Capitulo 9: Conociendo
Después de salir del despacho del viejo, me dirigí al laboratorio-oficina de Anna, la cual seguía pegada a mi espalda, no me molesta que haga esto, de hecho, que ella me abrace de esta manera es una de las pocas cosas que me hacen ser consciente de que aun me puedo considerar un humano.
Llegamos al laboratorio y pasamos de una vez a su oficina, la cual tenía un escritorio con todo los papeles y carpetas organizadas cronológicamente, una silla ejecutiva donde ella se sentaba y otro silla común, donde yo me sentaría, el lugar no era pequeño pero tampoco grande, el tamaño adecuado para sentirte a gusto, las paredes pintadas de colores crema suaves, habían retratos que hacía que el lugar tuviese un aire de profesionalismo y no es para menos, mi “hermana menor” es la mejor en cuanto a ciencia respecta, un aire acondicionado y sobre el escritorio la única fotografía de todo el lugar, donde aparecemos ella, el viejo, el idiota de Carlo y yo, una fotografía de hace unos 7 años, muy vieja, todos parecemos unos enanos y el viejo tenía un poco de cabello negro.
Anna rodeo el escritorio y se sentó, yo hice lo mismo y luego me dio una carpeta verde, la abrí y ahí estaba toda la información de Daika.
Excelente.
Sabía que Anna me haría este favor como se debía, sin cometer ningún error, me dedique a leer y me entere de muchas cosas que de seguro si se las preguntaba a ese enano no me respondería nunca.
Me entere que desde que tiene conciencia ha vivido en un orfanato en Italia, pero habla castellano, nunca aprendió italiano. Era uno de los niños más queridos pero nunca lo adoptaron a pesar de haber tenido 82 entrevistas. El orfanato donde estaba trataba en lo más posible de no dejar a los niños en la calle por eso lo enviaron a estudiar a Checoslovaquia y ahí tuvo un paseo de vacaciones y me conoció, no hay mas información pero hay algo que quiero saber.
-¿No encontraste nada de los padres?-
-A mí también me dio curiosidad así que-me extendió una carpeta roja-Encontré esto, es muy curioso-
Abrí la carpeta y sí… es muy interesante.
-Ahora… hermanito hazme mi favor-Sonrió maléfica y supe inmediatamente lo que quería, cuando entramos aquí escuche algo parecido a un rugido, está loca quiere que pelee contra una de sus creaciones, quien sabe con qué genes jugo ahora…
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Ahora sí que no sabía qué hacer, no podía irme o siquiera tratar de hacerlo, si lo hacía me mataban, eso fue lo que me dijo en simples palabras Lucifer, me quede en esa cafetería, no conozco a nadie aquí y tampoco quiero conocerlos, deben de estar igual de desequilibrados mentalmente, todos aquí son extraños, siento que hay varias miradas en mi espalda, son muy pesadas, creo que estoy sudando, las miradas de estas personas me intimidan, debo irme, tengo que salir de aquí…
-Hola-
Pegue un brinco en mi banca cuando escuche ese saludo, voltee y vi a un niño como de 12 años, tenía el cabello oscuro y los ojos del mismo tono, parece que con un pequeño destello de violeta, eran lindos sus ojos, vestía un suéter azul y unos shorts que le llegaban más abajo de la rodilla, se veía adorable pero no debo de dejarme llevar por las apariencias, bueno, tampoco lo voy a tratar mal sin siquiera conocerlo, qué más da, hablar con este pequeño no me hará daño.
-Ho…hola-
-Eres un hermanito nuevo ¿Verdad?-¿Perdón? Me habla como si el fuese mayor que yo en más de un aspecto.
-Bueno… no sé si soy un hermanito nuevo ¿Por qué la pregunta?-
-Estabas hablando con Lucifer y te conto sobre este lugar ¿Verdad?-Espero un poco a mi respuesta pero como no dije nada prosiguió- Si es así tu ya eres parte de la familia ven-Me tomo del brazo y me jalo hasta el centro de la cafetería, donde quedamos de pie-¡Oh! Cierto como pude olvidarlo, mi nombre es Eian, mucho gusto-Me extendió el brazo y yo no podía ser grosero con él, está siendo amable, a pesar de también ser un poco brusco.
-Mi nombre es Daika-Estreche su mano-Eian… ¿Cierto?-Dije porque me pareció extraño su nombre-
-Sí, algunos se confunden en la pronunciación pero el tuyo también es raro y… ¿Qué edad tienes Daika? No creas que estoy acosándote-Me dijo repentinamente agitando sus manos-Es solo que desde hace un tiempo no habían venido chicos nuevos y mucho menos tan jóvenes-¿Tan jóvenes? ¿Es que acaso el se cree muy viejo?
-Tengo 15 años y… ¿Tu?-
-Tengo 17 años-¡¿Qué?! ¿Cómo puede ser tan viejo y tener esa apariencia de 12 años?… ¿Es que acaso se pasmo y se quedo pequeño? es solo un poco más bajo que yo debe medir como 1,62 cm pero por Dios se ve demasiado pequeño para la edad que me dice que tiene-Siempre logro esa expresión cuando digo mi edad, ¿Qué edad creías que tenia?
-Ahnn-No quería sonar tan grosero-12-
-Woou, hay personas que dicen que parezco de 10, se que no aparento para nada la edad que digo y créeme eso también me frustra a veces, no me toman en serio por tener este aspecto pero después cuando me conocen saben que las apariencias engañan.
No sabía si tomar eso como una advertencia, si era cierto lo que decía no subestimaría a este chico por nada del mundo.
-Ahora Daika, dime de qué país vienes aunque tu nombre suena como japonés-
-Bue… bueno yo… desde que tengo conciencia he vivido en un orfanato en Italia pero no se… si soy de allá o de otro país-Me entristecía un poco hablar de eso pero lo que no me espere fue lo siguiente.
-Entonces para mi eres italiano-Me sonrió y de pronto miro a las demás personas que estaban en la cafetería y agarro mi mano alzándola para que todos la vieran-¡Chicos escúchenme!-Llamo a todos en la cafetería-Este chico se llama Daika, tiene 15 años y es italiano, tratémoslo bien, ¿De acuerdo?-
Algunos solo asintieron, otros soltaron un “Aja” desinteresado y otros me sonrieron y dijeron “Ok”.
Luego algunos chicos tanto niñas como niños se acercaron, algunos mayores que yo, otros menores, pero solo era su apariencia, no sabía qué edad tenían y comenzaron a presentarse, extendiéndome la mano y estrechándola con la mía, eran amables, debía admitirlo, pero aun así debo estar alerta de estas personas.
-Hola, mucho gusto mi nombre es Cesar-Era un chico de cabello rojizo un poco claro, extraño, nunca había visto un color así y ojos cafés, tenía una bandita en la nariz, se veía gracioso me extendió la mano que yo estreche para ser cortes, solo eso.
-Hola, soy Yume, un placer-No me extendió la mano, era una chica de ojos y cabello oscuro, con rasgos orientales, me hizo una pequeña reverencia con la cabeza a la que yo hice lo mismo.
Y así pase un largo rato con los que se me venían a presentar entre ellos otros chicos y chicas más mayores, algunos aterradores por su aspecto, lleno de cicatrices y tatuajes o por su vocabulario. Más grosero que el de Kai. Debo aclarar.
Llegue al punto en que me senté en una banca y todos los demás se sentaron a mi alrededor, preguntaban cosas como que idiomas sabia a lo que respondí que solo castellano, otros me decían que me relajara ya que al parecer estaba tenso y ellos lo notaban, llegamos a una pregunta que respondí sin prestar atención.
-¿Y con quien viniste?-Me pregunto Yume, platicamos un poco, sé que es japonesa y tiene 14 años.
-Con Kai-
Un silencio demasiado extraño se instalo en el circulo, los mire y ellos tenían cara de confundidos y otros de incrédulos.
-¿En serio?-Hablo Cesar, 16 años, Español, no entendía por qué no lo podían creer.
-¿Entonces ya volvió? me pregunto donde esta-Escuche a mi lado a Eian, con la misma expresión que los otros.
-¿Cómo conociste a Kai?-Me dijo Yume un poco seria, aunque no estaba muy seguro, desde que nos conocimos no la he visto sonreír, tal vez esa es su expresión todo el tiempo. Debía evadir esa pregunta, a como diera lugar.
-P… ¿Por qué la pregunta?-Casi tartamudeo, si lo hacia ellos lo notarían, no podía responder eso ¿Cómo sonaría? “En un bosque porque lo vi matando gente” pensándolo bien eso no suena tan mal… ¿Bajo qué condiciones ellos lo conocieron a él? Si tengo suerte seguro unas más horrendas que la mía.
-¿Cómo lo conocieron ustedes?-Tantee un poco el terreno, estoy seguro que ellos notaron ese cambio de conversación pero nadie lo menciono.
-Yo le robe su desayuno-Dijo con gracia en su voz y una pose relajada el pelirrojo del grupo-Me persiguió por las calles de la ciudad y cuando creí que lo había perdido, lo vi al frente de mí, lo ataque y el… me arrojo un pequeño rollo de billetes que ataje, me dijo que con eso podría comer por tres días… pero que si lo acompañaba a su destino no tendría que robar nunca más y bueno aquí estoy-Sonrió mirándome, era sincero, podía sentirlo.
-Yo trate de matarlo-
¿Qué? ¿Cómo que alguien lo trato de matar? Voltee mi rostro hacia donde había escuchado eso y se trataba de…
Eian.
-Me contrataron unos tipos para que lo hiciera, aprovechando mi aspecto de que no mato una mosca. Me lo encontré, logre entablar una conversación y le dije que me había perdido y que mi casa estaba del otro lado de unas montañas, él me vio un momento serio y luego me sonrió burlón y dijo que me acompañaría, cayó la noche y acampamos, cuando estaba a punto de cortarle el cuello me dijo: “Hazlo si quieres, pero de una vez te digo que ayer mate a tu jefe, no creo que te paguen”. Por el susto de escucharlo, solté la navaja y me desmaye del miedo porque sabía que él era un asesino.
Me miro y prosiguió.
Me desperté y le dije que lo sentía por haber tratado de matarlo y que si quería me podía matar, y él me dijo que ya había tomado una decisión y…que me llevaría a casa… Y… Bueno, me trajo aquí.
-A mi me salvo de que me violaran-
Era Yume la que dijo eso.
Kai. Mi violador y secuestrador, la persona que yo desprecio por lo que me hizo, es un héroe para los que me rodean.
Me siguieron contando como lo conocieron, todos eran sinceros cuando hablaban, algunos dicen que conocieron al cenizo al llegar aquí porque los trajeron otras personas, me están confiando sus historias. Yo debería de contarles la mía, pero a la vez no quiero hacerlo, no quiero.
-Bueno… ya escuchaste bastante ahora dinos como lo conociste-Me dijo casi en una orden uno de los mayores tenía el cabello corto en punta rubio y ojos verdes, si no mal recuerdo su nombre es Félix, 23 años, Escocés.
No quería decirlo pero… qué más da.
-Yo lo vi trabajando-No quería ser especifico. Con lo que me dijo Lucifer me quedo en claro que Kai casi siempre mata.
-Ohhh-Eian a mi lado tenía cara de “Mierda” al igual que Cesar, Yume simplemente cerró los ojos.
-¿Cómo coño sigues vivo?-De nuevo Félix me hablo. Y entonces todos me vieron mas fijamente y notaron la camisa que llevaba, esa camisa negra que decía Rock n´ Roll y estoy seguro de que todos pensaron lo mismo. Que esa camisa no era mía.
-Bueno yo…
-¡OIGAN!-Escuchamos un grito que venía desde fuera la cafetería era un niño moreno con rasgos occidentales-¡TIENEN QUE VER ESTO!
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Mi respiración era agitada, estaba sudando como si hubiese corrido un amaranto y esa cosa de nuevo buscaba cornearme. Lo esquive por poco, tengo una herida abierta en mi brazo izquierdo, me hice un torniquete para menguar la hemorragia, por lo cual ya mi camisa no tiene mangas. Volvió a atacar tengo otra herida en la espalda, mi camisa se tiñe de rojo.
Nunca he matado a un toro.
Pero comenzar por uno que es un hibrido no está mal, está haciendo que me canse, si sigo así puede que me clave esos cuernos que tiene o peor aun los dientes. Este casi toro es una aleación entre el animal ya mencionado y un lobo, Anna tomo sangre de Drey sin mi permiso. Pero no debo pensar en eso ahora.
Por los genes ligados el animal que tengo frente a mí, tiene la complexión de un toro, un pelaje largo, negro y lustroso, con cuernos pero también tiene dientes y no dudo que sea omnívoro, si esa cosa me atrapa, me come.
No deja de perseguirme, necesito estar detrás de “eso” para poder clavarle las lanzas que tengo, pero no es fácil y menos en mis condiciones, supongo que si no arriesgo no podre ganar.
Me doy la vuelta y quedo frente al animal que incesante busca matarme.
Espero.
5 metros.
Espero más.
Casi 2 metros.
Tomo impulso y salto, siento que uno de sus cuernos rozo mi estomago, sin esperarlo más arrojo las dos primeras lanzas directamente hacia su espalda, le duele, está funcionando, tomo otras dos como lo hice anteriormente, una en cada mano y sé que Anna me está observando desde el segundo piso a través de ese vidrio blindado, me encuentro en la zona donde ella suelta sus experimentos para que yo los estrene. Estoy en el sótano, bajo tierra.
Un lugar forrado con acero, algunas de sus creaciones han logrado abollar el mismo. Creaciones muy peligrosas e inestables. Un lugar iluminado por faros, una luz que en más de una oportunidad me segó. Vuelvo a saltar, clave otra lanza, la última la pondré en un lugar más específico.
El animal se desespera y frustra al verse como una presa. Mi presa. Dejo que corra hacia mi dirección y preparo la última, cuando lo tengo más que cerca perforo su cráneo y me quito del camino, casi me aplasta.
Excelente, no se mueve y me doy el lujo de suspirar para levantarme y caminar hacia las escaleras, ese animal me dio una buena pelea.
Subí esas malditas escaleras que ahora por el cansancio me parecen infinitas y cuando llego están casi 30 personas mirándome con cara de “Increíble” de entre ella sale Anna y me ve molesta, de seguro porque lo mate y no lo inmovilice como ella me pide que haga, pero ese toro-lobo era un rival difícil, si no lo mataba yo era seguro que él me mataría a mí y de pronto veo a alguien que no me esperaba, es Daika y me ve impresionado.
Esta es la primera vez que me ve así: Cansado, jadeante y lleno de sangre. Mi propia sangre. A pesar de que quiero llevármelo mi cuerpo me pide que me dé un baño para relajar los músculos y sin pensarlo más me estiro para escuchar como crujen mis huesos.
-Esa cosa estuvo mejor que las demás-Le dije a Anna y ella solo me bufo y me dio la espalda.
-La próxima te sacara más sangre, te lo aseguro-No es la primera vez que me dice eso, pero esa maldita cuando dice eso lo cumple y muy eficientemente.
Cuando me doy la vuelta para por fin cumplirle a mi cuerpo con el baño que me pide los niños, mis hermanos menores me cierran el camino y comienzan a preguntarme de cómo fue que espere el momento exacto para saltar y de cómo no entre en pánico y cosas por el estilo, me persiguen por los pasillos hacia mi destino hasta que el cara de bebe de Eian me dice algo que ya esperaba pero no tan pronto.
-Kai ya conocimos a Daika- Me detengo y hago tronar el hueso de mi cuello cuando lo muevo circularmente lo veo y le respondo ya que él es el que organiza las habitaciones.
-No le prepares habitación, él-Digo señalando a Daika-Duerme conmigo- Y sigo mi camino, para nadie en este lugar es un secreto que soy bisexual.
En este lugar si eres heterosexual, homosexual o bisexual no importa, el viejo y yo somos bisexuales, al nosotros ser los pilares de toda esta compañía que los menores a nosotros experimentaran y supieran que es lo que les gusta no fue difícil, aquí hay lesbianas y gays, los que son normales y les gusta el sexo opuesto no opinan con respecto a eso, simplemente lo ignoran o no le toman importancia, ya que los criamos de esa manera, la discriminación aquí está prohibida, por eso no me importa si medio mundo se entera de que tengo sexo con Daika, eso, solo eso, sexo.
Llego a los baños comunes y me comienzo a quitar la ropa llena de tierra, polvo, sangre y sudor. Al estar bajo la regadera coloco el agua fría y luego la caliente, para así no tener hinchazón en ningún lugar, aunque no puedo hacer nada con los hematomas, definitivamente fue una buena pelea. No me quejo valió la pena toda la sangre derramada por esa información del castaño, esa interesante información.
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No sé como lo logre pero cuando Kai dijo que yo dormiría en su habitación corrí más rápido de lo que siempre lo hago, no quería que alguno de ellos me mencionara el tema de la “relación” que tengo con él porque tendría que responder con la verdad tal y como ellos me hablaron a mi antes de que nos llamaran para ver como Kai acababa con ese monstruo extraño.
Debo admitir que me asuste de ver como su camisa blanca se tornaba roja. Me preocupe como un imbécil, me preocupe por el hombre que desprecio, si, lo desprecio, no lo quiero ver, no quiero, ¿Cierto?
Sigo corriendo por los pasillos, me detengo y doy con que el lugar donde estoy se me hace vagamente familiar, miro hacia la izquierda y veo esa puerta, no sé cómo pero sé que esa es la habitación de Kai, el único lugar donde me puedo ocultar de una vergüenza pública, Kai no vino en esta dirección, me esconderé ahí y cuando Kai llegue me iré. Es buen plan, espero que funcione.
Camino hasta la puerta y la abro, encontrando ese lugar de nuevo en penurias me pegue a la pared y comencé a buscar el interruptor de la luz cuando lo encontré lo encendí y vi la estancia donde hace unos horas le “masajee” el miembro a Kai, me pregunto por qué se corrió si eso no es tener sexo.
Me siento en la cama y me deslizo hasta quedar en el medio y… no soporto la curiosidad, me bajo los pantalones y luego mi ropa interior, para comenzar a hacer eso que le hice al cenizo.
Se… se sentía bien, era extraño, era increíblemente raro, no sabía que hacia pero se sentía muy bien, mi miembro estaba erecto y no podía acallar mi voz, me mordí un poco el labio inferior, comencé a jadear ¿Qué es esto? Sin darme cuenta me deslizaba cada vez más en esa inmensa cama, hasta llegar al punto de quedar acostado, pero no podía detenerme, cerré los ojos y me concentre en ese movimiento. Arriba, abajo una y otra y otra vez, sentía que mi piel ardía y que por mi espalda se deslizaban algunas gotas de sudor. No es sexo pero se siente muy bien pero… siento que podría ser mejor, siento que falta algo.
Estoy a punto de correrme, lo siento, y de pronto ese placer ser desbordo de mi y llene de blanco las sabanas fue tanto mi éxtasis que solté un fuerte gemido. No me di cuenta de que Kai había entrado a la habitación y me miraba sonriente.
-Wow… que mala suerte-Lo escuche decir y lo más rápido que pude comencé a vestirme y cuando estaba por ponerme de pie la piernas me flaquearon, ¿Qué pasa? Me siento débil.
Mire hacia el frente y Kai seguía ahí, pero note algo que hace un momento se me había pasado desapercibido. Solo tiene una toalla enredada en la cintura y todavía puedo ver las gotas resbalando por su piel y cabello empapado, es la primera vez que lo veo sin camisa, tiene el cuerpo de un atleta, marcado con abdominales y sus brazos también se ven muy fuertes y potentes también tiene cicatrices algunas más pequeñas que otras y de diferentes cosas, unas parecen de cuchillos y otras de bala también tiene morados de golpes, pero junto con el agua también se desliza un líquido rojo.
Por Dios, no se ha tratado las heridas, tiene una muy profunda en el brazo y un rasguño en el estomago, no sé si tiene más, estoy preocupado.
-Y… dime… ¿Cómo se sintió masturbarte?
¿Mastur qué?
-¿Qué?-Dije confundido, no entendí la palabra.
-¿Haces las cosas sin saber lo que son?
-No te entiendo-
-Masturbarte, mocoso, darte placer a ti mismo mediante tu mano o cualquier objeto-
-Ohh…-Con que era eso… que pena-
-Sabes que puedes hacer que se sienta mejor-Hablo mientras caminaba hacia su closet.
-No voy a…-Me quede callado de la impresión, cuando Kai me dio la espalda pude ver algo que. Me fascino.
Nunca me habían gustado los tatuajes pero este es… perfecto, ese inmenso tatuaje de Dragón ocupaba la parte superior derecha de su espalda, su ancha espalda, me sonroje al pensar así, ese es un pensamiento que solo una mujer debería de tener, no un hombre. No yo.
Controlando lo mejor que pude mi sonrojo lo detalle más, era bellísimo ese tatuaje y debía admitir que en su espalda marcada por los músculos y unas que otras cicatrices lucia muy bien, le llegaba un poco mas debajo de la mitad de la espalda y entonces detalle lo demás y note otra herida sangrante, me volví a asustar y levantándome de la cama camine hasta él y pose mi mano en la herida, su piel estaba fría, tenía miedo, sentía miedo por el dolor que Kai de seguro sentía por esas heridas.
El solo volteo la cabeza y me miro por encima del hombro.
-¿Qué haces? Si estas planeando no tener sexo conmigo hoy si sigues así no vas a salir bien parado-
-No seas imbécil-Me moleste ¿Es que acaso solo piensa en sexo?-Tienes que curarte esas heridas, se pueden infectar-
-Déjalas así-Me dijo volviendo a buscar ropa para vestirse.
-¿¡Como que las deje así?! ¿Eres imbécil? Tienes que curarte eso, se te puede infectar, además aquí debería de haber una enfermería.
-A ese lugar yo no voy a poner un pie y no me grites, ya es muy tarde y estoy cansado-
-Pero… tienes que curarlas-
-Bien… cúrame tú-
-¿Qué?-
-Mira la última vez que estuve allá, no pude salir por 4 días y solamente era un golpe si me ven ahora les va a dar un ataque cardiaco y no podre salir en 6 meses, no me emociona eso, además la bruja de la enfermera esa me odia, la última vez que necesite una inyección me la puso creo que sin tranquilizante y se me inflamo el brazo, no me pidas imposibles, no voy a ir para allá-
Parecía muy sincero mientras relataba la historia de la enfermera maligna, suspire, que más.
-¿Donde está el botiquín?-Pregunte dándole la espalda.
-¿En serio quieres curarme las heridas?-
-Dime donde esta antes de que me arrepienta-
Busco entre los cajones del closet y saco una caja blanca con una cruz roja, el típico estuche de primeros auxilios. Me siguió hasta la cama y ambos nos sentamos, tenía que coser la herida del brazo ya que era la más profunda, que bueno que cuando estaba en el orfanato siempre veía a la enfermera tratar a los niños revoltosos.
Comencé a coser, pensé que Kai se quejaría por estar suturándolo sin anestesia pero ni siquiera se movió, me veía fijamente, me estoy poniendo nervioso.
-No me mires, por favor-
No replico, simplemente volteo la cara, creí que me diría algo pero de pronto se puso muy serio, termine con la herida, las demás eran pequeñas por lo que sería más sencillo, desinfecte y le coloque una venda encima, todo esto en un silencio extrañamente cómodo.
Cuando estaba guardando las cosas volteo a verme y se levanto de la cama, mal agradecido.
-Al menos se dice graci…-Mientras lo decía levante la vista y él me beso, era un beso lento, sin lengua pero muy embriagante, se sentía bien, cerré los ojos y me deje llevar por la sensación, de pronto se separo, tal y como el beso lento, calmado, extrañamente lo sentí cálido, abrí los ojos poco a poco y me encontré con su rostro a centímetros del mío con una linda sonrisa, me veía como si fuese… no lo sé, nunca le vi esa mirada.
-Gracias, pequeño-
Entendí lo primero pero lo ultimo no, al menos dijo gracias y sonreí como un tonto cuando me dio la espalda para por fin poder vestirse.
-¿Qué me dijiste?-
-Aprende alemán, no te insulte si te lo preguntas- Se termino de vestir y se dirigió al interruptor para apagarlo, la sensación de calidez se fue y entre en pánico, me iba a violar pero… solo se acostó del lado izquierdo de la cama y me dio la espalda.
-Buenas noches-
Me dijo pero eso sonó diferente a lo otro, parecía otro idioma.
-¿Qué?
-Buenas noches-Sonreí, no me iba a violar, me dejaría dormir tranquilo-Y por cierto, también deberías aprender ruso-
-¿Cuántos idiomas hablas?
-Varios, hasta mañana Daika-
Y acabo la conversación, se escuchaba cansado cuando se despidió y de pronto lo escuche bostezar, le di la espalda y me relaje, dormí extrañamente calmado y tranquilo a pesar de tener a Kai justamente a mi lado, tal vez este hombre no es tan malo.
CONTINUARA…
