Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sexy, Naughty, Bitchy Mello por Kurumi2413

[Reviews - 229]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

Bien, lo siento. Me tardé más de una semana en terminar el capítulo... Al final las explicaciones xD

Estem... Agh... Esto está jodidamente empalagoso. XD

Advertencia: Dalalai... :v no diré nada.

 

 

Las semanas siguientes pasaron "casi" con tranquilidad, entre la familia Jeevas, se había hecho la costumbre de que cada viernes Mello acudiera a comer o cenar con ellos, y eso, verdaderamente, era algo incómodo para el rubio. Es decir, las pláticas normalmente eran "agradables" entre todos, y lo serían más quitando el hecho de que algunas veces cuando el gamer no estaba presente, entraban en un silencio incómodo, prácticamente, en cuanto no estaba el pelirrojo, los temas de conversación se agotaban "misteriosamente", o por ejemplo las "pequeñas discusiones" entre Mello y Chris, el padre de su "amigo". Angie por su parte, tomaba el asunto de la relación entre ambos chicos bastante bien, era comprensible y tenía una paciencia extrema, tal como su hijo, Matt.

El invierno terminaba dando paso a una de las mejores épocas del año, la primavera. Quitándolo su cursi significado y comienzo, se podría decir que era la estación favorita de Mello. El invierno no le traía buenos recuerdos y por otra parte no soportaba el abrazador calor del verano. Por las mañanas aún se sentía el viento helado al igual que por las noches, sin embargo por la tarde y el mediodía ya comenzaba a hacer algo de calor, aunque claro, no tanto como en verano.

La última vez que Mello había ido a comer con los Jeevas, había sido... Diferente. Por un lado, comenzaba a sentirse parte de una "familia" aunque aún no lo admitiera completamente, eso lo hacía sentir bien, pues nunca supo como era el pertenecer a una. Mientras que por otra parte, había algo que lo había estado inquietando tanto como la vez que visitaría por primera vez la casa de el gamer como su pareja. ¿La razón? Angie y Matt habían insistido en que los acompañaran al viaje de semana santa que realizaban cada año con los abuelos de Matt, quienes vivían en un pueblo que quedaba a 3 horas aproximadamente de ahí en automóvil. Se había negado al principio, diciendo como excusa que en esas fechas se dedicaba a trabajar en cualquier cosa para ganar algo de dinero para la renta y otros gastos -A pesar de ya tener bastante ahorrado- importantes. Pero aquellos pelirrojos eran igual de insistentes, que definitivamente eran madre e hijo... Al final, lo habían convencido de ir, y con Chris resignándose, pues sabía que a su esposa y a su hijo era casi imposible hacerlos cambiar de idea.

Pero había algo que sabía que rondaba por la cabeza del adicto al chocolate desde hace ya tiempo desde que había aceptado ir con los Jeevas de viaje. Si se suponía que iban con los abuelos del pelirrojo... ¿Les tendrían que contar sobre "ellos"? Tenía casi el mismo remordimiento de cuando iría con Angie y Chris, pero había una sola cosa distinta en todo eso: Si les decían sobre "ellos" y no lo aceptaban, por lo menos sabía que seguiría contando con el apoyo de los padres de Matt, o... Pensándolo bien, más el de Angie que el de Chris, pues éste era bastante sobreprotector con Mail, sin embargo al rubio le gustaba bastante hacerlo enojar.

Y ahí se encontraba, terminando de arreglar una maleta con ropa y mucho chocolate para la semana y media que estarían con los abuelos del gamer. Una vez que puso lo que creyó necesario dentro de la maleta, observó de reojo el reloj que había en su pieza. Eran las 10 de la mañana... Había quedado de llegar a las 10:15 A.M, así que tenía tiempo de llegar si caminaba rápido.

Tomó sus cosas y bajó las escaleras. Una vez abajo, se cercioró de que todo estuviera en orden, pues después de todo, no estaría por un tiempo. Tomó las llaves de su departamento y sin más, salió de ahí, cerrando la puerta detrás de sí con seguro.

#*#*#*#*#*#*#*

—Llegas 5 minutos tarde. –Repuso el padre de el pelirrojo, observando a Mello de mala gana, mientras Angie y Matt sólo sonreían nerviosamente.

—No le hagas caso, no importa. –Le sonrió la pelirroja.

—Wow, demándeme por llegar unos minutos tarde. –Contestó Mello, rodando los ojos y sonriendo de forma burlona.

—Compórtate, yo fui el que te invitó. –Chris se cruzó de brazos y Mello arqueó una ceja, observándolo de forma divertida.

—No es cierto. –Contestaron Matt y su madre al mismo tiempo.

—¡Si yo no quiero que vaya no irá, yo mando aquí! —Soltó bruscamente, con la mirada fulminante de Matt y Angie sobre él.

—¿Quién dices que manda aquí? –La pelirroja observó a su esposo con una mirada sombría que daba miedo. El hombre la miró nervioso y movió las manos como queriendo decir "Retiro lo dicho". —¿Sabes? Si Mello no va te vas caminando. –Repuso. Matt no pudo evitar soltar una risa ante eso, mientras que el rubio los observaba con extrañeza.

—¡Já! Llegaría corriendo antes que ustedes.

—Sí, claro. –Respondieron ambos chicos y Angie al mismo tiempo con sarcasmo, al mismo tiempo que rodaban los ojos.

—No digas eso que de verdad te echaré del auto. Y compórtate, está tu yerno presente –Chris la miró con mala cara, que quitó en cuanto notó el aura amenazante con el que la miraba su esposa.

Mello y Matt suspiraron al mismo tiempo que veían "discutir" a los padres del gamer, siempre, y es que siempre, de alguna forma tenían pequeñas "peleas", a pesar de que a los 5 minutos ya se reconciliaban de nuevo y actuaban como si nada hubiese pasado. Lo único que Mello lograba pensar con eso era que de verdad era una extraña familia... Pero a pesar de todo aquello, familia.

—Suban al auto chicos, traeremos las maletas y nos vamos. –Angie les dedicó una sonrisa, para después dirigirse dentro de la casa una vez más, jalando de la oreja a Chris consigo.

Ambos hicieron lo que les dijo la pelirroja, y una vez dentro, Matt suspiró pesadamente.

—Lamento la actitud de mis padres... –Le sonrió de forma nerviosa a Mello y éste le sonrió de una forma que rara vez lo hacía, se podría decir que era su sonrisa "natural" y eso le encantaba a Matt. Se sentía dichoso de ser de las pocas personas que lograban ver aquella bella sonrisa.

—Son entretenidos. –Puso una de sus manos en el hombro de su pareja para transmitirle confianza. Matt sólo le devolvió la sonrisa sinceramente.

—Me alegra que no te espanten. –El pelirrojo soltó una risilla y Mello lo miró con nostalgia.

—Me hubiera gustado que mis padres fueran como los tuyos. –Admitió. Matt pudo notar la tristeza escondida en la forma que dijo eso. No le gustaba para nada ver a Mello de esa manera, simplemente no lo soportaba, le rompía el alma.

—Descuida. –Le sonrió y le acarició suavemente la mejilla con una de sus manos.– Puedes contar conmigo para lo que sea, y lo sabes ¿No? –Mello se ruborizó y asintió tímidamente. —Pues también con mi extraña familia, nunca dudes eso. ¿De acuerdo?

—Sí... De acuerdo... Basta de cosas cursis, demasiada azúcar por... –Matt no lo dejó terminar. Tomó desprevenido a Mello y le plantó un suave y tierno beso en los labios que no duró más de unos segundos. Al ver el rostro completamente rojo de él rubio, sonrió tiernamente.

—Vaya forma de callar la tuya. –Le dijo el rubio.

Antes de que Matt pudiera decir otra cosa, ambos observaron como Angie y Chris se acercaban nuevamente al auto con unas maletas. Una vez que las colocaron en la parte de atrás, también subieron. Chris iría manejando y Angie iba en el asiento del copiloto. Mello por su parte, no perdió ocasión para hacer enojar al hombre una vez se dio cuenta de ello.

—¿El viejo irá manejando? Seguro nos estrellaremos por ahí antes de llegar... –Sonrió se forma burlona y Chris bufó enfadado.

—Cállate niño. Será mejor que... –No pudo terminar de decir lo que estaba diciendo, ya que su esposa lo fulminó con la mirada. Mello, ante eso, sonrió triunfal.

Matt suspiró una vez más. Conocía a su padre, y aunque no pareciera, en el fondo le agradaba su "amigo". Conociéndolo pensaría que es mucho mejor el que sea de esa manera, pues de lo contrario, parecería como si no estuviera dispuesto a ayudarlo cuando lo necesitara, y su actitud firme y segura, daba a entender que pasara lo que pasara, ahí estaría. ¿Y cómo el padre de Matt pensaba y estaba tan seguro de todo aquello? Era simple y sencillo una vez que se analizaba bien. Cuando tenía la misma edad del rubio, era igual. Sólo llevaba unas cuantas semanas de conocerlo, pero era como si se conocieran de toda la vida, y en realidad confiaba en Mello. ¿Pero eso lo admitía? ¡Claro que no! Incluso pareciera que tuvieran el mismo gran orgullo.

Una vez que salieron de la ciudad y comenzaron andando por carretera, las cosas eran más silenciosas y tranquilas. Y no era de esos silencios incómodos que hay en algunas ocasiones, sino uno más agradable. Mello observaba por la ventana el paisaje, hundido en sus pensamientos. Se sentía extrañamente feliz por el hecho de ir de viaje con Matt, jamás pensó que sería correspondido, y mucho menos que la familia del gamer aceptaría eso. Definitivamente había valido la pena los años anteriores de sufrimiento en silencio, ahora por fin podía ser feliz. Por más pequeña que fuera esa simple razón, así era, se sentía totalmente completo, con vida y una razón de querer seguir viviendo. Era cursi, pero totalmente cierto. Su mirada ya no era vacía y triste, ahora mostraba un brillo singular que era único. No era consciente de que el pelirrojo notaba eso, pero así era.

Sintió algo en su hombro que lo sacó de sus pensamientos. Matt se había quedado dormido, y al no tener fuerzas para sostenerse, había dejado caer su cabeza sobre su hombro. Se sonrojó violentamente al observar eso, y recorrió con la mirada cada una de sus facciones. Cómo su cabello pelirrojo se entrelazaba levemente con su cabellera rubia, sus labios color carmín levemente entreabiertos, sus largas pestañas, su piel que parecía tan suave, su respiración tranquila... Era una imagen perfecta, y odiaba tener ese tipo de pensamientos tan cursis, aunque después de todo ¿Qué más podía hacer? Era culpa del pelirrojo verse tan tierno mientras dormía...

Sin poder hacer nada para evitarlo, poco a poco el rubio también fue cayendo en el mundo de los sueños. Sin que ninguno se diera cuenta, habían creado una escena bastante tierna. Angie volteó minutos después para ver "cómo estaban" ,y al ver aquello, no pudo evitar sonreír. Sin decir nada, sacó de su bolso una cámara y les tomó una foto.

—¿Por qué les tomas foto? –Preguntó Chris, sin quitar la vista del frente. Angie no dijo nada, se limitó a guiñarle un ojo a su esposo y prefirió no decir nada de la foto. Ya se las mostraría cuando llegaran... Aunque probablemente Mello se enojaría por eso, daba igual, se le pasaría pronto.

#*#*#*#*#*#*#*#*

Después de unas cuantas horas más, por fin habían llegado. Mello se estiró una vez fuera del auto. Hace años que no viajaba, y le resultaba algo extraño admitir que por el momento todo eso le estaba agradando. Matt junto a él, le pasó su maleta y cargando la suya, volteó a verlo. Le sonrió entrecerrando los ojos y espero a que sus padres terminaran de bajar las demás cosas. Una vez todo estaba en orden, pasaron a la casa de los abuelos del pelirrojo con las cosas en mano. Una mujer ya mayor de cabellos pelirrojos y algunas canas con ojos azules los recibió con un aura alegre y sonriente.

—¡Que gusto volver a verlos! –Abrazó a Angie y esta le correspondió con una sonrisa. Seguido miró a Matt. —¡Pero que grande estás, Matty! –Se acercó al pelirrojo y también lo abrazó. Éste la miró con una sonrisa nerviosa y una vez se deshizo del abrazo, preguntó.

—¿Y el abuelo?

—Estaba preparando el té, en un momento viene pero... –La anciana volteó la vista hacia Mello y le sonrió. — Oh, tú debes de ser Mello. Y dime, ¿Desde hace cuanto eres el novio de mi Matty? –Le preguntó al rubio, con una sonrisa pícara. La joven pareja de adolescentes se sonrojó violentamente al instante.

—¿C-cómo es que usted... –Antes de que Matt pudiera terminar de preguntar, su abuela lo interrumpió.

—Tu madre me lo contó. –Les guiñó un ojo a ambos y seguido miró a Angie.

—¡Y también tengo una adorable foto! –Sonrió con ganas y sacó de su bolso la cámara. Una vez la foto que tomó en el auto apareció en pantalla, se las mostró a todo el que estaba ahí.

—¡Mamá! –Le replicó el pelirrojo, estando rojo hasta las orejas. Mello por su parte, estaba con cara de "trágame tierra".

—¡Así que esa fue la foto que tomaste! –Le dijo Chris.

—Claro. –Su esposa le guiñó un ojo y el hombre se dio una palmada en la cara. De verdad que Angie se parecía a su madre...

Antes de que alguien más dijera otra cosa, salió un hombre también ya mayor con una bandeja en la mano, una vez la puso en el comedor, sonrió y saludó a todos como se es debido.

Mello saltaba la parte de los saludos y sólo contestaba si era necesario. Observaba con atención la casa. Parecía acogedora, tenía una pequeña sala que constaba en unos sillones, una mesita de centro y una chimenea. Después estaba el comedor, que era donde se encontraban en ese momento. Había varios cuadros y la mesa tenía un mantel blanco encima. Justo enfrente había un pasillo, el cual Mello supuso que llevaba hacia las habitaciones. ¿Y entonces qué? ¿Así de fácil lo aceptarían esa familia tan extraña? Aunque aún estaba el hecho de lo que pasaría si se enteraban en la escuela... Entonces tendría que estar agradecido, ¿O no?

—Para "celebrar" esto he preparado un pastel de chocolate para la joven pareja. –La voz del abuelo de Matt sacó al rubio de sus pensamientos, en especial al oír la palabra "chocolate" en aquella oración. El anciano destapó la charola que había dejado sobre el comedor, dejando a la vista un pastel con MUCHO chocolate. Todo, sin excepción, era completamente de chocolate.

Los ojos de Mello brillaron al ver aquello, Matt sonrió al observar su reacción.

—Hay que sentarnos a comer, ¿Qué les parece? ¡Para celebrar el que mi nieto al fin haya encontrado a la persona apropiada! –Ambos adolescentes se miraron y se sonrojaron violentamente. Chris carraspeó, para recordarle a la madre de su esposa que ellos también estaban ahí. — Oh, claro, y el que después de un año hayan venido a visitarnos. –Sonrió amablemente y puso los platos necesarios en la mesa.

Toda la familia se sentó en el comedor, mientras el abuelo de Matt servía un trozo de pastel para cada quien.

—Mi nombre es Isabel, en realidad estoy encantada de conocerte, Mello. Mí esposo se llama David. –El rubio les sonrió nerviosamente con un leve rubor en sus mejillas. Quien diría que al relacionarse con Matt acabaría de aquella manera... Pero que va, se sentía mucho mejor a como se sentiría con su familia. Aunque en parte era malo todo aquello. Si se confiaba creyendo que las demás personas tomarían bien su relación con Matt, acabaría bastante mal. No todas las personas eran iguales, y dudaba que en la escuela se lo tomaran bien si se enteraban.

Se encontraban hablando mientras comían el pastel, Mello se limitaba a decir sólo lo necesario, cosas básicas sobre él, porque después de todo, estaban ahí sus suegros y tampoco quería que lo vieran como un tipo que lo único que quería era aprovecharse de Matt. Para su suerte y a su parecer, les cayó bastante bien a los abuelos del gamer. Claro que sus "peleas" con Chris no cesaron, si no que seguían discutiendo aún al estar frente de los demás.

Una vez terminaron de hablar y comer, cada quien fue a sus respectivos cuartos para acomodar las cosas. El cuarto que les había tocado a ambos chicos era uno que estaba hacia el fondo, algo apartado de los demás. Al abrir la puerta, los adolescentes se sonrojaron violentamente ante lo que vieron. Cama matrimonial. ¿¡Qué rayos les pasaba!? ¿Acaso no estaban conscientes de que ambos eran unos chicos en plena adolescencia y con las hormonas desbocadas? ¡Apenas alguien subnormal los pondría en aquella situación tan bizarra! Oh, pero claro, el rubio casi lo olvidaba. Aquella no era una familia normal. Pero claro, eso lo explicaba todo. Por lo menos si sucedía algo el no sería el responsable de aquello.

El blondo volteó a ver la cara de su "amigo" pelirrojo. Se encontraba rojo hasta las orejas y con una expresión que decía algo como "Mataré a la abuela por esto..." al observar tan graciosa expresión, Mello soltó una carcajada.

—¡No te rías! Esto seguramente es culpa de... –Ni bien termino de hablar, los labios de Mello atraparon los suyos rápidamente, haciéndolo callar. Definitivamente nunca se cansaría de sentir esos labios... Mello se separó con delicadeza y se acercó al oído de el pelirrojo.

—¿Acaso tienes miedo de lo que te pueda llegar a hacer en la noche? –Susurró, para después apartarse y acomodar en un lugar mejor su maleta y la de de Matt, como si nada hubiera pasado, dejando a éste completamente rojo.

¿Qué significaba aquello que le acaba de decir Mello? Eso lo había dejado completamente desconcertado. Comenzó a darle riendas sueltas a su imaginación, y sin poder evitarlo a pensar cosas no muy sanas para su salud mental.

—¡Chicos! ¡Vengan un momento! –La voz su abuelo lo sacó de sus pensamientos. Mello volteó a verlo, y al notar que aún se encontraba rojo soltó otra carcajada. Matt lo miró molesto y salió de su habitación junto a él, yendo con su abuelo para ver que quería.

—Hay unas cosas que necesito del cuarto donde guardamos los objetos viejos y eso, el problema es que están en una caja y pesa un poco... Ni yo ni la abuela tenemos fuerzas para traerla, así que ¿Podrían traerla entre los dos, por favor? –Sonrió.

—De acuerdo. –Dijeron al mismo tiempo. Mello tomó a Matt de la muñeca del brazo, y así, se dirigieron afuera.

—¿Dónde está eso que dice tu abuelo? –Preguntó el rubio.

—Por acá, detrás de la casa, es una especie de cuarto viejo donde guardan cajas con álbumes, cuadros, muebles viejos y cosas por el estilo... –Contestó el gamer, mientras caminaban por el pasto que cubría el suelo del patio.

Matt tomó la perilla levemente cubierta de polvo y abrió la puerta. Un chirrido resonó por todo el cuarto. Ambos entraron y cerraron la puerta tras de sí. Grave error. El rubio pudo alcanzar a percibir un 'click' y las puertas no hacen ese tipo de sonidos. Para cerciorarse, quiso abrir nuevamente la puerta, fallando en el intento. Tratando de esconder su pequeño temor, volteó su vista hacia el pelirrojo, quien buscaba con la mirada la caja de la que les habló su abuelo.

—Matt... E-estamos encerrados. –Le dijo. El mencionado fijó su vista en Mello con sorpresa, y se dirigió rápidamente hacia la puerta. Intentó abrirla, sin mucho éxito.

—Maldita sea... –Suspiró y fijó nuevamente su vista en los ojos de Mello. — ¿Y si intentamos golpear la puerta para hacer ruido y que nos escuchen? –Propuso.

—De acuerdo.

Y así, ambos adolescentes comenzaron a golpear la puerta con los puños, tratando de hacer el mayor ruido posible. Pero era inútil... El pequeño cuarto estaba algo alejado de la casa, y si nadie se acercaba aunque sea un poco, nunca los escucharían. Después de estar haciendo lo mismo durante aproximadamente 10 minutos, ambos se rindieron.

El rubio se sentó en una esquina despejada, es decir, sin nada de cosas, y seguido Matt fue junto a él.

—¿Y ahora que haremos? –Preguntó el gamer, dando un suspiro.

—No lo sé... ¿Esperar a que alguien se de cuenta de que no estamos, nos busque aquí y llame a alguien para que arreglen la puerta? –Sacó una barra de chocolate, de casualidad la traía en el bolsillo y era lo único que tenía de comer para rato, tenía que aprovecharla.

—Supongo... –El pelirrojo observó como su "amigo" sacaba una barra de chocolate y le quitaba la envoltura con cuidado para que no se rompiese.

—Tengo frío. –Dijo el rubio de repente.

—Pero hace calor aquí dentro... –Le respondió Matt.

—Igual tengo frío. –Mello lo miró con el ceño fruncido como si no le entendiera.

—Pero...

—¡Sólo abrázame! –Espetó, con las mejillas rojas.

—Podías haber dicho eso antes. –Matt le sonrió dulcemente y abrazó al rubio, para después acurrucar su cabeza en el hombro de Mello. — ¿Y por qué esa petición tan de repente? –Le sonrió nuevamente mientras observaba de reojo como sus mejillas tomaban color otra vez.

—Porque sí. –No era mucha explicación... Pero así era Mello, ¿Y qué se le podía hacer? — Además es vergonzoso pedirlo directamente... –Murmuro con tono enfadado, mirando el suelo como si fuera lo más interesante del mundo. Matt no pudo evitar soltar una pequeña risa ante eso.

Se quedaron un rato en un silencio agradable y en la misma posición, aunque hacía algo de calor en aquel lugar, no importaba, pues ambos disfrutaban bastante el estar así, ya que pocas veces podían sin tener que estar vigilando porque alguien los viera. El sonido que hizo el estómago de Matt interrumpió aquel silencio.

—¿Tienes hambre? –Mello lo miró extrañado.

—Algo... –Contestó Matt con una sonrisa nerviosa, levemente apenado.

—Cierto... Tú no desayunaste y casi no comiste del pastel que hizo tu abuelo... –Lo miró con cara enfadada y después fijó su vista en su chocolate. Quedaba poco menos de la mitad, aunque igual podría servir de algo, por lo que se lo ofreció a Matt.

—Ehh... No me gusta mucho el chocolate, gracias. –Apartó el trozo que le ofrecía Mello y se lo devolvió.

El rubio nunca compartía su chocolate con nadie. Aquello era por demás extraño, pues antes siempre le dejaba bien en claro que si tocaba sus chocolates le pondría correa y lo llevaría a pasear como a un perro.

—Puedo hacer que eso cambie. –Mello le sonrió con picaría y ante eso Matt se sonrojó. Conocía ese gesto...

El blondo arrancó un trozo pequeño del chocolate que quedaba, y se lo llevó a la boca. Tomó el mentón del pelirrojo y se fue acercando de a poco, hasta que por fin juntó ambos labios, iniciando el contacto suavemente, para después comenzar a profundizar de a poco. Matt daba suspiros ahogados por aquel beso. ¿A quién no le gustaría el chocolate si se ofrece de esa manera? Correspondió tierna y gustosamente el beso.

Sin que ambos chicos se dieran cuenta, poco a poco iban aumentando el tono, y el calor subía. Era inevitable para ambos, cada vez que estaban así de cerca su corazón se desbocaba y una necesidad obsesiva de estar más cerca del otro los atacaba.

Mello metió sus suaves manos dentro de la camiseta a rayas del otro, acariciando cada parte de su abdomen. Una vez el chocolate se agotó, se separaron por falta de aire, jadeando y respirando con dificultad. El blondo comenzaba a volverse loco, quería estar aún más cerca de Matt. Le sacó por fin la molesta playera y apretó levemente los pezones del otro, sacándole un gemido. Muchas veces se le cruzaban pensamientos tan cursis que ni él mismo se creía que ÉL estuviera pensando esas cosas. Pero su gran orgullo nunca lo dejaba decir nada. Y la manera en la que lo demostraba, era aquella. Esas acciones hablaban por lo que las palabras no alcanzaban. De pronto... Sintió ganas de más, pero no podía simplemente hacer 'eso' porque sí. Por lo que se armó de valor para que Matt le diera "La luz verde" para avanzar.

—Matt... Yo... –Una vez pudo articular esas palabras, el pelirrojo lo observaba con ternura, y aquello lo animó a seguir hablando. —Quisiera... 'Eso'... –Matt arqueó una ceja, y el rubio al caer en cuenta que no entendía, prosiguió. —Me refiero, admitámoslo, esto es demasiado. Pero... ¿Me dejarías llegar 'al final'? ¿Tú te quedarías? –Le preguntó, con las mejillas levemente rojas pero la voz firme y segura.

Y es que quería demostrarle de aquella forma lo mucho que en verdad lo amaba. Sonará cursi, pero el blondo nunca vio eso como una forma de sólo recibir placer o proporcionarlo. Sino mucho más. Pero la mayoría de las personas no entendían en valor que tenía eso... El entregarse por completo a una persona, no es para nada simple, sin embargo aún así la mayoría no comprende eso. La voz de Matt lo sacó de sus pensamientos.

—Sí. –Contestó, con una sonrisa y las mejillas ruborizadas.

—Tú... ¿Estás seguro? No habrá vuelta atrás, ¿Sabes? –Le volvió a preguntar una vez más, para estar totalmente seguro.

—Totalmente de acuerdo. –Le sonrió de nuevo. Mello le dedicó una tímida y fugaz sonrisa, para después acomodarse más cómodamente, mientras besaba el cuello de Matt.

El pelirrojo, sin querer quedarse atrás, trató de sacarle la camiseta a Mello, sin embargo, el rubio lo conocía, y notaba desde lejos su corazón latiendo con fuerza, el nerviosismo que tenía el pelirrojo en ese momento. Y sus manos temblorosas lo delataban aún más. Por lo menos así se notaba que para él tampoco sería simple aquello... No, tendría significado.

Mello fue bajando lentamente dejando un rastro de besos en el camino hasta llegar a los pezones del pelirrojo. Al estar consciente de el nerviosismo del otro, se mandó a si mismo la tarea de deshacerse de aquello. Aunque lo admitía, él también estaba nervioso... Se quitó estratégicamente por si mismo su camiseta negra en lo que recorría cada rincón del abdomen y pecho del gamer, deteniéndose algunas veces en los rosados pezones de éste, jugando en ese punto en particular con su lengua.

Matt gemía de vez en cuando. Comenzaba a olvidarse de los nervios y se dedicaba a disfrutar cada momento. Después de todo, eso sólo se vive una vez en la vida, y se sentía dichoso el poder ser el primero en compartir aquel momento con Mello. ¿Y cómo es qué sabía del hecho que sería "la primera vez" para ambos? ¡Eran mejores amigos y ahora incluso más! Claro que entre los tantos temas de conversación que habían tenido, alguna que otra vez salían las pláticas sobre cosas... ¿Cómo decirlo? Sexuales. Ahí, en una de esas ocasiones, ambos admitieron que aún eran vírgenes. Ahora que el pelirrojo lo recordaba, aquella si que había sido una situación bastante bochornosa.

Mello se colocó sobre él, tirándolo al piso completamente, y tratando de que sus cuerpos estuvieran lo más juntos posibles. Subió nuevamente hasta llegar a los labios del otro y lo besó con ansias. Matt estaba tan concentrado en corresponder el beso, que no notó cuando la rodilla de Mello fue subiendo hasta presionar su entrepierna. Dio un gemido ahogado en el beso, notando como poco a poco "algo" iba despertando en su entrepierna.

Aquellas sensaciones eran simplemente únicas, nunca cambiarían aquel momento por nada. Era imposible evitar los escalofríos que constantemente los asaltaban y los latidos desbocados de ambos corazones.

Puede que aún estuvieran algo jóvenes para experimentar aquello, pero eso ya no importaba. Y es que ambos se entregarían completamente al otro con una sola condición: en ser amados.

Mello se separó unos centímetros, y aprovechó ese momento para bajar su mano hasta el pantalón de Matt. Desabrochó con algo de torpeza los botones hasta que por fin lo bajó completamente. Sin pensarlo dos veces, también se deshizo rápidamente de su ajustado pantalón negro. Trató de pegarse aún más a Matt si es que aquello era posible, y lo besó una vez más mientras sentía el miembro ya despierto de Matt rozando contra el suyo. Se separó jadeando nuevamente y en ese momento fue cuando perdió la cordura completamente y se fue dejando llevar. Comenzó a moverse hacia atrás y adelante, simulando embestidas, mientras ambos comenzaron a gemir más fuertemente que antes.

Cuando el blondo pensó que ya era suficiente, bajó con una de sus manos los bóxers de Matt, una vez que el pelirrojo estaba completamente desnudo, prosiguió quitándose lo último que le quedaba de ropa. De la nada, los nervios volvieron para ambos.

Matt seguía gimiendo, Mello colocó su miembro en la entrada del pelirrojo, pero sin llegar a penetrarlo. Antes de hacer cualquier otra cosa, mandó al carajo su orgullo y tomó valor para decir aquellas 2 simples palabras.

—M-Matt.. Te amo. –Aquellas palabras, podrán sonar simples para muchos. Pero significan demasiadas cosas, y no son nada fáciles se decir cuando realmente se sienten. Esas 5 letras definían todos los sentimientos de aquellos muchachos.

—También yo, Mello, más que a nada. –Le sonrió con ternura, y Mello no esperó más.

Se fue introduciendo de a poco en el gamer, éste no podía evitar gemir de dolor. Mello le tomó la mano como si le leyera los pensamientos. Comenzó a moverse de a poco para que el dolor no fuera tanto para el pelirrojo, quien le apretaba la mano con cada vez más fuerza.

Dolía, aquello de verdad dolía demasiado. Sin embargo, aunque le doliera, Matt estaba dispuesto a aquello por Mello. El oji-celeste, por su parte, no podía estar teniendo pensamientos más cursis en aquel momento. Matt definitivamente era lo mejor que le había pasado... No había un minuto de su tiempo que no le pasara por la cabeza aquel chico despistado, hiciera lo que estuviera haciendo. Y esa necesidad de besarlo y quererlo tener cada vez más y más cerca... Y sus ojos esmeralda... Cada vez que lo miraba a los ojos su corazón se aceleraba, aquellos ojos lo dejaban sin salida alguna. ¿Pero para qué quería salir? Daría lo que sea por Matt, incluso su vida si fuera necesario, y no lo dudaría. Y, ¿Si eso no es amor verdadero, entonces qué lo es? Y ahí estaban, entregándose el uno al otro, jurándose aquel amor tan singular que se tenían y simplemente no podían negar. No había palabras para explicar aquello, las acciones eran su forma de demostrarlo. Y decir que antes incluso negaban que se amaban... Que ironía.

El dolor fue cambiado por placer, ya no le dolía a Matt, e incluso él mismo había comenzado a moverse, indicándole a Mello que ya podía comenzar a moverse más rápidamente.

Embestida tras embestida, lo único que se escuchaba eran suspiros y gemidos. Aquello era completamente único. Quien diría que aquel momento tan especial sería en un cuarto con cosas viejas a causa de que se habían quedado encerrados...

Siguieron un buen rato en el mismo vaivén, hasta que por fin ambos alcanzaron el climax al mismo tiempo. Soltaron un último gemido, y Mello salió con cuidado de Matt. Ambos estaban sudados y con las respiraciones agitadas. El blondo recostó su cabeza sobre el hombro de el gamer mientras lo abrazaba. Se quedaron de esa manera hasta que recobraron el aliento y sus respiraciones se regularizaron, sin embargo, no duraron mucho, pues el sonido de un golpe en la puerta los distrajo.

—¿¡Matt, Mello, están ahí!? –Preguntó Angie, preocupada.

—¡Sí, nos quedamos encerrados! –Contestó Matt con algo de dificultad. —¡Los sacaremos ahora mismo! –Escucharon los pasos de la pelirroja alejarse, y se miraron como pensando en lo mismo.

Se levantaron y acomodaron de la forma más rápida que pudieron, habían olvidado que estaban encerrados. Se pusieron sus respectivas prendas, y una vez ya vestidos, Matt echó un aromatizante que de suerte había ahí, mientras que Mello limpiaba con un trapo lo que pudiera parecer "sospechoso" en el suelo.

El tiempo justo les había alcanzado, pues Chris tumbó la puerta con una patada.

—¿No se enojará el abuelo por eso? –Le preguntó Matt a su padre, arqueando una ceja.

—Él me dijo que hiciera esto, de todas formas ya era hora de cambiar esa vieja puerta y... ¿Es aromatizante lo que huele? –Preguntó, olfateando.

—Eh... Sí... E- es que olía mucho a polvo. Sí... Polvo... –Contestó el pelirrojo nerviosamente, dejando a su padre extrañado y confundido, mientras que Mello se golpeaba la cara mentalmente.

#*#*#*#*#*#*#*#*#*#*#*

Por la noche, a Matt ya le daba igual dormir con Mello después de 'eso' que había pasado, pero por otra parte... Por la mañana, Matt se levantó con bastante dificultad de la cama.

—Maldita sea, Mello. –Bufó con molestia.

—¿Qué pasa? –Le preguntó el rubio, quien salía del baño.

—¡Me duele! –Exclamó, señalándose la "parte de atrás".

El oji-celeste no pudo evitar soltar una carcajada al entender a que se refería. Matt lo miró finjiendo enfado, pues realmente no estaba nada molesto... Después de todo, había disfrutado aquello.

 

Notas finales:

 

¡Por los dioses! *Se esconde esperando recibir tomatazos* eso fue... Agh... Maldita sea, hace años (exagero.. XD) que no escribía un lemmon, y... No sé, el último salió del asco, espero haber mejorado en esto... Sólo... No me maten... Quería que fuera romántico por ser "la primera vez" (? (wtf, eso sonó cursi... A MI NO ME GUSTA LO CURSI! D:) muchas esperaban el lemmon y pues... Aquí ta' XD ¡Tomen su lemmon! pervertidas de mierda. ... mentira, las amo ;w;

Son las 4:57 A.M en lo que escribo esto, ténganme compasión (? Oh sí.. Yo iba a explicar el por qué mi tardanza. Verán, me puse a ver vídeos de gameplays de xoda... Y luego de el rubius y mangel... ¡Y descubro que hay yaoi de esos dos! Mi reacción fue épica (? XD y encima el jodido fic como 100 capítulos, imagínense. Pero cuando iba por el 45 me dije a mí misma "abstinencia, te vas a poner a escribir sí o sí." y pues.. Aquí esto XD además, se me ocurrió una idea para un fic... Se llamará "detrás de cámaras" y es sobre Matt, que se convirtió en un youtuber famoso por hacer gameplays :3 (lo sé, me afecto ver esos vídeos, pero salió una idea interesante que proximamente escribiré XD)

¡Me salieron 5472 palabras! D': ojalá haya valido la pena la desvelada porque ya son las 5:02 xD...

¡Nos vemos!

Pd: los reviews que me faltan de contestar los contesto mañana, ahorita parezco zombie y sólo pienzo em dormir x.x los one-shots de regaño los tengo para la otra sema... Creo..


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).