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¡Yoogeun quiere ayudar! por Han Rae Ri

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Notas del capitulo:

Si creyeron que iba a tardar menos, estaban equivocados u w u 

Nomás quería poner el pilón antes de ausentarme, para que no lo vieran tan pesado <3

En fin, ya lo terminé y ya empecé con el otro. Y si no me creen, váyanse hasta las notas finales. 7u7

 

En fin, espero que les guste y...

 

Read & Enjoys uwu 

 

Taemin se revolvía la cabeza tratando de recordar en qué momento Minho había roto el empaque del condón para ponérselo. ¡ENCIMA LE DIJO QUE SE VINIERA EN SU INTERIOR! Que estúpido había sido.  Tenía tantas ganas de preguntarle al mayor, pero cuando éste le contó la enorme cantidad de tarea que le faltaba por terminar, desistía.  Era demasiado.

Además, no es como si estuviera en sus días fértiles ¿verdad?

Quizás ni pasó a mayores ¿verdad?

Igual, muchas parejas tenían relaciones sin preservativos y no concebían ¿verdad?

Y éste era su caso ¿NO ES ASÍ?

-Mierda… -susurró. Sus ojos de pronto se enfocaron en el calendario colgado en la cocina. Claro, sólo debía ir a su habitación y revisar en su diario su período de cero peligro; estaba tan nervioso que ni siquiera podía sacar sus cuentas con claridad.

Sirvió el desayuno para Yoogeun y le besó la coronilla, asegurándose de que el bebé comiera adecuadamente. Después subió a su habitación como alma que se llevaba el diablo y revisó en todos sus cajones hasta encontrar la bendita libreta negra. Se sentó sobre la cama de Taesun y comenzó a leer.

Lunes no…martes sí, miércoles sí, jueves súper sí, viernes sí, sábado sí…

Ah bueno, no había problema porque habían mantenido relaciones el lunes, así que no había mucha probabilidad. Nada de qué preocuparse. Pensó en llamarle a Minho para contarle sus disparates, pero cuando se fijó en la pantalla, casi se va de espaldas; estaban en viernes.

 

¡MIERDA!

 

-¿Cómo puede ser esto? –se masajeó la sien con la mano libre y su preocupación llegó a los cielos. ¿Decirle o no decirle? Mierdamierdamierdamierda.

-¿Taemin? –La voz de Kibum alejó sus pensamientos de tortura y se enfocó en ir a ver lo que el rubio –ahora cabello cobrizo – necesitaba.

-¿Necesita algo? –Kibum negó, con una sonrisita.

-Me siento solito. – Taemin sonrió porque el mayor actuaba como si fuese un pequeño.

 

 

**

-¿Es necesario que no vayas? –Jonghyun sorbió de su café y miró a su padre a los ojos.

-Yo entiendo que este negocio es muy valioso para ti, pero debes comprender que el amor de mi vida me necesita y aunque no puedas comprenderlo, te pido aunque sea tu permiso –el hombre levantó apenas sus manos, hasta reposarlas en su regazo.

-Te entiendo. Por más difícil de creer, yo amo a tu madre con locura, y me duele ver en el monstruo en el que se ha convertido por mi culpa –una lágrima comenzó a deslizarse por la mejilla arrugada del hombre y de pronto, ese hombre de acero impenetrable se deshizo en sollozos. –hijo, te pido perdón por haberte hecho daño, creyendo que todo sería para tu bien, y en nombre de tu madre también, por negarte todo el amor que te merecías…

Un par de bazos enfundados en un saco negro lo apretaron con dulzura, expresando en ese gesto las ganas de perdonar a su padre.

-De no ser por ustedes, nunca hubiera conocido a Kibum, así que, en parte muchas gracias por todo. –las manos viejas palmearon la espalda ancha.

-Ve por él, y sé feliz. Después de todo, ¿Qué son 40 millones de dólares? Ya habrán más negocios –Jonghyun asintió contento.

-Gracias padre…

 

 

**

Después de aquella noticia, Kibum comenzó a comer tan saludable como le era posible. Ya estaba a una semana de pasar los tres meses de gestación, cosa que lo hacía tan temeroso que ni siquiera se levantaba de su cama para ir al baño. Ahora solía bañarse con toallitas húmedas y comer cosas con mucho hierro y vitaminas.

-Hyung… -Taemin entró en la habitación con una bandeja repleta de comida que olía delicioso. –Te he traído el desayuno –asentó el traste junto a la mesita de noche, sentándose al borde de la cama para poder ayudar a su amigo a comer.

Kibum abrió los ojos y trató de sonreír. A propósito, su aspecto era un total desastre. Su rubio cabello había cambiado por un castaño cobrizo poco brillante, sus ojos eran escondidos bajo un par de bolsas moradas e hinchadas, su piel se notaba reseca, al igual que sus labios casi blancos; era como ver a un enfermo en su fase terminal.

-Gracias Tae –susurró antes de tratar de acomodarse la docena de almohadas detrás de su espalda. Cuando su brazo se extendió, Taemin trató de contener su expresión de sorpresa al contemplar su extremidad demasiado delgada.

-Hyung, pareciera que tienes adentro dos bebés vampiros –bromeó el menor, acercándole el vaso de leche.

-Alguien ha estado leyendo muchas novelas juveniles –El menor sonrió.

-Es parte de mi tarea. En la universidad tenemos que abarcar todo tipo de géneros –Kibum masticaba sin ganas las tostadas con mermelada y apenas y sorbía de la pajilla el jugo natural. No fue hasta que se atragantó que Taemin paró de alimentarlo y se asustó. -¡Hyung! ¿Se encuentra bien? ¿Le duele algo?

-En realidad no me siento muy bien. –Sollozó –tengo unos dolores de cabeza muy fuertes y siento que mi cuerpo ya no puede moverse.

-Llamaré un taxi para que nos lleve al médico –sacó el móvil casi de inmediato –necesita que lo revisen.

-Pero no puedo estar de pie por mucho tiempo –bajó la cabeza conteniendo las lágrimas –este es el momento donde debería ser más cuidadoso. Si les pasa algo a mis bebés, nunca me lo perdonaría

-entonces usaremos…-Taemin se mordió las uñas, mirando hacia el techo – la silla de ruedas de mi madre –no lo pensó dos veces y subió al ático en busca del aparato. Cuando la tuvo en frente, recordó los últimos meses de su madre sentada en esa cosa, mirándole y sonriendo después de juntar todas sus fuerzas para lograrlo.

Pero no era momento de traer recuerdos devastadores, sino de ir por su amigo y ayudarlo, porque estaba claro que nadie más sufriría en su casa  y menos un par de pequeños que no tenían la culpa de nada.

Bajó la silla y la llevó a la habitación donde se encontraba esperándole Kibum.

-¿No quieres cambiarte de ropa? Llevas ese pijama por dos días.

-Tae, a estas alturas me vale gorro mi apariencia; sólo quiero que mis nenes vivan.

-Claro…

 

**

Jonghyun se sentía tan nervioso porque hace mucho que un par de ojos pequeños no le miraban felices, ni ese par de labios corazón le decía lo mucho que lo amaba. No sabía cómo reaccionar cuando viera a Kibum con su apenas abultado vientre. Lo más seguro es que se arrojaría a sus pies y los besaría hasta llegar a su panza y la llenaría de caricias, palabras de amor y muchos abrazos.

¿Qué sería su bebé? ¿Kibum se estaría cuidando correctamente? Torpe, claro que sí. Él iba a ser sin duda el mejor papá del mundo, porque estaba seguro de que primero muerto antes de que le pasara algo a su hijo.

Hubo un momento en el que recordó todo el dolor que la última tragedia ocasionó y por eso imploraba a alguna fuerza superior que por favor mantuvieran a sus dos bebés a salvo.

Se secó la lágrima a punto de salir y le dio una mirada  a su alrededor. El departamento de Taemin estaba tapizado de flores, peluches y globos en forma de corazón. Y en medio de todos esos arreglos, se encontraba él con un traje blanco, presumiendo su ahora cabello castaño y sus ojos enamorados.

 

 

**

 

-Joven Kim, como ya le había dicho, usted presenta un riesgo muy alto en su embarazo debido a sus antecedentes y a la primera pérdida. Y como sabe, tiene en su interior a gemelos, lo cual duplica el riesgo de gestación –todo el consultorio olía a desinfectante y eso le quemaba la nariz; no era un olor agradable a primavera, sino al vil cloro. Su cabeza le daba vueltas y sentía el vientre con dolores.

-Doctor no sé si me ha visto bien, pero no estoy en mi mejor momento –el hombre con bata blanca se levantó de su silla y se dirigió a su lado, tomando su estetoscopio para medir su ritmo cardiaco.  Le tomó la presión y luego le abrió los ojos para examinarlos.

-Es obvio que está perdiendo peso seriamente. Su alimentación no basta para mantenerlos a los 3 vivos. –Se apoyó sobre el escritorio y cruzó los brazos –Me temo que debemos internarlo de urgencia.

-¿Por qué? ¿Pasa algo grave? –Kibum no quería que ahora se le presentara algún ataque, porque estuvo haciéndolo bien durante dos meses y medio como para que pusiera en riesgo la vida de sus hijos.

-Escuche, los fetos se alimentan de la madre, pero si ésta ya no tiene lo suficiente para compartir, entonces, una de dos; o sus hijos no llegan a formarse por falta de nutrientes, o le succionan todo y lo dejan seco, lo cual va a afectarles de todas formas.

-No quiero que nada pase.  Pero… ¿Quedarme en el hospital?

-Joven Kim, su peso ideal debe ser de 64 kilos. Pero hace 5 meses estaba en los 59. ¿Sabe cuánto pesa, sin su vientre? 49 kilos. Sólo está poniendo en riesgo a sus hijos y a su propio cuerpo.  –Kibum se mordió los labios, mirando hacia Taemin, buscando una respuesta en esa carita asustada.

-Hyung, debe de internarse. –Kibum asintió decidido. Esta vez haría hasta lo imposible por sus pequeños.

-De acuerdo –afirmó.

-Bien; prepararemos  un cuarto compartido, a menos que quiera pagar por noche –Kibum negó –en ese caso, deberá esperar media hora en una camilla en lo que lo asignamos.

Taemin se alejó un momento para hacerle una llamada a Minho y ponerlo al tanto, pero cuando el mayor escuchó “hay que internar a Kibum hyung” un mar de preguntas resonaban por la bocina. Sabía que iba a dejar todo para llegar al hospital.

 

 

**

 

 

-JungSook, pensé que me habías dado la dirección correcta. Kibum no se ha presentado desde hace dos horas. –El asistente carraspeó.

-Señor, mis contactos me han informado que el joven Kim está siendo internado en el hospital.

-¿QUÉ? ¿POR QUÉ? ¿Le ha pasado algo a él, o al bebé? ¡El bebé! ¡Dime que no lo volvió a perder, por favor! –su desesperación se apoderó de todo su cuerpo, se sentía temeroso de escuchar una afirmativa.

-No señor, pero es de vital importancia que reciba atención médica. Su estado es delicado.

-Ya lo creo. Mándame todos los detalles –Se pasó la mano por el cuello, rogando que el amor de su vida se encontrara bien.

-En estos momentos está en espera de ser asignado a un cuarto compartido, y una vez ahí…

-Ya, ya. Consíguele una habitación privada, con las mejores comodidades y los mejores doctores, no importa lo que cueste. –JungSook confirmó y una vez le dio la dirección, colgó. –Voy por ti, mi amor.

 

 

**

-Señor Kibum, su cuarto ya está listo –anunció la enfermera. Lo trasladaron en una silla de ruedas, y el castaño sin soltar la mano de Taemin, se dejó hacer. En el trayecto pensaba que haría cualquier cosa por ver a esos pequeños salir de su interior, sanos y con una larga vida por delante. Si Jonghyun no había aparecido no era motivo para entristecerse, pues ahora tenía una carga enorme en sus manos.

Aunque no pedía mucho al desear  verlo una vez más, sentir sus caricias, sus palabras de alegría y sus labios junto a los suyos.

Dios, sus labios debían saber a gloria, porque ya no recordaba su textura, ni la manera tan sensacional en que su boca tomaba presa la suya. Suspiró un poco triste, porque el padre de sus hijos no estaba tomando su mano y quizás, ni estaba enterado de la vida que crecía en su interior.

-Aquí es –anunció la enfermera. Taemin miró a su alrededor y se dio cuenta que era el área vip, todo lo contrario a lo que solicitaron.

-Pero el joven no pidió una habitación para él solo.

-Descuide; esto ya está cubierto. Por cierto, es la habitación más grande del hospital.

-¿Pero qué…? –las puertas se abrieron y un bonito aroma a lavanda acarició sus fosas nasales. Y entonces lo percibió. Ese olor masculino tan rico y elegante sólo podía ser de una persona.

-Jonghyun…

-Hola mi amor –susurró el hombre junto a la enorme cama, ilusionado, irradiando felicidad.

Sabía que aún no era tiempo pero algo dentro suyo se movió lleno de gozo, como si reconociera esa voz masculina que tanto extrañaba. Trató de no llorar, de no pararse de la silla para correr y echarse entre sus brazos, pero vaya que su cuerpo exigía ese contacto. Lo anhelaba.

-Perdón… -fue lo primero que salió de sus labios. No sabía cómo iba a poder verle a los ojos después de las cosas que le gritó y de que huyó del departamento para ignorarlo.

Pero Jonghyun era tan perfecto que pareció olvidar todo y lo primero que hizo fue arrodillarse ante él, llorando en su regazo como un pequeño arrepentido.

-Mi Kibum…debí estar aquí para ti desde el principio. No ha de haber sido fácil para ti, por eso te pido que me perdones –inhaló aire para que sus pulmones tomaran fuerzas y pudiera por fin expresarle todo el calvario que vivió sin el amor de su vida. –tú lo eres todo para mí y sin ti no soy nada. Quiero que sepas cuánto te adoro y te amo. Eres mi razón de ser y no puedo imaginar un futuro sin tenerte tomado de la mano. –Kibum se estremeció ante los sollozos, que no había notado las millones de flores que adornaban la habitación, ni los globos en el techo o la cantidad exagerada de peluches en el mueble junto a la cama. Después de todo, ese hombre seguía sin cambiar. –Ahora ya estoy aquí, y así quiero seguir si me lo permites.

-No sé qué tienen los hospitales que siempre nos unen. –susurró. Levantó la cabeza del mayor y fue ahí cuando este se dio cuenta del aspecto enfermo del castaño. Sus ojos parecían hundidos, sus pómulos resaltaban más y esas mejillas regordetas estaban huecas, al igual que su piel pálida y reseca. -¿Te doy miedo, verdad? –Jonghyun negó, porque lo que necesitaba en ese momento era probar los dulces labios corazón. Eso era todo.

Y cuando lo hizo, algo en el interior de ambos volvió a nacer. Pudieron sentir sus corazones latiendo con fuerza y un leve sonrojo iluminó el rostro blanco del menor.

-Te amo – pronunció a milímetros de su boca –y nunca dejé de hacerlo, tonto –Jonghyun sonrió.

-Vamos a ser papás –chilló emocionado, tocando su vientre apenas abultado –te juro que esta vez no voy a permitir que algo le pase a mi bebé. Es una promesa –Kibum rió, dejando desconcertado al mayor.

-Jjong, ¿No lo sabes? Estoy embarazado de gemelos, tú, grandísimo idiota. ¡Hiciste tu trabajo al doble! –La cara de Jonghyun era un completo acertijo; hasta que sus cejas se levantaron y su boca formó una “o” gigantesca.

-¡¿SON DOS?! –Gritó. 

 

 

 

Notas finales:

¿Qué son 40 millones de dólares? El amor de tu vida lo debe valerr u w u

ok, muchas opinaron que lo mejor sería una parejita (niño-niña), con lo cual estoy muy conforme y ya sé como manejar la situación. Si ya les hice spoiler, lo siento mucho;))

bien. Aquí viene la parte jugosa.

 

No podía esperar a que Minho llegase de la universidad y tampoco le apetecía ir a casa. Lo mejor era esperar un momento con Kibum y después ir por los resultados.

Para Taemin esto era un terrible dolor de cabeza, pero no porque le molestara la idea de ser padre, sino que, no sabría como lo iba a tomar el mayor y tampoco estaba seguro si contaba con su apoyo al 100%. Porque una cosa es que se hiciera cargo de Yoogeun, con el cual se comprometió pues sabía las consencuencias de sus actos y otra muy diferente que se le haya olvidado por completo tener precauciones, y  todo por ser un chico caliente. Todo esto era su culpa.

Inhaló y exhaló. tenía muy claro lo que debía hacer.

Miró el reloj y se asustó cuando la aguja estaba a punto de marcar las 4:00 pm.

Si resultaba embarazado, se iría de la vida de Minho; lo que menos quería en esos momentos es ser una carga para él y sus estudios. Le iba a doler en el alma, pero la decisión ya estaba tomada. 

**

JEJEJEJEEJEJ >:) DEJEN REVIEW u w u 

y DENLE LIKE A SWEET POINT <3 BAAAAAi <3


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