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¡Yoogeun quiere ayudar! por Han Rae Ri

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Notas del capitulo:

Espero no haber tardado demasiado para su guso u_u aunque a comparación de la última vez lo hice a la velocidad de flash >:DD

 

BTW...¡A L E R T A! CONTENIDO BUENO <3

 

 

Read & Enjoys <3

Taemin preparaba el desayuno mientras el sonido del noticiero  inundaba la cocina; mezclaba una masa que pronto se volvería un delicioso pan. Cuidaba los detalles de la pequeña charola rosa casi lista. En eso, en la sección de espectáculos, notó la foto de Jonghyun. Tomó el control inmediatamente y le subió el volumen.

 

“- A pesar de la rueda de prensa pasada, donde la actriz Tiffany Hwang anunció su sorpresivo compromiso, los preparativos para el festejo parecen vislumbrarse muy lejos; y es que se le ha cuestionado a la chica en los últimos días sobre si esa nota era totalmente cierta o sólo era un rumor para hacer crecer su fama.  Recordemos que hace unos días, la actriz fue puesta en la mira de un talentoso director internacional para el rodaje de una nueva película. –“Taemin se mordió el labio sin dejar de batir –“Tiffany no ha querido hablar del tema y se encuentra muy evasiva a dichas cuestiones. Y qué decir de su futuro marido, que no ha dado la cara para confirmar la noticia; incluso los futuros suegros se encuentran de viaje por negocios y ningún comunicado. ¿Será que todo esto fue una mentira? No lo sabremos hasta que se demuestre lo contrario”.

 

El pequeño se quedó pensando con el tazón en la mano, tratando de ligar los sucesos en su mente. De pronto, el desayuno quedó a segundo plano.

-¿Y si todo esto fue un complot? –Taemin ya sabía que los padres de Jonghyun eran de las personas más poderosas de Corea,  y que no aceptaban a Kibum como pareja formal de su hijo. -¿Y si sus padres lo organizaron todo? –Tan sumergido estaba en sus pensamientos que no escuchó la puerta del departamento abrirse.

-¿Haciendo el desayuno, bebé? –Minho rodeó la cintura con sus brazos, apoyando su mentón contra el hombro del menor, acariciando su vientre con cariño, así como hacían cuando Taemin se quedaba a dormir, y cuando despertaba.

Y cuando estaba de espaldas a él, y cuando le quería dar un beso, y cuando estaba de meloso, y cuando lavaba los platos, y cuando cocinaba; aun cuando no hacía nada.

-Oh sí, Kibum hyung está a punto de despertar y quería sorprenderlo. - Yoogeun llegó instantes después, abrazando las piernas de Taemin así como lo hacía su papá.

No quiso compartir sus suposiciones con el mayor, porque lo que menos quería era alterar al chico que estaba totalmente ajetreado con sus proyectos finales.

-¿Te sirvo un poco? –Minho negó.

-No, sólo vine por unos materiales y a dejar a Yoogeun.  ¿Puedes vigilarlo por mí? –Taemin asintió; se dio la vuelta hasta quedar de frente suyo, tocando con los dedos llenos de masa la camiseta azul que marcaba los músculos del mayor -¿Pasa algo? –Taemin negó.

Sí pasaba algo; tenía unas ganas de ser comido a besos e incluso más.

-Todo en orden –“bésame”.

Bésame

Bésame

Bésame.

-¿Quieres algo para llevar? –“Llévame a mí, vamos a hacerlo en tu auto”. Oh Taemin, que cosas dices. El sonrojo no sólo se presentó en sus mejillas, sino que la sangre bañó todo su cuerpo, dejándolo completamente colorado. El ritmo cardíaco aumentó, y tuvo miedo de que saliera de su pecho. Ya no sabía cómo controlar esa situación tan bochornosa que de la nada se presentó.

-Taem, ¿te encuentras bien? –Minho acunó sus mejillas y posó su frente con la contraria, dejando sus labios relativamente cerca de la boca del menor y Minho no hagas eso por favor, porque me descontrolas.

-N…no te preocupes. Quizás estoy nervioso de repente por Kibum hyung. Cosas mías –Cosas que necesitaba expresar; es que no podía ser que con tan solo el sentir sus músculos se haya puesto de esa manera. ¿Qué pensaría Minho si escuchara sus pensamientos? Seguro pensaría que estaba mal pensar en besos y caricias en este momento.

Besos, caricias, lamidas, chupadas, rasguños, embestidas, gemidos…

 

¡Taemin!

-Por Dios… -susurró abochornado.

-¿Seguro que no te pasa nada? –Taemin negó con la mano, llevándose la izquierda hacia su cuello, donde sintió el sudor recorrer desde su sien hasta su pecho.

Lo que menos quería era tener un accidente vistoso frente al pequeño Yoogeun, que ni siquiera parecía tomarlos en cuenta, ya que se encontraba entretenido con sus acuarelas.

-De acuerdo. Subiré a mi habitación por unas cajas. –Taemin quien se mantuvo ocupado revolviendo la masa de nuevo, vio en esa frase la oportunidad de tener un momento íntimo con su novio. Se aseguró de que Yoogeun estaba a salvo jugando y que no interrumpiría. Siguió a Minho escaleras arriba, encontrándolo con una playera agarrada.

-Necesito cambiarme de una vez. Mis compañeros dicen que ya apesto. –bromeó.

-Yo lo hago por ti – Taemin sabía que quizá ese tono que usó fue uno de desesperación, que incluso el pelinegro notó. Pero no le importaba. Solo quería estar con él a solas y si era posible, tocar sus pectorales.

Se acercó hasta el mayor y con sus manos tomó el borde de la camisa. Minho se quedó quieto, y hasta ese momento no sospechaba nada de las intenciones del menor.

Una vez que le pidió que alzara los brazos y se deshizo de la prenda, lo único razonable que su cerebro le ordenó fue que llevara la palma de su mano directo al pecho del contrario, sintiendo la textura de esa sensación tersa y fuerte; lo duro de sus músculos, lo tibio de su piel. Minho sólo observaba los dedos pasearse por su torso y su vientre, como si Taemin estuviera embelesado, absorto en sentir cada fibra de su cuerpo. Y eso aumentó su temperatura.

Y Taemin ya no aguantó más.

 

Ambos brazos rodearon el cuello del mayor, atrayéndolo a su cuerpo necesitado de atención, a sus labios que desesperados pedían ser besados, a sus glúteos que querían ser apretados.  Su boca se movía con frenesí, como si le estuvieran arrancando el más rico de los manjares; mordía, lamía y chupaba.

Y lo mejor era que Minho al fin había captado lo que pasaba con su pareja. Y correspondió. Sólo le bastaron 6 segundos para volverse en plan dominante, tomando a Taemin de la cintura y arrojándolo a la cama, lo cubrió de besos; desde su frente hasta su pecho.

Le alzó la playera, le tocó, lo estaba disfrutando. Pero no había tiempo, para ponerse románticos. Era algo que también había estado queriendo desde hace mucho y aunque Taemin quisiera, no iba a perder el tiempo en hacerle el amor. Sí, ahorita su cuerpo pedía sexo.

De esos que se dan inesperadamente, sin camas con pétalos de rosas, sin frases románticas, sin velas por toda la habitación. Esas situaciones en las que lo único que necesitaban era el contacto con su cuerpo, de manera brusca, de manera rápida, de manera lenta y placentera. Sólo necesitaba sentir a Taemin.

Y este no se oponía. Igual quería sentir a Minho.

 

Sus labios fueron abarcando casi toda la anatomía del menor una vez que lo tuvo sin ropa, dejándole ver esa perfección, lamiendo cada porción de piel hasta llegar a su miembro erecto. Lo tomó con su mano tibia y le arrancó el primer gemido fuerte. Ambos comenzaron con las risitas por temor a ser escuchados por Yoogeun o por Kibum. Siguieron con lo suyo, disfrutándose.

Taemin se llevó el pene grueso de Minho  a la boca, sorbiendo en la punta y jugando con sus testículos, escuchando los micro suspiros de su novio, como prueba de que estaba haciendo un gran trabajo.

Más besos recorrieron la espalda del menor, un jalón de cabello y ya estaba de a cuatro. La vista era exquisita desde el ángulo de Minho y juraba que su miembro creció más cuando sus ojos se posaron en el agujero rosa del menor.

-Preservativo, hyung –le asombró que él fuera el de la iniciativa esta vez. Pero no perdió tiempo y tomó el condón de su mesita de noche, lo abrió e incluso le llevó tiempo colocárselo, pues el trasero de Taemin se meneaba de un lado a otro, restregándose contra su pelvis.

-Me vuelves loco –no introdujo sus dedos para prepararlo. Un par de lamidas fueron más que suficiente para lubricarlo y supo que lo hizo bien cuando el cuerpo de Taemin se estremeció.

La primera embestida fue lenta, porque a pesar de la gran necesidad de sentirse mutuamente, Minho era un caballero y por nada del mundo iba a dañar uno de sus más grandes tesoros. Cuando Taemin le mandó la señal, entonces sí, se agarró de las caderas del menor y lo único que resonaba en la habitación era el choque de su pelvis con las nalgas del menor, ya que Taemin ahogaba sus gemidos mordiendo la almohada.

-¡Minho! –gimió y aún con el rostro enterrado en la almohada, el mayor pudo escuchar el gutural sonido. Eso sólo hizo que incrementara su velocidad, tocando el tan buscado punto dulce de Taemin.

Fue mucho tiempo del que calculó mientras lamía su espalda y besaba su cuello. Taemin alcanzó el orgasmo antes que él, salpicando con gloria la sábana. Minho se vino segundos después, enterrando su miembro hasta el tope, dejando salir su semilla en el interior de su novio.

-Ha sido espléndido.

-Más días como estos  -susurró el menor, aun tratando de estabilizar su cuerpo por el recién orgasmo.

-Me encantas mucho. Tener este tipo de encuentros me hace mucho más cercano a ti, más íntimo; no sabes lo bien que se siente tocar cada centímetro de tu piel con…-la mano de Taemin calló las  palabras del moreno, y lo miró divertido.

-Sé cómo es mi piel, cariño. Ahórrate esas palabras para más tarde. Tienes un bebé ahí abajo y yo necesito terminar el desayuno. –Minho asintió apenado; tomó su ropa y solamente se subió los bóxers que no se había quitado por completo. Sin duda esto fue un encuentro fugaz y totalmente perfecto.

 

 

Cuando los dos se encontraron listos, bajaron nerviosos de que Kibum se hubiera levantado. Pero no, apenas eran las 8:30 y en la casa solo se escuchaba el sonido de los colores de Yoogeun.

Habían tenido sexo en menos de una hora. Y había sido lo mejor del día.

-Bueno, te veo al rato amor –Taemin no sabía cómo responder cada que Minho le trataba de manera dulce, después de hacer algo pervertido, pero le gustaba ese lado del mayor, ese que actuaba como si fueran la pareja más casta del mundo.  En un minuto podrían estar riendo sobre algún comentario de Yoogeun y al siguiente, podrían estar tocándose bajo la ropa, disimuladamente, sintiendo la adrenalina inundando sus cuerpos calientes.

-Sí, hasta luego –vio al mayor desaparecer por la puerta principal y sólo hasta que Yoogeun se le colgó de las piernas, entendió que era tiempo de servir el desayuno.

 

 

**

-¿Cómo amaneciste, hyung? –Kibum apenas le dirigió la mirada, cosa que al menor no le inmutó, pues no era fácil estar en su estado, más los problemas amorosos que tenía.

-Creo que… -Se removió de la cama, destapándose, cosa que alertó al menor, quien dejó la bandeja del desayuno en la mesita y corrió a mantenerlo  en la cama. -¿Qué pasa? Necesito estirar las piernas.

-Hyung, debes cuidarte –replicó Taemin. Kibum le echó una mirada desconcertada.

-Muchas gracias por cuidarme, pero todo este tiempo reflexioné que debo seguir adelante. Digo, tengo un trabajo, mi propio departamento y mi apariencia debe ser un asco. Necesito volver a mi rutina –tomó la mano del menor que lo arropaba y la apartó amablemente.

-Es que…no es conveniente. –No podía decirle. Si Kibum se enteraba de lo que pasaba en su cuerpo, sus ataques de ansiedad podrían aparecer, cosa que iba a ser mala para el pequeño en crecimiento.

-No sé qué se traen Minho y tú; desde que el doctor vino a checarme han estado actuando demasiado raro. Me acompañan al baño, me ayudan en las duchas, me traen la comida a la cama.

-Pero hyung…

-¿Saben? No soy un inválido…-respiró profundo – solo tengo el corazón roto.

Taemin se sentó a un lado, acariciando la mano pálida, tratando de confortarlo, pero no sabía exactamente como.

-Hyung, el doctor dijo que estás muy débil y todo lo que necesitas es reposo.

-Igual y no tengo tantas ganas de levantarme. Me duele el cuerpo y tengo mucho sueño. Sólo que no quería que pensaran que me paso con su amabilidad. –Taemin sonrió.

-Para Minho eres como un hermano y él haría lo que fuera por ayudarte.  –Kibum lo sabía. Pero la verdadera razón era bajar a la cocina y tomar un café con Taemin, para intentar escuchar noticias de Jonghyun.

Sin embargo, no iba a conseguir nada. Recordó lo mucho que le suplicó a Minho que lo cubriera, que Jonghyun no supiera donde estaba, que no lo llamara, que no lo buscara más. Pero era tanto su masoquismo que era capaz de soportar el ver la noticia de la supuesta boda con tal de volverlo a ver. Si estaba feliz, realizado, si seguía guapo, si se acordaba de él.

Si por lo menos lo extrañaba un poquito.

 

-Bueno…-su mente despejó aquellos pensamientos y se enfocó en lo que llevaba la bandeja -¿Qué tenemos para hoy? Espero que sean esos huevos con tocino que llevo ansiando desde ayer. –Taemin no lo vio raro, pues sabía que algunos síntomas de embarazo salían antes de lo esperado, como esos antojos desquiciados de su amigo por querer comer grasa.

-Sí, pero no puedes comer demasiado. Necesitas comer espinacas – a Kibum se le hacía raro que cada mañana Taemin incluyera espinacas en su plato de desayuno y almuerzo. Él sabía que no tenía anemia, y aunque estuviera débil no era tan necesario. Su curiosidad por saber que pasaba crecía más y más.

-De acuerdo.

 

 

**

-Joven Kim su madre no se encuentra y su padre está en un viaje de negocios.

-¿Cómo vas con lo encargado?

-Listo. Todos los medios han negado el rumor de la boda y la empresa representante de la señorita Hwang ha cedido a la presión. Ahora su compromiso no es más que una mentira.

-Muchas gracias –el asistente hizo una reverencia y se retiró.

Jonghyun se sentó en el sofá carísimo de la sala, observando esa enorme habitación que solo le traía los peores recuerdos de su infancia. Dirigió su mirada hacia el piano blanco del rincón, donde solía tomar su 4 horas de  partituras diarias, en la puerta del lado contrario, donde se hallaba el pequeño estudio que su padre había mandado a hacer para sus lecciones con tutores privados. Seguramente seguían los libros de economía, matemáticas y comercio que cada día tenía que repasar a pesar de tener sólo 12 años.

Cerró los ojos y calmó su mente.

De inmediato la imagen de Kibum apareció, dándole confort y serenidad.

Se sentía tan mal el no tenerlo por mucho tiempo. Se preguntaba si estaba bien, si no le faltaba nada, si Minho le había mentido, si lo seguía amando tal como él lo hacía.

-¿Dónde te has metido, Kibum? –susurró.

-Señora Kim… -escuchó del otro lado del largo pasillo de entrada. Caminando por la alfombra costosa apareció su madre, totalmente sorprendida de ver a su hijo en casa.

-Jong…

-No hables, porque el único que va a modular las palabras soy yo. –Su madre se acomodó el abrigo y tragando en seco, se dirigió al  sillón, quedando en frente del moreno. Podía sentir la mirada de odio en toda la sala.

-¿Y bien?

-No entiendo como alguien de tu altura social puede hacer algo tan ruin y bajo. ¡Y a su propio hijo!  -Gritó. Jonghyun estaba explotando de a poco.

-No lo entenderías.

-No, claro que lo entiendo. Entiendo que no eres más que una egoísta, que solo ve por su imagen y le vale un carajo lo que su propio hijo sienta. ¿Cómo te atreves a arruinar mi felicidad con Kibum? ¿No sabes que él lo es todo para mí? ¡En cambio vas y contratas a una actriz y creas ese estúpido teatro de que me voy a casar con ella! ¿Dónde está tu cabeza? O lo que es más importante, ¿Dónde está tu corazón? No puedo creer que por maldad me hicieras esto.

-¡Sólo procuraba tu bienestar! –Alzó la voz. -¿No entiendes que eres el heredero del imperio de tu padre? ¡No necesitas ese tipo de personas en tu vida!

-¡A quien no necesito en mi vida es a ti! –Reclamó –Ya no puedo verte como mi madre, sino como un ser siniestro que quiere verme infeliz, a la que no le intereso. Kibum era mi todo  y tú te encargaste de joder mi vida, como siempre…

-¡Ese muchacho no está a tu nivel, por el amor de Dios! Es un pobre diablo que solo va tras tu fortuna, que te ve con avaricia. Su sangre no es digna de nuestra familia –se abanicaba con su mano enguantada, evitando a toda costa cruzar la mirada con su hijo. Ella igual estaba furiosa –No tiene nada de especial. Es un chico pobre, estúpido, caza fortunas, de lo más bajo de la sociedad.

Jonghyun comenzó a reírse como burlándose de la mujer que lo miraba confundida.

-No puedo creer que hayas dicho eso, si eres la menos indicada para juzgar a la gente. ¿O ya se te olvidó como te arrastrabas a mi padre mientras trabajabas de limpieza en la empresa del abuelo? Tú eres escoria, creyendo que por vestir pieles de lujo tapas tu pasado, pero ambos sabemos qué clase de mujer eres,  lo que tuviste que hacer para llegar a ser la señora Kim. Tú tampoco eres nada.

Las palabras de Jonghyun calaron en el corazón de la mujer; instintivamente comenzó a llorar, con la mirada para abajo.

-Ni siquiera me voy a disculpar. Eso que tú sientes no es ni la cuarta parte de lo que llevo adentro. De ahora en adelante acostúmbrate a mi desprecio. Para mí ya no eres nada.

Estaba a punto de salir de la habitación cuando el asistente de su padre entró corriendo, alarmado y con cara de preocupación.

-¡Joven Kim, señora Kim! –gritó. La madre de Jonghyun se paró de inmediato, secando las lágrimas con su abrigo.

-¿Qué pasa, JungSook? –El asistente tomó una bocanada de aire y trató de formular las palabras.

-El…el señor…el…señor Kim…-suspiraba con dificultad.

-¿Qué le pasa a mi padre? –preguntó Jonghyun.

-En…su viaje a Roma, el señor Kim tuvo un paro respiratorio…

La madre de Jonghyun inmediatamente se desvaneció, hasta caer al piso.

 

-¿Su padre…estaba muerto? 

Notas finales:

NO SÉ QUE ME PASA CON EL DRAMA ;A; 

 

Recuerden que tengo una página en Facebook donde aviso de las actualizaciones, para que no tengan el pendiente :p

y es: SWEET POINT <3

LOS AMO, NO ME MATEN, MEJOR DESAHOGUEN SU ODIO EN UN REVIEW :D


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