Nazareno y Mateo son hermanos con una relación muy particular, por la cual decidieron que pasarían el resto de sus vidas juntos. Pero saben que ese deseo no va a ser comprendido por las personas que los rodean, mucho menos por su familia. Así que deciden mantener todo en secreto, teniendo como único plan vivir juntos como simples hermanos que comparten un alquiler, una vez terminado el instituto, creyendo que eso podría ser suficiente para mantener las apariencias.
Aun así, en el fondo, ambos se sienten molestos e incómodos con la situación, cada uno por razones diferentes. A Mateo lo domina la incertidumbre y el miedo, carga con la culpa del daño que podría ocasionar a su familia, mientras que Nazareno simplemente piensa que es injusto que tengan que esconderse. Sus propias emociones no resueltas los distrae y traiciona en el peor momento, dejando a Nazareno la necesidad de replantear cualquier futuro junto a su hermano.