La noche estaba la presente tanto fuera de la habitación donde Thor estaba siendo apuntado por un arma como dentro de esta, Loki estaba retraído, asustado, en su vida había matado a nadie y no comenzaría hoy. Pero ese alemán quizá había matado a muchos de sus compatriotas, quizá tuvo que ver con la muerte de esa familia… el niño muerto acribillado en balas. Le dio un leve tic en los ojos por el enojo mientras el general ojiazul le miraba fijamente pestañando cada cierto tiempo.
Alemanes; que habían motivado la primera guerra mundial que se habría llevado a sus padres, dejado en pobreza su país y denigrando su creencia religiosa como si ellos fueran piojos andrajosos sin derecho a protesta ni misericordia alguna. Los ojos verdes empezaban a encenderse de ira, podría vengarse, no eran todos los alemanes pero uno era mejor que ninguno, quizá y hasta lo enviaran después al encuentro de sus padres matándolo a golpes… pero sería mejor que ser muerto sin haber disfrutado del dulce sabor de la venganza, tensó el dedo en el gatillo, Thor esperaba tranquilamente el cumplimiento de la amenaza.
-…so? [¿Y bien?]- levantó una ceja, incitándole. Loki realmente tenía ganas de hacerlo.
- jeśli chce… [Si quieres…]- puso seria su mirada entonces Thor pensó que realmente tenía agallas, no entendió que dijo, pero de seguro que estaba hablando sobre dispararle, se estaba preparando mentalmente la maniobra para quitarle el arma.
Iba a presionar el gatillo hasta que…
“desde ahora la carrera es por sobrevivir, las guerras en algún momento de nuestras vidas acaban y sólo los fuertes y los que se mantienen en un buen nivel pueden seguir” recordó la conversación con la mujer rusa, realmente tenía razón, él debía de seguir viviendo, la guerra terminaría algún día y tenía que volver al orfanato. Suspiró, si tenía que ser el mono de ese alemán lo haría, de todos modos, su vida ya no valía más que una bala. Bajo el arma, Thor se sorprendió porque realmente pensó que lo haría y no podía negar que se habría decepcionado un poco. Loki le entregó el arma y se sentó en la cama, su rostro se reflejó cansado. Thor se le acercó.
-¿Tienes hambre? –Loki no contestaba porque no reconocía correctamente la frase, Thor le hizo un ademan con los brazos y manos, como si tuviera un plato y comiera de el, Loki captó la kinésica del mensaje y simplemente asintió mientras bajaba la cabeza, avergonzado… recién había notado que acepto ser quizá un muñeco sexual o algo por el estilo del alemán, vivir hasta que muera… ojalá de viejo, ojalá.
El rubio se alejó del azabache para abrir la puerta e ir por comida, Loki se subió completamente a la cama y apoyó la espalda en la fría muralla, necesitaba pensar, se sentía una persona fácil, pero necesitaba vivir ¿Para qué? Para algo, no sabía ahora qué pero con el tiempo buscaría una excusa para vivir. De todos modos, el alemán no se veía tan TAN malo, al menos no lo había matado en la cocina ni lo dejo morir en la calle, era diferente…
“Me gustas y tendrás que aguantarme para sobrevivir aquí…” le había dicho el rubio, encogió las piernas y se aferró a ellas, dejándose caer de costado en la cama, pensativo. ¿Qué tenía que hacer ahora? ¿Qué curso tomaría su vida ahora que había “aceptado” la oferta del tipo este?, suspiró pesadamente y deseo estar de nuevo unos años antes, cuando era pequeño, sus padres vivían y no tenía que estar soportando el pensamiento y el egoísmo adulto.
Thor caminaba tranquilamente por los pasillos hasta llegar a los comedores, varios soldados se mantenían aún ahí, conversando, comiendo con tranquilidad su cena y disfrutando aún el arrase que había sido su primera ciudad. Notó entonces que pronto tendrían que moverse y que el traslado de Loki comenzaría a ser una molestia… tenía que inventar un plan y pronto, por ahora, aún restaban un par de días antes de retomar rumbo a los interiores de Polonia… tenía algo de tiempo aún.
Tomó una bandeja de plástico y se paseó tranquilamente tomando la comida que daban en el casino, los otros generales no hacían eso, pero nadie preguntaba nada, sólo servían. Entretanto iba entrando Tony siempre al lado de su compañero Steve.
-¡Ey! –Saludo Tony haciendo que Thor se volteara la cabeza y le sonriera -¿Qué tal está la sirenita del oriente? –Dijo mientras Thor tomaba la bandeja y se volteaba completamente para caminar a su dirección.
-Va bien… creo –Dijo no muy convencido.
-¿Eso es para él? – Preguntó Steve a lo que Thor respondió con un asentimiento.
-…Bueh, sea lo que sea, traemos noticias –Tony estaba cambiando el semblante -…Que quizá no te gusten.
Thor dejo la bandeja en una mesa vacía, los demás soldados estaban demasiado metidos en su conversa y cháchara como para prestar atención a los tres amigos, Thor les hizo un ademán para que se sentaran y eso hicieron con rapidez, al parecer era bastante interesante lo que iban a mencionar como para bajar la voz al comenzar a hablar.
-Hoy… -Tony miró su reloj de pulsera, frunció levemente el ceño y apretó los labios -tal vez ahora mismo… -se acercó un poco más a Thor que, por inercia de la curiosidad se acercó también a él –Comenzará la ‘ruta del reo’.
Thor quedó con la duda, lo demostraba todo su rostro. Steve, como siempre, aclaró a Tony.
-La ruta del reo es una especie de subasta para algunos de los prisioneros o, como le dicen acá –Hizo con los dedos las comillas – “Rehén”, que no serán destinados a diferentes labores… ya sabes –Se aclaró la garganta –La cocina, campos de cultivo, lavandería… para que nos sirvan mientras dura la guerra.
-Se entiende… pero ¿Qué se subastan así nada más? ¿Por qué cosas se subastan? – Thor, por un momento vio la bandeja, luego los ojos de Steve.
-Bueeno, eso depende… por dinero, alcohol, algunas drogas quizá, cigarrillos… cosas básicas, no somos millonarios tampoco.
Tony se encogió de hombros, Thor realmente no sabía de esa ruta del reo ni nada por el estilo.
-O sea que, si quiero participar simplemente llevo algo de valor y ¿Ya está? –Ambos asintieron.
-Al menos, eso es lo que se anda comentando… el plazo máximo de pago es al día siguiente -dijo Tony mientras se acomodaba en la silla y ponía los pies encima de la larga mesa.
-Lo que me perturba… -añade Steve dándole un leve golpe a los bototos de Tony –Es que no importa si quieres comprar a hombres y mujeres, yacer con ellos o revenderlos en mercados negros, eso se queda en la ruta del reo, no quedan registros de nada, todo se elimina, desde quienes estuvieron, quienes se subastaron, cuánto pagaron por ellos y qué harán con ellos. Nadie pregunta, nadie responde… a nadie le importa.
-Ciertamente perturbador… ¿Quién está detrás de esto? –La pareja de amantes pusieron cara de obviedad.
-Laufey ¿Quién más? –Terminó por decir Tony.
-…Que porquería, bueno… será, son soldados y tienen necesidades, supongo –Se encogió de hombros Thor mientras se ponían de pie y levantaba la bandeja para el azabache, había pasado mucho rato conversando.
-Cierto… y los que no sirven van a parar a la fábrica de lámparas, esas sí son necesidades – dijo Tony con tono lúgubre, Thor suspiro.
-Pobres desgraciados si no los escogen para algo… -Steve se pasó la mano por la cara.
-Cambiemos un poco el tema… mejor acompáñenme a dejarle esto a Loki –dijo casi emocionado.
-Uy~ pero si ahora se sabe hasta el nombre –Le molestó Tony poniéndose de pie y recibiendo un codazo en las costillas por parte de Steve -¡Ey!... ¿Qué hice?
-Nada… -su amante caminó.
-Nada… -Dijo con tono de niño burlón Anthony.
Los tres amigos se encaminaron a los dormitorios superiores conversando de cosas banales y superfluas para relajar el ambiente, cuando llegaron a la habitación se encontraron con la sorpresa que el polaco no estaba encima de la cama, ni en el baño ni en el closet… no estaba en el interior de la habitación.
-¡Mierda!
Loki soslayaba cajas, grandes autos y camiones, actuaba gatunamente refugiándose en la oscuridad, no tenía idea de lo que estaba haciendo pero ya estaba en eso y no lo dejaría a medias, notaba que el lugar era más extenso de lo que pensó, no creyó que se demoraría tanto en huir. Las rejas divisorias a su libertad eran muy altas y llenas de púas en la parte superior, suspiro para tomar coraje e inspiró para comenzar a correr, ahora o nunca, muerte o victoria.
Y lo que recibió finalmente fue un culatazo en la cabeza. Cayó al suelo y miro a quien había propinado el golpe, por un momento pensó en el rubio pero no era él, ni supo reconocer al soldado por la adorable patada quitadora de aliento que recibió en el estómago. Sintió pronto cuatro brazos que lo enlazaban de a dos por cada brazo propio, levantó nuevamente la mirada orgulloso, si algo era y mucho era eso… orgulloso pero no pudo nuevamente grabar las facciones del captor o alguno de sus compañeros, hablaban en alemán y él no entendía ni mierdas, si lo mataban que lo hicieran en el momento ¿Para qué alargar más algo inevitable? Pero esta vez otro culatazo lo dejo nuevamente en la inconciencia.
Lugar desconocido.
Hora desconocida después del anochecer.
Despertó acostado en un suelo frío, amarrado de pies y manos, con un terrible dolor de nuca ¿Qué había pasado? ¿Realmente siempre estuvo ahí y el rubio alemán solamente era parte de su imaginación por haberle capturado en aquella cocina de la vieja casa cracoviana? Y si era así ¿Por qué cojones soñó tales cosas? Por un momento se sintió estúpido, intentó acomodarse pero era difícil por la posición, las manos en la espalda siempre han sido un muy buen inhibidor de movimiento.
-¡maldición tengo las manos atadas a la puta espalda!- Dijo en su idioma natal.
-No te muevas tanto entonces o te romperás la piel de las muñecas… -Dijo un polaco sentado en frente de él, pero tenía las manos atadas como él pero no en la espalda aunque tenía los ojos cerrados.
¡Por fin un polaco!
-uhm… es difícil no moverse si sólo quieres salir de aquí. –atino a decir mientras comenzaba a sentir arder sus muñecas, por el bien de sus muñecas se detuvo.
-Cierto, no puedo negarlo… -Sonrió levemente –ja… estoy aquí por la misma razón que tú.
-¿Intentaste huir?
-Sí, y vaya que casi resulta, pero esa reja fue demasiado alta para mí… al menos por ahora. Si corro mejor suerte.
Loki le miró curioso.
-¿A qué te refieres?
-Pues…-Levantó la mirada sin abrir los ojos, como atento y luego se relajó.
-Habían tres compatriotas mujeres y dos hombres antes que tú, todos ellos salieron escoltados por un alemán y no han vuelvo, he escuchado como gritaban varios alemanes a la vez, como golpeaban las mesas, como lloraban nuestros compatriotas… y he llegado a una conclusión poco agradable.
Loki se espantó por un momento, pensó que los estarían golpeando hasta hastiarse de ellos o matarlos, los tiraban a los perros, los violaban o torturaban con quizá que cosas, en unas milésimas de segundo el cerebro puede jugar malas pasadas. Prefirió preguntar.
-¿Y… en qué concluiste? -
Un silencio incómodo se formó entre ambos, hasta que el compatriota por fin habló.
-Creo que nos venden….
Loki abrió mucho los ojos, todo tenía mucho sentido… por alguna razón, extrañaba su sueño con el rubio, al menos… no lo había vendido o comprado… quizá.
-eh… y para hacer más amena nuestra condena… ¿Cuál es tu nombre? –Preguntó el polaco siempre con los ojos cerrados.
-…Me llamo Loki- Dijo por cortesía y con esa misma cortesía preguntó lo mismo -¿Y el tuyo?
-Mi nombre es Clint… te ofrecería la mano para saludarnos pero ya vez, tú estás atado por la espalda y soy ciego y no te veo
Eso no lo había esperado. “¿No has visto un hombre ciego por aquí?” recordó a la mujer y su mensaje, entonces se le ilumino por un instante el rostro. Gusaneo por el piso hasta llegar cerca de Clint.
-Una mujer dice que se volverán a ver… -Clint levantó rápidamente la mirada y su rostro dio con el de Loki, siguiendo el sonido de su voz.
-¿Quién te dijo eso? –Y de pronto notó que jamás le preguntó el nombre a aquella mujer.
-Ehh… una mujer pelirroja –Y entonces notó como la sonrisa de Clint se formaba en su rostro. Quizá lo tomó como una burla ¿Cómo sabrá él que aquella mujer era pelirroja si era ciego?
-Entiendo… tendré en cuenta tu mensaje, gracias Loki.
Y la conversación fue interrumpida por dos alemanes que entrando bruscamente tomaron a Loki nuevamente por los brazos. Él solo se dejó llevar ¿Qué más daba ya?
Se lo llevaron al galpón.
Cuartel IV Cuerpo.
Cerca de la entrada.
Thor corría en dirección al portón, había enviado a Tony y Steve a buscar por los alrededores, separándose los tres: Thor por el portón de entrada, Steve por la entrada a los pabellones de guardia y Tony cerca de los campos de concentración. El rubio buscaba casi desesperado ¿Y si le habían disparado y lanzado a la fosa común? Pensó en ir ahí pero el verle muerto le afecto, negó con la cabeza y vio pasar a un soldado que caminaba unos pasos más adelante que él.
-¡Ey!... ¡Soldado!-le grito.
El sondado asustado por el repentino llamado se detuvo y volteó para asustarse más al ver al general caminar rápidamente hacía él, se puso en posición firme esperando al general que se veía en su rostro lo preocupado que estaba.
-Dígame, mi general… -Dijo con rapidez el soldado.
-Soldado ¿Ha visto a un hombre civil caminar por estos lares?, no es alemán –El soldado hizo una mueca sorprendida y luego la cambio por una pensativa, recordando qué ha pasado durante su guardia.
-Bueno, sí, hace unos treinta minutos se paseaba un polaco intentando escapar, no sé cómo habrá logrado salir del campo, pero iba de salida… eso era seguro.
Thor no quiso mostrar más interés del que ya demostraba. Thor, en su inteligencia transgredida relajó los músculos y tomó el semblante de general tosió un par de veces para no hacer dudar o confundir al soldado de que sus intenciones eran solamente mantener el orden del cuartel. El único polaco que pudo haber pasado por ahí era Loki, a menos que realmente uno haya huido y eso no era bueno.
-Bien, ¿qué ha pasado con él? – preguntó con voz más seria, poniendo sus manos tras la espalda.
-Bueno, se lo han llevado hacia…-Dijo pensativo y nervioso, Thor intuyó que comenzará a decir una mentira, entrecerró los ojos levemente.
“La ruta del reo” recordó y su semblante se volvió seria y duro al no recibir respuesta alguna por parte del soldado, tosió nuevamente frunciendo el ceño y mirando duramente hacia las bodegas dijo con voz irónica.
-¡ah!... Así que se lo llevan a la subasta, excelente –Miro al soldado que dio un saltito, al parecer no esperaba que este supusiera que él sabía lo que tramaban con algunos habitantes polacos. –Llévame allá…
El soldado, espantado por petición de su general asintió repetidas veces y comenzó a caminar a paso rápido seguido por Thor, quien había puesto sus manos en sus bolsillos y le seguía el paso sin problema con paso ligero, debía disimular su preocupación por el polaco… pero sí estaba preocupado ¿Y si ya lo subastaron?¿Y si es el mismísimo Laufey quien lo compro?. Prefirió dejar de pensar en eso y negó varias veces con la cabeza sin que el soldado lo notara para dispersar las ideas.
Caminaron alrededor de cinco minutos más, pasando por entre los dormitorios, los establos donde se guardaban motos, camiones, camionetas y vehículos de transporte, pasaron por la enfermería y luego por la entrada del campo de entrenamiento, la noche ya estaba cubriendo todo y el silencio del lugar cada que se alejaban del cuartel central se hacía más escaso dando paso así al griterío y risotadas tan alemanas como él mismo. Subastar humanos, utilizarlos ya no estaban en sus prioridades de omisión. Los ojos del polaco habían removido sus neuronas.
El soldado se detuvo de pronto y se volteó para mirar a su general.
-General Thor, sólo lo tengo permitido dejarle aquí- Dijo el soldado, mirando al suelo.
-¿Quién te prohíbe la entrada? –Ese comentario por parte del soldado no lo había esperado.
El soldado, aun mirando al suelo los cerró, apretó levemente los puños y luego habló.
-Mi ética señor… -Luego subió la vista y Thor lo vio seriamente sin emitir sonido alguno, el soldado bajó la mirada –Espero no ofender.
Thor inhalo profundamente, al menos no era el único que dudaba… por ahora.
-…No, no ofendes –Puso sus manos tras su espalda –Pero dime con sinceridad, soldado… ¿Cuál es el motivo de esa ética no partidista de este ejercicio?
El soldado sin duda se sorprendió, estaba dudoso de responder a la duda de su general, pero ya que este había preguntado era su deber responder a pesar de un posible castigo, nuevamente apretó los puños.
-Mi abuela señor… era mi vida, era buena, alegre y servicial, alemana como yo, como usted y todos los soldados que aquí nos encontramos- Bajo la cabeza para mirar al suelo –ella amaba a su país, pero tenía un defecto señor… era judía, yo no lo soy porque mi padre es católico y mi madre aceptó criarme bajo esa religión. A mi abuela se la llevo la primera guerra…
Thor abrió mucho los ojos, caras vemos, vidas no conocemos. El soldado continúo.
-Luego salí llamado al servicio y entré porque mi padre me obligo, no soy partidario de muertes innecesarias señor, por ello me mantengo sólo de guardia para no manchar mis manos de sangre, hasta que esta guerra termine. Esa, señor… es mi ética, no dañar a quien no me ha hecho daño alguno… señor.
Y el soldado calló, Thor sonreía por dentro e iba a añadir algo, luego escucho un alboroto mayor en el interior del galpón y se encaminó ignorando al alemán hasta la puerta de entrada, el joven soldado se despidió con el saludo clásico y se retiró en silencio, con lágrimas en los ojos… a nadie le gusta recordar a un familiar muerto.
Escuchó en el interior del galpón como los gritos y silbidos iban en aumento, tocó un par de veces para esperar que abrieran la puerta, cuando la abrieron el olor a cigarrillos, alcohol, sudor y juerga entraron por sus fosas nasales e ingresó ignorando la cara sorprendida del soldado que le abrió la puerta.
Por un momento en su vida, maldijo ser alemán.
Interiores del Galpón.
Unos minutos antes.
Loki había sido golpeado un par de veces por sus captores, se agitaba mucho y no dejaba de gritar insultos en polaco, su rostro tenía la mejilla izquierda roja y en su labio inferior un corte producido por sus propios dientes por el puñetazo recibido. Lo hincaron en frente de una especie de cortina gris que simulaba un muy mal bastidor, estaba hincado y bocabajo, con sueño, quería frotarse los ojos pero las amarras en su espalda aún seguían ahí impidiendo movimiento alguno.
-Es zeit [Es tiempo] –Dijo un captor, soldado inquirió Loki por su vestidura militar.
Abrió mucho los ojos cuando el soldado mostró una tijera grande, por un momento pensó que le cortarían el cabello para divertirse, las risas y los gritos aún se escuchaban al otro lado de la cortina. Llegó otro soldado a ayudar poniéndole de mala gana una venda en la boca mientras el otro le comenzaba a cortar la ropa que llevaba puesta, pataleó e intentó gritar pero supo que nadie vendría a ayudarle, a nadie le importaba lo que le estaba pasando… a nadie le importaba una verga un maldito polaco.
Entró en un estado de ensoñación, se había dado por vencido.
Dejó de pelear dejándose hacer, cuando acabó todo por fin, se quedó en el suelo como muñeca de trapo, desnudo y sin ganas… lo que viniera estaría bien. Por un momento extrañó a aquel rubio que le había ayudado, a los niños en el orfanato, repartir periódicos, su bicicleta, su propia paz.
Se abrió el telón.
Interiores del galpón
Mientras y después de subir el telón.
Todos estaban sentados en sillas maltrechas, bancas largas y otros alrededor de improvisadas mesas, todos ellos tenían una cerveza, licor o cigarrillos en la mano, cantaban canciones alemanas riendo y meneándose de un lado a otro abrazándose por los hombros. Un hombre alto se paró en medio del pequeño escenario, pidió silencio y cuando este se hizo, sonrió levemente.
-Bien… Ya hemos tenido dos buenos ejemplares hasta ahora y lo que se viene ahora es…
Mientras el hombre hablaba Thor se sentaba tranquilamente tras todos, noto a la distancia a quien supuso que estaría sentado en la primera fila. Ahí estaba Laufey sentado con las piernas abiertas, muy varonil y los brazos cruzados, por alguna razón se molestó profundamente con su presencia, sin notarlo había fruncido el ceño y había apretado los puños, ignoró todo lo que el hombre hablaba en el escenario hasta que escucho lo siguiendo:
-…la siguiente muestra para su deleite es un polaco delgado, blanco como él solo y cabello negro –Thor levantó las orejas, como si de un perro se tratase – Eso sí, está algo abollado porque es indomable –Rio fuertemente e hizo un ademán para que levantaran el telón dejando ver a Loki como no creyó verlo jamás.
-No puede ser… -susurró mientras el subastador gritaba.
-¡Comienza la subasta!
-Dos cajetillas de cigarrillo… -Dijo Laufey, tranquilo. Thor levantó la mano rápidamente.
-Seis cajetillas de cigarrillo –No tenía ni puta idea de donde sacaría esas cajetillas, pero lo haría.
Laufey se volteó y vio a Thor, al parecer a nadie más le había importado su presencia, era uno más. Más apuestas surgieron en el aire, la cosa se ponía buena por el polaco. Laufey semisonrio.
-¡siete cajetillas y un reloj! –dijo alzando la mano.
-¡Ocho cajetillas, un reloj y un par de botas! –grito finalmente Thor, varios soldados se dieron de baja y Laufey lo pensó nuevamente.
-Maldita sea… si no hubiera comprado a la anterior le habría ganado a ese imbécil… -decía bajito y negó con la cabeza.
El subastador sonrió y apuntó al pobre Loki.
-¡Vendido! – y piso en el suelo –Al general…
Entonces ahí todo el mundo volteo y los quedó viendo. ¿Qué debía hacer ahora?, apretó los dientes y puños, luego los soltó y suspiro, miró con altivez, mirando engreído a todos, luego se miró la palma de la mano y luego las uñas, volvió a verlos a todos.
-¿Qué? ¿Acaso ustedes no necesitan de un esclavo personal? –miró al subastador. –Envíelo a mi dormitorio… -se levantó del asiento, ignorando a Laufey -…no tengo donde meterlo por ahora –Suspiro haciéndose el divertido – tendrá que saber meterse en el baño…
-Sí, mi general… así se hará –Dijo el subastador, anotando el precio de la subasta y acercándose a él con el papel –Esto lo cancelara mañana.
-Hecho… -Le quitó el papel, miró a Loki y puso una cara de asco -¿Sabes? Mejor me lo llevó yo… -miró serio al subastador, jamás había pensado que así sería realmente el Thor Odinson que era amigo hasta de sus enemigos.
-Si, mi general… -Y bajó la mirada cediéndole el paso.
-Bien, mañana te dejaré las cosas en sus vestidores… -El subastador asintió reiteradas veces.
Thor caminó hasta el pelinegro, este parecía como en otra dimensión. Lo tomó de la cintura y lo levantó como saco de papas apoyándolo bajo el brazo, este sin mirar a quien se lo llevaba, a él ya no le importaba. Se dirigió hasta la puerta pasando al costado de Laufey.
-Ya verás… -Gruño molesto.
Ya una vez afuera se sintió más relajado, nadie les seguía, nadie les miraba, sin dejar de llevarlo como borrego muerto suspiraba mirando a los costados esperando que ningún otro general o algún otro superior apareciesen. Cuando entró a los dormitorios superiores se relajó y tomó al polaco como a un ser humano. Noto que este dormía.
-Hombre, se suponía que habíamos llegado a un acuerdo… -Suspiró abriendo la puerta de su habitación.
Lo dejó nuevamente acostado en su cama para luego cerrar con pestillo. Miró nuevamente al polaco.
-Me tienes que traer muy loco, amigo… -Se rasco la cabeza y sonrió –Porque no tengo ni puta idea de dónde sacaré un reloj y tantas cajetillas de cigarros.
Se encogio de hombros y escuchó como tocaban la puerta.