Capítulo 3: Viento cortante
“Nos vemos mañana” Esas fueron sus palabras.
Realmente sentía que lo había visto en otro lado, mas no podía recordarlo.
Justo al otro día entre las calles llenas de gente cargando con sus preocupaciones y su vida, yo vestía la misma ropa, no era que no tuviera que vestir, simplemente muy en el fondo quería encontrarlo.
Mi cabello lo había sujetado con un listón blanco justo casi a cinco centímetros de que este terminara, amaba traer mi cabello tan largo hasta la cadera.
Una parvada de pájaros volaba por el cielo deslumbrándome con aquel plumaje blanco sobresaliendo, resplandeciendo gracias a los dorados rayos que chocaban contra ellos; el sol sonreía a todos y a mi simplemente me ignoraba.
“Sol hermoso, dios divino
¿Me odias? ¿Te mofas de mí?
Sabes que te aprecio.
¿Por qué no puedes comprenderlo?
Entiéndeme, escúchame…
Mírame bien y sin odiarme
¡Aquí estoy!
Existo…”
Miles… Millones, muchas personas ¿Por qué dios divino? ¿Por qué siempre me miras con desprecio?. Oh… Ya veo, siempre lo has hecho, yo siempre he sido la misma cosa, algo peor que escoria.
-Buenos días. Te encontré – Esa voz. Al voltearme pude verlo, allí estaba tan principesco como ayer, lo mire asombrado, el interrumpió nuevamente mis pensamientos y sonrío.
-Oye, respóndeme… ¿A caso te deslumbre? –Soltó una pequeña risita la cual me hizo mirar hacia otro lado con una mueca de molestia.
-¡No lo haces!, ¿Qué haces por aquí “Acosador”? –Lo dijo por decir, más realmente me ha deslumbrado, más que el bastardo sol.
-Discúlpeme si parecí un acosador. Te dije que nos veríamos, simplemente deseé cumplirlo –Paso su brazo por el mío. Estaba yo tomándole del brazo como si fuera especial.
–Un segundo. ¿A dónde me llevas? –Pregunte repentinamente al darme cuenta que el me guiaba.
-A un lugar lejos de aquí…
A un lugar donde jamás se termine la magia. –Lo miraba, todo mi ser se sintió de una extraña manera, mi corazón latía fuertemente y parecía que era cada vez más rápido…
Comencé a recitar, sabía sobre lo que hablaba.
-Donde los besos duren una eternidad…
Un sueño del cual jamás despertemos.
Donde la felicidad siempre este presente…
Llévame, a esa gran felicidad… -Hermosos ojos que me atrapaban inesperadamente, la suave brisa movía mi cabello, flotaba en el aire y el listón blanco yacía enredado suavemente en sus grandes dedos…
Me beso, como el viento sopla me deje levar, ya no había nada en mi mente más que él.
“Quiero encontrar la felicidad…
Quiero encontrar la felicidad…
Déjame ser tu felicidad.
Por eso llévame… “
No te separes de mí
No te alejes de mi lado
Hare lo que quieras, te daré todo mi ser…
Sofócame… Mátame con tus besos
Quítame el aliento.
Separo sus labios de los míos, tomo mi cabeza entre sus manos haciendo mirarle a los ojos, me sentí liviano, parecía que el sol tocaba solo mis mejillas, sentía que ardían.
-Michelle Angeline… Después de esto estoy seguro. Te amo Michelle Angeline… Eres el dueño de mi mente, de mi ser - Apenas y podía asimilar todo lo que me decía.
¿Ya me había visto antes? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¡Demasiado increíble!.
–Yo… -No sabía si preguntarle algo y estaba asustado. Si. Por primera vez estaba asustado, no sabía cómo reaccionar.
–Mira… ¿La vez? –Mire hacia donde el apuntaba, no supe como habíamos salido de la ciudad y ahora estábamos frente a otra… o mejor dicho un reino.
–Es hermoso, el reino “Viento cortante” Esa es mi nación, la gobernare en otra época eso parece. –El miraba sonriendo el paisaje lleno de casas y parques, el palacio enorme con aquella enorme bandera “viento cortante”.
-Si… Lo es… Lo siento – Me di la vuelta y respire lo más profundo que podía.
-¿Sabes qué clase de persona soy? -El canto de las hojas de los arboles moviéndose era lo único que se escuchó, el respondió.
-Si lo sé. No es justo que tengas… -No pude terminar de escucharlo, yo Salí corriendo hacia el bosque alejándome del sendero, ¡Quería perderme, quería morirme!
Yo no merecía nada de esto, no lo merecía a él, la noción del tiempo se esfumo, no tengo idea cuanto corrí solo me detuve al tropezar con unas ramas, rodé por una colina y caí en aquel lago.
Cerré mis ojos y sentí unos brazos sosteniéndome…
Calidez bajo el agua.
-¡Oye! No me dejaste terminar ¡¡Escúchame!! -
-¡Suéltame déjame ir! -Me hablo fuertemente mas no gritando.
-¿Eres un asesino verdad? Y bueno. ¿Eso te gusta? Eres tú… -
-Si… soy yo Ange el asesino de la noche -
-No te obligare a hacer lo que quiero, si quieres puedes seguir… Realmente te amo por quien eres, amo todo de ti, te amo a ti completamente - ¿Me acepta? Una sonrisa se asomó en mi rostro.
¿Esto es a lo que llaman felicidad?
Si es así quiero que sea eterno.
-Gracias –Lo abrace, estábamos empapados, ya nada que hacer.
Desde ese día las estrellas resplandecían cada vez más.
¿Me conocían?
Sonreía con tanta facilidad.
“Las rosas blancas se tiñeron de rojo
un bello carmesí…
Floreciendo, sonriendo.”
Yo he comenzado a ser feliz.
“Por eso llévame,
a un lugar lejano y distinto.
Donde las alas se mojan,
donde los dedos se entrelazan,
donde nuestros cuerpos se derritan
fusionando nuestras mentes.
Así que llévame
Quiero ser feliz”
…Una canción…
¿A esto se refería? Es algo tan hermoso… Dios divino muere, evítame y mírame, hazlo que quieras, mas hazlo con envidia y desprecio. ¿Esto debe ser lo que llaman amor? CONTINUARA...