Como bien dice el dicho, la curiosidad mato al gato. Pero aquel mismo refrán podía aplicarse también a las personas, especialmente a cierto libidinoso marimo que estaría a punto de descubrir cuan cierta podía ser tal frase.

Zoro siempre se había preguntado como el cocinero podía luchar con ropas tan incomodas como lo era su saco y sus camisas, logrando que la más pura curiosidad le perturbara por una vez en su vida, llevándole a él y al cocinero en una situación singular y extraña, atraído por el simple hecho de imaginarse como seria ver a Sanji vistiendo por una vez en su vida su propio atuendo.

Aunque claro, siempre podía ser más divertido quitarse la ropa que ponérsela. Y aquello era algo que, para la suerte o desgracia del pobre chef, aprendería por las malas luego de caer en las garras de cierto peli verde espadachín…

Le había mirado por una milésima de segundo y luego apartado la mirada; se había quedado sin aire. 

Levanto sus manos y comenzó a aplaudir, transmitiéndole así todo su ánimo, atracción, sus sentimientos, de esos cuando ves a una persona y sabes que te gusta, pero claramente no la volverías a  ver jamás.

...

El joven alzo la moneda hasta su rostro y la beso, aun observándolo. Sintió sus mejillas enrojecer...

Esperaba volver a encontrárselo...

(Pequeño OneShot)

Pareja:

ZoSan