Luego de empujar a Lucas de encima y darle una bofetada en la cara, Pablo se limpió los labios y volteo a mirarlo con mucha rabia.
-¡Que rayos te pasa!-le grito notablemente enojado.
-¡No lo sé!-grito Lucas muy nervioso-No sé qué me pasa, no quería hacerlo para molestarte es solo que… yo… perdóname por favor-rogo acercándose a su amigo quien permaneció sentado en un extremo sin mirarlo. Pablo permaneció varios segundos callado y Lucas prefirió darle tiempo hasta que luego de varios segundos dijo:
-Está bien…. Te perdono pero NO lo vuelvas a hacer-dijo Pablo mirándolo muy duramente. Hablaba en serio. Luego, los dos permanecieron un buen rato ordenando sus pensamientos mientras un silencio incomodo adornaba el ambiente. Lucas no mentia, no sabía porque lo había hecho, pero el impulso había sido tan grande que no pudo evitarlo, aunque en el fondo sabía que había sido estúpido. Agarro una almohada de su cama y se recostó apretándola fuertemente. Varios minutos pasaron y luego algo más tranquilo, Pablo se recostó de nuevo en la misma cama y miro a su amigo-Lucas, no entiendo que pasa por tu mente y aunque trato de entenderlo no puedo, finjamos que nada paso ¿Vale?-le dijo y Lucas hundió más su rostro en la almohada al escucharlo. Se sentía tan avergonzado que no creía que nunca más sería capaz de mirar de nuevo a su amigo a la cara.
-Discúlpame-volvió a decir Lucas rompiendo el silencio y armándose de valor.
-No te preocupes más por eso, fue solo un beso y ya-dijo Pablo repentinamente para sorpresa de Lucas. Pablo era de esas personas muy directas, sinceras a la hora de expresar lo que sentían y rápido a la hora de tomar decisiones, nunca permanecía mucho tiempo dándole vueltas a un asunto que no consideraba importante y sabía siempre que decir en cualquier momento. Eso era lo que más le gustaba a Lucas de su amigo, pero a veces esa seriedad y madurez lo asustaban, porque si no hablaba, nunca podía saber en qué estaba pensando.
-¿Es decir que no te sientes molesto?-pregunto Lucas sorprendido pero más relajado.
-Ahora ya no…-dijo Pablo somnoliento y de inmediato se quedó dormido como si nada hubiera pasado. Luego de eso, Lucas se sintió más tranquilo y decidió ser más precavido a la hora de expresar lo que pensaba aunque a pesar de todo, creía que de alguna manera arriesgarse había valido la pena. Había disfrutado de poder tocar esos labios… Esos hermosos labios que lo habían vuelto loco varias noches…
Así pasó otro mes y las cosas entre los dos volvieron a ser como antes, como si nada hubiera pasado. Aquel lunes, Lucas se quedó esperando en la entrada a Pablo, para entrar juntos al colegio cuando lo vio llegar a lo lejos acompañado por una chica rubia que nunca antes había visto. ¿Quién rayos era ella? Era bastante bonita, penso algo celoso.
-Buenos días-dijo Pablo con un tono bastante alegre.
-Buenos días-dijo Lucas seriamente.
-Buenos días-le saludo la joven de cabellos rubios rizados y ojos verdes parada a un lado de Pablo-¿Este es tu amigo de quien tanto me hablabas?-pregunto amable y alegre la joven, pensando en que Lucas era mas apuesto de lo que se habia imaginado.
-Sí, él es Lucas-dijo Pablo mirándolo de reojo-Lucas, ella es mi prima Amanda, va a quedarse un tiempo en mi casa y se trasladara a nuestro colegio, llego ayer con mis padres-dijo y luego entraron juntos al colegio. Amanda se separó de ellos a mitad del camino y se dirigió a unas oficinas para consultar sobre unos papeles que le faltaban, mientras ellos continuaron hasta la clase.
-Es bastante bonita y se parecen bastante cuando sonrie-dijo Lucas seriamente analizandola-No sabía que tenías una prima-agrego mientras entraban en un largo pasillo.
-Solo te advierto que no le eches ojo o te la veras conmigo-dijo Pablo adelantándosele en el pasillo.
-Hey ¿Crees que soy tan mujeriego?-pregunto Lucas, cuando de repente, una pelota de futbol rompió uno de los ventanales del pasillo y la mayoría de los fragmentos cayeron sobre Pablo.
Lucas permaneció inmóvil y luego corrió a socorrer a Pablo, quien se había caído al piso por el susto y cortado en varias partes del brazo y la cara. Todos los alumnos se acercaron sorprendidos y luego de un rato un profesor llamo a una ambulancia, mientras Lucas levanto a su amigo quien era mucho más ligero que él y lo llevo a la enfermería del colegio.
-Estoy bien Lucas, no pasó nada-dijo Pablo varias veces pero luego de verlo un medico sus profesores decidieron darle un permiso especial para faltar unos días o incluso toda esa semana.
Lucas se sentía terriblemente preocupado por su amigo, quien le decía por mensajes que aún se sentía algo adolorido. No podía concentrarse en nada de lo que hacía, ni siquiera en terminar el trabajo práctico que le había dejado Pablo el día anterior. Desde el comienzo de la semana, no había tenido tiempo para visitarlo y por otra parte, creia que era algo bueno (aunque no quería admitirlo) ya que aun no podía sacarse de la cabeza el beso que le había dado a Pablo e imaginarse estar SOLOS en su habitación, le hacían sentirse muy nervioso.
Angustiado, salio a caminar en la noche y sus pies lo llevaron hasta la casa de su amigo, pero no se atrevio a tocar el timbre. ¿Que se supone que le diria? Eran las 10 de la noche, asi que se dispuso a volver cuando por cosas del destino, su movil empezo a sonar.
-Ni no entregas mañana el trabajo te mano-le amenazo Pablo por teléfono- sino vas a terminarlo envíamelo yo terminare el trabajo-le dijo muy seriamente recordando que Lucas era flojo para acabar con las cosas que empezaba.
-¿De verdad podras hacerlo? El profesor guía dijo que aún estabas muy mal-menciono Lucas y Pablo se echó a reír a carcajadas a través del teléfono.
-¡Pero si estoy perfecto! jaja -dijo soltando unas cuantas risas- es solo que decidí fingir que estaba peor para no ir a clases ¿Genial no?-dijo Pablo y Lucas se sintió un poco enojado luego de haberse sentido tan preocupado, pero aun así, estaba seguro de que pronto le cobraría a Pablo esa mentira. Detestaba sentirse engañado y al darse cuenta de que había está preocupándose en vano se sintió traicionado.
-No voy a enviártelo ni voy a entregarlo mañana-dijo Lucas seriamente tramando algo en su cabeza.
-¿Qué dijiste?-pregunto asustado Pablo.
-Estoy cansado, hoy tuve todo el día prácticas con el equipo de futbol y aún no he descansado esta tarde así que mejor te dejo-dijo Lucas y luego colgó el teléfono. La verdad era que le faltaba muy poco para terminar, pero quería que su amigo se sintiera angustiado y le rogara para que fuera. Inmediatamente su celular comenzó a sonar varias veces pero espero hasta la quinta llamada para contestar, para que Pablo sintiera aún más ansioso y enojado.
-¡Lucas! Por favor, este trabajo es el trabajo del año de Biología, no puedes…-
-Tengo sueño…-dijo Lucas fingiendo que bostezaba cuando en su mente se reía de Pablo-voy a colgar que ya me acuesto-dijo mientras comenzaba a caminar pensando en dar una vuelta la manzana.
-¡Lucas! ¡Espera! ¿Qué quieres que haga a cambio de que entregues el trabajo?-grito exaltado cuando un foquito se le prendió a Lucas en la cabeza con mucha malicia.
-Bien-dijo Lucas pensándolo pícaramente-ya que lo pones así, tengo bien claro que quiero-dijo atreves del teléfono y Pablo trago saliva arrepintiéndose de sus palabras, pero aun así se animó a preguntar.
-¿Qué quieres Lucas? Vamos dilo-dijo Pablo con temor y luego se tapo el rostro avergonzado con la mano derecha, decepcionado de si mismo.
-Quiero que me permitas besarte de nuevo-dijo Lucas con la voz temblorosa, mientras se ruborizaba, pero muy seguro de lo que deseaba.
-¡¿Como dices?!-
-¿Dijiste que no te molestaba no? “Fue solo un beso” –se burló Lucas fingiendo seguridad aunque la verdad temia la reaccion de su amigo-En fin tú decides-dijo Lucas con la voz temblorosa y volvió a cortar la llamada para seguir caminando y dio tres vueltas al lugar.
Espero impaciente a que su teléfono sonara de nuevo, pero Pablo no lo volvió a llamar inmediatamente como antes y decepcionado decidio volver a su casa. Sabía perfectamente que podía perder a su amigo para siempre, pero algo en su interior le decía que debía volver a probar esos labios como sea sin importarle nada o de lo contrario se volvería loco. 15 minutos después, un mensaje le llego a su celular. Estaba sumamente nervioso y con las manos temblorosas presiono el botón de su celular para leer el mensaje nuevo que le había llegado y vio que decía…: “Esta bien”
-¡Esta bien! ¡Dijo que está bien!-exclamo Lucas lleno de alegria para sí mismo-¿Eso significa que me dejara besarlo de nuevo?-pensó mientras suspiraba y se imaginaba el acto. Sabía que había forzado la situación, pero aun asi no se sentía culpable.
Sin pensarlo mucho, fue hasta la casa, toco el timbre y la madre de Pablo lo recibio con los brazos abiertos. No podía esperar a que llegara el lunes, tenía que verlo ya o si no se volvería loco. Pablo al verlo entrar a su habitación en compañía de su madre, lo miro como si su peor enemigo hubiera llegado para robarle la mitad de su alma y se quedó pálido como un fantasma mientras se acomodaba mejor en su cama.
-Bien, les dejo solos para que se pongan al día-le dijo la madre de Pablo cerrando la puerta mientras su hijo estiraba la mano apunto de decir algo para detenerla, pero esta ya se había ido.
-¿Estas mejor?-pregunto Lucas acercándose lentamente y Pablo desvió la mirada y solo afirmo con la cabeza. Estaba avergonzado porque sabia perfectamente porque su amigo habia venido. Se levanto de la cama para buscar otra ropa, vestido solo con una musculosa y un boxer, y Lucas lo observo fijamente.
-¿Por qué no me avisaste que vendrías?-pregunto Pablo algo nervioso.
-Era una sorpresa-contesto Lucas en un tono alegre-Te veo algo pálido ¿Seguro que estas bien?-pregunto Lucas acercándose más a Pablo y poniéndole la mano derecha suavemente sobre su mejilla.
-Bien Lucas, déjate de juegos sé por qué viniste-dijo Pablo muy nervioso empujando su mano-se lo que quieres y si vas a hacerlo espero que lo hagas rápido, pero primero déjame cerrar la puerta-dijo Pablo muerto de la vergüenza. Lucas sonrió feliz al escucharlo, sabía que Pablo era alguien muy directo y que nunca daba marcha atrás a nada. El hecho de estar encerrado en una habitación con el lo hacía sentir aún más emocionado y cuando Pablo se acercó a el, no dudo un solo segundo en agarrarlo por la cintura con la mano derecha y acercar su rostro con la mano izquierda. Pablo no lo había esperado y al encontrarse con los ojos decididos y lujuriosos de su Lucas tan cerca, sus mejillas se encendieron de manera inexplicable y su corazón comenzó a acelerarse.
-Yo…-susurro con un hilo de voz Pablo, pero su amigo lo interrumpio.
-No digas nada-le susurro Lucas acercando sus labios y besándolo con delicadeza. Pablo cerró sus ojos para no tener que ver el rostro de Lucas y espero a que todo terminara rápido. No sabía definir si realmente le molestaba o no en ese momento, aunque la verdad comenzaba a sentirse extraño y cuando pensó que Lucas había terminado separando un poco sus labios volvió a sentir luego de unos segundos que lo besaba con más pasión y que un intruso invadía su boca. Lucas había comenzado a morderle los labios y con su lengua jugueteaba dentro de su boca. Trato de tranquilizarse y apretó con su mano el brazo de su amigo con el que le sujetaba la cintura cada vez con más fuerza, tratando de separarse un poco de él, pero este no lo dejaba y luego de varios segundos termino rindiéndose y entregándose al momento. 10 minutos más tarde se separaron por la falta de aire y Pablo se tapó los labios con la mano derecha. Sus mejillas estaban completamente encendidas al igual que su latidos...