Agarro la cabeza de la peli roja que me está haciendo una mamada y trato de hacer que de alguna forma mejore su trabajo. La chupa horrible. Ni siquiera estoy erecto. Mierda. Mi compadre tenía razón. Joder. Ese maldito hijo de puta tenía razón. Carajo. ¡¿Por qué tenía que tener razón con mi disfunción eréctil?! ¡Mierda!
No siempre fue así… solo desde que mi prometida, Julia, murió. Ella sí que era increíble haciendo esto pero… pero yo… ¡Mierda! ¡Si no es con ella no logro nada! ¡No he podido cogerme a nadie! ¡No se me para! ¡No puedo coger con la verga flácida! Tengo una frustración encima que no se me quita. Me canso de la mamada de 5ta que me está dando la perra y me levanto para irme de ese burdel, quisiera que mi compadre estuviera aquí para hacerme compañía, se que se burlaría porque no me puedo excitar pero al menos no andaría solo por ahí.
Hay un club un poco cerca. El que abrieron antes y le comente a mi compadre. Ahora la pregunta del millón de dólares ¿Dónde está Kai? Bueno, la última vez que lo vi estaba enseñándole a tocar piano a su “no” cita de la piscina. Me parece increíble y a la vez un poco incomodo que Kai este enamorado de ese niño. No tengo ningún problema es solo que… mierda, son dos hombres.
No soy homofóbico. Si lo fuera Kai no sería mi mejor amigo-hermano, es solo que al momento en que hay sexo entre hombres, el dominante (Que quiero creer y seguir creyendo que es mi compadre) tiene que meter la verga en el culo del sumiso… por ahí sale mierda. No es higiénico. ¿Cómo puede meter su pene, algo tan importante, en un sitio así? Eso es lo que siempre me he preguntado. Tampoco puedo hablar mucho de las mujeres, cuando hay sexo heterosexual el hombre mete el pene por donde la mujer sangra cuando tiene la menstruación… por ahí sale sangre, una muy podrida, desagradable y antihigiénica pero… es natural. Esa es la diferencia. Entre un hombre y una mujer es natural. Entre dos hombres, no.
Desde pequeño me acostumbre a ver gays y lesbianas, aunque no quisiera, vivía en la calle desde que tuve conciencia, mi padre era un borracho y mi madre una adicta que cuando me tuvo me tiro a un bote de basura… eso dicen, nunca los conocí pero lo de la basura si es cierto, las sobras de las que tenía que sobrevivir eran tan pocas que no valían la pena pero era mejor eso a morir de hambre en un callejón. Casi siempre tenía heridas en los brazos y piernas, tenía que pelearme con los demás niños por las sobras o con perros y gatos que estaban por ahí. Cuando tuve 10 años comencé a inmiscuirme en las peleas callejeras que ofrecían dinero y comencé a surgir, desde que estaba en la calle me había enamorado de Julia, una niña rica que con mucha preocupación me regalo un pedazo de pan cuando estaba a punto de morir de hambre. Fue amor a primera vista.
Por fin llego al club y el gozila que cuida la puerta me da espacio para pasar y adentrarme, en realidad, no soy muy fanático de estas cosas, hay mucha gente, está obscuro, hace un calor de los mil infiernos por la cantidad de personas, huele mal, la música aturde, la droga está en el aire y hacia cualquier pared que voltees vas a ver a un tipo martillando a una mujer. No es como si me encantara estar en un sitio así.
Me voy a la barra a hacer lo que más se me ha hecho sencillo desde que Julia murió, beber, bebo como un alcohólico empedernido, me va a dar cirrosis o tal vez el maldito cáncer pulmonar de tantos cigarrillos que fumo pero así… moriría y… no iría con ella. No creo en la biblia ni en Dios ni en ninguna mierda de fuerza superior pero si existen, si remotamente esa mierda existe, yo me iría al infierno, sin ningún procesamiento y estoy seguro que Julia esta en el cielo. Suspiro para obligarme a beber el sexto vaso de whiskey, el calor en la boca de mi estomago y el adormecimiento de mis extremidades me dicen que estoy cerca de comenzar a hacer locuras. Locuras que luego, desgraciadamente recordare.
Entablo una conversación un poco extraña con el barman… no sé cómo llegamos a debatir sobre su testículo que no descendió, me levanto de la barra y me tropiezo con una mujer, rubia, pequeña y un poco plana pero que con esas medias de red negras, falda corta, hombros bonitos y tacones altos me llega por los hombros, nos miramos a los ojos y… algo, no sé, algo me dice que ella no es de las mujeres que vengan a un club, sus ojos eran lindos, creo que los he visto antes, no estoy seguro, creo que no. Nos disculpamos y yo sigo mi camino hacia el baño para encontrarme con dos tipos teniendo sexo. Vuelvo al mismo tema que antes, los observo y hasta parece doloroso ¿Cómo puede gustarle al sumiso que le metan el pene? ¿No le duele? No veo nada placentero en eso. Nada.
Camino hasta los urinarios, hago lo que venía a hacer, me lavo las manos y salgo sin prestarles ninguna atención, están drogados. Me encamino a uno de los stands donde no hay tanta gente y me puedo “relajar”, cierro los ojos y pienso en lo vacio, castrado e inservible que me siento, Kai está tratando de hacer un buen trabajo con su mocoso, yo también debería de tratar de reconstruir mi vida amorosa pero es muy difícil, no me veo con alguien, cierro los ojos, pienso en el futuro y… estoy solo, además de que seguro no lograría una relación estable, soy un asesino, alguien con el que una alguien normal, (mujer) no se involucraría, solo una loca estaría conmigo, si, Julia estaba loca.
Veo como en la pista de baile hay una conmoción, las personas se abren y crean un circulo, me levanto y dada mi altura puedo ver perfectamente lo que ocurre… es la rubia discutiendo con un tipo que supongo se quiso propasar con ella, suelto un suspiro y comienzo a caminar hacia allá, hay varias cosas que me hacen molestar, odio el maltrato animal, odio la opera, odio los licores baratos y odio, odio los perfumes fuertes, odio a la gente estúpida… odio a la gente en general y odio con toda mi podrida alma que un hombre golpee a una mujer ¿Por qué no se busca alguien de su tamaño esa plasta de mierda? Llego a la conmoción y fácilmente hago impactar tres golpes bien colocados a ese tipo más bajo, flaco y sinceramente despreciable, un golpe a la cara y los otros dos a la zona media de cuerpo, el tipo escupe la sangre de su mandíbula rota y supongo que los que lo están ayudando a levantar son sus amigos, entre sus amigos hay un gigantón que se me acerca y… esto se volvió divertido.
Sonrió porque ¿Ya no se los dije? El alcohol me hace hacer locuras, un ejemplo seria cuando Kai y yo hicimos un trió con Anna… esa fue una GRAN locura. Se me acerca el gigantón y de su ropa saca una navaja.
-Que miedo-Digo burlón-El niño grande tiene una navaja-Me le acerco y me quito la camisa-Vamos niño grande si logras apuñalarme te daré un premio-El tipo parece asustado y me observa el pecho… cierto, mi tatuaje, es una marca personal, solo yo tengo este tatuaje, sabe quién soy.
-¿Eres el Alacrán?-Me pregunta con algo de miedo y ya que no hay acción me comienzo a aburrir.
-¿Quién sabe? Tal vez si… tal vez no-mi postura se vuelve aletargada y comienzo a encorvarme. Que aburrimiento.
-No creo que sea él-Apela uno de los que está detrás de el gigantón-Seguro es un imitador-Los demás piensan lo mismo y con eso le quitan el miedo a el gigantón y este me ataca pero… es demasiado lento, demasiado. Suelto un suspiro y muevo mi mano derecha para capturar la suya con todo y navaja, ni si quiera logra cortarme, es pésimo manipulando un arma blanca, para ser tan grande la fuerza que tiene es mínima, debería de sentir pena por el pero estoy tan aburrido que prefiero solo concentrarme en triturar y romper, le doy la vuelta a su mano dejando que su codo este viendo hacia el suelo, levanto mi rodilla con suficiente fuerza y rapidez y ya… mágicamente le rompí la unión de su brazo con su ante brazo, fractura expuesta dado que se va muy bien el hueso, el tipo se comienza a retorcer y dar vueltas en el piso llenándolo de sangre.
Toda la gente salió del club, solo hay algunos que se quedaron para ver lo que pasaba y grabarlo con sus teléfonos, no me importa, con la obscuridad que hay no debe de verse nada, los tipos recogieron a su amigo y salieron huyendo, yo me agacho para recoger mi camisa y sentirme decepcionado ya que, esperaba algo mejor, una pelea más excitante y así ver si aunque sea peleando consigo una erección. Me doy la vuelta y la rubia sigue ahí, sola, con la mirada en el suelo y puedo decir que un poco asustada, paso por su lado y ella levanta la vista para verme y comienza a preguntar cosas que… solo Julia me había dicho.
-¿Estás bien? Dios mío, no te hicieron daño ¿Verdad? ¿Cómo se te ocurre meterte en esa pelea? Pudo haberte herido-Su tono de voz es ligeramente ronco pero no puedo culparla ya que de seguro está asustada y ese es un efecto de dicho sentir.
-No me hirieron, estoy bien, tranquilícese-Le digo lento y levanto los brazos para que me observe y compruebe mis palabras-No podía dejar que abusaran de usted teniendo la capacidad de defenderla-Le comento con sinceridad.
-Así que eres un caballero-Veo como sonríe ligeramente-Ya no quedan muchos como usted-
-Si… hay muy pocos, pertenezco a una raza en peligro de extinción-Comento con humor y ella ríe haciéndome ver lo lindo que tiene los dientes, todos derechos, blancos y proporcionales.
-Entonces… Dado que me defendiste como todo un justiciero ahora estoy en deuda contigo-Me dice con un ligero tinte rojo, mierda, sus ojos son lindos.
-No, no me debe nada, soy un caballero hacemos cosas sin pensar en una recompensa-
-¿Y un café en un sitio agradable tampoco es aceptable?-
-Eso es muy aceptable-Sonrió y ella igual, se da la vuelta y comienza a caminar a la salida conmigo detrás, siguiéndola.
Su caminar es increíblemente sensual, mueve la cadera de lado a lado, los tacones hace que se vea mucho mejor, su cabello rubio le llega por la mitad de la espalda y la falda corta hace que pueda ver bien sus estirazadas piernas…woo, pareciera que tiene kilómetros y kilómetros de piel, llegamos a un café nocturno pequeño, acogedor y con un aire hogareño. Me muevo detrás de ella y tomo la silla para que se siente y luego voy yo hasta mi lugar.
-De verdad… una raza casi extinta-Bromea y yo rio un poco.
-Entonces, señorita-Atraigo su atención que de pronto estuvo en la carta del menú-¿Cómo debería de dirigirme a usted? No me ha dicho su nombre-
-Me puedes llamar…-Parece que lo piensa-Señorita, además, este en nuestro primer encuentro, no creerás que te daré mi nombre tan fácilmente y sino mal recuerdo tu tampoco me has dicho el tuyo.
-Pues mi nombre es…-Me interrumpe, subiendo las manos y haciendo que detenga mis palabras.
-No, no, no seas tonto, si yo no te digo mi nombre tu tampoco me digas el tuyo-
-Pero sería extraño no saber el nombre de la señorita que me invito un café-
-¿No te parece que así es más interesante?-Me dice colocando sus dedos entrelazados y apoyando los codos en la mesa, sus ojos me encantan-No saber con quién estas compartiendo una agradable taza de café y así se mantienen los sentidos alerta… dado que no te conozco y pareces muy peligroso por lo que le hiciste al tipo en el club-
-Eso es muy extraño ¿Sabes?-
-Si… pero tu tampoco sabes si yo soy lo que aparento o algo mas-Me sonríe y… mierda, tengo mucha curiosidad.
Las próximas 3 horas pasaron con esas conversaciones, interesantes y un poco inquietantes ya que ella no me decía nada en concreto, rodeaba los temas y tenía que admitir que su astucia era algo que me atraía mucho, llego un momento en que me tuve que levantar e ir al baño, cuando volví, ella había pedido otro café con leche y tres cubos de azúcar y un té verde para mi, nunca había tomado ese tipo de bebida pero me gusto mucho el sabor, tenía un toque raro al final. La señorita me gustaba, me atraía, tenía algo misterioso y eso aumentaba mi curiosidad. Cerca de las 4 de la mañana, salimos del café, me sentía relajado y por un momento me pasó por la mente lo que decían en la televisión, que él te ayuda a dormir y relaja los músculos.
La acompañe hasta su casa que resulta ser un departamento y sin consideración alguna me cerró la puerta en la cara, eso me molesto y cuando estoy a punto de irme vuelve a abrir la puerta y me deja entrar, en medio de nuestra conversación en el café se me escapo que tengo que hacer un largo recorrido para llegar a mi “casa”… son 3 kilómetros para poder llegar y sinceramente estoy un poco… muy cansado para caminar eso.
Me hace pasar a su pequeña vivienda donde solo hay un sillón, donde me senté, una televisión pequeña, una cocina igual de pequeña y un refrigerador idénticamente pequeño, habían otras dos puertas, supongo que una conducía al baño y la otra al dormitorio. Me lanzo una sabana y una almohada a la cara sin ninguna pena y por un momento registre en mi mente que debo estar muy cansado como para que ni siquiera mis reflejos hayan reaccionado como deben ante un objeto bastante grande y contundente siendo arrojado hacia mí.
Creí que dormiríamos pero ella se sentó a mi lado y encendió la televisión, llego a un película de suspenso y la dejo ahí, cada tanto saltaba en su asiento por lo que yo me reía de ella y como recompensa ella me daba un golpe bastante fuerte en el hombro, a pesar de que tenía una actitud astuta y misteriosa eso mismo hacia que picara mucho mi curiosidad… es decir, a estas alturas con una mujer normal estaríamos teniendo sexo en la habitación, no viendo una película. Pero resulta que parece que en esta chica hay cosas particulares que la hacen diferente de las otras, como Julia, ella también era diferente, por eso me enamore.
-Sabes-Llama mi atención-A estas alturas, un hombre normal me estaría haciendo insinuaciones para ir a la cama y tú sigues tan calmado como hace un rato en el café… ¿Tienes a alguien que te está esperando y no quieres serle infiel o tienes problemas haciendo reaccionar a tu Jr.?
-¿Te han dicho alguna vez que eres muy directa?-Declaro mi punto de vista sin dejar de ver la pantalla.
-Si te digo la verdad no me creerías… ¿Entonces… es la primera opción o la segunda?-
-Podemos decir que-Era un poco vergonzoso decirle esto a una chica que podría catalogar como desconocida-Sufrí una perdida y desde entonces mi otro cerebro no quiere nada con nadie-
-¿Disfunción eréctil?-Maldita chica directa.
-Si… algo así-
-Puedo ayudarte con eso-
-Es broma ¿No?-Comento incrédulo, volteando por primera vez para verla de frente, no me dicho su nombre y ahora ¿Se ofrece a “ayudarme” con mi problema? Muy sospechoso.
-No-Comenta sin dejar de ver la pantalla del televisor-Ayude a un amigo una vez que también tenía problemas… no del mismo tipo que el tuyo, más sencillos, a él si se le ponía dura pero estaba confundido.
-Quieres decir que lo ayudaste verbalmente… mi problema no se resuelve de esa forma, lo mío es mas… practico-No sé si entienda que lo mío no se va a arreglar con un par de consejos.
-¿Quieres mi ayuda o no?-Quita la vista del televisor y tiene marcado levemente un ceño fruncido en sus cejas.
-Te acabo de conocer ¿Cuál es mi garantía de que no harás nada extraño?-
-¿Crees que te haría algo extraño a estas alturas?-
-No estamos muy alto-Me acerco a su rostro.
-¿Quieres dejar de subir?-Mueve las cejas de una manera muy sensual y se acerca un poco más.
-Creo que no, señorita-Me lanzo hacia sus labios, notando que son suaves pero algo secos por lo que los saboreo y ella sube sus manos para tomar mi cabello y jalarlo hacia atrás, eso, sinceramente, me excita. Soy del tipo que le gusta un poco el salvajismo… no es sadismo, solo un poco de instinto animal ligado con la excitación.
Hacemos una guerra con nuestras lenguas, ninguna queriendo ceder el territorio pero creo que yo tengo más experiencia ya que toque un punto que hizo que se estremeciera y apretara mas el agarre, siento que su cuerpo está muy lejos y quiero sentirla más cerca, la levanto y la siento en mi regazo con sus largas y torneadas piernas a cada lado de la mi cintura… mierda, se siente excelente. Mi verga se esta poniendo dura. Paseo mis manos por sus piernas sintiendo la suavidad de las medias de red y debajo de ellas un poco de la suavidad de su piel y entonces ella se separa del beso ardiente que teníamos, besa mis mejillas y luego la punta de la nariz, sostiene mis manos y las quita de sus piernas mientras se levanta, la observo totalmente confundido, no puede ser ¿Me va a dejar así de caliente?
-Aun no se tu nombre…-Al momento que lo menciona yo abro la boca para decirle por fin mi bendito nombre pero ella me calla con un dedo en mis labios-Y de verdad quiero seguir pero no creo que estés preparado.
-¿Cómo que no estoy preparado?-Me comienzo a molestar.
-No he terminado de hablar-Me reprende suavemente y recuerdo que ella no es una chica normal-No estas preparado pero… puedo darte algo para que no me olvides-Al segundo de dejar de hablar se arrodilla y abre mi cinturón junto con el botón y la bragueta, la ayudo un poco por lo que levanto la cadera para que los pantalones queden en medio de mis piernas y me quedo en mis bóxer grises de Calvin Klein, veo mi paquete y estoy medio duro.
Ella acerca su boca a mi miembro aun vestido y lo mosdisquea un poco, todo con sus increíbles ojos que en ningún momento dejaron de verme, su mirada es tan caliente, saca su lengua rosada y oprime un poco, Dios, ni siquiera hemos llegado a la parte buena y ya comienzo a sentir pequeñas corrientes eléctricas pasando por mi maldita columna vertebral, toma el borde de la ropa interior con los dedos índices de ambas manos y deja al decubierto un poco de mi pelo púbico negro, en vez de terminar de bajar los bóxer mueve su boca hasta mi cresta iliaca (El hueso de la cadera) y también lo mordisquea.
-Joder…-Dejo escapar con un gruñido esa maldición porque ni siquiera yo mismo sabía que tenía ese punto débil.
-¿Te gusta?-Me pregunta sacando la lengua y arremolinándola sobre el hueso, siento un escalofrió placentero y muevo mi mano para tomar su cabello-¡No!-Me grita dejando de hacer su magia en mi pelvis-No me gusta que me agarren del cabellos cuando hago esto, me hace sentir como una cualquiera así que si quieres que continúe te sugiero mantener tus manos quietas-Suelto un suspiro frustrado.
-De acuerdo-Bajo mis manos y las coloco sobre el sillón, tomándolo con fuerza para persuadir mis ganas de tomar su cara y follarle la boca.
Me vuelve a mirar de esa manera y se me pasa la ligera molestia, sus dedos índices que nunca dejaron su lugar en la liga elástica de mis bóxers me mueven un poco más abajo y ahora por fin libera a Dominic Jr. Sus manos suben y las arrastra sobre mi camisa, todo lo que toca en mi lo deja ardiendo, me quito la camisa, ella se levanta y comienza a delinear con su sensual lengua mi tatuaje, me mira mientras lo hace y tengo el impulso de tomarla ahora mismo pero si hago algo ella se detendrá, no seguirá y no soy tan poco hombre como para forzarla.
Pasa la lengua por mi abdominales, los mordisquea y toma en sus manos mi pene, lo observa curiosa y comienza a lamer desde abajo, se meten mis bolas a la boca mientras su mano comienza a masturbarme, sus y se mete la cabeza a la boca.
-Mierda…-Suspiro fuertemente y aprieto mi agarre sobre el sillón, sus dientes tienen un juego peligroso con mi pene, es un constante miedo de que me vaya a morder junto con la excitación que me provoca el roce, demasiado rápido para mi propio gusto envolvió todo mi pene en su boca caliente, solté un gruñido y levante un poco la cadera, tenía las manos desesperadas ¿¡Qué carajo podía sujetar!? Sorbía y chupaba, ese sonido comenzó a inundar mis oídos, mierda, se escuchaba increíble y ni hablar de cómo se sentía incline mi cabeza hacia atrás para que las sensaciones me devoraran, su lengua de nuevo presionaba cerca de mi bolas, es increíble, no sé cómo puede entrarle todo mi pene, no es nada pequeño, la textura del techo su boca se siente maravilloso, creo que si la mete un poco mas voy a sentir su garganta y entonces hizo algo increíble, comenzó a tatarear, las vibraciones, lo caliente, la estrechez, la humedad-Joder, joder, joder, joder-Repetía mientras me venía, ella abrió la boca y saco la lengua dejando que mi semen llenara su boca y sus labios con esa mirada tan seductora y ardiente, cerro la boca y trago mi semilla, me sonrió y Dios las ganas que tenia de volver a probar sus labios era insoportable, me encontraba en la cima del mundo sintiendo las replicas de mi orgasmo, me abalance y capture su boca de nuevo, puedo decir que literalmente le comí la boca en ese momento porque hasta mordí su increíble labio, nos separamos y vuelvo a querer besarla y…
-Vete-Se aleja de mí levantándose y caminando.
-¿Qué? ¿Qué quie…?-
-Ya tienes tu recuerdo-
-Pero…-Sinceramente, estoy totalmente confundido.
-Ahora-Toma mis manos y me levanta arreglando ella misma mis bóxers y pantalones, me dirigió hasta la puerta y…-Hasta pronto, Alacrán-Cerro la puerta.
-¿Qué carajo acaba de pasar?-Digo al pasillo desolado y tengo intenciones de tocar para que me abra la puerta de nuevo pero algo muy debajo de mi piel me dice que ni que tumbe la puerta a golpes la volveré a ver, al menos, no de nuevo este mismo día, tal vez mañana vuelva a verla, no la ayuda para nada el hecho de que sepa donde vive-Hasta luego, señorita-
Digo a la puerta y me retiro por las escaleras para caminar esos malditos 3 kilómetros a las 5:30 de la mañana.
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-¡AH! ¡Ah!- Desesperado trato de terminar de masturbar mi erección roja, latente, necesitado y pequeña, muerdo mis labios y me recuesto en el sillón abriendo las piernas y terminando de sacar la braga de encaje blanca, meto mis dedos desesperado a la boca y los lleno de saliva tan rápido como mi necesidad lo demanda, los saco húmedos y con solo un dedo me corrí como una regadera-¡Ahhmmm!-Me desparramo en el sillón y trato de normalizar mi respiración, mi frente esta sudada a pesar de lo poco que tarde atendiéndome, cuando logro por fin tranquilizarme sonrió brillante y saco mi teléfono para marcar un numero, suena varias veces y responde una voz somnolienta que pronto al oír mis palabras grita alegre.
-¡Funciono! ¡Daika funciono!
°°°°°°
Me quedo viendo muy fijamente la rosa blanca sobre mi escritorio y siento de nuevo mis mejillas ardiendo, ¿De dónde pudo salir esta flor? Estamos casi en invierno, ya comenzó a nevar, todas las rosas del jardín deberían estar marchitas. Siento aquella emoción en mi estomago y mis manos sudan, me muerdo el labio y trato de decirme que todo lo que siento son efectos de un monto de química orgánica alrededor de mi cabeza, glándulas secretando toxinas pero… no puedo evitar esta maldita felicidad.
-¿Querías verme hija?-Volteo rápido y con mi cuerpo cubro la rosa en mi escritorio para que mi papa no la vea.
-Si papa, ya está listo lo que me pediste-
-Oh…-Me responde con un poco de emoción, de pronto sus ojos se vuelven mas pequeños e irradia aquella presencia tan imponente de su cuerpo-Que bien hija-Da vuelta para salir por la puerta y entonces vuelve a mirarme-Deberías de buscar a esa persona que te deja rosas, desde hace años, se está volviendo molesto verte tan pensativa últimamente, no estas realmente concentrada.
Tomo la rosa de mi escritorio y la pongo en mi pecho.
-Si papa-
CONTINUARA…