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Sexy, Naughty, Bitchy Mello por Kurumi2413

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Notas del capitulo:

Hola... Eh... Sé que pensarán como me atrevo a aparecerme después de tanto pero... Ya no más hablar y aquí está el capítulo, al final toda explicación xD 

El sol se colaba por la tela de las ventanas, anunciando una cálida y nueva mañana. No había ropa tirada por el suelo, las sábanas tampoco se encontraban desacomodadas, y sin quejas de las personas de otras habitaciones por los ruidos de la noche, aquello sólo significaba una cosa: No había sucedido nada, así de simple. En cambio, dos adolescentes dormían tranquilamente, abrazados mutuamente, con la ropa nada más ni nada menos que aún puesta.

Demasiado tierno e inocente para tratarse especialmente de ese par. O no, en realidad eso era mentira, pues no siempre antes de la pequeña discusión despertaban en la habitación echa un desastre. Y eso no era porque hicieran esas cosas simplemente por hacerlas, no, se trataba de algo mucho más intenso que el deseo. Era mas bien una inexplicable necesidad de sentirse cerca. O quizás algo más profundo que eso, pero no había forma de explicarlo.

Sin embargo en esos momentos no era necesario, con un simple abrazo se demostraban todo. Y por eso era que seguían durmiendo tranquilamente, abrazados como si su vida dependiera de ello.

Hasta que sonó la alarma...

—Hmmmn... –Matt se removió de entre las sábanas, murmurando algunas maldiciones por lo bajo dirigidas al molesto aparato que siempre interrumpía sus sueños.

Mello lo tomaba, inesperadamente, con mucha más calma. Se talló los ojos y desde donde estaba extendió una de sus manos hasta alcanzar el despertador. Después de batallar un poco con el aparto, logró apagarlo.

—¿Por qué en un hotel las personas ponen un despertador tan temprano? ¡Deberían dejar a las personas dormir! –Se quejaba el pelirrojo.

—No es tan temprano, son las ocho... –Mello se sentó sobre la cama, observando que Matt apenas se incorporaba.

—Eso es temprano. –Murmuró, tallándose los ojos con ambas manos, hasta que unos brazos que lo rodeaban interrumpieron su tarea. — ¿Y eso a qué viene? –Se sonrojó, observando con curiosidad al rubio.

—No lo sé. –Se encogió de hombros, sin saber realmente la respuesta.

En realidad se sentía como empezar de nuevo. Es decir, cuando recién fueron oficialmente "pareja", al principio siempre todo es algo extraño. Pasar de ser amigos a algo más formal... Era casi lo mismo, se hablaron como quien se odia de toda la vida por más de una semana, y ahora que ya habían arreglado los problemas, no podían simplemente hacer como si nunca hubiera sucedido nada. Pero con el tiempo eso pasaría, y todo volvería a ser como antes, e incluso mejor, gracias a que ya habían arreglado de paso unos cuantos asuntos pendientes.

Inesperadamente, Matt también le devolvió el abrazo, escondiendo su cabeza en el pecho del otro.

—¿Sabes a dónde es que iremos? –Preguntó Matt, apretando más su agarre. Mello movió su cabeza en señal de respuesta negativa.

—A donde sea, ahora estará bien. Ni siquiera recuerdo como se llama esta ciudad, cuál es al sitio al que fuimos a caminar o qué se supone que mirábamos... Desperdicio de dinero, con lo que la escuela nos hace gastar. –Bufó.

—Mello, te quiero. –Soltó de repente. Mas no obtuvo respuesta, aunque sí algo mejor. Los rápidos latidos del corazón del rubio, y su respiración no era calmada, como se supone que debería ser. Podía sonar extraño, pero eso lo hacía sentir tranquilo y feliz. Así sabía que su presencia no le daba igual, sino todo lo contrario.

—Ahora soy yo quien pregunta, ¿A qué viene eso con el tema? –Arqueó las cejas con, como no, las mejillas rojas.

—En realidad tampoco lo sé...

Y, una vez más, la puerta interrumpió. Matt suspiró y se levantó, todavía en ropa de dormir, pero poco le importaba. Abrió la puerta, ya sabiendo quien, o mas bien, quienes se encontraban detrás de ella.

—Alice... Ailyn... Que... ¿Gusto? Verlas por aquí... –Comentó con sarcasmo, haciendo reír a ambas.

—¿Podemos pasar? Aún falta una hora para irnos y queríamos venir con ustedes. –Comentó la castaña.

—Adelante, supongo. –Abrió más la puerta y se hizo a un lado dejando pasar a las chicas, que observaban con curiosidad la habitación. Y en la cama, ahí estaba Mello. Aguantaron la risa al ver la "famosa" cama matrimonial que en un principio les había molestado. Pero resultó ser mejor... O, un momento...

—¡No hay ropa tirada por el suelo ni las sábanas desacomodadas! –Exclamó Alice, sobresaltando a los otros tres, y haciendo sonrojar a los chicos.

—¿Por qué te parece tan extraño? ¿Acaso en la de ustedes si hay ropa tirada por ahí y la cama desacomodada? –Preguntó Mello, uniéndose a la conversación con una sonrisa de lado.

Ante ese comentario, Matt no pudo evitar soltar una sonora carcajada, y, esta vez, quienes estaban sonrojadas eran las chicas. Ya estaban a mano, por lo menos.

—¿Entonces que pasó ayer? –Alice realmente se había extrañado. Pero a la vez, le parecía algo tierno de su parte, por lo que esbozó una sonrisa.

—Dormimos. –Contestaron al mismo tiempo, encogiéndose de hombros.

—¿Así, sólo eso? Vaya, cuanta ternura e inocencia. ¡Se perdieron de todo cuando se fueron corriendo! –La pelinegra tomó asiento en el sofá-cama, seguida por Ailyn.

—¿A qué te refieres, exactamente? –Preguntó Matt, volviendo a tomar asiento en la cama al lado de Mello, poniéndose una almohada en el pecho y recargando su mentón levemente.

—Lo que pasa es que se armó todo un escándalo. Ya saben, rumores. Ellie se molestó bastante e hizo una rabieta. Pero eso no fue todo, las "admiradoras" de Mello se enojaron aún más con ella por lo que hizo, casi parecía que se iban a comenzar a golpear y jalar el cabello. –Explicó Ailyn.

El rubio, al parecer divertido por lo que acababa de decir su amiga, soltó una leve risa, recibiendo un golpe en la frente de parte de Alice.

—¡Hey! ¿¡Y eso por qué!? –Reclamó, mirando con molestia a la chica y sobándose en el lugar afectado.

—Eso por comportarte como lo hiciste. ¿¡Cómo es posible que ella te haya casi-besado y tú ni cuenta te diste!? –Mello la miró con molestia nuevamente, y sin embargo, respondió.

—Sigo sin saberlo. –Alice le miró de mala gana, y antes de que ella pudiera reclamar la "tan expresiva respuesta", prosiguió hablando. – En ese momento me encontraba pensando otras cosas, ¿sí? No era completamente consciente de lo que sucedía. –Dejó escapar un suspiro y Matt le tomó la mano, sonriéndole, indicándole que estaba bien.

—De acuerdo... Lo importante es que ya todo está bien. Oh, casi lo olvido, el otro día, cuando Mello se desmayó, Matt estaba tan preocupado cuidándolo que de seguro ninguno compró recuerdos, ¿O me equivoco? –Los miró, haciendo que agacharan la mirada y negaran con la cabeza. Y aquello era cierto, en realidad ninguno recordaba ni en dónde se encontraban.

—Tengan, compramos esto para ustedes. –Ailyn sonrió y les extendió una bolsa del plástico negra, donde se encontraban recuerdos como llaveros o figurillas que decían el nombre de el pequeño pueblo, que seguían sin recordar nombre.

—Ah... Gracias, pero, ¿En dónde estamos? –Preguntó Matt, tomando la bolsa y guardándola en una de sus maletas.

—¿¡Cómo es que ni siquiera saben el nombre!? Ah, de verdad, son todo un caso. –Como era de esperarse, la que hizo ese comentario fue Alice, quien rodó los ojos y dejó que Ailyn dijera el nombre.

—Es Wimborne Minster. Lo estuvieron diciendo durante toda la semana, yo tampoco entiendo cómo se les pudo haber olvidado, a decir verdad.

—¿Ves lo que provocas, Alice? Estás volviendo a Ailyn mala y cruel como tú. –Comentó Mello, en forma de broma. Matt sólo rió.

—¡Yo no soy mala ni cruel!

—En realidad... –Dijeron los otros tres, mirándola con una sonrisa nerviosa.

Esa clase de juegos entre ellos eran de los momentos que más apreciaban. Si se prestaba atención, las cosas habían cambiado bastante durante ese año escolar. Por ejemplo, Alice siempre fue compañera de Matt y Mello, pero jamás se interesó tanto por hablarles, hasta el momento. Aún entonces, al comienzo se comportaba de otra forma, algo distinta a como en realidad era su personalidad, es decir, la que mostraba en momentos así. Incluso Ailyn, quien conocía a Mello desde antes, comenzaba a dejar de ser tan tímida y hablar más. Seguía siendo sensible, pero ese ya era otro tema.

—¡Hey! No sean así, chicos. Y no me lo esperaba de ti, Ailyn. –Bromeó, siguiéndoles el juego.

Algunas veces, los momentos en los que parecía que todo se derrumbaría, como en el campamento o con la "pequeña" discusión, terminaban uniéndolos más. Es decir, en el momento claramente sentían desesperación y el típico sentimiento de "todo está perdido", pero una vez arregladas las cosas, la amistad entre los cuatro se fortalecía aún más que antes.

—Seguro tendrá a Ailyn sin "nada de eso" por un mes, como ella es la "que manda"... –Le susurró el rubio a Matt en el oído. Éste comenzó a reír a carcajadas, y, contagiándolo seguidamente a él. Sin embargo para mala suerte de ambos, Alice, quien se encontraba más cerca de ellos que Ailyn, había alcanzado a escuchar lo que comentaban.

Dejaron de reír al notar como la pelinegra los miraba con una mirada sombría que daba algo de miedo.

—¿Podrían volver a repetir en voz alta lo que dijeron? –Eso hubiera sonado como una pregunta normal, en tono normal. Pero no lo era, ya que la chica lo había dicho con tal seriedad que sólo provocaba aterrarlos.

—Que segurskjdfskfng... –Matt ya había comenzado a explicar lo dicho por Mello anteriormente, hasta que éste, con toda la razón de hacerlo, le tapó la boca con la mano haciendo que callara.

—¿Eh? –Ailyn, sin entender de lo que hablaban, les miró confundida.

—Bien, supongo que nos vamos, los dejamos para que terminen de ordenar sus maletas. –Tanto Mello, Matt y Ailyn se quedaron con una expresión que, sin lugar a dudas, mostraba que no comprendían para nada la situación. De un momento a otro la pelinegra pasó de tener mirada asesina, a actuar con una amabilidad que ciertamente daba miedo viniendo de ella.

Tomó del brazo a Ailyn y se la llevó a rastras de la habitación, dejando solos a dos confundidos chicos, que en esos instantes se encontraban nuevamente solos. Pero había algo que Mello alcanzó a notar. Alice se había sonrojado, lo pudo ver mientras arrastraba a la otra chica, a pesar de haber agachado la mirada. Entonces de eso se trataba, se había avergonzado. Dejó soltar una leve risa y Matt lo miró aún confundido.

—Terminemos de ordenar la cosas, no tenemos demasiado tiempo. –El gamer le restó importancia al asunto cuando sintió una de las manos de Mello revolviéndole el cabello de forma cariñosa. Seguidamente asintió y ambos se levantaron de la cama para comenzar a arreglar maletas.

Resultaba gracioso. Sentían que apenas llegaron, y sin embargo ya tenían que recoger sus cosas. Tal vez debido a todas las cosas que pasaron fue que el tiempo pareció demasiado limitado. Aunque, a la vez, algunos momentos se habían sentido eternos. Como cuando el rubio se había desmayado y Matt no paraba de caminar de un lado a otro, preocupado, con remordimiento y culpa. Incluso podía asegurar que fue uno de los momentos más largos de su vida. O por lo menos así lo había sentido.

—Hey, um... Hay algo que me tiene preocupado y he estado pensando mucho en ello durante esta semana... –Mello dejó de ordenar sus cosas y volteó a ver a Matt con una cara atenta, y a la vez algo preocupada.

—¿Qué pasa? –Se sentó sobre la cama, aún observándolo con atención.

—Es sobre... Bueno, ya sabes, la preparatoria y eso. ¿Qué pasará? ¿Estaremos en la misma escuela? ¿En salones diferentes? ¿Qué clase de nuevos compañeros habrá? ¿Se hará público que tú y yo...? Siéndote sincero, me asustan un poco los cambios de ese tipo.

—En la misma escuela... Claro que sí. Tú no irás a una pública, supongo, entonces, veré que hago para pagar. Tengo un buen promedio, tal vez consiga una beca. Por eso no hay problema, haré examen en la misma escuela que tú. En el mismo grupo, no lo sé. Nuevos compañeros... Vamos, ¿qué tan malo puede ser después de todo lo que ha ocurrido con ese extraño grupo de chicas? –Ambos soltaron una pequeña risa antes de que Mello siguiera hablando. – Y la respuesta de eso último es sí. Ya tuvimos suficiente con respecto a esos temas... ¿No lo crees? Es tiempo de dejar de fingir amistad cuando, claramente ambos sabemos que es otra cosa, algo mucho más fuerte que eso. Es muy difícil contenerse en los recesos, ¿sabes lo malditamente besable que te ves? –Contestó, sonrojándose levemente al decir lo último, pensando en todas las veces que se había aguantado un beso, para sólo resignarse y atinar a morderse los labios.

—Iré a una que está en la esquina frente a mi casa, seguro ya la has visto, cerca de la escuela de Lena... Y... Yo... –Matt había intentado decir algo más coherente que eso, pero simplemente no podía terminar de concentrarse por completo. Sintió que las mejillas se le calentaban, al igual que las orejas. Pero lo que seguidamente sucedió, fue sorpresa tanto para el rubio, como para el mismo chico que en ese momento se encontraba besando al otro... Encima de él, y habiéndolo dejado acorralado.

"Ahora las posiciones están invertidas... He, interesante." Pensó Mello, mientras que con sus manos acariciaba el cabello del pelirrojo sin poder evitar que una sonrisa se forma en sus labios, y dejándose guiar por éste. Y es que normalmente era él quien se colocaba arriba de Matt y tomaba la iniciativa. Pocas, o más bien, contadas eran las veces que había sucedido lo contrario. Y nunca hasta tal punto de haberlo dejado abajo, sin el control.

Hasta que por segunda vez en aquel rato sonó la alarma. Quizás, de no haber sido por ese molesto ruido, hubieran continuado hasta un punto que tal vez ni se imaginaban. ¿Y aún con las posiciones invertidas? No lo sabían. No por el momento, y tampoco lo imaginaban.

Se separaron en un sobresalto debido al ruido del aparato.

—¿Qué? ¿No lo habías apagado? –Preguntó Matt, sobándose la cabeza mientras observaba con extrañeza el despertador que aún sonaba.

—Eso creía... Maldita sea, es tarde. –Mello sacó dos conjuntos de una de las maletas. Una se la lanzó al pelirrojo, que la atrapó sin dificultades, a pesar de no saber para qué era eso. – Deberíamos cambiarnos, apenas y habrá tiempo de subir al autobús. Apresúrate.

A pesar de ya haber arreglado las cosas, el rubio todavía no se sentía tan seguro como para cambiarse frente al otro chico que se quedó algo extrañado al verlo encerrarse en el baño. ¿Qué creería, que lo quedaría viendo con cara de pervertido, acaso? En realidad, en parte lo comprendía. Una semana de estar algo alejados uno del otro era bastante tiempo. De todas formas, no era momento para fijarse en esos detalles, lo importante era que poco a poco todo parecía ir mejor.

Se quedó observando la ropa unos instantes más. Camiseta roja con rayas negras y unos vaqueros no tan ajustados ni demasiado grandes. Después de todo, ese chico sí que lo conocía bastante bien.

Mientras se cambiaba de forma algo lenta, no pudo evitar que una pregunta surgiera en su mente: ¿Por qué Mello llevaba su ropa? La maleta de la cual la había sacado no era la suya.

Antes de que pudiera terminar de subirse por completo el pantalón, la puerta del baño se abrió.

—Olvidé mí...

Y lo que pasó a continuación fue en cuestión de segundos, que en realidad pareció muchísimo más tiempo para ambos.

Se sonrojaron violentamente, mirándose a los ojos por unos segundos para después reaccionar por fin.

—¡Lo siento! –Y Mello azotó la puerta del baño, entrando ahí nuevamente.

Matt por su parte se quedó desconcertado sin saber qué hacer. Aún con el rostro rojo se terminó de cambiar de la forma más rápida que pudo,y analizó nuevamente lo que había dicho Mello. "Lo siento". ¿Él? ¿Disculpándose? ¿Por algo como eso?

No había explicación. ¿Cómo llegaron a eso? Antes probablemente lo que hubiera sucedido es que éste seguramente pondría su típica sonrisa de lado y diría algo respecto a eso. Entonces, ¿qué había ocurrido? ...No sabía si reír por su extraña actitud, o comenzar a preocuparse enserio, ya que eso no era normal. No lo era, simplemente no lo era. O tal vez sí, y había descubierto nuevas cosas de su rubio compañero. No lo sabía, y tampoco tenía idea de lo que ocurría del otro lado de la puerta, en el baño.

Mello estaba desconcertado. Y tenía razones para estarlo. ¿Por qué reaccionó así? ¿Y por qué en ese momento la imagen de Matt a medio vestir daba vueltas por su mente? Se miró en el espejo. Estaba completamente rojo. Patético. En especial porque él, ÉL, nunca se sonrojaba por cosas como esas. O al parecer sí, pero no era normal que sucediera.

Y de pronto comenzaba a imaginar cosas aún más extrañas. A Matt susurrando su nombre en su oído con la respiración irregular, a Matt despeinado y con una cara completamente adorable, a Matt desnudo, a Matt mordiéndose los labios para no gemir, a Matt... "¡Basta de eso!" Se dijo a sí mismo, inconscientemente dándose un golpe en la frente para regresar a la realidad. No quería que 'algo' despertara en su entrepierna en esos momentos. Tenía que controlarse. Y es que si pensaba en Matt estando de "esa forma"... ¿Cómo no reaccionar así?

Para dar por finalizados esos tipos de pensamientos, se lavo la cara con agua helada. Necesitaba apresurarse si no querían quedarse en ese pequeño pueblo. Y lo más que quería era llegar a su pequeño hogar y descansar después de ese fin de semana tan ajetreado. Pero no podía, ya que lo primero que necesitaba hacer al llegar, era inscribirse a la preparatoria que quedaba cerca de la casa de Matt. Una vez le dieran la fecha para su examen de admisión, se la pasaría la mayor parte del tiempo estudiando. Y con el pelirrojo. Claro, también quería disfrutar aunque sea un poco el verano... Pero eso no era tan fácil cuando hay exámenes de admisión de por medio.

Y aunque no lo admitiera estaba nervioso. Sabía que preparatoria era, y le parecía una buena opción para seguir sus estudios. Pero después estaba la universidad. El último paso. Lo ponía algo nervioso, pero era demasiado pronto para pensar en eso.

Una vez ya calmado, salió nuevamente del baño hacia la habitación, donde Matt ya tenía las tres maletas listas. Tomó del suelo la suya y otra del pelirrojo.

—Yo puedo con ambas... –Le replicó.

—Calla y vamos de una vez por todas. –Matt suspiró y siguió a Mello, cerrando la puerta de aquella habitación donde habían pasado tantas cosas... Pero el elevador superaba incluso a aquel cuarto de hotel. Ahí llegaron, ahí discutieron, ahí finalmente se reconciliaban, y finalmente ahí regresaban a casa.

Definitivamente ese viaje, a pesar de todo lo que sucedió, valía la pena. Y sería, el primero de muchos que realizarían juntos.

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Ajustándose torpemente la corbata negra y acomodándose la camisa blanca que tenían de usar, corría a toda prisa por las calles, maldiciendo no poder conducir un vehículo. Extrañamente y como casi nunca sucedía, Mello se había quedado dormido. Justo el día de la ceremonia y entrega de diplomas de fin de curso. ¿Por qué tenían que sucederle cosas así?

Se sintió aliviado al ver que Matt se encontraba parado justo en la entrada de la escuela. Sin embargo al acercarse más pudo notar que también tenía la respiración irregular. ¿Acaso también se quedó dormido?

—¿Mello...?

—¿Matt?

—No lo puedo creer, incluso para la ceremonia llegas tarde... –Le comentó el rubio, sin poder evitar reírse.

—¡Mira quien lo dice!

—¡Yo llego tarde una vez de muchas!

—¡Yo también! ¡Te recuerdo que tú también vas tarde!

—Hey, ustedes dos, ¿Qué creen que hacen? –La voz del maestro de química les distrajo de su pequeña "discusión". — Es como la cuarta vez que ambos llegan tarde.

—Buenos días... –Saludaron ambos, con una sonrisa nerviosa.

—Entren, que la ceremonia está ya apunto de acabar.

Cuando ya estaban por llegar, su maestro de matemáticas apareció, para sorpresa de ambos chicos y el maestro de química, con un alumno junto a él.

—Oh, que bien que están aquí... Verán, el alumno encargado del discurso se siente mal, y tiene que pasar a retirarse... ¿Podrían leer ustedes el discurso? –Les sonrió, haciendo que ambos muchachos se sobresaltaran.

—¿¡Qué!? –Replicaron al unísono.

—Sí, ese su castigo por llegar tarde. –Repuso el profesor de química. (El cual, a nadie le agradaba del todo.)

—Y ahora, el discurso de fin de curso... –Antes de que alguno pudiera volver a reclamar algo, su tutor los empujó hacia el escenario que habían preparado, con la mirada de todos los alumnos de tercer grado sobre ellos.

Matt y Mello se quedaron completamente callados y con una sonrisa nerviosa por unos momentos, hasta que el rubio se percató que simplemente tenían que leer... Aunque había otro problema...

—Lee tú. –Le susurró al pelirrojo.

—¿Por qué yo? Lee tú. –Tomó el papel con el discurso y se lo pasó al rubio.

—Tú lees mejor que yo.

—Que gran broma, ahora comienza, todos nos observan.

—¡Que leas tú! –Aquello se había escuchado probablemente por toda la escuela. Dos chicas en el público trataban de contener la risa que esa escena les causaba.

—¡Idiota, el micrófono está encendido!

Entre tanto forcejeo, aquel duo terminó rompiendo la hoja.

—Genial, ¿ves lo que causas?

—¿Yo?

—Sí, tú, ¡Ahora inventa algo!

—¿¡Por qué yo!?

—¡Tú lo rompiste!

El rubio tomó el micrófono de una vez por todas y, algo nervioso, comenzó a hablar.

—Erm... Entonces... Felicidades por haberse graduado...

—Nosotros también los graduamos... –Le susurró Matt, interrumpiendo.

—La graduación es... Un evento feliz y emocionante que...

—Basta, ¡mejor dame eso! No eres bueno hablando en público. –Matt le arrebató el micrófono a Mello, mientras todos los demás alumnos reían.

—Agradezcamos a nuestros profesores y a la escuela por cuidar de nosotros durante estos años... Todos gritemos "Viva" tres veces.

—¿¡Qué!? ¿¡Enserio!?

—¡No se me ocurrió nada más! –Le contestó el pelirrojo al rubio, notando que comenzaba a perder la paciencia.

Seguidamente, se escuchó "¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!" Por toda la sala. No había sido el mejor discurso... Pero divirtió bastante a los otros estudiantes. Se suponía que las graduaciones eran emotivas, ¿No? ¿Entonces por qué ellos no se sentían como si se estuvieran graduando?

Después de algunas palabras de los profesores, cada grupo se dirigió a su salón para la entrega de diplomas.

—Bien... Felicidades por graduarse. Antes de la entrega de diplomas, las encargadas del comité prepararon algo. –Comentó el tutor, maestro de matemáticas.

Alice y Ailyn sonrieron mientras se levantaban. Prepararon un proyector y apagaron las luces del salón. Una vez todo listo y en marcha, volvieron a sus asientos mientras comenzaba un vídeo.

Matt miró a Mello. Se veía nervioso, y no entendía por qué. ¿De qué iba eso? A él nunca le dijeron nada acerca de algo así.

—Ah, luego les entregaremos CD's a todos. –Agregó Alice, antes de que el vídeo comenzara.

—¿Qué? ¿¡Va a verlo toda la clase!? –Gritó Mello, desde el punto de vista de Matt, aún más nervioso que antes. Un "Shhh" se escuchó al mismo tiempo, haciéndolo callar. Bufó y no le quedó de otra que seguir viendo el vídeo.

"—Hoy, nos despedimos de esta escuela." Aparecía hablando primeramente Alice, seguida de Ailyn.

"—Aquí hemos pasado por muchos momentos... Tristes... Felices... Conocimos a muchas personas, y merece ser recordada..."

Ahora Matt comenzaba a darse cuenta que realmente ya estaban por graduarse. La escuela en la que había conocido a Mello, la escuela en la que se le había declarado durante el campamento, la escuela donde sucedieron tantas cosas... Ya no volverían ahí, todo cambiaría a partir de entonces.

"—¿¡Eh!? ¿Qué? ¿¡Ya están grabando!?" Mello apareció en la pantalla y todos rieron. La atmósfera seria que había antes ya no existía.

—¡Te dije que borraras esa parte! –Le reclamó a Alice.

—Pero es gracioso. –Le contestó, riendo.

"—Ah... ¿Qué dices que diga? Eh... Sí, han pasado muchas cosas..." Y ese era Matt. Mello volteó a verlo con curiosidad.

—¿Enserio? ¿No tienes nada más que decir?

—¡No sabía que era para esto! –Respondió, avergonzado.

"—Estos tres años han sido geniales"

"—Estoy feliz de haber venido a esta escuela"

"—Hice muchos buenos amigos"

La nostalgia volvía a invadir a Matt. Ver a todos, todos los días... Era algo normal... Alice, Ailyn, Near, Mello... Pero eso ya no pasaría. Si bien el rubio se inscribiría en la misma preparatoria que él, sería diferente. No estarían Alice ni Ailyn. Ni Near. Resultaba extraño pensar que ya no se encontraría con las mismas personas todos los días. La voz de la persona en el vídeo le distrajo de sus pensamientos. Era Mello.

"—¿Qué no me grabaron ya?

—Sí, pero tú sólo dile algo lindo a Matt...

—¿¡Qué!?"

El pelirrojo observaba con curiosidad lo que veía, mientras que por su lado, Mello deseaba que la tierra lo tragara en ese instante.

"—¡No tengo nada que decir!

—Eso no es cierto, además, ¿No crees que se lo merece? ¡Anda!

—Ya, ya, está bien... Em...

—Tres, dos, uno, ¡cámara!"

Matt estaba más asombrado conforme la grabación avanzaba.

"—Yo... Sé que no soy de decir mucho este tipo de cosas... O expresar sentimientos... Pero... Realmente me gusta Matt... Y estoy muy feliz de haberlo conocido, sin importar lo que lleguen a pensar lo demás."

Un sonoro "Awww" de parte de todas las chicas se escuchó en el salón. Matt se sonrojó, mientras ponía la que probablemente sería la sonrisa donde más expresó felicidad en su vida. Por su parte, el rubio se cubrió la cara con las manos, con el rostro más rojo que nunca, y con deseos de golpear a las chicas.

—Mello... Gracias... Estoy... Tan feliz... –La parte emocional del gamer volvía a salir. No quería ni pensarlo, pero estaba al borde de las lágrimas. Sus pensamientos de antes comenzaron a juntarse con la alegría que le provocó escuchar eso, provocándole todo un mar de emociones.

—Ah... Me alegro. –Respondió, revolviéndose el cabello quedando completamente despeinado. Eso hacía normalmente cuando sentía nervios o estaba avergonzado, volverse el cabello y cubrirse la cara.

Matt le sonrió y sin poder evitarlo soltó una lágrima del ojo derecho, que limpió con rapidez.

Después de eso, se hizo entrega de diplomas a los alumnos más destacados del grado, y el certificado de graduación para los demás. Como era de esperarse, los destacados eran Mello, Near, Matt, Alice, y a pesar de sólo estar la mitad del año escolar ahí, Ailyn.

Seguido, la última foto en grupo.

Las chicas comenzaban a llorar. De los chicos, sólo algunos de ellos también, entre ellos estaba incluido Matt. Quería comportarse como normalmente lo hacía, pero definitivamente las graduaciones sí hacían llorar a las personas.

—Vamos, Matt, ¡Nos seguiremos viendo! –Le animó Alice con una sonrisa.

—Es que... Maldita sea...

—Verás... Que... Todos... Nos... Veremos... Seguido... –Alice no pudo más y se soltó en llanto, acompañando a Ailyn quien desde hacía rato comenzó a lagrimear.

Mello sólo observaba la escena con fingida aburrición, pues, aunque no quisiera admitirlo, igual que los demás se sentía algo triste por dentro. Definitivamente les esperaban muchas más cosas en el futuro.

—Hm... Matt... Alice, Ailyn... Mello. Buena suerte a todos, me alegra haberlos tenido como compañeros. Nos vemos. –Tan rápido como llegó, Near se fue. Los cuatro se quedaron extrañados de ese inesperado acto del albino. Al parecer también tenía sentimientos. Pues claro, seguía siendo humano.

—Vaya, creo que comienzo a imaginar cosas. –Comentó Mello.

—No, ese sí fue Near... –Le recordó Ailyn.

—Si Near fue quien dijo algo así, ¿qué seguirá? –Suspiró.

—Vamos, una última foto entre los cuatro con el uniforme escolar... ¿Les parece? –Propuso Alice, limpiándose las lágrimas y sacando una cámara. Una vez prendida, le dio la vuelta y enfocó hacia ellos.

Se escuchó un "click", y seguido observó la fotografía en el aparato. Ella y Ailyn salían sonriendo, al igual que Matt, mientras Mello salía serio, pero si se observaba con atención, tenía una leve sonrisa en el rostro.

Sonrieron, pensando que por más cosas que hubieran pasado, había sido el mejor año de todos, y los momentos vividos habían valido la pena.

Como no sentir nostalgia, pues pareciera que fue ayer cuando Mello se encontró con Matt en la librería, cuando lo salvó de aquellos chicos mayores en la fiesta de Alice, los cumpleaños, el campamento... ¡Eran tantos momentos! Que claro, siempre y cada uno de ellos recordaría.

—¿Eh? ¿No lo sabías? Sí, Mello y Matt, los del 3ºA, son pareja.

—Pero... Son dos hombres...

—¿Crees que les importe lo que digan los demás?

—No lo sé.

Mello escuchaba con disimulada atención lo que comentaban las chicas de otros grupos. ¿Qué no tenían otra cosa que hacer que hablar de los demás? Estaba por decirles algo, hasta que sintió una mano envolver la suya. Era la de Matt.

Le sonrió, de forma que claramente decía "No te preocupes", y, junto a Alice y Ailyn, comenzaron a caminar para ir a algún lugar juntos.

Y las cosas recién comenzaban. Podrían haberse graduado, sin embargo, aún faltaba tanto por vivir... Ahora, una nueva etapa los esperaba. El futuro también estaría lleno de emocionantes sucesos.

~Fin~

Notas finales:

Primero que nada, este capítulo es bastante nostálgico, y dwbo admitir que me gusta ;--;  No sé, me recuerda cosas xD (sí, a pesar de que yo no he salido de secundaria, me recuerda cuando salía de la primaria, lol, imagínense, con los mimos compañeros desde el jardín de niños... En fin, basta de hablar de eso XDD) 

 

Segundo... Ejem, al parecer eso de publicar una vez por semana no es lo mío. No habían pasado ni dos miércoles y abandoné eso. XD definitivamente tengo que arreglar eso ._. 

Y... Pues, pasaron muchas cosas, algunas personales, la escuela... Y gah, todas esas cosas que seguro no les interesan XD 

He estado tan desaparecida, que ni los reviews he contestado. Ni el de Fran, que siempre, SIEMPRE contesto DDDX bueno, eso será mañana porque de hecho, yo no tendría que estar aquí, estoy a escondidas xD 

¡Y salieron lectoras fantasmas! :DDD al parecer tardarse en publicar tiene sus ventajas, me alegré mucho cuando alguien me mandaba un reciew preguntando que si qué pasó o qué, enserio, mil gracias, a TOD@S. 

Una última cosa... Ejem... Quedan dos capítulos del fic... 

Okay, no se preocupen, aunque eso es verdad, sólo es de esta etapa del fic xD aunque, en total, quedarían como máximo unos 6 antes de que termine. Wahhhh, vamos en cuenta regresiva D: es muy triste a la vez muy bonito para mí, y espero que para ustedes, que van siguiendo esto, desde, en realidad no sé cuando, igual lo sea. Digo de esta etapa del fic, porque después de esos dos... Sorpresa, habrán pasado varios años y nuestros queridos M's ya serán mayores :'c.... Nah, eso es bueno y malo a la vez... 

Já, si con este capítulo hice toda una biografía, aquí en las notas, no me imagino como me pondré de nostálgica en el útlimo XD les juro que escribiré un montón en cuanto a agradecimientos... Pero por el momento no pensemos en eso que me hace sentir triste, con tanto cariño que le tengo al fic DX 

en fin, muchísimas gracias por su apoyo, y espero que esto haya servio para que vean que, alguna que otra vez me puede dar un pequeño bloqueo por diversas razones, pero JAMÁS abandonaré este fic. 

Nos vemos~ (No, no me tardaré un mes en actualizar... XD) 


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