo hace. No eres nadie para juzgarlo.

Las palabras de la pelinegra eran duras, pero cada una estaba cargada de la enorme verdad. 

 

 

Quizá y si había sido cruel con Minho, quizá y nunca quiso lastimarlo de esa manera. ¿Podría darle una segunda oportunidad? 

Yuri le miraba molesta, ¿Cómo podría hacerle eso al chico más bueno del planeta? Minho no merecía ese sufrimiento de estar como muerto en vida. Y lo duro que era tratar de que sonriera.

 

Ella no quería forzarles a dejarla entrar en sus vidas, ya que estaban hechas y los sentimientos del pelinegro ya no eran para ella. Y eso estaba bien; no tenía remordimiento alguno puesto que había sido su decisión el dejarles. No importaba si se quedaba sola, ya que la soledad y el tiempo para sí misma eran cosas que le agradaban bastante. Si alguna vez necesitara compañía, Minho sería más que su última opción.

-Escucha, Minho está muy mal. No te pido que vayas en este momento y le beses, pero trata de ir acercándote. Nunca le había visto tan devastado. –Sonrió –ni cuando yo le dejé.  –Taemin la miró consternado. Jamás había esperado esa reacción de la pelinegra.

 

Y el pensando que se quería quedar con el mayor.

-Piénsalo Taemin ssi. –y tomando a Yoogeun en brazos, se colocó las gafas y se despidió educadamente.

Vaya que tenía mucho en que pensar.

 

~**~

 

Notas finales:

Bien, ya pasó cerca de un mes... pero si lo pongo semana a semana que es lo que pasa se volvería muy rellenoso uwu 

Y chanchanchanchaaaaaaaaaaaaan! Que le está pasando a Key?? OMAYGAA <33

 

Solo quiero que tengan una cosa pendiente: Me la agarraré más en cuanto a sufrimiento con el Jongkey ;u;

 

¡AH! y para las que no tienen claro el concepto de mis personajes, permítanme explicarles con detalle <33

 

En este fic, puse algo así como una visión a un mundo diferente, donde hay ciertos chicos -de facetas delicadas y casi afeminadas -que tienen la capacidad de engendrar. Hay dos clases de hombres

-Los normales masculinos -Minho, Jonghyun...~ -

-Los delicados donceles -Taemin... adsdads~ 

¿Si me explico? Y otra cosa, como es mi mundo de ficción, no está mal visto el escoger a un chico como pareja. Los demás lo verían como una relación normal sin prejuicios ni tabúes.  O sea, si un hombre decide tener a un chico -doncel - en vez de una mujer, es completamente normal n.n

 

como es AU (Universo Alterno) Me permito crear y hacer tontería y media ;DD

Igual está permitido

-El casarse con los chicos

-Tener hijos y formar una familia ~  (Todo eso es completamente normal(?))

 

~**~ 

Ya basta de explicaciones...

La siguiente vez comenzaré con mi riguroso entrenamiento sobre el embrarazo. Desde que comencé con esto llevo al menos 12 artículos sobre el tema, que no es mucho pero vaya que me informé c:

Igual, tengo lista la explicación sobre como pueden estas personas concebir como cualquier chica ;D

LOL fue mucho leer y me encantó <33 Espero y lo lean con cautela(?) para entender ciertas cosas n___n 

Y ven que Yuri no es mala? Ella es un amors! *^* Ahora pueden volverse Black Pearls(?) -u-

Y Yoogeun y sus palabras de amors mi pobre bebé ;^; 

 

Y AHORA... SPOILER TIME! *-* (Si sigo así se hará una costumbre~)

~**~

-¿Es acaso esto posible? -Kibum apoyó con violencia las manos sobre el escritorio del doctor, que le miraba como si eso que le pasaba fuese su culpa.

-Disculpe joven Kim, pero al parecer las pruebas arrojan positivo. - Revisó un par de documentos en su ordenador, mostrándole todas las veces que había faltado a sus chequeos de rutina -SI usted hubiera venido por lo menos una vez al año, la noticia no le estaría cayendo como bomba. -Jonghyun, que hasta ese momento se había mantenido inmóvil, apretó la mano del rubio, estrechando una gran sonrisa alrededor de su rostro.

-Doctor, usted... ¿Está queriendo decirnos que...? -El señor asintió.

-En efecto joven Kim. Mis felicitaciones a los dos. -Esto... ¡Wow! Esto era tan real, y se sentía tan bien que no se le ocurrió otra cosa que pararse de su asiento y estrechar entre sus fuertes brazos el cuerpo enfundado en tela blanca, agradeciendo al médico por semejante revelación. 

~**~

 

JAJAJAJA se vienen las explicaciones, los encuentros y una que otra cosa medio pervert... -Habrásmut2min~~-

BDD

Todo esto será suyo si dejan 25 reviews como mínimo ♥

Si tienen alguna duda, pueden mandarme un mensaje a Sweet Point y darle Like ;D allí aviso cuando actualizo y las cosillas que subo en mi Tambler(?) <33

Y ahora, MINHO EN TANGA! BD

 

25 Reviews! *^*


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