Dicen que las palabras pueden hacer daño a las personas de una forma terrible, que pueden entristecer, dejar una marca para el resto de la vida, más aún que las acciones, que aunque estén recientes una vez curadas y olvidadas pasan a ser insignificantes.
No creo que eso sea verdad, a mi entender las acciones pequeñas y grandes se quedan tatuadas en el interior de la mente. ¿Tal vez escondidas? Sí, pero siempre presentes.
Y eres tú, que a través de tus acciones me dejas cada día un poco más loco, cada día más enamorado, cada día; como la sociedad dice, un monstruo. No es mi culpa, tampoco tuya, si me paro a pensar y a echarle la culpa a algo, entonces sería culpa de tus acciones, esas que aunque sin pensar las haces y mismo sin saber me dejas cada día más frenético, más sediento de ti, pero que irremediablemente no tiene vuelta atrás.
Hoy te despertaste un poco más temprano de lo habitual, creo saber el porqué, hoy empieza aquel programa ¿a que sí? Aquel de baile. Te gusta bailar, yo lo sé muy bien, a lo mejor tu no. Me encanta ver a través de estos cristales poco nítidos como tu cuerpo se mueve al compás de la música que me tengo que imaginar que estás escuchando, ya que desde aquí poco puedo oír, como cada vez que te sientes cansado paras y abres un poco la ventana para que entre corriente desde a fuera, como cuando consigues un paso complicado saltas de alegría para luego después contenerte como si alguien fuese a mirarte desde la altura en la que estás. Que irónico.
Hoy no te quisiste vestir muy arreglado, yo tampoco, días de domingo para ti son días para quedarse en casa descansando, sin hacer nada, sentado en el sofá viendo alguna película o mismamente dando un paseo con tus perritos, ¿sabes? No me gustan tus perros, ellos me conocen y me ladran cuando me ven, lo más probable es que tú no te haya dado ni cuenta.
Hoy has preparado un café bien negro, como todos los días, a veces me pregunto por qué lo haces si después le vas a echar un montón de azúcar. Tal vez te guste por el color, como si a cada sorbo tragases un poco de su oscuridad dando lugar, como por arte de magia, a un marrón color madera en donde se encuentran aquellas pequeñas partículas de azúcar aún sin disolver y con un sabor a café negro. ¿Quién te habrá enseñado semejante truco de magia?¿Habrán sido tus padres?¿Lo habrás visto hacer a algún amigo y después en tu soledad le habrás copiado? Me gustaría saber esas pequeñas cosas de ti.
Tal vez te guste así, ya que una vez casi terminado ese marrón e asemeja con el de tu piel. Sé que no te gusta el color de tu piel, pero a mí me parece extremadamente atrayente. Mis padres me enseñaron que no por ser diferente una cosa tiene que ser mala o fea, y es eso lo que creo también, tu piel es diferente de la del resto de las personas y ni por eso no deja de ser preciosa. Tal vez aún no te diste cuenta pero escondes el color de tu piel, no deberías hacer ese tipo de cosas, no deberías pasar calor en verano y tampoco deberías vestirte como un esquimal en invierno solo por eso, a veces me imagino lo que has tenido que pasar para que no te guste el color de tu piel que, en parte fue la causante de mi fascinamiento por ti, esa piel inusual que, aún mojada por pequeñas gotas de sudor no deja de ser menos que perfecta.
Yo también soy diferente, no solamente por el color de mi piel extremadamente blanca, sino porque yo nací así, diferente.
Desde pequeño las personas me miraban como un extraño, con un sentimiento de repulsión que jamás entendí, y a medida que crecía todo esto solamente empeoraba. Jamás le hice daño a nadie, y aun así no era, ni soy, capaz de encajar en la sociedad; no soy feo, no tengo ninguna discapacidad ni tampoco ninguna enfermedad contagiosa ¿por qué entonces las personas me tratan como una existencia nula, cómo un invisible? No lo sé, pero de algo estoy seguro, cuando te fijes en mi todo cambiará, porque a diferencia de mí, a pesar de ser también diferente, tú tienes ese algo especial que hace que la gente se acerque a ti y nunca más se aleje, lo que pasa es que aún no llegó mi hora de estar contigo.
Uau, de un momento a otro empecé a divagar y abrirme más a ti, eso no es algo que pueda suceder en este momento, no sé si me entenderás, pero quiero crear y hacer nuestra historia poquito a poco, como un buen libro. ¿Sabes qué? Me gusta mucho leer, tengo un montón de libros leídos en casa ya que ellos a diferencia de las personas no te juzgan sin saber, no te menosprecian sin conocer y no te humillan sin querer, en los libros puedes ser cualquier cosa que desees, desde un caballero a un mendigo, en los libros no hay identidades. Me gustan las historias románticas en las que los personajes van poco a poco enamorándose y finalmente el conocido vivieron felices y comieron perdices. Es por eso que hago todo esto, este será nuestro prólogo, prólogo que guardaré bajo siete llaves para que cuando llegue el momento solo tú puedas leerlo. Yo seré el escritor de nuestra historia, desde el principio hasta el final, seré yo quien acabará nuestro libro, y seremos nosotros quien tendremos nuestro final de ensueño.
Después de que el programa se acabase, saliste de casa, fuimos juntos a pasear a tus perros aunque yo estuviese un poco más alejado ¿te lo dije antes? No me gustan tus perros, en mis libros nunca hay perros, y espero sinceramente que algún día puedas depender menos de ellos. Yo al contrario prefiero los gatos, silenciosos, inteligentes, sigilosos, si fuese a comparar tu serías un perro y yo sería un gato. No paseamos mucho, ya que el tiempo empezaba a cerrase, y empezaba a hacer algo de frío.
No tardamos mucho en llegar a casa.
Casa, no me gusta esa palabra, las personas dicen que una casa es el lugar donde el corazón habita, y donde está habitando mi corazón ahora mismo es en ti. Yo no vivo en ninguna casa, ese lugar vacío y lleno de libros es solamente un lugar pasajero, hasta que llegue el momento en el que tú aceptes mi corazón como inquilino.
A la hora de la comida hiciste algo rápido, de vez en cuando creo que deberías comer algo más nutritivo y elaborado, no solamente comida precocinada, sé que no te gusta cocinar pero, si sigues así acabar enfermando y la verdad es que no me gustaría verte enfermo. Cuando llegue la oportunidad seré yo el que te haga la comida, haré varias cosas deliciosas y seguro que te encantará. ¿Sabes qué? Me encanta cocinar, me encanta ver como todos los ingredientes, que por separado no tienen ninguna gracia, juntándose para crear algo que más se asemeja a una obra de arte. Y al fin y al cabo, yo soy un artista…
Ya cayendo la noche coges el portátil, yo también cojo el mío, estás viendo más video de baile, y yo también los veo, a pesar de que no me interese mucho la música y el baile, cuando veo esos videos contigo me gusta imaginarte a ti como bailarín principal, como el protagonista que baila solo para mí.
A veces me para a pensar en qué pensarías si estuviese a tu lado, ¿sería bueno?¿será que dudaríamos hasta la vejez?¿será que me amarías tanto como yo te amo a ti? Yo sé que la respuesta a todas esas preguntas es un simple sí, ¿qué por qué lo sé? Lo sé por tus acciones, y aunque esté muy escondido yo sé que tú también lo sabes, solo nos hace falta tiempo para que a través de ellas te des cuenta de que hay alguien que vela por ti y que nunca te dejará solo.
Al parecer yo sé demasiadas cosas sobre ti, y la verdad es que sobre mí no sabes mucho, y eso no me parece muy justo, creo que los personajes deberían por lo menos saber el nombre de su escritor, por lo que te lo voy a decir. Mi nombre es Do Kyungsoo y soy tu vecino de enfrente.