-¡Hora de despertar!
Jonghyun se removió entre las suaves colchas. Era tan cálido dormir en una cama así de confortable. Sonrió sin abrir los ojos, aspirando el aroma a fresas que se podía oler por toda la casa.
-¡Dije hora de despertar! –el rubio se encontraba en el marco de la puerta con un lindo delantal blanco y un cucharón de madera. Jonghyun soltó unas risitas al contemplar esa imagen hogareña del menor.
-Ya voy yeobo, pero la cama es tan cómoda. –aquellas palabras hicieron que las pálidas mejillas se sonrojaran. Este chico sí que era un descarado al hablarle así. Olvidó por un momento esos pensamientos y volvió sus manos a los costados de su cintura.
-No es momento de bromas. Ya son las 8 y el desayuno está servido.
-Te recuerdo que no puedo hacer fuerza en el pie, así que ¿Qué te parece si me traes el desayuno a la cama yeobo? –comentó con la voz vacilante y con obvias intenciones de molestar.
-Deja de decir estupideces hyung… - se dio la vuelta dispuesto a irse antes de que el mayor descubriera el adorable sonrojo que adornaba su rostro. Quizá solo le traería la comida, pero estaba bien idiota si creía que le iba a dar de comer. Él era Kim Kibum y no era sirviente de nadie.
Se enderezó pegando el costado del brazo junto a la pared. Era una habitación tan colorida y con una bonita vista al jardín, el cual no estaba en su apogeo, pero bastaba con tener aquel árbol que de una forma le hacía sentir tranquilo. Suspiró y por un momento se olvidó del dolor en su cuerpo y las cosas que le habían pasado.
Y sin darse cuenta, se había encontrado pensando en aquel rubio gritón. En las facciones finas de su cara, de su cuerpo demasiado cuidado y su personalidad bipolar, tan irritante pero dulce y amable.
Por un instante quiso delinear esos ojos afilados, que se le hacían bastante preciosos, acariciar la pequeña nariz y depositar un beso en cada mejilla. Era tan bonito para ser un hombre.
-Qué cosas Jonghyun, no me digas que ya te enamoraste… -habló consigo mismo. Dejó que sus labios se curvearan a los extremos de su cara. Imposible. El no estaba enamorado así de rápido.
“Pero quizá si me guste”
Su estómago comenzó a burbujear, como si sintiera miles de alas revoloteando en su interior.
“Me gusta Kibum”
~**~
-Appa no vayas hoy –Minho tomó en brazos al pequeño y acomodó su cabecita entre su hombro y su cuello, acariciando sus cabellos suavecitos.
-Son solo tres horas Yoogeunnie, appa volverá más rápido que otros días. – el pequeño hizo un adorable puchero que Minho tuvo que voltear la mirada si no quería caer ante sus encantos. – No puedo llevarte bebé, si quieres te dejo con el tío Bummie. ¿Qué dices?
Yoogeun amaba a su tío, pero en ese momento solo podía pensar en Taemin hyung jugando con él, porque su tío solo le pondría unas películas y se iría.
-Quiero a Taemin hyung… -susurró mientras arrugaba el cuello de la camisa del mayor. Minho suspiró.
No es que no quisiera al chico cerca de su hijo, pero cada vez que lo veía sentía esas ganas de abrazarlo y protegerlo, lo cual no iría nada bien si él deseaba concentrarse en el trabajo y sus estudios.
-Primero le llamaré a Kibum y si no está disponible iremos con Taemin hyung. –el pequeño asintió y abrazó a su appa aún más fuerte.
-Puedes traerlo, pero estaré ocupado con algunos documentos que me traje del trabajo. – Minho suspiró. Sus manos masajearon sus sienes con cuidado. Eso significaba que tendría que llamar a Taemin.
-De acuerdo Bummie, gracias de todas formas.
-Aunque podrías traer al pequeño junto con su maestro. No tengo ningún problema. Aparte, así podría vigilarlo y él podría jugar a gusto con el chico.
Kibum tenía razón. Eso sonaba como una gran idea.
~**~
-¿Si?
Desde la otra línea podía escuchar perfectamente la respiración contraria, y el número en su celular le confirmaba de quien se trataba. -¿Hola? -Insistió. Suprimió las grandes ganas de sonar demasiado emocionado. Pero es que se trataba de aquel chico por el cual no había estado dormido bien.
-Uhm, hola Taemin ah – Dios, su nombre no podría sonar tan hermoso de esa boca. Sonrió sintiendo el conocido calorcito apoderarse de sus mejillas.
-Oh, hola hyung.
-Escucha, sé que las clases acabaron hace una hora, pero es que en este momento.
“Quiero verte”
Negó con la cabeza intentando quitar esos pensamientos. Minho no podría pensar de el de esa forma. -¿quiere que cuide de Yoogeun? - preguntó con la certeza de que para eso era la llamada.
-Ah sí, sí. Es que no puedo dejarlo solo en casa mientras voy al trabajo. Sé que no te concierne después del horario de guardería, pero te pagaré.
Taemin no necesitaba su dinero, pero era una magnifica excusa para volver al chico de ojos grandes y perderse unos segundos en ellos.
-Suena bien hyung. ¿Quiere que vaya de una vez?
-Sí, pero será en la casa de un amigo. ¿Estaría bien? -Taemin asintió aun si Minho no lo observaba.
-Ok hyung, deme la dirección y estaré lo más pronto posible allí.
-No, dame tu dirección. Pasaré por ti. – por un momento sintió a sus piernas fallarle. Minho iría por él. Como si fuera una cita.
Una cita que en verdad era una encomienda para cuidar de un lindo bebé.
-Ok hyung…
~**~
-Taesun hyung ¿Dónde está appa?
-No ha llegado desde que salió de trabajar. Dijo que se quedaría en la oficina y se encontraría con un cliente. –Taemin pasó ambos brazos rodeando el cuello de su hermano quien se encontraba en el sofá de la sala. -¿Qué quieres? –preguntó divertido, sabiendo los trucos de Taemin para conseguir permiso.
-Kai me llamó para ir a su casa a ver unas películas. ¿Puedo ir? -sabía que a su hermano le encantaba sentirse la autoridad de la casa, y darle un poquito de cariño le ayudaría a ganar puntos. -¿Puedo? –puchereó.
El mayor asintió, sintiendo de inmediato un par de labios en su mejilla. Señal de agradecimiento hacia él. -¿Te quedarás a dormir?
-No, pero llegaré algo tarde. ¿Puedes decirle a appa? –Taesun asintió y el castaño sonrió. –Te amo.
Se cambió la camiseta blanca de la guardería por una más sencilla de lunares blancos sobre tela azul y los pantalones por una bermuda azul marina que hacia juego. Se amarró el largo y liso cabello en una media coleta. Se limpió la cara y untó un poco de crema humectante. Verificó que su hermana no hubiera agarrado alguno de sus productos y cogió un poco de dinero por cualquier cosa. Metió los billetes junto con su celular y algunos libros infantiles a una bolsa.
Volvió a dejar un beso en la mejilla de su hermano y agarrando sus llaves caminó una esquina para esperar a Minho.
Dentro de la camioneta se escuchaban los chillidos de Yoogeun por querer ir en el regazo de Taemin, para acariciar su suave cabello y jugar con él.
-Los bebés deben permanecer atrás cariño. – contestó el castaño para calmar al pequeño. Minho curvó sus labios, complacido con la personalidad tan cariñosa y tranquila del chico a su lado.
Por un momento dejó que un pensamiento rondara por su mente. El manejando y Taemin jugando con Yoogeun como si se tratara de una familia. Y no le molestó para nada. El menor era lindo, cálido y dulce. Y a Yoogeun le gustaba Taemin.
-Appa, ¿dejas que Tae hyung sea mi omma? –preguntó inocentemente el pequeño, dejando a los chicos de adelante algo sorprendidos. Él quería alguien con quien jugar y Taemin era perfecto.
-Qué cosas dices Yoogeun. –Minho carraspeó para que el tono de su voz se oyera convincente. – de seguro Taemin ah debe tener pareja. –Taemin negó rápidamente.
-Uhm, no tengo pero no me molestaría ser tu omma pequeño –comentó como si nada, acariciando la manita del menor. Volteó su cabeza hacia Yoogeun para que el mayor no notara el fuerte sonrojo que le costó por decir aquellas palabras.
Y tampoco eso le molestó. Por el contrario, a Minho saber eso le alegró lo que restaba del día.
~
-Me voy. Que Yoogeun no se acueste tarde y no dejes que Kibum le de tantos dulces. – luego de las presentaciones, y algunas indicaciones,
-Eres tan lindo. No comprendo como Minho no haya intentado nada contigo. Y tienes tan buen estilo de vestir. Me encanta. – Taemin susurró un leve “gracias” y las mejillas regordetas no dejaban de colorarse de rojo. Y el chico quien era el mejor amigo de Minho de alguna forma lo aceptaba. – Bueno, ya me conoces y eso. Estaré en la planta alta con mi trabajo. Puedes usar lo que quieras de la casa. Adiós bebé. –se dirigió hacia el pequeño y se fue escaleras arriba.
-Bien cariño ¿Qué quieres hacer primero? -preguntó Taemin acercándose hacia el regadero de cubos y juguetes.
-Tío Bummie dijo que tenía un perrito con él. Quiero verlo. –comentó con la curiosidad en sus ojitos.
-Bueno, pues vayamos a buscar en donde está.
-Sip, pero primero baño – Taemin sonrió por lo tierno que era el pequeño. Le extendió su mano sin idea de donde podría estar el baño. –Arriba – habló.
Taemin asintió y juntos subieron los escalones con pequeños saltitos.
-aquí no. Aquí tampoco – la suave vocecita que salía después de revisar los cuartos que se encontraban en la planta alta.
-¿Hola? –se escuchó desde dentro de la habitación que recién habían abierto. -¿Kibum? –ese definitivamente no era el tío Bummie. Tomó la mano de Taemin aún más fuerte y entró dispuesto a averiguar quién era ese extraño.
Entonces lo vio. -¡Puppy! - apuntó al chico que yacía recostado en la cama del cuarto.
Taemin quiso reírse por el apodo tan chistoso que le sentaba de maravilla al joven.
-¿Quiénes son ustedes?
-Yo Yoogeun, él es Taemin omma y tu un Puppy. –soltó unas risitas acercándose más al cuerpo lleno de raspones. Palpó algunos moretones del brazo del moreno y acercándose cubrió de besitos desde su hombro hasta la palma de su mano.
-¿Qué haces? –preguntó enternecido el mayor.
-Appa hace eso cuando raspaditas duelen. – Taemin quiso apretujarle las mejillas hasta cansarse, pero sintió la mirada desconfiada del mayor sobre su persona.
-¿Y tú eres?
-Lee Taemin, cuido del pequeño. –Jonghyun trató de quedar sentado, pero prefirió quedarse en esa posición, disfrutando de las caricias que el bebé le hacía a su mano.
-Y…
-Ah, es hijo del amigo de Kibum hyung, Minho hyung - Jonghyun abrió los ojos sorprendiéndose.
-Wow, luce tan joven. No creí que tuviera un pequeño. –el mayor se dio cuenta de cómo las mejillas del menor se teñían de un ligero rosa. De inmediato supo que le gustaba aquel chico. – es guapo, de seguro ha llamado tu atención. –Taemin levantó la cabeza balbuceando y tratando de calmar sus ansias y pronunciar correctamente las palabras.
-Yo…
-Yoogeun quiere que Taemin se su omma. Haré lo que sea.
Jonghyun sonrió por las respuestas tan elocuentes del chiquillo.
~
Los tres se quedaron hablando un buen rato, y Taemin pudo ver que el moreno era una buena persona. Reía un poco al ver las muecas que hacía cuando Yoogeun se subía a su regazo, apretando sus moretones.
Igual pudo notar que Jonghyun hablaba más de lo increíble que era Kibum, sobre sus ojos y lo que se le viniera a la mente.
-Tío Puppy. –mencionó Yoogeun picando su nariz. Jonghyun sonrió.
-¿Por qué Tío? –preguntó divertido.
-Porque te casarás con Tío Bummie. ¿Nee? – al mayor se le hizo demasiado tierno, pero en ningún momento lo negó.
-De acuerdo, me gusta tu tío, pero no le puedes decir ¿eh? –Yoogeun asintió frenético. –él es buen chico, tan dulce y amable. Me gusta mucho.
-¡Yoogeun hará que se casen! –gritó emocionado, golpeando sin querer un pequeño moretón en el pecho del mayor.
Taemin sonrió porque ambos se llevaban de maravilla. Y le deseaba lo mejor con el chico rubio.
~
-Jinki, ya es todo por aquí. Ya puedes irte a casa. – le habló un señor desde el marco de la puerta de su oficina. El castaño asintió y recogió sus cosas.
Mientras subía a su auto, se mantenía pendiente de la hora.
-A las 7 en punto –susurró para sí mismo. En media hora se encontraría con SooYeon.
Aun recuerda como después de aquel café, se ofreció a acomodar sus bolsas en su auto, y al hacer un movimiento, quedaron demasiado cerca.
Tanto que no pudieron evitar besarse.