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Mi Unico Amor por MAGG1827

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Notas del capitulo:

Hooooolaaaaaa!!!!!! Gente bonita ¿Como estan? Yo muy bien y mas ya que nadie me ha tratado de matar por no actualizar, pero todo tiene una razon: ¡¡ME INSCRIBI EN LA UNIVERSIDAD!!!! Fue terrible tener que ir dos veces al dia (no queda nada cerca) y estar pendiente de los pagos y tuve un problema con el bauche y bueno... he estado ocupada, aparte de que. se supone que hice los votos para que me ayudaran, que los votos quedaran en empate, no me ayudo para nada.

Al final tuve que escribir un capitulo larguisimo, mas largo que el pasado de Kai, asi que espero que se pongan comodos, no esta completo el pasado de lucifer por lo cual lo dividi en partes, esto es mas que todo como solo un prologo, para picarles la curiosidad y para que sepan que sigo viva.

Advertencias (SI ahora hare adevertencias): Lemon... sadomasoquista... no creo que tenga que explicarles quien es el personaje que hace esto.

 sin mas, disfruten :D

Desde que Kai y Dominic llegaron hace dos días las cosas han retomado su curso de siempre, solo algunas personas, los que presenciamos aquella escena somos los que estamos con el ánimo extraño, no lo sé, no me siento bien, es como si una culpa estuviese sobre mi aunque yo no haya hecho nada, es tan extraño, los niños ríen y se juegan entre ellos en el comedor ya que está cayendo la noche y todos viene a cenar. Lucifer esta a una mesa de distancia de la mía, no quiero ver lo que esta cenando, no quiero saber lo que esta cenando.

No he visto a Kai ni a Dominic en estos dos días, si, me preocupa pero cada vez que me encamino por el pasillo que llega a su habitación recuerdo lo que todos vimos y pienso  en… no sé, me da miedo pero a la vez quiero saber como esta, si ha comido algo, si ya se curó la heridas, si ha ido a la enfermería aunque sé que no le gusta, quiero saber cómo esta pero nunca logro llegar a su habitación, siempre me arrepiento. Siempre recuerdo sus manos introducirse en el estomago de esa mujer y sacar al bebe.

-¡Papa!-

Levanto la vista de mi plato de comida y veo como 5 niños se acercan a Lucifer para abrazarlo, aunque sea el hombre más desgraciado e infeliz que he conocido sobre la faz de la tierra creo que es un buen padre, los niños se disipan y solo queda uno sentado en la rodilla de Lucifer contándole como le fue en su día, lo que hizo, cuanto durmió, sus tareas, entre muchas otras cosas pequeñas pero que a los ojos de un pequeño son hallazgos impresionantes mientras el hombre canoso le sonríe y revuelve su cabello con cariño… o algo muy parecido al cariño, ya no se qué pensar de Lucifer, ya no sé si los sentimientos que les demuestra a sus hijos adoptivos son verdaderos o pura actuación.

Es una persona demasiado cambiante para mi gusto, en un momento puede estar feliz y hablarte de la manera más normal posible, después puede tratar de matar a dos de sus hijos en un entrenamiento y más tarde puede llegar a ser el hombre más cruel y sanguinario que haya conocido. Ya no sé qué pensar de mi “Padre”.

-Papa-Vuelve a hablar el pequeño de 6 años sentado en su rodilla-¿Qué estas comiendo?-Mueve su rostro todo curioso hacia el plato de comida del mayor.

-Un regalo de tus hermanos-Me congelo. No puede ser. ¿De verdad se está comiendo al bebe? Trago ruidosamente y mi garganta se siente seca, me pongo nervioso y trato de no pensar en eso. Me concentro en mi plato de comida. No pienses en eso. No pienses en eso-¿Quieres probarlo?

-¡Sí! ¡Si quiero!-

Mi mirada sale disparada hacia la mesa donde está sentado Lucifer y en su rostro no pareciera que hubiera ningún tipo de remordimiento o mala intención al ofrecerle la carne de un bebe. ¡Un bebe! ¡¿Cómo puede hacer eso?! ¡¿Cómo?! ¡¿Con que cara puede ofrecerle carne de bebe a un niño inocente que no sabe nada de eso?! ¡¿Cómo?! ¿Acaso no sabe como todos los que vimos y sabemos cuál fue el regalo lo miramos?

Me pongo pálido y alejo la vista cuando el niño come un pequeño trozo de quien sabe que parte del cuerpo del bebe. A dos mesas de distancia una chica vomita y sale corriendo del comedor, creo que yo hare lo mismo, estoy comenzando a tener arcadas pero de pronto alguien comienza a acariciar mi espalda para calmar mis nauseas, subo la vista y me encuentro no solo con Eian sino también con Carlo, Yume y Cesar.

Entre todos nos calmamos y tratamos de no pensar en los que está haciendo Lucifer, en el rostro del niño se hace notar su confusión por de seguro el sabor extraño pero al ver el rostro de su padre tan contento no dice nada. Cuando el pequeño está a punto de dar el último bocado aparece Yun en la puerta, su rostro pasa por varias expresiones, desde el asco, la indignación, la lastima (De seguro por el pequeño) y la ira que apuesto todos mis conocimientos que va dirigida solo a Lucifer.

Yun explota gritando palabras fuertes que no son groseras ya que aun hay niños, quita al pequeño de la rodilla de Lucifer y sigue reclamándole sus acciones a Lucifer, después de un rato donde en ningún momento del regaño pude ver una pizca de remordiente en el rostro de Lucifer el japonés suelta al niño y le dice que vaya a jugar con los demás, de hecho, le pide a todos los niños pequeños que vayan a jugar afuera en la nieve aunque sea ya de noche, por supuesto diciéndoles antes que se abriguen bien para salir.

°°°°°°

Mi mirada pétrea nunca cambia de semblante por los gritos de mi querido Yun,  no es por qué no sienta nada… bueno, en realidad sí, mi mirada no cambia por el simple hecho de que lo que está pasando no me importa, de verdad, no me causa ninguna pena, tristeza, ira o molestia, seguramente debido a mi infancia pero ese es un tema que a estas alturas es insignificante ¿Por qué mi querido Yun se pone así por el simple hecho de que alimente a uno de mis hijos con algo delicioso? No le veo nada de malo ¿Por qué? No le veo nada de malo, mi lógica indica que es carne, que solo es carne, no importa de donde venga, no importa su procedencia, solo es carne, aunque por supuesto, esta carne es deliciosa y me trae recuerdos gloriosos.

Yun deja de gritarme cosas que siendo sincero no escuche, no porque me este quedando sordo, no, todos mis sentidos son tan agudos como un buen cuchillo, no escuche nada de lo que dijo porque las cosas que no me importan no merecen mi atención y está más que claro que un ataque de ira de Yun causado por mi culpa no es de mi interés, nunca lo ha sido.

Después de que mis hijos pequeños desaparecen por la puerta para jugar Yun voltea a mirarme con su rostro rojo de ira, en sus ojos veo aquel fuego que enciende mis venas y me hace arder de placer. Con velocidad pero torpeza ya que nunca ha sido un buen luchador mi lindo japonés trata de golpearme, se me dibuja una pequeña sonrisa en los labios. Qué gesto tan lindo. Que tierno de su parte.

¿Cree que me hará daño?

Oh Yun, mí querido Yun.

¿Quieres que te castigue mi pequeña mascota?

Detengo su golpe con una mis palmas, su rostro esta casi pegado al mío y aprovecho la oportunidad.

-Te castigare-Susurro sobre sus labios, abre los ojos con impresión pero luego logra calmarse y trata de golpearme nuevamente ya sea con su mano libre o con las piernas, no hace falta decir que no me gustan las desobediencias ¿Es que acaso no había quedado claro? Lo dije frente a mucha gente. ¿Por qué no me entienden? No me gusto la desobediencia de mis mejores hijos y ahora Yun desobedece ¿Qué quieres mi pequeño oriental? No entiendo a las personas. No entiendo su lógica. ¿No había quedado claro? Se supone que después de una demostración de dominio y poder ya todo volvería a su normalidad. Mi querido Yun deberías de saber qué sino tolero una desobediencia de mis hijos mucho menos de mi mascota.

Con la fluidez que mis años de experiencia me han otorgado y ya que no quiero herir tanto a Yun tomo su cabeza con mi mano libre y la impacto contra la mesa con la suficiente fuerza para desmayarlo pero claro sin derramar ninguna gota de su hermosa sangre, no, aquí no hare que mi mascota mal educada sangre, la hare sangrar en el momento apropiado. Observo como varias personas se levantan de sus asientos impresionadas, supongo que por mis acciones, los veo con la calma irradiando de mis poros, en ningún momento mi semblante cambia hasta que decido dedicarles una sonrisa, parecen palidecer con mi expresión y eso me causa mucha más gracia.

Tomo el cuerpo inerte de mi mascota subiéndomelo al hombro con un ligero movimiento, camino hasta salir del comedor y fijo el curso a mi habitación favorita, donde he hecho que mi querida mascota se desmaye por tan intensos orgasmos que le he provocado. Abro la puerta de la mazmorra y se presentan ante mi todos mis juguetes, pulcramente colgados en la pared, ordenados alfabéticamente, desde fuetes hasta bolas chinas, pasando por los vibradores y consoladores, claro sin omitir las pinzas para pezones, los tapones anales, los succionadores de pene, los dildos, los trajes de cuero, los afrodisiacos, las cadenas, mis fundas para pene y las mordazas ¿Alguna vez mencione que me fascina el bondage?  Me fascina esta habitación, el espejo que se cierne desde lo alto del techo hasta el suelo siempre hace que vea la expresión de placer de Yun, me encanta. Y por supuesto ¿Cómo podría olvidarlo aquel tubo que se cierne igualmente desde lo alto del techo hasta el suelo rodeado de los muebles más cómodos de la historia de la lujuria que está en la esquina de la habitación? 

Con facilidad coloco a Yun sobre la cama matrimonial, me tomo el tiempo para desnudarlo completamente, parece que Yun tuvo un buen golpe en la cabeza, me quedo observando su palidez, es hermoso, recostado sobre las sabanas negras su pureza resplandece aun más de lo normal. Sé que al momento de que Yun despierte va a intentar gritarme y escapar, por lo que busco entre mis juguetes y encuentro lo que buscaba. Amarro sus manos con una cuerda detrás de su espalda y vuelvo a recostarlo, Yun comienza a despertar y en lo que siente su inmovilidad en los brazos abre los ojos asustado, sonrió feliz de que este despierto. Su rostro se descompone de nuevo en ira pero no dejo que hable.

-Shhh-Coloco mi dedo sobre sus labios haciéndolo callar-Hiciste algo malo mi mascota-Deslizo mi dedo por sus labios para bajar lentamente por su barbilla, su piel se pone de gallina por el escalofrió que de seguro recorre su espalda-Te castigare.

Cubro sus ojos con una venda negra, mi querida mascota quiere hacer una protesta pero tomo su boca y la abro lo suficiente para que la bola de caucho entre en su linda y pequeña boquita para quedar amordazado de una de las formas más eróticas posibles. Me subo a la cama y me comienzo a divertir tomando con fuerza sus caderas y marcando mis dedos, voy hasta su cuello para besarlo, succionarlo y hacer chupones, restriego mi erección vestida en su estomago, siento como su cuerpo se tensa y comienza a sudar, mordisqueo en ocasiones lo suficientemente fuerte para dejar las hullas de mis hileras de dientes escuchando sus reclamos y gritos que gracias a la obstrucción en su boca solo suenan como jadeos ahogados, me acerco con total sigilo a su preciosa oreja.

-Vamos a jugar-

Susurro con mi voz ahora mas ronca, voy hasta su cabello con lentitud, disfrutando de cada segundo y aspiro su olor a fresas, me levanto de la cama controlando mis instintos primarios que solo me gritan follarlo al seco con fuerza, con la suficiente fuerza para romperle el culo pero eso sería considerado una violación y no quiero violarlo, quiero castigarlo. Decido que hare un juego tortuoso con mucho placer, me desvisto y me quedo solo con mi ropa interior. El juego comienza con mis manos, conozca cada punto, cada detalle, cada esquina, cada ángulo y cada minúsculo rincón de su cuerpo, sé donde tocarlo para lograr la reacción más alucinante, sé donde siente dolor y placer juntos, sé donde verdaderamente le duelen las caricias, sé hasta cuantos lunares tiene en el cuerpo. Eso se considera adicción ¿Verdad?

Mis manos se deslizan con calma pero firmeza por su piel suave, la respiración de mi mascota sube de nivel, ahora con su pecho subiendo y bajando con más rapidez, esa ligera capa de sudor hace que su piel brille y lo que más se vea apetitoso son sus pezones tan bonitos y rosas, erectos y atrayentes, el calor de la habitación comienza a sentirse, la calentura, el olor a sexo comienza a ser presente, presiono mis pulgares para aplastar sus pezones erectos logrando que suelte otro quejido sofocado, me recuesto sobre su cuerpo y restriego mi erección vestida con su pene medio duro, simulo embestidas fuertes, decididas, dominantes, ataco de nuevo su cuello y noto como tiene problemas para tragar con la mordaza y se le comienza a escapar la saliva por la comisura de los labios.

Deslizo mis manos por sus costados, sin provocarle cosquillas… Estoy verdaderamente obsesionado con él, sé que le da cosquillas que lo acaricie detrás del cuello por lo que subo mis manos y voy hasta mi objetivo actual también tiene cosquillas detrás de las orejas, se estremece mucho, sonrió al ver que tuve la reacción deseada y ahora su pene está totalmente erecto y rosándose con el mío ya que estoy sentado sobre su regazo.

Me incorporo para bajar por sus piernas, sus largas piernas, parecen kilómetros y kilómetros de piel. Me recuesto de modo que estoy frente al hermoso trasero de Yun, uso mis manos, cada una ocupando un carnoso y apetitoso globo y separo sus nalgas con mis pulgares para ver esa hermosa entrada al placer, la rosada entrada de Yun, acerco mi rostro para soltar un suspiro sobre la arrugada entrada, esta se contrae y por momentos se me viene a la cabeza de que se debe de sentir tan vacía, lo pienso mejor y llego a la conclusión de que la única manera de que la entrada de Yun se vea más hermosa es con mi pene enterrada en ella.

Dejo de divagar y paseo mi lengua por sus alrededores, se contrae y luego se relaja, me incita a penetrarlo, muerdo una de sus nalgas lo cual lo hace saltar e intenta cerrar las piernas pero no se lo permito, sé que no va a dejar de luchar por lo que me levanto de la cama y voy hasta uno de los cajones sacando dos cuerdas un poco gruesas y largas de cuero junto a una inyectadora. Voy de nuevo hacia la cama y hago que Yun de una vuelta hasta quedar recostado sobre su estomago, mueve sus manos de nuevo para intentar escapar pero yo me monto sobre su espalda y muelo mi erección entre sus nalgas, desde abajo hasta arriba y repitiendo el proceso lentamente para que sienta lo duro que estoy, lo excitado, lo caliente que me pone su cuerpo.

Yun sigue tratando de quitarme de su espalda, trata de levantar mi peso lo cual me parece muy lindo, quiero decir, Yun mide 1.65 cm, que este tratando de luchar contra mí que soy 1.86 cm y 180 kilos de musculo se me hace muy tierno, todo lo que hace, todas su expresiones, todas las veces que me reta con su mirada, cada vez que me lleva la contraria, todo, absolutamente todo me parece tierno pero por supuesto siempre me enciende, creo que cada vez que entra a mi oficina a arreglar papeles se me pone duro el pene.

Bajo mi cara y me acerco a su oreja, se ve hermoso, amordazado, vendado, sudado, que deleite.  

-No hagas nada que puedas lamentar mascota-Le advierto y él se tensa, estiro mi mano derecha hacia atrás para tomar posesión de su tobillo derecho, lo obligo a doblarlo y luego con mi mano restante desato sus muñecas, aunque este amordazado pude escuchar el suspiro de alivio que soltó al sentir sus manos libres pero pronto pasara ese momento relajante, agarro su mano derecha y la estiro hacia atrás para que quede cerca de su tobillo y así lo amarro nuevamente, muñeca con tobillo, repito la misma acción con su muñeca y tobillo izquierdo, todo con Yun haciéndose el difícil.

La posición hace que quede encorvado hacia atrás, solo falta el toque final, tomo la aguja y haciéndome un poco hacia atrás se la entierro en una nalga y le administro el contenido, droga, esto hará que Yun no se pueda resistir mas, hará las cosas aun más divertidas, placenteras y largas, muy largas. Me levanto nuevamente y le doy la vuelta con algunas quejas de su parte que siguen siendo ahogadas por la mordaza, pongo una almohada debajo de su espalda baja para tener un poco de apoyo y altura.

Observo mi obra de arte, amordazado, vendado, sudado, drogado y amarrado, acaricio su agujero con mi dedo índice y Yun trata de cerrar las piernas de nuevo pero que con el nuevo estilo de amarre hace que no pueda, cada vez que intente cerrar las piernas un gran dolor le va a atacar los brazos, solo siendo increíblemente flexible podría cerrar las piernas pero ya que no lo es, yo disfruto, noto como ya no lucha mucho y decido quitarle la venda, sus ojos oscuros nublados de placer me observan, ya no hay ni una pisca de molestia, lo está disfrutando pero se supone que este es un castigo, no una recompensa.

Estiro mi mano y agarro el fuete, Yun abre un poco los ojos pero luego vuelve a tener la expresión de antes, deslizo la cabeza del fuete por su estomago y pezones, sonrió a lo que hare, golpeo el fuete sobre uno de sus pezones.

-¡Umm!-Se arquea con dificultad, voy hasta el otro y lo repito-¡Umm!-Vuelve a “Quejarse”. También sé que Yun es un poco masoquista por eso no me preocupo de que le vaya a doler verdaderamente algo de lo que este haciéndole. Golpeo el fuete sobre sus brazos y costillas todos con esas exclamaciones ahogadas, la forma del fuete queda marcada como tatuajes en su nívea piel, brillosa por el sudor, observo su rostro que tiene pequeñas lágrimas en las esquinas de sus ojos, bajo mi cabeza y beso una de sus rodillas antes de bajar el fuete y con un ligero golpecito darle en sus bolas-¡UMM!

Con cualquiera otra persona hubiera pensado que le dolió pero no con Yun, la prueba es su pene, erecto y goteando líquido pre-seminal, vuelvo a golpearlo y su pene se estremece, que delicia. Suelto el fuete y sin consideración alguna le meto las bolas chinas en el culo-¡Umm!-Las lagrimas se deslizan por sus mejillas rojas pero no me detengo, esto es un castigo, tomo las pinzas para pezones y las coloco en su sitio, vuelve a quejarse y me observa como pidiendo que pare pero no lo hare, mas tarde lo disfrutara. Ya sabiendo que su culo tuvo el tiempo suficiente para acostumbrarse a las bolas chinas comienzo a moverlas con lentitud, noto como las bolas tienen un poco de sangre pero es muy poca, no tiene importancia.

Después de un rato moviendo las bolas chinas encuentro su próstata, aun con el amarre que tiene logra arquearse deliciosamente, no paro de atacar ese punto en su interior, decido por fin quitarle la mordaza ya que sé que la droga hizo su efecto, saco la bola de caucho de su boca llena de saliva y lo primero que hace Yun es tragar, de seguro se estaba ahogando en su propia baba, me mira con aquellas gemas negras y me lanzo hacia sus labios, compartimos un beso duro, con mi lengua arremolinándose con la suya, mordiendo sus labios chupando y succionando todo lo que podía, el beso se hace eterno, no quiero separarme pero no es sencillo cuando siento aquella necesidad de respirar, nos separamos jadeando y en un acto de dominio ya que me esta seduciendo con sus ojos le muerdo el cuello dejándole todos mis dientes marcados y botando un poco de sangre.

-¡Ahh! Lucifer no…ahh no me muerdas-Respira agitado, es increíble el cambio que hay entre mi linda mascota normal y la drogada, las dos me encantan-Por favor-Esa es la muestra más evidente, Yun nunca, nunca me diría esa palabra.

-¿Qué quieres que haga mi mascota?-Le pregunto con sorna y burla en mi voz pero aun así estando excitado. 

-To-ah-Tocameee-Arrastra la palabra.

-¿Dónde?-Deslizo mi mano por su costado-¿Aquí?-Mueve la cabeza en negativa-¿Aquí?-Pregunto al tener mi mano sobre su estomago, vuelve a negar-¿Aquí?-De nuevo cuestiono pero con mi mano tomando fuerte su necesidad goteante.

-¡Siiii! ¡Ahí! Toca-ahh-me.

-No-Suelto su pene y me incorporo-Este un castigo Yun-Me mira con sus ojos nublados-¿Qué es lo que te enseñe a decir cuando te estuviera castigando?-Se queda callado un momento como si estuviese tratando de recordar.

-Castígueme amo-Por fin lo suelto y una sonrisa se me tatúa en los labios-Por favor amo ¡Castígueme!-Grita anhelando placer.

-Que linda mascota-Suelto para de nuevo recostarme sobre mí estomago frente a su entrada quito las bolas chinas lanzándolas lejos para empezar a comer su culo como si nunca hubiera probado bocado en mi vida. Sus gemidos se vuelven más altos-¿De quién es este culo Yun?-

-¡Suyo ahmm! ¡Amooo es suyo!-       

°°°°°°   

La comida hace rato que me la termine, nos quedamos hablando entre todos para así olvidar que hace un rato Lucifer se llevo a Yun inconsciente, no sé si sentir curiosidad o miedo a lo que sea que le esté haciendo Lucifer a Yun, Cesar dice que el hombre canoso tiene un cuarto especial donde va a “Jugar” cada vez que puede con Yun, dice que solo él tiene la llave, nadie más.

Me pierdo entre la conversación que tengo con los chicos mientras veo el televisor, escuchando como hablan de avistamientos extraterrestres y tratando de mantenerme al día con los preparativos para el cumpleaños de Yume que celebrara junto con el mío en Diciembre. Ya casi estamos en Septiembre. Igualmente me pierdo pero ahora es escuchando la conversación que hay en la mesa de lado la cual sí llama mi atención.

-¿Pero no ha abierto la puerta nunca?-Le pregunta una pelinegra a una castaña, no recuerdo sus nombres.

-Nunca. Valery, es como si no hubiese nadie ahí-Responde la rubia a su grupo de 4 chicas.

-Seguro es porque no quiere ver a nadie-Una pelirroja da su punto-Sabes que siempre ha sido asocial. Cuando tenga hambre va a salir.

-No, no entiendes Carol-La pelinegra expone su punto dirigiéndose a la pelirroja-Ni siquiera come.

-¿Cómo así?-Pregunta la castaña, Valery-Se especifica.

-Todos sabemos que llegaron heridos del entrenamiento de papa y papa me dijo que les llevara comida, pero nunca abren la puerta.

-Tal vez es porque no quiere ver a nadie ¿No has intentado dejarla al frente de la puerta?

-Ya lo hice-Un frio me recorre la columna al conectar los puntos en esa conversación-Desde hace dos días, los dos desayunos, los almuerzos y las cenas están completas, ninguno de los dos han abierto la puerta.

Trago ruidosamente y ahora mi preocupación se incrementa diez veces más. No puede ser. ¿Ninguno de los dos? ¿Qué les pudo haber pasado? ¿Cómo están? ¿Están mal? Pienso y pienso y sus heridas se ve vienen a la cabeza como una cachetada a la cara, Dominic tal vez no pueda caminar por su tobillo y Kai… Kai.

Me levanto como un torbellino sin decirle a los chicos a donde voy, corro por el pasillo que me lleva hasta la habitación de Kai y todo está obscuro, ni siquiera hay luna que ilumine un poco esta penumbra, las luces están apagadas, apoyo mi mano de la pared para contar las puertas y así no pasarme, camino y camino contando, la habitación de Kai es la puerta numero 6 de este pasillo, ya casi, 3, 4, 5, piso algo y retrocedo asustado, fuerzo mi vista a mirar lo que sea que pise y me encuentro con una charola del comedor, antes llena de comida ahora volteada y ensuciando el piso, la chica no mintió, cuento las charolas y hay exactamente 6.

Fugazmente se me viene a la cabeza que Dominic debe estar igual pero no quiero abandonar esta puerta, además, conozco muy bien a la persona que va cuidar del australiano, mando un mensaje de texto a Eian, diciendo que es una emergencia, que debe ir a la habitación del Alacrán y cuidar como pueda de él.

Toque la puerta ya sin ningún miedo, estoy preocupado y mi preocupación puede más que cualquier cosa, nada, no contesta, volví a tocar, ahora con más insistencia, nada, volví a hacerlo, nada, Dios ¿Qué pasa?

Acumule mi valor y tome el pomo de la puerta pidiendo una y otra vez que estuviese abierta la puerta, cuando la puerta cedió deje escapar un suspiro que no sabía que estaba conteniendo, me lleno de tanta felicidad y a la vez temor ver que la puerta estaba abierta. Vamos Daika, puedes hacerlo. Lo primero que me golpeo fue ese olor a encerrado además de calor, mucho calor, el aire acondicionado no estaba encendido, la habitación estaba obscura, di unos pasos mas volví a tropezar con algo, pero ese algo era peludo, baje la vista y no necesite forzarla para ver que era Drey, acaricie la cabeza del hermoso lobo y seguí avanzando hacia la cama, fui hasta una de las mesitas de noche y encendí la luz de la pequeña lámpara, la que siempre usa para leer sus libros. La vista que me llego no la esperaba, había un bulto gigantesco de sabanas, frazadas y colchas, una sobre otra formando una pequeña y desordenada montaña, me acerque hasta el inmenso bulto y apoye una mano encima, no hubo reacción, me asuste mas, ahora el pánico se reflejaba como nunca en mi rostro.

Tome todo lo que pude de todas esas sabanas y las aparte, cuando lo hice se me salieron las lagrimas al ver a Kai, sudando, con la respiración demasiado superficial, los sabios resecos casi partiéndose, pálido, aquellas manchas negras debajo de sus ojos y ese tono enfermizo de piel, baje mas las sabanas y deje escapar un grito silencioso cuando vi que a su costado la cama tenía una mancha considerable de sangre una más oscura que otra, había sangre seca y otra nueva encima.

Las lagrimas se me empezaron a escapar por tantas emociones juntas, debí haber venido antes, sabía que él no se curaría y aun así por mi estúpido miedo no vine a ayudarlo, sentía miedo hacia lo que tenía que hacer, no sabía qué hacer, era la primera vez que me encontraba con una persona en ese estado, sentía el odio hacia mí mismo por ser estúpido y no venir antes y también sentía aquella desesperación que comprimía mi pecho y me estaba causando problemas para respirar, caí al suelo con dificultad respiratoria, la impresión era demasiado grande y luego respire hondo, me decía una y otra y otra vez que Kai me necesitaba. Kai me necesita.

Tenía que serenarme. Respire hondo y comencé a trabajar mi cerebro. ¿Qué es lo que necesito? Necesito ayuda. Corrí como un desquiciado hacia la enfermería, no me importa que a Kai no le guste la enfermera maligna, su vida es más importante que esas tonterías. Llegue a enfermería en tiempo record, le dije cosas sin mucho sentido a la señora como de 40 y tantos años pero aun así me alivio mucho que me entendiera un poco, tomo la caja blanca con cruz roja y me siguió a la habitación del cenizo.

Decir que la enfermera estaba sorprendida al verlo fue poco, empezó a trabajar rápido revisando sus signos vitales y a mí me dio una orden, que despertara como fuera posible al paciente, necesitaba a Kai despierto, enseguida me senté en la cama al lado de su cuerpo y comencé a moverlo mientras llamaba su nombre varias veces. No respondí. No me importo que la enfermera estuviera, comencé a llorar.

-Kai p-por favor-Mi voz se va quebrando. No quiero perderlo, tome su rostro entre mis manos sintiendo su rostro arder de fiebre y como la almohada que sostenía su cabeza esta empapada de sudor-Despierta-Me olvide de todo mi alrededor y le di un beso a la mejilla-Kai-Mis pulgares hacían círculos en sus mejillas pálidas, bese sus labios-Kai, despierta-Bese una y otra vez sus labios llamándolo hasta que abrió un poco los ojos. Se notaban sus parpados y ojos rojos por la fiebre, su pupila no veía un sitio en especifico, estaba conmigo y a la vez no lo estaba, levanto la mano de su brazo derecho y tomo mi mano con la suya llevando mi palma hasta sus labios y dándome un beso ahí. Estaba bien pero se notaba esa ligera incoherencia en el movimiento de su cabeza-¿Qué tiene?-Pregunte asustado a la enfermera.

-Esta delirando-Vio que la preocupación aun estaba instalada en mis ojos-Esta bien, al menos sabemos que sigue con nosotros, esta semi inconsciente-Me dio una sonrisa que me tranquilizo…solo un poco-Pero tiene mucha fiebre, tenemos que bañarlo.

-Pero el agua está muy fría y…-

No pude terminar mi frase cuando Kai comenzó a toser fuertemente, tanto que pensé que su pecho se rompería, el cenizo desesperado trato de levantarse con ambos brazos eso solo logro que viéramos como tenia dislocado el hombro izquierdo y pudiéramos apreciar mejor la perforación que sangraba de su costado, rápidamente lo ayude como pude a levantarse y vi como vomito sangre en la papelera, las lagrimas se me salían mientras acariciaba su espalda para que se le pasara el ataque de tos.

-Tranquilo Kai, respira-Dijo la señora pero parecía no surtir ningún efecto-Me arrodille en el piso y como pude volví a tomar su rostro entre mis manos.

-Kai-Lo llame-Kai mírame por favor-Pasaron segundos que a mí me parecieron horas y después de lo que sentí una eternidad Kai levanto la vista aun con un poco de tos-Respira, tienes que tranquilizarte-Mi voz salía más fina de lo que normalmente era pero supongo que es normal, estoy asustado-Necesito que te quedes conmigo ¿Si?-Asintió como pudo volviendo a recostarse en la cama.

-Bañarlo no es una opción-Escuche a mi espaldas a la señora-Tiene la herida infectada y el brazo dislocado, no sé si sus órganos internos también están comprometidos, necesito revisarlo bien, tenemos que llevarlo a la enfermería-Asentí, confiando en ella pero no podíamos con el peso de Kai y ya era muy tarde-¿Qué más?-Se pregunto a si misma harta de que no pudiéramos levantarnos ni Kai ayudarnos un poco-Traeré lo necesario, no podemos moverlo, mientras vuelvo necesito que le bajes la fiebre-Me ordeno al tiempo que hacia su camino hacia la puerta.

-¡Espera! ¿Cómo hago eso?-Mis nervios estaban saliendo de nuevo a flote.

-Frótale el cuerpo con un pañuelo húmedo-Y se fue.

No perdí tiempo rápidamente busque una camisa en un cajón y corrí hacia donde pudiese encontrar rápido un poco de agua, corrí hacia la cocina, ya cerrada y tome un gran recipiente llenándolo de agua, lo más rápido que pude y sin dejar caer tanta agua en el camino volví a la habitación de Kai, puse el recipiente en el suelo, exprimí el exceso de agua y comencé mi labor, al principio con aquella desesperación pero después cuando abrió un poco los ojos subió de nuevo su mano y apretó sutilmente la mía  supe… supe que todo estaría bien, un alivio me invadió a pesar de que aun estaba mal.

Pasaba la camisa por su rostro, su pecho y abdomen teniendo cuidado, sabía que le dolía el cuerpo a pesar de que no se quejaba, volvió a cerrar los ojos luego de unos minutos y me dedique en cuerpo y alma a bajar la fiebre que tenia, pasaba por su cuerpo con la camisa mojada, cuando sentía que se calentaba y perdía efecto la volvía a sumergir en el agua, la exprimía y repetía el proceso, fue cansado pero… pero me sentí a gusto conmigo mismo sabiendo que lo que hacía le causaba alivio a Kai. Lo estaba ayudando.

Reapareció la enfermera por la puerta con mucho mas material que antes inyecto algo en el brazo de mi hombre y sin ninguna delicadeza metió su dedo por el agujero que tenia Kai en el costado. Kai abrió los ojos enormemente soltando un grito de dolor, me abrace como pude a él y le comencé a susurrar palabras que lo tranquilizaran, no podía molestarme con la enfermera, sabía que estaba sondeando por tacto los daños que tuviese Kai, era doloroso pero tenía que resistirlo.

-Tranquilo Kai-Grito de dolor de nuevo y escuche a la enfermera hablando a mis espaldas.

-Dile algo más alentador que eso, no importa lo que sea, dudo que recuerde esto mañana, tiene fiebre desde hace días, su cerebro no debe de estar funcionando como se debe-Teniendo en cuenta esas palabras yo…

-Kai-Susurre en su oído-Por favor resiste…-Pensé mucho en la palabra hasta que la solté por fin-Amor, no me dejes, necesito que resistas, voy a estar aquí siempre, te voy a cuidar y voy a sanarte todas las heridas pero por f-favor, resiste-Kai me miraba y a la vez parecía que no lo hacia sus ojos se notaban tan pedidos en ese malestar. La enfermera me dio el visto bueno de que no tenía ningún órgano lastimado y suspire de alivio-Vas a estar bien, amor, te vas a recuperar-Vi como asentía con cansancio y después volvió a dormirse.

Cuando creímos que ya habíamos pasado la peor parte Eian abrió la puerta de golpe y comenzó a arrastrar a la enfermera fuera de la habitación.

-No puede irme, tengo que terminar de coser la herida-Se imponía frente al pequeñamente engañoso muchacho. Vi la desesperación en los ojos del pequeño azabache y hable.

-Yo puedo coserlo, se como se hace, me enseñaron-Mi declaración no pareció tener ningún efecto en la enfermera hasta que después de ver un rato mas el rostro contraído de Eian en preocupación y el mío que afirmaba cuidar de Kai costara lo que costara cedió por fin dejándose arrastrar por el muchacho, no sin antes decirme que siguiera bajando su fiebre, que le diera las pastillas que estaban en el buro, que lo hiciera tomar un poco de agua, que trajera una sopa, que cosiera la herida y que como a dé lugar lo hiciera tomarse el expectorante en forma de jarabe verde que bueno… no se veía nada apetitoso.

Se fueron y solo nos quedamos Drey, Kai y yo, me tome mi labor en serio por lo que subí la mangas de mi camisa, cosí la herida tratando de provocar el menor dolor posible, cambie como pude las sabanas y las fundas de las almohadas, cambie el agua para volver a frotar el cuerpo de Kai, no sentí ninguna lujuria al verlo, por supuesto que me derretía su cuerpo pero verlo así como estaba me inspiraba un deseo de cuidarlo que calentaba mi pecho y me hacía sentir en paz conmigo mismo. Despertó varias veces pero solo veía a su alrededor y volví a caer inconsciente, cuando termine de bajar un poco la fiebre ya era de madrugada, ya no aguantaba el sueño pero a mi parecer creí que ya todo la peor parte la habíamos pasado, me hice un pequeño espacio entre las sabanas limpias y me abrace de Kai por el lado derecho, sabía que cualquier roce con su hombre lastimado le dolería, apoye un poco mi rostro en su pecho y un sonido me tranquilizo por completo, suspire de alivio, era como un tambor, una melodía armoniza y hermosa a mi oídos. Una canción de guerra. El palpitar del corazón de Kai.

°°°°°°

Suspire de alivio cuando, gracias a la persona que invento los pañuelos húmedos pude bajarle un poco la fiebre a Dominic, no despertó en ningún momento a pesar de que lo moví una y otra vez mientras lo llamaba, la enfermera dijo que no lo siguiera intentando, que él estaba mejor si lo dejábamos dormir, la cama de Dominic estaba manchada de sangre, toda su espalda aun tenia fugas y estaba infectada, la enfermera tuvo que fregar las heridas con alcohol y gasas para después ponerle una gran venda que rodeara su cuerpo, de vez en cuando tosía y veíamos lo mal que estaban sus pulmones pero no era como si pudiéramos hacer algo en ese momento que estaba inconsciente, Dios, es un estúpido, echarse a morir no lograra nada, casi muero del susto, no creí que el mensaje de Daika fuera de verdad pero cuando la curiosidad me gano y vine a ver como estaba casi me da un infarto, estaba lleno de capas de sabanas y solo murmuraba que tenia frio cuando intentábamos despertarlo.

Movimos mas las sabanas y descubrimos su tobillo, hinchado con una mezcla de colores nada favorables, morado y un poco de negro, la Señora Rosa me dijo que sostuviera su pierna en el aire ya que iba a hacerle un yeso, me dijo que planeaba volver a la habitación de Kai y hacerle un yeso en el brazo al cenizo, después de que la ayude a hacer el yeso y espere a que se secara un poco fue que pude soltar su pierna, me dolía escuchar que cada vez que medio despertaba un poco llamaba a Julia… ¡Ya Julia no está Dominic! ¡Se fue! ¡Ámame a mí! Quería gritarlo pero sabía que no me escucharía, la enfermera se fue después del rato, dejándome las indicaciones para cuidarlo y darle unos medicamentos y comida para cuando despertara.

Me senté en una silla que con esfuerzo moví hasta dejarla cerca de la cama, subí mi mano y acaricie su mejilla aun un poco roja ¿Por qué no me amas? Prometo no defraudarte, soy buen amante y puedo darte lo que quieras cuando lo quieras… solo dame una oportunidad, por favor, dame una oportunidad. Tuve la necesidad de besarlo, se supone que no recordaría pero no podía correr riesgos. Me levante de mi asiento e hice mi camino hacia mi habitación lo más rápido que pude, tome mi peluca y volví a los aposentos del australiano, me puse mi peluca y lo bese sutilmente en los labios, varias veces y con un poco de movimiento, a veces parecía que respondí pero la mayor parte del tiempo estaban inmóviles, ya una vez saciado mi sucio deseo oculte mi peluca bajo la cama y espere a que despertara para darle su medicina.

Alrededor de una hora después apareció Daika contándome la condición de Kai, la enfermera fue a hacerle un yeso en el brazo y le dijo que lo dejara descansar un rato, en otras palabras boto a Daika de la habitación de Kai, después Rosa volvió a la habitación de Dominic para chequearlo y dijo que estaba bien pero que tal vez pasara un poco de tiempo para que vuelvan en sí, dijo algo de que tenían las neuronas fritas por la fiebre, que tal vez cuando despierten sigan desorientados y necesitaran que los sigamos cuidando, Daika no tenía ningún problema pero yo… cuando Dominic despertara ¿Me dejaría cuidarlo? ¿Lo vería sospechoso? ¿Me diría que me fuera? Tenía muchas inseguridades pero sabía que si me esforzaba… si me esforzaba y le mostraba a Dominic que podía ser tan buen partido como las mujeres que le gustaban todo valdría la pena… como las mujeres que le gustan, soy un idiota.

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-¡Ahhmmm! ¡Ahí! ¡Sí! ¡Más duro!-Grita pidiéndome más enterrando sus uñas en mi espalda, ya le quite las restricciones y jugamos un rato con su agujero, le metí varios juguetes y para hacer mi placer aun mas grande le puse el vestido de enfermera, es tan sexy, se le ve media nalga, claro que ahora está más arriba dándome espacio para follar perfectamente su culo, mancha una y otra vez el vestido con semen, es perfecto, todo Yun es perfecto-Ha… Ha… Haa…-Gira su cadera y yo lo levanto para quedar sentado en la cama con mi lindo oriental encima. Mueve las caderas en forma de 8 dejándome sentir aquella estrechez, calentura, perfección, me cabalga salvajemente sus sonidos eróticos, sus expresiones orgásmicas. Todo. Todo es perfecto.

Se corre otra vez. Yo sigo metiéndome, su culo se siente tan húmedo como una vagina, me he venido muchas veces dentro, tengo los muslos llenos del semen que se le escapa a Yun del culo, me salgo y le ordeno que puje para deleitarme con la forma en que mi semilla sale disparada de su agujero.

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Me despierto en aquella habitación mal oliente y pequeña, oscura y fría, solitaria y triste, decadente y maltratada.

Dejo escapar un sollozo ahogado cuando trato de levantarme, mi espalda arde, me azotaron con mucha saña ayer… todo por esos malditos, malnacidos, renacuajos, parásitos, hijos de puta, los odio.

Me levanto de la cama dañada llena de huecos y resortes con el dolor en la espalda antes de que llegue alguien a darme el “Buenos días”. Calzo mis pies de niño de 8 años en mis zapatos y me pongo mi ropa gastada de sirviente, me veo en el pequeño espejo roto que hay colgado de la pared y me doy cuenta del brillo desaparecido en mi mirada acaramelada, mi cabello negro como carbón esta desordenado por lo que trato en lo más que puedo peinarme con mis manos. Esta haciendo mucho frio. Esta habitación no tiene calefacción. Odio el frio. Odio la nieve. Siempre es lo mismo ¿Por qué me tratan tan mal? ¿Qué hice? Es verdad, sé muy bien que fue lo hice mal, me lo recuerdan todos los días.

-Muévete Bastardo-Abre la puerta de golpe el mayordomo de la mansión dándome la primera orden del día. Asiento con dificultad. Desgraciado. Mi espalda duele pero me enderezo lo mas que puedo… eso no impide que duela la fuerte palmada que me dio ese maldito vejete al salir de mi habitación. No lloro. No llorare para darles gusto. El ardor hace que mis terminaciones nerviosas se tensen, me duele, tengo ganas de llorar. Pero no lo hare. Nunca más.

Mi maltrato comenzó desde que tengo conciencia… como desde los 4 años. Soy un niño. Un bebe. Pero pronto comprendí que nunca tendría un trato amable y considerado… ni siquiera tengo nombre.

-La señora quiere que lleves su té de la mañana-Me indica mientras caminamos a la cocina-No quiero errores-Me detiene por el hombro para verme directo a la cara-¿Entendiste?-Aquella mirada. Con la que todos me ven. Aquel odio, resentimiento, ira, furia, cólera. Me obligan a devolver la misma mirada. Le molesta mi mirada desafiante por lo que me da una cachetada que resuena en el pasillo y deja la marca en mi mejilla-Te pregunte algo, Bastardo, responde-

-Sí, lo entendí, señor-Me deja ir y entro a la cocina para tomar el té de la perra que me espera arriba. Subo las escaleras, cruzo, cuento tres puertas y toco la cuarta tres veces, con firmeza pero sutileza, me ordena entrar-Su té, mi señora-Informo a la tipa frente a mí. A la perra que más odio.

-Oh pero si eres tu Bastardo-Ríe con voz chillona y aguanto el sonido hueco y molesto en mi tímpano. Mis expresiones faciales se mantienen serias-Justo quería verte, deja el té en la mesa-Cumplo su orden y me quedo de pie esperando otra orden-Bastardo, dime ¿Cuál fue tu error esta mañana?-

No me molesto en buscar una respuesta lógica. Hice todo perfecto. La perra quiere su dosis de ego de cada mañana.

-Despertar, mi señora-Mi voz de niño trato de ponerla lo más grave que puedo para que sepa que ya no tengo la mentalidad de niño inocente. Ya no soy inocente. Suspira con alegría y enmarca esa sonrisa de verdadera felicidad en sus asquerosos labios rojos.

-¿Y cuál fue tu mayor error?-

-Nacer, mi señora-

CONTINUARA…          

Notas finales:

Y eso es todo por ahora!!!! Tranquis yo seguire actualizando y quiero reviews, muchos reviews damas y caballeros, no estoy segura de que me haya quedado tierna la parte que se supone era tierna pero bueeeenooo... fue lo que me salio en ese momento.

Hasta prontito bye :D


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