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¡Yoogeun quiere ayudar! por Han Rae Ri

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Notas del capitulo:

¡FELIZ AÑO NUEVO! 

Sé que pude actualizar antes pero comenzaron los rumores que Amor Yaoi había caido y en efecto no pude entrar ;; aunque no es excusa porque debí avisarles. Incluso pensé en subir el cap en mi página pero como quería esas leidas bonitas de su parte, igual la mayoría no se iba a enterar donde rayos estaba el cap.

Pero bueno, a lo que clickearon uwu

 

Read & Enjoy :)

Taemin intentaba no deshacerse entre los brazos duros del mayor, que lo apretaban de una manera ansiosa contra sí; su mente se encontraba nublada, así como se miraban las mañanas durante las primeras horas, sólo que esto era causada por el placer que un par de labios le provocaban en ciertos puntos clave de su cuello.

-Min… -ya no recordaba cómo era el gemir su nombre y qué era lo que esa pequeña acción causaba en el pelinegro, que con fogosa mirada se dedicaba a chupar la cantidad de piel expuesta en el menor. Su cuerpo entero se derretía por dentro, porque se le olvidó que cuando Minho le hacía el amor era una cosa más allá de besos y embestidas; eran sensaciones, era el tacto suave y a la vez poderoso, su estómago y cerebro inundados por miles de cosquilleos. Una cosa de otro mundo.

Minho quería disfrutar, porque no sabía cuándo sucedería de nuevo y trataba de hacerlo lo mejor posible, porque tenía miedo de que esa erección no se completara en el interior de Taemin; que de la nada le cortara la inspiración y comenzara a reclamarle porque seguramente ya se había fijado que no dejó los zapatos en el cajón de la entrada.

Pero a la mierda. Los minutos o segundos que este sueño durara, los iba a aprovechar al máximo.

-Tócame…-imploraba el mayor, depositando las manos pequeñas detrás de su espalda, que ardía ansiosa de ser despojada de esa camiseta azul y poder sentir cada maldita célula que conformaba la piel de Taemin, porque sólo besarla no le era suficiente. Quería mucho más de lo que ese cuerpo delgado le ofrecía.

Hubo un momento en que los besos se cortaron y ambos se miraron a los ojos, descubriendo el deseo en las pupilas del contrario.

-¿Seguro que deseas que continúe? –Minho rogaba por todos los cielos que afirmara, y ¡AHÍ ESTABA ESE ASENTIMIENTO DE CABEZA, GRACIAS A  DIOS!

-Hoy más que nunca quiero sentirte. –No necesitó un incentivo. De hecho, ni siquiera la ropa que el menor llevaba aumentaba el deseo que ya tenía almacenado dentro de él por tocarlo. Sólo por ser Taemin, el amor de su vida, se le antojaba de todas las maneras; desde que se levantaba hasta cuando le gritaba por cualquier cosa.

Tomó sus piernas, acariciando despacio, recordando la sensación a terciopelo de sus muslos blancos. Sin despegar sus labios de esa boca con sabor a manzana, se las ingenió para dejarlo colgando de su cintura, haciéndole saber lo mucho que lo necesitaba con la presencia de su miembro más rígido y duro. Taemin mostraba ese sonrojo a la hora del sexo que le daba un toque –incluso con ropa de teibolera – tan inocente y tímido, que Minho necesitaba convencerse de que no sufría de alguna parafilia hacia lo adorable.

-Mierda Taemin, me tienes a tu mando –Era la verdad con todo y letras. Sus manos no se cansaban de estrujar ese par de glúteos firmes y perfectos. Su cadera optaba por frotarse contra el miembro despierto, haciendo que el menor soltara ciertos gemidos cerca de la oreja del pelinegro; se necesitaban mucho.

-Vamos, sigue –imploró el menor entre suspiros, jalándole el cabello a su pareja para que le diera un respiro a su cuello y  a sus labios. Minho obedeció cargándole hasta la habitación aun llena de cajas. Cuando visualizó la cama, lo depositó como si fuera su primera vez. Entre besos y caricias se deshacían mutuamente, porque su tacto no podría cansarse del contrario. Es como si estuvieran destinados a no saciarse nunca. Minho pasó la pierna hasta asentarla en su cintura, permitiéndole el paso al pene aun enfundado en ropa, frotarse contra los interiores negros de Taemin. Esos vaivenes eran lo que más le gustaba al menor a la hora de entregarse; lo cegaban por completo.

Se fue deshaciendo de su ropa de una manera tan lenta que  parecía un crimen dejar ese cuerpo a medias, así que Taemin se atrevió a desabotonarle el pantalón y dejarlo en bóxer. Uno gris que remarcaba su miembro de una manera que cualquiera –sobre todo él – deseaba meterlo en su boca. No le hizo esperar más y posicionándose en 4, comenzó con un oral que Minho casi se va de bruces, porque la boca del pequeño envolvía su miembro con calidez y humedad, succionando la punta de una forma tan rica que Minho juraba, podía venirse en ese momento. Lo único que pudo hacer, fue acariciar su cabello de manera juguetona, como queriendo que lo llevara hasta lo más profundo de su ser, mientras que el otro lamía toda la extensión y besaba sus testículos despacito, para llevarlo a la perdición.

-Taemin…mierda –gemía fuerte. Su pene estaba siendo consentido por esa lengua que no dejaba ni un espacio sin recorrer. Por instinto comenzó a mover su cadera para sentir la cavidad bucal a todo lo que daba y después de resistir hasta el último momento, liberó su semilla en la boca del menor, soltando un gemido de satisfacción. Se desplomó a un lado de la cama, sonriendo satisfecho. Aun si Taemin decidía cortar el momento, él podría darse por bien servido.

-¿Qué haces? Aun no terminamos…- El menor continuaba acariciando aquel miembro que regresaba a la normalidad, pero esas manos juguetonas lo ponían en duda. –Necesito mi dosis de Minho –susurró con una voz que al mayor le entró por el oído y fue a parar hasta la punta de su amigo ya despierto para la acción.

Sin perder ni un segundo, tomó al menor entre sus brazos para acomodarse mejor; la pierna de Taemin se enroscó en el torso de lado de Minho, acariciándose de vez en cuando, en lo que sus bocas continuaban la labor de saborearse mutuamente.

Aquellas manos grandes recorrían la espalda frágil, pretendiendo tomar todo de Taemin en el tacto, llenándose y a la vez necesitando mucho más. Fueron descendiendo hasta llegar al par de glúteos redondos y bonitos.

-¿Puedo? –Le jadeó en la boca. Taemin abrió los ojos, ajustando sus pupilas hasta ese par de labios hinchados y deliciosos. Sentía el dedo índice jugar inocentemente con su entrada; todo su cuerpo estaba ansioso de recibir el falange en su interior. Asintió desesperado, tomando con ambas manos el rostro del moreno, besándole de nuevo con más gusto.

El dedo se introdujo de a poco, abriendo paso entre el apretado espacio.

-¡Ah! –gimió Taemin.

Música para su miembro.

Dos dedos le seguían, hasta convertirse en tres. Su entrada no lograba quedar más dilatada, pero precisamente era eso lo que mataba de placer a Minho; el hecho de que aun sin ser virgen ese pedacito de perfecta anatomía seguía intacta pero no tanto como para lastimar al menor con el tamaño de su pene.

Minho tuvo que separar a Taemin con esfuerzo, para cambiar de posiciones y recostarlo con sutileza. Aun si estaba todo caliente, tenía en cuenta que el menor estaba embarazado y su mente le hacía reaccionar con tacto. Desde ahorita quería mostrarle a su bebé que ante sus ganas de embestirlo, él estaba primero. Se abrió paso entre las blancas piernas y recorrió el camino desde su rodilla hasta el costado de su muslo, observando el rubor en esa cara angelical, ese amor que sus ojos le transmitían y ¡Demonios! Ahí estaba esa sonrisa sincera que estrujaba el corazón del pelinegro. Esto no era sólo sexo. Estaban haciendo el amor.

-Te amo tanto – Dejó tres besos sobre esa pieza de arte, uno en su frente, uno en la punta de su nariz y el tercero en sus labios.

-Continúa –pidió colocando los brazos detrás del cuello de Minho. Este acató las órdenes, acomodando su pelvis de manera que su miembro se perfilara en la entrada rosada. Le miró para asegurarse que todo estaba en orden y cuando la cabeza asintió de nuevo, comenzó a entrar al paraíso.

“Esto es la gloria” pensó.

Las piernas del pequeño se colgaron en la cadera de Minho, para poder sentir con mayor precisión los embates que le proporcionaban. Cada uno de ellos parecía ir más profundo de su ser y el hecho de escuchar los gemidos roncos cerca de su oído le excitaba mucho más.

Ambos se sincronizaron con los movimientos, haciendo la experiencia más placentera; Minho estaba tan concentrado en darle todo que su mente se nubló por completo. De pronto su cuerpo se movía por sí solo y sus pensamientos estaban en el cielo del placer. Tan solo de caer en la cuenta que a Taemin le encantaba la manera de los embates le daba energía para aguantar mucho más.

-Min…. ¡AH! –gemía con fuerza, acariciando la espalda ancha, perdiéndose entre el acto. Su punto dulce era acariciado una y otra vez, de tal manera que juraba, podía ver estrellas.

-Juntos…-gruñó cerca del oído del menor antes de lamer el lóbulo.

No supo en que momento fue que había llegado al paraíso junto con Taemin, pero podía asegurar que ese había sido el segundo mejor orgasmo de su vida. (El primero fue cuando el menor dejó de ser virgen).

-Eso fue…

-Perfecto –completó el menor.

Ambos se miraron con las caras más felices que podían tener, con los ojos un poco cansados y sus cuerpos totalmente complacidos.

-Ya me quiero casar contigo. –Confesó Minho –ya quiero tener todo lo que siempre quise, y con más ansias porque tengo al amor de mi vida a mi lado.

-Ya quiero que me llenes de lujos –bromeó el pequeño, abrazándose al pecho musculoso. –Y estoy esperando a que nuestro futuro juntos sea el más bonito del mundo.

-Te haré feliz por siempre. Te lo prometo.

-Te amaré todos los días. Es una promesa.

Minho no podía pedirle nada más al destino. Ese niño llegó para cambiarle la vida y brindarle lo que ni en sueños imaginó que podía ocurrir de nuevo; así que, iba a procurar el mantener ese rostro feliz a costa de todo. Era una promesa consigo mismo.

 

 

**

-¡Me importa una mierda el maldito contrato! ¡El amor de mi vida acaba de sufrir un accidente y necesito volar de inmediato! –Jonghyun daba vueltas sobre su asiento, a la vista de los pasajeros que abordaban junto con él la primera clase. -¡No quiero esperar hasta llegar a Rusia! Escúchame bien –su mandíbula se tensó – tú mueves tus influencias y aterrizamos en el aeropuerto más cercano, me consigues un jet privado y me llevas de vuelta a Corea o te vas despidiendo de esa oficina que tanto te gusta ¿Entendiste? –una vez terminada la amenaza, colgó y rebuscó entre sus contactos el de Minho; esperaba no importunar pero es que era una urgencia. La videollamada con Kibum había finalizado hace un minuto y su impotencia le elevó los nervios al grado de alterarse por no saber nada. En el hospital no atendían el teléfono y el móvil del doctor se encontraba ocupado. –Mierda…-masculló al atorar su celular. Cada tono de entrada de llamada le carcomía el alma.

-¿Cómo va todo en Rusia? –contestó tranquilamente el pelinegro.

-No hay tiempo; deja todo lo que estás haciendo. Necesito que te vayas al hospital a ver a Kibum. Él, acaba de tener un accidente y parece que nadie quiere atender mi llamado. –Minho no tuvo tiempo de procesar la información cuando Jonghyun colgó. Sudaba en frío, cuando recibió la llamada de su trabajador de nuevo.

-El avión desciende en 15 minutos. Ya te estará esperando tu avión. El único inconveniente….

-No, no quiero inconvenientes ni contratiempos. Tú me estás mandando a Corea de inmediato.

-Lo sé señor Kim, pero aún con toda la velocidad, le tomaría 4 horas llegar. –Jonghyun tomó asiento analizando todo lo que acababan de decirle; eso podría significar mucho, porque necesitaba estar al lado de Kibum, verificar que todo estuviera en orden y que sus tres tesoros estuvieran a salvo, pero a la vida eso le valía un carajo, ya que 4 horas eran bastante tiempo. Sin embargo, no podía perder nada más.

-Sí, de acuerdo. Haz lo que tengas que hacer. Págale a quien sea, pero necesito volver a casa lo más pronto posible. –Colgó para seguir insistiendo con las alertas al hospital entero.

**

Taemin no entendía por qué de pronto Minho se alteró demasiado ni por qué le daba tanto trabajo encontrar ropa y las llaves de su auto. Entre las carreras pudo sacarle un poco de información.

“Kibum tuvo un accidente.”

Eso fue todo. La alerta roja estaba activada en el cuerpo del mayor; cuando intentó salir de la cama para vestirse, Minho se le acercó y le aconsejó que no se forzara. Él se iba a adelantar porque parecía demasiada urgente la situación.

-Toma un taxi. Cuídate –le dijo desde el marco de la puerta. Taemin le gritó lo mismo porque quién sabe a qué velocidad iba a ir con tal de ver a su mejor amigo.

 

**

Una vez que Jonghyun pisó el suelo, corrió de prisa hacia el jet que lo esperaba listo para partir. No se percató del horrible frío que azotaba la zona, ni de aquella presencia que abordaba el transporte.

Cuando se puso el cinturón, tomó su móvil y marcó a Minho para saber las noticias.

-¿Cómo está Kibum? Estoy yendo de regreso –esperó la respuesta y a lo lejos escuchaba demasiados sonidos de hospital, lo cual tranquilizó un poco al moreno; al menos un conocido estaba junto al amor de su vida.

-Acabo de llegar. Pregunté por él pero al parecer hace 10 minutos se dieron cuenta que Kibum se ha caído de su cama.

-¡¿Y?! –Chilló el mayor.

-Y ya es todo. No me han querido decir. –Jonghyun comenzaba a impacientarse –No te preocupes, cuando me digan algo te llamaré de inmediato.

-Por favor –finalizó la llamada y cruzó las piernas, apoyando su brazo contra el soporte de su asiento. Pensaba en lo mejor para no preocuparse; el problema era que no podía sacar de su cabeza esas imágenes de Kibum desplomándose en el suelo. Por primera vez comenzó a pensar en la posibilidad de que si existía algún poder divino, esta era la hora para hacer las paces y pedir con todas sus fuerzas que su amor y sus pequeños estuvieran fuera de peligro.

-¿Jonghyun? –El mencionado abrió los ojos hasta esa voz suave que le llamaba desde un costado del avión. La vida sí que era una perra. Ella era la última persona que pensaba ver y aun así, ahí estaba, ahora frente suyo.

Bonita como siempre, con el uniforme  de una azafata, un peinado adecuado y…esos ojos hermosos.

-Sekyung… -susurró con miedo de que al mencionarla, esa visión se esfumara. Pero una sonrisa le sacó la idea de que sólo estaba alucinando. Era ella en persona, en carne y hueso.

Su primer amor.

-Que coincidencia. –comentó la pelinegra, mirándolo como si volviera a encontrar la mitad de su corazón que una vez perdió.

Jonghyun no necesitaba este arreglo del destino en estos momentos, porque su corazón latía frenético y no precisamente por la situación de Kibum, cosa que estaba yéndose de control.

-Cuanto tiempo –volvió a susurrar. Su mente quedó en blanco.

Muchas preguntas se amontonaron en su cabeza.

¿Dónde habías estado? ¿Por qué nunca intentaste contactarme? ¿Me…sigues amando?

Y de la nada, la imagen de Kibum sonriéndole le devolvió la fuerza de superar este suceso donde unas ganas tremendas de abrazarla y llorar en su hombro porque al fin la había encontrado.

Se recordó a sí mismo la actual razón de su existir y con una sonrisa melancólica, cambió su expresión a una serena, como si se tratase de una vieja amiga y no aquella chica por la que se lamentó ser tan cobarde.

-Así que, realizando tu sueño de trabajar en las nubes –Sekyung le miró desconcertada; Jonghyun supuso que ella esperaba un beso de reconciliación, pero la invitó a sentarse para platicarle el porqué eso no iba a pasar.

Fueron tres horas de conversación, en las cuales Jonghyun descubrió gran parte de la chica, que le contaba sobre cómo tuvo que arreglárselas en un lugar en el que casi no hablaban su idioma, las noches solas donde se apresuró a idear un plan de emergencia que la llevó a inscribirse en un colegio aún sin tener lazos con nadie; que entendió lo difícil que era valerse por sí misma, una faceta donde se veía como una mujer aventurera que no quería una estabilidad, que ansiaba conocer el mundo y tener pequeños cuentos de amor en cada país sin llegar a alguien que le hiciera poner los pies sobre la tierra.

 -Sin embargo –sonrió –siempre tuve la idea de que si el destino volvía a ponernos juntos, yo podría quedarme contigo. –jugaba con el pañuelo en su cuello, bajando levemente la cabeza, pero ni eso evitaba que Jonghyun no notara el sonrojo en sus blancas mejillas. –Claro que es una tontería. –Le miró directamente y tomó su mano –yo…pensaba que si en ese entonces hubiera quedado embarazada de ti, todo iba a marchar bien, pero no es lo que realmente hubiese querido. Ahora, estoy aquí, frente a ti y si tú me dices que sólo me necesitas a mí, podríamos tener un futuro bonito, pero sin algunas cosas con las que  soñabas.

Jonghyun se enterneció.

-Lo siento –deshizo el agarre y acarició el cabello que cubría una parte de su frente. –La verdad es que si te hubiera encontrado un año atrás, podría haber dejado todo por ti, pero la realidad es que nuestra historia quedó en el pasado.

Sekyung no comprendía.

-Pero ese chico del que hablas…

-Es el amor de mi vida. –la chica se calló y su mirada se aturdió. –Lo amo con todas mis fuerzas y no quiero sonar cruel, pero no me apartaría de su lado por nadie. –Sonrió de lado –Ni siquiera por ti.

Sekyung desvió su mirada, aguantando las ganas de llorar. Inclinó la cabeza y se dio unos segundos para volver a guardar sus sentimientos muy dentro de su alma.

-Vaya, parece que he perdido mi oportunidad –Jonghyun se alegró de que lo haya entendido, porque a pesar de todo, ella fue la primera en todo; sólo que ahora quedaba un cariño tremendo hacia la chica, algo muy distinto a lo que sentía por Kibum. –No se puede hacer nada, supongo –le sonrió de vuelta y cuando el piloto anunció que iban a aterrizar en 5 minutos, se puso de pie. –Esa es mi señal.

Se acomodó la falta y el gorrito, mirando a Jonghyun de reojo. Dio un paso hacia adelante y se quedó quieta.

De pronto se volteó y se inclinó a besarle la mejilla.

-Hazlo feliz por siempre –le susurró al oído, para luego emprender la caminata hacia su  puesto en el jet.

 

**

Jonghyun pensó en todo lo que había sucedido en el trayecto hacia Corea, y como la despedida de Sekyung (ahora para siempre) no fue tan dura como alguna vez sufrió. Lo único que lo alertaba era la gravedad con la que iba a enfrentarse.

Una vez que ingresó al hospital corrió hacia la sala de urgencias, buscando a Minho por todos lados.

Todos se encontraban ahí, incluso los padres de Kibum de los cuales no sabía si estaban enterados de la situación.

-¡Mi hijo está embarazado y tú no me dices nada! –Chilló la mujer con las lágrimas en los ojos. Bien, parece que Kibum nunca les mencionó sobre su estado. El señor Kim se acercó junto a su esposa, abrazándola.

Con un par de doctores visualizó a Minho y corrió hacia ellos.

-¿Cómo se encuentra Kibum, doctor? –El mayor se acomodó las gafas y posó su mano en su hombro.

-Le explicaré. Su pareja estuvo a punto de perder a los gemelos. –Jonghyun se quedó estático.

-¿Y? ¿Lo salvaron? ¿Qué pasó?

-Bueno, al parecer, el solo hecho de que el joven Kim  no sea apto para engendrar vida de por sí es un peligro, el cual originó que parte de la placenta se desprenda; los bebés son una carga muy pesada para la anatomía del chico y mucho más en su tercer trimestre de embarazo, porque requieren de más nutrimentos, muchos cuidados y la voluntad de Kibum para no rendirse; suponemos que hubo un punto este día en el que no pudo resistir y como resultado, su cuerpo se preparó para expulsar a los pequeños, adelantando el parto. Pero el golpe que sufrió con la caída terminó por colapsar la placenta, haciendo que su líquido amniótico comenzara a escasear.

Jonghyun trataba de entender cada palabra del médico, pero lo único que le importaba era saber si sus bebés estaban bien.

-Hace una hora que tratamos de estabilizarlo, monitoreamos a los bebés, pero el resultado es el mismo. El cuerpo ya no soporta el embarazo y necesitamos inducirlo hasta el final.

-¿O sea que…?

-Una vez que la sala de partos esté lista y Kibum acepte la anestesia, tendremos que hacerle la cesárea.

Fue así como Jonghyun cayó en la cuenta. Este iba a ser el momento en el que se convertiría en papá.

Minho le miraba con duda.

-Pero, aún faltan dos meses para que se cumpla la fecha. ¿No les pasa nada?

-Por suerte ambos bebés se han formado bien así que permanecerán en la incubadora. Hasta ahorita no presentan anormalidades ni dificultades. –El doctor se acomodó la bata y cuando el parlante anunció la movida del paciente Kim a quirófano, miró directamente a Jonghyun –espero que ya haya pensado en los nombres, porque ya es hora de utilizarlos. – le sonrió y caminó hasta atravesar las puertas hacia el quirófano.

-¡Ya vas a ser papá! –Gritó entusiasmado Minho -¡Y yo seré tío! –En ese momento todos los presentes comenzaron a sentir alegría, abrazaban a Jonghyun y lo felicitaban. Pero su mente trataba de asimilar que su tiempo estaba a punto de comenzar.

Unos minutos después el doctor salió a su encuentro, listo para la operación.

-¿No viene? –Le preguntó.

-¿Yo? ¿Puedo ir? –la pregunta fue tan tonta que el médico rodó los ojos y le hizo una señal para que lo acompañara. Jonghyun estaba incrédulo.

Pero ahí se encontraba, con la bata azul y observando como preparaban a Kibum, y ese vientre muy abultado que contenía a sus amorcitos. Su querido castaño se veía demacrado pero a la vez muy bonito con los ojos cerrados, como si al fin pudiera dormir tranquilo. Buscó su mano y la apretó tan fuerte que sintió como el menor le devolvía el gesto.

La operación tomó su tiempo y hubo un momento en el que Kibum parecía no resistir mucho, pero los doctores supieron manejar la situación. Hasta que sucedió.

Un par de llantos se escucharon en la sala; débiles pero con ganas de vivir. Fue cuando Jonghyun tuvo una especie de paro respiratorio y su corazón aun así comenzó a latir con fuerza.

Tres doctores se encargaron de limpiar a los bebés y revisarlos. El ahora papá observaba todo con ilusión y su ser entero se estaba cagando por abrazar al fin a esas personitas que no llevaban ni un minuto de vida y ya se habían ganado todo el corazón de Jonghyun por completo. Pero las ganas se quedaron solo en eso, porque después de unos minutos, los bebés estaban siendo trasladados en unas pequeñas cunas.

-¿A dónde se los llevan? Yo los quiero conocer. –Le reclamó al doctor.

-Sus bebés están bastante bien, pero siguen siendo prematuros. Necesitan cuidados especiales por el momento. –Jonghyun no comprendía porqué mierda no le dejaban si quiera acariciar las manitas de sus amorcitos o besarles la cabecita. –Felicidades, son una parejita.

Jonghyun levantó la cabeza y le clavó la mirada al mayor, como si fuera una broma.

-¿Eso…? ¿Eso quiere decir que…? ¿Son uno y una? Tartamudeaba por la impresión. Al parecer el paro respiratorio y el corazón loco estaban de vuelta.

Se precipitó a ponerse de lado del castaño y besar su frente. Su cuerpo se dobló hasta arrodillarse y posar ambas manos en la mesa quirúrgica, llorando sin avergonzarse de que todos lo vieran.

-Tenemos una niña y un varón. ¿Escuchaste? Mi princesa y mi campeón ya están con nosotros Kibum. No sabes cómo te amo y te agradezco por darme esta doble felicidad –sollozó –ustedes son lo mejor que me ha pasado –trató de limpiarse el rostro, pero las lágrimas salían con más frecuencia. –Te amo. Te amo. Te amo mucho Kibum…

 

**

En la sala de espera todos trataban de calmar sus ansias. Había pasado una hora desde que ingresaron al castaño y necesitaban noticias de Kibum. Si se encontraba bien, si los bebés estaban fuera de peligro o si alguno de ellos había heredado la alopecia de Jonghyun cuando era pequeño (bueno, un bebé, porque siempre fue pequeño, se imaginó Minho).

Cuando Jonghyun ingresó a la sala, todos se pararon hasta rodear al orgulloso papá que portaba la mejor de sus sonrisas.

-Tenemos un niño y una niña saludables.

Los gritos y comentarios de alegría se escucharon entre ellos, abrazándolo y deseándole lo mejor. Al parecer las cosas estaban mejorando poco a poco.

 

 

 

Notas finales:

Bueno, lo sabrosongo tenía que venir primero uwu espero que hayan gozado del lemon 2min :) Ven que no soy tan mala con mi OTP? <3 <3 tenemos niño y niñaaaaaaaa

Y.....necesito dar un avisito :)

como saben, terminando este fanfic (me faltan dos caps) quiero empezar uno nuevo del cual llevo ya dos capítulos uwu es TOTALMENTE JONGKEY no hay 2min ni nada de eso... tal vez algunos roces de parte de esos dos pero no como mi pareja principal. So, me gustaría que le dieran amor como a este <3 

La cuestión es que estoy indecisa sobre algunos aspectos...por ejemplo, dónde publicarlo. me gusta mucho AY pero pues igual quisiera más interacción con ustdes, entonces, una de las opciones sería subirlo a mi página de Facebook o la otra opción, Wattpad (?) No sé que les parezca.

No es que vaya a dejar AY, es solo que me gustaría ver más respuestas a lo que publico. Sé que no contesto los reviews que me dejan, pero los leo TODOS. y me hacen feliz. Así que, en Facebook tendría más oportunidad de agradecerles porque a diario entro uwu y en wattpad(?) no sé que pez pero podría aprender jejeje

Lamento dejarles un testamento, pero quería hacérselos saber uwu

Así que, agradecería que me dejaran su humilde opinión en un comentario. Por si aún no sabes cuál es mi página de Facebook, aquí te la dejo uwu

SWEET POINT <3 

dejen muchos reviews, porfis <3 

 


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