Ciel se quedó boquiabierto cuando vio a la persona en frente de él, y una sensación incómoda se esparció por todo su cuerpo. Sentía una pesadez en el estómago. 'Sus ojos, su piel, y hasta esa maldita sonrisa. Son tan iguales a los de mis pesadillas. ¿Acaso me he dormido una vez mas?¿Qué está pasando?' Los pensamientos de Ciel se disparaban con inusitada rapidez, buscando respuestas que no encontraba. Cuando Ciel quiso hablar, algo se opuso entre sus palabras y su garganta. Rayos, eso no podían ser nervios.
"Joven Phantomhive " El maestro le llamó, mientras buscaba un sitio donde colocar al nuevo estudiante. El molesto rubio de la segunda fila no parecía mala opción, bueno, no ahora que Claude Faustus había cambiado de asiento al intuir las intenciones del profesor. Quizá Lau… no, claro que no. No con esa fama que tenía de tocar más de lo que debe. ¿Grell? Había sacado una motosierra, que ahora estaba sobre la cabeza del joven Spears. Esperaba que no se mataran entre ambos, y si lo hacían, que limpiaran después. "Puede sentarse junto a… " Sebastián dibujó una expresión confusa tras ver al estudiante de la última fila. "Disculpa, pero… ¿Quién eres?" , le preguntó con curiosidad.
Fue como dar la voz de mando, todos los alumnos se dieron la vuelta para saber de quien hablaba el profesor. Y con una amplia, aunque macabra sonrisa en el rostro, apenas visible por un sombrero viejo y muchas mechas de color plateado, el chico se levantó, dejando ver su pinta, toda negra.
"He he he." Fue la espeluznante respuesta del mencionado. "Puedes llamarme Undertaker." añadió con una amplia sonrisa.
"Bueno, joven sepulturero, llevar sombreros dentro del colegio, va en contra de la política de la escuela, asi que, ¿Tendrías la gentileza de quitártelo?-Aunque el peliplata no se veía intimidado, accedió- Gracias. Joven Phantomhive, puedes sentarte junto a él."
Algo recuperado, Ciel asintió y corrió a sentarse, intentando con esto evadir las miradas de los presentes. ‘Tiene que ser él. Es exactamente la misma persona. Con solo mirar sus ojos u oír su voz, se me disipa toda duda. Pero esto no es algo que yo pueda preguntar. ‘¿Disculpe la pregunta, pero Señor Michaelis, no es usted con quien sueño por las noches?’ Creerá que me he vuelto loco, o que me gustamm… Pensar eso bajoneó un poco el hilo de su pensamiento, haciéndolo enrojecer de vergüenza.
Ciel estaba tan absorto en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta de que toda la clase lo miraba de nuevo. Una sombra se proyectó frente a él, eso si le llamó la atención.
"Por lo visto, señor Phantomhive, usted ha estado prestando atención a cada una de mis palabras. ¿Repítame lo que acabo de decir, por favor?" Ese rostro sonreía gentilmente, una sonrisa que no llegó a sus ojos glaciales. ¿Estaría molesto?
Y de repente, Ciel empezó a ponerse rojo como tomate de conserva. ‘¿Pero qué le pasa a este tipo? Desde que llegué no hace mas que meterse conmigo’.
"Esto ... uh ..." Ciel tartamudeó nerviosamente, no sabiendo que decir, ni conociendo las putas respuestas.
Y toda la clase estaba asustada. La fiera mirada del maestro, que estaban viendo por primera vez, los mantenía en un silencio horrible. Ni siquiera eran capaces de emitir susurros, congelados en su sitio como estaban.
"¿Qué te pasa, jovencito? O acaso el gato le comió la lengua al señor Phantomhive? Cuando suena la campana, usted y yo sostendremos una pequeña charla. Ahora, como decía, mi nombre es el Sr. Michaelis. Y si han escogido como materia opcional a Historia de la música, también seré su docente". Finalizó, con la misma expresión en su rostro y ojos.
Ciel no pudo reprimir un gemido de auxilio. ‘De todos los alumnos del salón, solo a mi ha decidido joder. Los demás ríen, juegan, hacen ruido molestoso, inclusive algunos duermen. ¿Por qué yo? pensó mientras un ceño fruncido comenzaba a formársele en el rostro. "Para empeorar las cosas, SI estoy inscrito en la maldita clase de música y ahora tengo que lidiar con este tipo dos veces al día. Tal vez pueda abandonar esa clase. Es el primer día de clases, por lo que aún puedo cambiar mi horario, ¿verdad?’ Ciel pensaba esperanzado.
Como si fuera señal divina, Grell levantó la mano y preguntó: "¿Podemos cambiar nuestros horarios? Quiero pasar la clase de música con usted!" acompañó a su tono meloso con un puchero.
"Desafortunadamente, no. Todos los horarios y las clases se han planeado para adaptarse a las necesidades de todos y no serán cambiadas por razones innecesarias.", dijo con una sonrisa feliz.
"!Pero eso significa que no voy a poder estar contigo, mi amor! ¿No me perderás de vista, verdad Sebas-chan?" -le preguntó, batiendo las pestañas.
"Por favor, abstente de hacer comentarios inapropiados. Es incorrecto e indecente." Fue, con el ceño fruncido, la respuesta del profesor.
"¿Cuándo terminará esta estúpida clase?" Alois le murmuró en voz baja a Claude, que estaba sentado a su lado con una expresión de aburrimiento insuperable.
Obviamente, el Sr. Michaelis se dio la vuelta, con una respuesta rápida para el joven, pero el sonido de la campana fue mas rápido. Se las arregló para enviar una mirada escalofriante a Alois antes de que todo el mundo saliera con velocidad solo comparable a la de las mamás en una liquidación de zapatos en el mall. Todos excepto Ciel, por supuesto.
Escuchó por partes, algunos de los comentarios que dejaban tras de si los estudiantes, conforme iban saliendo del salón.
"Oh, ¿No te parece que el sr. Michaelis es ardiente?"
"Si. ¡Ese tipo es muuuy sexy! Y creo que necesito algo de ayuda después de clase, jeje."
‘¿De qué están hablando. No tiene tan buena pinta.’ pensó mientras miraba al maestro. Él le devolvió la mirada, y luego se puso a escribir algo en la pizarra. -Supongo que tiene una cara bonita y nada más. Sus ojos viajaron con rapidez por el resto de su cuerpo. "Y tal vez tiene buenas… Momento. ¿Qué diablos estoy haciendo? ¿Le estaba mirando? ¡Por Kami, si es hombre!
(…. Si, eso dicen todos los ukes, Cielito, pero ya verás… ya… verás ¬///¬)
El Sr. Michaelis terminó de escribir y miró a Ciel expectante. "No tengo todo el día, Joven Phantomhive." Le llamó a través de la habitación.
"Sólo el primer día y ya estoy en problemas. Y ahora viene un discurso kilométrico sobre la atención y la responsabilidad y blablá... Qué mierda. " Pensó Ciel.
Y con la misma calma con que guardó sus útiles en la mochila, se acercó al escritorio del profesor.
......::::::::: Aquí separamos a Ciel y vemos que piensa Sebas xD:::::::::……
Sebastián se sentó en su escritorio, mirando como Ciel se le acercaba lentamente. "Esto va a ser interesante." pensó mientras el borde de su boca se curvaba en una sonrisa. Ciel respondió a su sonrisa con el ceño fruncido, los ojos escarlata gozando, fijos en él.
"No pareces muy feliz, Joven Phantomhive. ¿Ocurre algo? O mejor aún, ¿hay algo que quieras decir?" -preguntó mientras disfrutaba el juego, el jugar con el menor.
"No." Ciel respondió con brusquedad. ‘Tengo algo que decir, claro que sí, pero entonces la autora tendría que subirle la clasificación al fanfic’ pensó duramente al evitar los ojos del señor Michaelis.
"No es bueno mintiendo, Joven Phantomhive. Ni siquiera estás mirándome a los ojos, por lo que puedo decir que lo que dices no es cierto." Los labios del Sr. Michaelis respondieron.
"¿Quién se cree que es? ¿Cómo puede decirme que estoy mintiendo? ‘ Ciel pensó con enojo.
"Estoy diciendo la verdad." , dijo con los dientes apretados.
Y el Sr. Michaelis se levantó rápidamente. Y antes de que Ciel pudiera procesar lo que estaba pasando, le estaba mirando directamente a los ojos. Y se quedó inmóvil, con el rostro de su maestro a apenas un centímetro de distancia del suyo. Y Sebastián se acercó con rapidez, eliminando los milímetros restantes….
Y mientras, Grell estornudó, pensando en su sexy Sebas-chan.
Continuará... tal vez xD