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Sexy, Naughty, Bitchy Mello por Kurumi2413

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Notas del capitulo:

wah. tardé un poco, pero pasaron tantas cosas... Ah, miles de trabajos para entregar, exámenes, malas calificaciones... En fin, me duele horrible la cabeza que hasta ganas tengo de vomitar XD me esforcé mucho, a pesar del tamaño del capítulo...

Bueno...

ADVERTENCIA: ¡Descúbranlo! (?

 

 

 

CAPÍTULO 15...

—No, todavía no nos conviene que los demás se enteren sobre esos dos.

—Tienes razón, mejor hay que usar eso a nuestro favor.

—Pero, ¿Cómo?

—A ti siempre te ha gustado ese tal "Mello", ¿no?

—Así es... Entonces... Creo que tengo una idea. –Sonrió.

—Tenemos otro punto a nuestro favor, recuerda que hay un gran grupo de chicos que sospechan, y si se enteraran que es verdad, no dudarían en... Bueno, hacerles daño y divulgarlo por toda la ciudad.

—Ah, claro, los que golpearon a Matt en la fiesta de Alice.

—Esto será divertido. –Soltó una carcajada, y seguido miró a su acompañante.

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—Hey, ¿Vienes conmigo a mi casa? —Matt caminaba junto a Mello, las clases habían terminado, y aún le preocupaba lo que había sucedido días atrás con el desmayo, de verdad se había preocupado, no le gustaba para nada verlo así, y como el rubio vivía solo, prefería que se fuera con él por si algo pasaba.

—¿Y tus padres? –Preguntó, observándolo con extrañeza.

—No están, viaje de negocios. –Suspiró.

—¿Cuando vuelven?

—En una semana. –Mello abrió los ojos en señal de sorpresa.

—¿¡Una semana!? ¡Apenas y sabes calentar la comida!

Y era cierto, apenas caía en cuenta de todo lo que tendría que hacer: Lavar la ropa, hacer o comprar su propia comida, mantener limpia la casa... No sabía como soportaría una semana así. Y aquello era algo que Mello hacía siempre, de verdad lo admiraba, pues él era todo lo contrario.

—Oye... –Matt hizo un puchero que le pareció gracioso a Mello, quien inevitablemente sonrió al verlo.

—Así claro que me quedaré contigo. Es más, ¿Sabes? "Viviré" contigo hasta que la semana acabe y tus padres vuelvan, no creo que sobrevivas tú solo. –Matt sonrió ante esa idea, estarían viviendo juntos por una semana, como una pareja de casados, además podrían...

Silencio.

Matt se detuvo en seco, con el rostro totalmente sonrojado. ¿¡En qué había pensado!? La piel se le erizó, sus propios pensamientos lo avergonzaron.

—¿En qué piensas? He...~–Mello sonrió burlonamente, ya se imaginaba más o menos lo que pasaba por la mente de el pelirrojo.

—¡Nada! –Tratando de pensar en otra cosa, siguió caminando, sin darse cuenta que casi pasaba su casa.

—¿A dónde vas? Esta es tu casa. –El rubio lo detuvo sosteniéndolo por los hombros, mientras Matt luchaba contra el reciente escalofrío que le recorrió la espalda.

—Cierto, cierto... –Sonrió nerviosamente y sacó las llaves de su mochila torpemente.

Después de fallar en varios intentos, por fin pudo abrir la puerta del portón que llevaba al patio delantero. Caminaron por el colorido jardín hasta la puerta de la casa, y una vez dentro, Mello se desplomó en el sillón que había en la sala.

—¿Estás cansado? –Preguntó Matt, aún con las mejillas levemente sonrosadas.

—Algo... De nuevo me dormí tarde anoche, es sólo eso. –Suspiró, poniéndose un brazo sobre los ojos.

—No hagas eso, tú no estás acostumbrado, te hará mal. –Frunció el ceño levemente.– No quiero que te pase nada malo... –Lo último lo dijo casi en un susurro, pero lo suficientemente fuerte como para que Mello lo escuchara.

—No es nada, es necesario. –Y ahora que lo pensaba, no podría continuar con 'eso', la razón por la cual se estaba desvelando tanto últimamente. O tal vez sí, pero necesitaría ir a su casa por los materiales, y esconderlos para que Matt no viera lo que hacía. Pero aquello era mucho trabajo, tal vez después.

—Mi madre me dejó comida hecha para unos días, pero dijo que después tendría que solucionarlo por mí mismo. –Suspiró.– Puedes dormir un poco mientras la caliento y arreglo la mesa, ¿De acuerdo? –Sonrió.

—Debería ayudarte, siento que me estoy entrometiendo demasiado en tu casa. –Quitó su brazo de la cara, y observó a Matt.

—Yo te invité, además, sabes que esta ya es prácticamente tu casa, así que, por favor, descansa un poco. –Le sonrió con dulzura, Mello sonrió levemente y asintió.

El pelirrojo se dirigió a la cocina, y ahora tenía un gran problema: Apenas y sabía usar la estufa. Pero no podía ser tan difícil... ¿O sí? Después de todo sus padres siempre lo hacían, y además Mello estaba ahí, no podía quedar mal con él... Eso es, lo haría por Mello. Sacó del refrigerador la comida que le había dejado su madre y comenzó con la "difícil" tarea de tratar de encontrar cómo se le abría al gas y después prender la estufa.

Una vez lo consiguió, con mirada triunfante, quitó el aluminio del plato donde había una carne cubierta de una "extraña" salsa color café. La colocó en el sartén, y saltó del susto al escuchar como "crujía" de forma extraña. "D-debe de ser normal ese sonido, ¿verdad?" Pensó, con una gota de sudor recorriéndole por la frente. Se notaba a kilómetros que jamás había siquiera calentado comida él mismo.

Después de un rato, por fin tenía todo listo. Arregló la mesa lo más "presentable" que pudo, dejó los platos con comida sobre el mantel impecable, y salió nuevamente hacia la sala, encontrándose con Mello dormido plácidamente en el sillón.

Se acercó con cuidado de no hacer ruido, y se hincó junto a el rubio. Contempló su figura por unos momentos, dándose cuenta de lo tranquilo que se veía de esa manera. En realidad no hacía otra cosa mas que pensar en él, no se arrepentía absolutamente de nada. Le encantaba ver a Mello sonreír, y la razón de eso, es porque su sonrisa era sincera, reconfortante. Sencillamente hermosa. Además, sólo sonreía cuando estaba con él. Con las demás personas, era más "frío" y no sonreía.

Lo abrazó con delicadeza, tratando de no despertarlo. Sintió su tranquila respiración y su corazón latiendo a un ritmo constante. Pero él no moriría por Mello. ¿Por qué? Porque morir era fácil, instantáneo. Mejor viviría por él, eso era más complicado, y no era algo que durara cuestión de segundos, sino años. Además conocía al rubio, tenía inseguridades y defectos, como todas las personas. Con temores ridículos, y culpabilidad. Había veces en las que parecía que se consumía de a poco, sin saber que para él ya era perfecto. Trataba de ocultar sus preocupaciones, pero para Matt era completamente notable. No necesitaba palabras, su mirada lo delataba todo.

Se alejó un poco, y después de observarlo nuevamente por unos segundos, no pudo evitar acercarse lentamente, hasta el punto donde sus respiraciones chocaban. Él no era el que solía besarlo, la mayoría de las veces era Mello, pero no lo hacía simplemente por vergüenza. Aquel momento era perfecto para hacerlo. Su corazón comenzaba a agitarse casa vez más y su respiración irregular.

Por fin, comenzó a sentir un cálido contacto, y es que, lo provocaba con tan sólo respirar. Juntó sus labios con los de Mello, en un beso que era inocente, puro, sencillo.

Después de unos segundos, se separó. Tenía que despertar a Mello para que fuera a comer. ¿O tendría que dejarlo dormir...?

Se levantó, y justo cuando se dio la vuelta para irse y dejar al rubio dormir, sintió como una mano lo tomó de la muñeca.

—¿E-estabas despierto? –Mello no contestó, simplemente lo jaló hacia el sillón donde aún se encontraba recargado, quedando Matt encima de él.

—¿Por qué me observabas tanto? –Le sonrió de una forma que Matt casi nunca veía. Era una mezcla de su típica sonrisa burlona, con algo que podría decirse, era felicidad, y un toque de ternura.

—Yo.. E-estaba... –Parecía como si Mello ignorara lo que decía, pues éste simplemente comenzó a besarle el cuello, y en ese momento, Matt comenzó a preocuparse: Sabía a lo que quería llegar Mello con eso. Pero el término "preocuparse" estaba demás ahí, pues verdaderamente, lo que quería que pasara, era "eso". Después de todo, hace ya poco más de una semana que no hacían "nada" de "aquello", y... ¿¡En qué se encontraba pensando!?

—Estás bastante dulce hoy, ¿Sabes? Mereces un "premio". –El rubio sonrió con malicia, mientras comenzaba a acariciarle el abdomen al pelirrojo por debajo de la camiseta, quien comenzaba a sentir como la piel se le erizaba.

—¿D-dulce...? E-es sólo que... Ngh... –Entrecerró un ojo y no pudo evitar soltar un leve gemido al sentir como Mello utilizaba a su favor ese punto sensible que se encontraba en su pecho, apretándolo levemente.

—Te ves demasiado adorable así, he. –El rubio observó detenidamente los brillantes ojos esmeraldas que en aquel momento se encontraban ligeramente entrecerrados, consumidos por ese sentimiento difícil de explicar que lo invadía en ese momento. – No es necesario que digas nada, sabes que para mí con tu mirada es suficiente, sé que también quieres llegar a eso, no hace falta que lo ocultes, así que mejor no te esfuerces en ello. –Bajó su mano, recorriendo el abdomen del pelirrojo, hasta llegar al borde de la prenda que era su uniforme. Después de detenerse por un momento así, bajó un poco más su mano, y sonrió de lado, comprobando lo que acababa de decir.

—Y-yo no... Mells, tenemos que ir a comer, acabamos de llegar, estás cansado y ni siquiera... –Se mordió los labios intentando no gemir al sentir la mano del rubio introduciéndose por su ropa, tocando su miembro por encima de su ropa interior. Sin embargo, decidió proseguir hablando. – N-no nos hemos ni quitado el uniforme, podemos esperar hasta... –En ese instante fue donde no soportó más. Soltó un sonoro gemido cuando la cálida mano de Mello retiró su pantalón, mientras que con la otra quitaba el resto de la ropa que aún llevaba puesta.

—¿Seguirás esforzándote en decir "No" cuando sabes lo que en realidad quieres que suceda? –Comenzó a acariciar de forma lenta el miembro del gamer, quien por fin se había rendido. Pero ahora tenía otro problema, aquellos movimientos lentos que recorrían esa parte de su cuerpo, eran demasiado para él, quería, necesitaba más. Era inevitable, Mello era quien lo hacía ponerse de esa manera.

—T-tú ganas... –Tartamudeó. Mello sonrió burlonamente, y lo miró satisfecho. Comenzó a acelerar el ritmo de su mano, causando que Matt se mordiera los labios, esforzándose en vano para callar sus gemidos.

—No hagas eso, me gusta escucharte. –La agitada respiración de Matt que chocaba contra su rostro, comenzaba a volverlo loco, no soportaría eso más tiempo.

—Pervertido... –Los latidos de su corazón aumentaban cada vez más, tanto que sentía que le podría dar un paro cardiaco ahí mismo. Y más aún con los ojos de Mello que lo miraban de forma divertida, como si estuviera disfrutando el estado en el que estaba.

—¿Y qué si lo soy? Tú tampoco eres demasiado inocente. –Nuevamente sonrió, y seguido retiró su mano de donde la tenía anteriormente.

El rubio pegó su cuerpo al de Matt lo más humanamente posible, provocando así un gemido ahogado de su compañero. Lamía su cuello entre suspiros y caricias, y es que no sólo el pelirrojo sentía que se volvía loco ante el contacto y todas las sensaciones, sino también Mello, aunque no lo demostrara tanto. Estaba llegando al límite, ya no lo soportaba. En ese momento decidió cambiar de posiciones, quedando el gamer debajo de él.

Matt observó como Mello luchaba por quitarse el uniforme y el bóxer negro que traía puesto. Cuando lo logró, un escalofrío recorrió su espalda. El rubio le mostró tres dedos, y Matt sonrió internamente: No lo demostraba, pero aquello significaba que tampoco quería que le doliera demasiado, por lo que, con las manos tambaleantes y tratando de no quedarse atrás en aquello, tomó la mano de Mello comenzó a lamerlos de una manera que sólo lograba provocar al rubio, quien ya tenía la respiración agitada desde hacía rato.

Cuando creyó que era suficiente, retiró la mano y procedió a introducirlos uno por uno en la entrada de el pelirrojo. Éste al principio soltó un gemido de dolor que Mello no pasó por alto, por lo que trató de ser algo delicado y esperar a que Matt se acostumbrara al contacto. Una vez colocó el tercer dedo, el gamer ya no gemía por dolor, sino por placer. Mello al ver que comenzaba a mover las caderas, supo que eso ya no le bastaba. Retiró los dedos e introdujo su miembro dentro de Matt. Al principio con cuidado, y esperando unos momentos. Comenzó a moverse, consumido por el placer que le causaba sentir la estrecha y cálida cavidad de su mejor amigo y pareja. Matt no se quedaba atrás, y entre suspiros y gemidos, ambos se movían en un vaivén, consumidos por el placer del momento.

Cada vez la velocidad aumentaba más y más, y una vez Mello creyó que estaba cerca del final, tomó el miembro de Matt con una mano, y comenzó a masajear esa parte, yendo de arriba a abajo, cada vez de forma más rápida.En un último grito, ambos terminaron al mismo tiempo. Mello retiró su miembro y se dejó caer en el pecho de Matt, tratando ambos de regular su agitada respiración.

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—¡Idiota! ¡Por tu culpa la comida se enfrió! La calenté para nada. –Matt hizo un puchero, mirando a Mello quien comía a pesar de ya estar fría la "comida-cena".

—Quien te manda a provocarme así. –Hizo un ademán con los hombros, y siguió comiendo.

—Hm. –Aún con algo de reproche, Matt también comenzó a comer.

—Por cierto, ¿ya te habías quedado solo alguna vez? –Preguntó.

—Mis padre viaja mucho por su trabajo, y la mayoría de las veces mi mamá lo acompaña. Y sí, a veces me había quedado solo dos o tres días, pero nunca una semana. –Suspiró.

—En navidad creo que me dijiste que apenas y llegaron para el 24, ¿No es así?

—Así es... Y no te regalé nada en tu cumpleaños, lo siento.

—Es normal, acabábamos de ser "amigos". Con que para este año no se te olvide está bien. –Rió.

—Mello... Hay algo que he tenido curiosidad de preguntarte... –Se sonrojó, y el rubio arqueó una ceja.

—¿Qué es? –Preguntó, con curiosidad.

—Yo... Bueno... Quería saber... ¿Cuando te diste cuenta que... Bueno, que tú me querías...? –Miró al piso para tratar de ocultar su sonrojo, y sin poder evitarlo, Mello también se sonrojó.

—¿¡Qué clase de pregunta es esa!? –Espetó, sin embargo, prosiguió hablando segundos después. –P-pues... –Su tono de voz había cambiado, era más suave, casi un susurro que apenas Matt podía escuchar. –Poco después de tu cumpleaños, pero fue desde antes, pero no me di cuenta hasta entonces.

Matt se dio una palmada internamente.

—¿¡Desde entonces!? –Alzó la cabeza mirando a Mello a los ojos, aún con el sonrojo en la cara, sin embargo, lo olvidó al escuchar la respuesta de el rubio.

—Sí... Parecía colegiala enamorada por tu culpa, no es justo. En cambio, tú muy feliz de la vida sin darte cuenta. ¡Yo hice todo el "trabajo"! Yo me confesé, yo te besé, yo tomé la iniciativa de venir a tu casa para aclarar las cosas... Eso no se vale, Mail. –Mello hizo un puchero mientras fruncía el ceño, y ante eso, Matt soltó una carcajada.

En parte de sentía un estúpido por no haberse dado cuenta antes, pero siempre fue muy lento en este tipo de cosas. Y era cierto, tal vez si Mello no se hubiera confesado primero o tomado la iniciativa, él hubiera tardado años en darse cuenta, y otros en admitirlo. Pero ahora estaba feliz, era feliz. Daría lo que fuera, su alma si fuera necesario, si le decía que la luna estaba hecha de polvo de hadas le creería, y si eso no era amor, era lo mejor que podía darle.

—Ahora que lo pienso, ¡Tú me insultaste! ¿Lo recuerdas? "Es un bastardo, idiota despistado hijo de puta." –Esta vez fue Mello quien soltó una carcajada. –¡No te rías! ¿Olvidaste lo que dijiste después? "Pero... Lo amo." –Matt sonrió de forma triunfante al ver como había logrado que Mello se sonrojara.

—Mejor cállate. –Fingiendo enojo, se levantó de la mesa y recogió su plato. –¿Terminaste? –Observó el plato de Matt, y una vez este asintió, dejó ambos platos en el lavatrastes. —¿Hacemos la tarea de una vez? –Preguntó.

—Ya que... –Matt levantó los brazos para estirarse, y cuando quiso levantarse de la mesa, sintió un molesto dolor ya conocido en su parte trasera. —Maldición, Mello. ¡Esta vez si me vengaré! –Mello no pudo evitar reír al ver como su compañero luchaba por levantarse sin soltar ni un quejido, lo cual, no logró.

—Es mi forma de que te quede claro que eres mío. –Sonrió de forma burlona.

—¿A sí? Pues... Pues... ¡Dormirás en mi cama! –Cuando Matt observó como el rubio se sonrojaba repentinamente, cayó en cuenta de que lo que había dicho, tenía doble sentido.

—Ha~ Por mi mejor.

—¡Pervertido!

—Con orgullo.

Ambos chicos se encaminaron rumbo al cuarto de Matt, sin embargo, cuando pasaron por la sala, hubo algo que llamó su atención: El sillón seguía completamente desarreglado, y con unas "misterioas" manchas blancas sobre una sábana que lo cubría. ¡Estaban tan concentrados en otras cosas que lo habían olvidado!

—Maldición.

—Mira el lado bueno, sólo se ensució la sábana...

—Creo que me di cuenta, no era necesario que lo afirmaras. –Se sonrojó.

 

Notas finales:

el 2do capítulo más corto que escribo... ToT... Bueno, lo terminé... Ah, ni idea como quedó el lemmon, hace mucho que no escribía uno. XD

Una cosa más antes de largarme a dormir porque es tarde... Hay algo que necesito, debo y quiero preguntarles, es que, no sé si ponerle drama a este fic, no quiero hacer todo un show, pero a la vez tengo ganas de poner algo, no sé, me gustaría que ustedes me dijeran que prefieren, porque tengo idea para las dos formas, sin drama o con drama XD es que sé que a algun s les gusta este fic por no ser tan "complejo" y eso, no quiero que eso cambie demasiado, ¿me explico? Es por eso que quiero que ustedes decidan... En fin, me voy a dormir, que mañana tengo escuela y me siento horrible, pero aquí estoy, por ustedes .

mil gracias por los reviews, los contestaré cuando pueda, de verdad.


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