Roy Mustang ha enviudado y ahora debe hacerse cargo de su pequeño hijo de cuatro años. Aconsejado por su mejor amigo, Maes Hughes, decide contratar a una niñera, pero su destino lo arrastró al lado de Edward Elric, un peculiar joven que piensa darle un nuevo sentido a su existencia, pero, ¿podrá evitar que Mustang busque vengarse de aquel que destruyó su vida?

Roy Mustang, dueño de las empresas Mustang, sin embargo decidió ser el comisario de la primera estación de policía de la ciudad de Londres, claro, dejando a cargo a su viejo amigo Maes Hughes.

Con su actitud fría y premeditación perfecta suele ser el motivo por el cual todos los criminales temen intentar un crimen siquiera, después de todo era temible enfrentarse a un policía comparable con un sicario por su sadismo y fuerza.

Más ni el siendo el más severo de todos los hombres pudo resistirse al llanto de un pequeño, jamás imagino que el cuidar de él terminaría por dar un vuelco de 180 grados a su vida.

Un llanto el cual despierta sentimientos nunca antes experimentados por un hombre que aparentaba no tener corazón, definitivamente esto no iba a ser fácil para Mustang. Aunque… ¿Quién en su sano juicio diría que lo mejor de la vida era fácil? Eso es lo que da sabor a nuestra existencia.

Mustang x Edward.